El motociclismo sevillano, que no ha sido precisamente una de las disciplinas más prolíficas en lo que a éxitos deportivos se refiere para la ciudad, vivió este 2025 un año mágico, inolvidable, ya se verá incluso si irrepetible. Por primera vez en la historia, un piloto hispalense se proclamaba campeón del mundo. Lo consiguió el palaciego José Antonio Rueda, de 19 años, en Moto3, donde a principios de año partía como uno de los favoritos para el título tras el ascenso a Moto2 de Daniel Holgado, Colin Veijer, Iván Ortolá o el campeón mundial de 2024, David Alonso. El pronóstico, justificado gracias a su gran pretemporada, lo hizo bueno el de Los Chapatales gobernando casi en todo momento la clasificación general desde que se llevase el Gran Premio de Tailandia, que inauguraba el curso. A esa excelente puesta en escena de Rueda le siguió un tercer puesto en Argentina y el triunfo en el Gran Premio de las Américas, en Austin, la carrera en la que más ganas tenía de imponerse tras el percance que sufrió allí en 2024, cuando no pudo correr al tener que ser operado de apendicitis. Esos tres podios en las tres primeras carreras del año ya le colocaron el cartel de candidato junto a Ángel Piqueras. Una etiqueta que ni siquiera el abandono obligado en Qatar por problemas mecánicos le arrebató. Iba como un tiro, sólido y sin fisuras sobre la moto, más consistente y rápido que ninguno de sus potenciales rivales al título. Entre finales de abril y mayo retomó el liderato y lo consolidó con sus victorias en Jerez, Le Mans y Silverstone, donde posiblemente hizo la mejor carrera de su vida: remontó desde el fondo de la parrilla para entrar primero en meta y subirse por quinta vez al primer cajón del podio. En Aragón, donde firmó el primer triunfo de su vida, pinchó con un octavo puesto, pero se recuperó en Mugello rozando el podio (cuarto) cuando más empujaba Máximo Quiles y volvió a saborear las mieles del triunfo en Assen y Brno, con un tercer puesto intercalado en Sachsenring. Con siete victorias en doce carreras y 85 puntos de ventaja ya sobre Ángel Piqueras, Rueda se marchaba a las vacaciones de verano con la confianza a tope y un importante colchón que defender, pero siendo consciente de que el segundo tramo de la temporada sería el más complicado con la temida gira asiática de por medio. Tras el receso estival, Rueda rubricó dos quintos puestos en Austria y Hungría y un segundo en Cataluña antes dar un paso de gigante hacia el título ganando en Misano. Era su octava victoria del año y en el box de Piqueras, a cuya máquina ya la habían cambiado varias veces el motor al sufrir un evidente problema en la aceleración en las rectas frente a sus rivales, lo daban prácticamente por perdido. Rueda aventajaba entonces al valenciano en 78 puntos, que serían 93 con el segundo puesto sumado en Motegi. El Campeonato estaba visto para sentencia y el palaciego no desaprovechó la primera bola de partido. Que fue en el Circuito de Mandalika el 5 de octubre, con una nueva victoria, por supuesto, la número nueve de la temporada. Tímido y siempre sereno, Rueda hizo historia reforzando, además, su condición de pionero: ningún piloto sevillano ni andaluz había sido antes campeón del mundo. Un terreno inexplorado que estaba descubriendo este talentoso zagal de Los Palacios y Villafranca, el municipio que ya había dado al mundo varias estrellas del orbe futbolístico y ahora, también, un piloto fabuloso.Un elegante José Antonio Rueda fue distinguido en los FIM Awards de 2025 por su título mundial de Moto3 @RedBull_KTM_AjoAlirón en Mandalika«Me gusta mucho aprender, ver cómo otra gente ha llegado hasta aquí. Soy muy sentimental. Vengo de Chapatales, que ni la gente de Sevilla sabe dónde está. Allí sólo hay campo, cabras y tractores. Hoy he cumplido mi sueño de ser campeón del mundo de Moto3 siendo el primer andaluz también», comentaba un emocionado Rueda nada más acabar la carrera en Mandalika. Era un mar de lágrimas tras culminar la gesta. El festejo se prolongó dos semanas, hasta el Gran Premio de Australia, en Phillip Island, porque ni cambió el paso ni se dejó llevar. Muy al contrario, ganó de nuevo, logrando su décima y última victoria del curso. Una semana después se produjo el gran susto. Tremendo. En la vuelta de calentamiento de Sepang, la que prologa la carrera en la categoría de Moto3, Rueda colisionó contra Noah Dettwiler en un gravísimo accidente que dejó a ambos pilotos malparados tras ser despedidos de sus motos por el fortísimo impacto y en parada cardiaca. Tras ser reanimados, fueron trasladados al Hospital de Kuala Lumpur. Rueda no sufrió graves daños en la cabeza ni en el torso, pero sí fuertes contusiones en las costillas y los pulmones, además de fracturas en la mano derecha de las que fue operado en Barcelona cuando pudo ser trasladado a la Ciudad Condal. Así, con el corazón en un puño por ese espeluznante accidente que afortunadamente no tuvo trágicas consecuencias, acabó el espectacular año de José Antonio Rueda, con un amargo final que el palaciego se ha quitado en las últimas semanas con los entrañables homenajes ofrecidos por su pueblo, donde ha sido recibido como un héroe, y también en el estadio de la Cartuja, donde el Betis y su afición rindieron tributo a un sevillano apasionado de la velocidad y los colores verdiblancos que ha hecho historia en Moto3 antes de su salto a Moto2, donde competirá en el Mundial de 2026 siendo compañero Colin Veijer en el garaje del Red Bull KTM Ajo. Dani Muñoz fue tercero en el Gran Premio de Cataluña AFP Moto2 La merecida recompensa para Dani Muñoz El tercer sevillano que ha levantado este año la mano en el Mundial es Dani Muñoz, que es de Dos Hermanas, también tiene 19 años y ha tenido que luchar mucho para ser piloto oficial en 2026. Competirá en la categoría intermedia del Mundial con el Italtrans Racing Team junto a Adrián Huertas. El sueño del nazareno de tener máquina propia en Moto2 se truncó con la desaparición del Preicanos Racing Team. Involucrado en otros proyectos, como el Europeo de la categoría, durante la temporada lo llamaron primero desde el Forward, para suplir a Álex Escrig, y después desde el Red Bull KTM Ajo para ser el reemplazo del lesionado Deniz Öncü. Como sustituto del turco, Muñoz corrió diez grandes premios, acabó el año con 37 puntos y firmó una histórica tercera posición en el Gran Premio de Cataluña. Tras el sexto mejor tiempo en la pole, se mantuvo segundo buena parte de la carrera, tras Daniel Holgado, a la postre ganador, hasta que en el tramo final acabó siendo superado por el británico Jake Dixon, relegándolo al tercer cajón de un podio que le supo a gloria. Cinco días después se hacía oficial su fichaje por su nuevo equipo para 2026.Fractura de fémur en su mejor momento También seguirá en el mismo equipo, el Liqui Moly Dynavolt Intact GP, David Muñoz, aunque el de Brenes se mantendrá en Moto3, donde compartirá box con David Almansa, y con la ambición de atacar el título mundial en su quinto año en la categoría. Como le sucedió a Rueda, el 2025 también acabó prematuramente para Muñoz, de 19 años, por culpa de un accidente. En su caso, acaecido precisamente en Mandalika, cuando luchaba por la victoria con su paisano y Adrián Fernández. Un toque de éste a la moto del brenero provocó su caída y la bandera roja, con el consiguiente alirón de Rueda, debido a la gravedad del incidente. Muñoz sufrió fractura de fémur con desplazamiento de su pierna izquierda. Una lesión de la que tuvo que ser intervenido dos veces, la segunda en Sevilla.Se perdió Muñoz los últimos cuatro grandes premios tras un curso irregular que empezó mal, con solo dos carreras de las primeras siete terminadas, logrando un sexto puesto en Qatar y un tercero en Le Mans. Tras un decepcionante primer tercio de la temporada, Muñoz levantó cabeza con seis podios, cinco de ellos seguidos, en las siete siguientes citas: a su primera victoria en el Mundial, en Aragón (emulando a Rueda en 2024) siguió un quinto puesto en Mugello, el triunfo en Sachsenring y tres terceros puestos con alguna remontada memorable en la República Checa, Austria y Hungría. Un crecimiento espectacular que debe poner las bases de su ilusionante 2026. Octavo en Cataluña y séptimo en San Marino, ganó en Japón antes el K.O. que para el de Brenes significó la caída en Mandalika, donde dos sevillanos vivieron la cara y la cruz de este adrenalínico deporte. El motociclismo sevillano, que no ha sido precisamente una de las disciplinas más prolíficas en lo que a éxitos deportivos se refiere para la ciudad, vivió este 2025 un año mágico, inolvidable, ya se verá incluso si irrepetible. Por primera vez en la historia, un piloto hispalense se proclamaba campeón del mundo. Lo consiguió el palaciego José Antonio Rueda, de 19 años, en Moto3, donde a principios de año partía como uno de los favoritos para el título tras el ascenso a Moto2 de Daniel Holgado, Colin Veijer, Iván Ortolá o el campeón mundial de 2024, David Alonso. El pronóstico, justificado gracias a su gran pretemporada, lo hizo bueno el de Los Chapatales gobernando casi en todo momento la clasificación general desde que se llevase el Gran Premio de Tailandia, que inauguraba el curso. A esa excelente puesta en escena de Rueda le siguió un tercer puesto en Argentina y el triunfo en el Gran Premio de las Américas, en Austin, la carrera en la que más ganas tenía de imponerse tras el percance que sufrió allí en 2024, cuando no pudo correr al tener que ser operado de apendicitis. Esos tres podios en las tres primeras carreras del año ya le colocaron el cartel de candidato junto a Ángel Piqueras. Una etiqueta que ni siquiera el abandono obligado en Qatar por problemas mecánicos le arrebató. Iba como un tiro, sólido y sin fisuras sobre la moto, más consistente y rápido que ninguno de sus potenciales rivales al título. Entre finales de abril y mayo retomó el liderato y lo consolidó con sus victorias en Jerez, Le Mans y Silverstone, donde posiblemente hizo la mejor carrera de su vida: remontó desde el fondo de la parrilla para entrar primero en meta y subirse por quinta vez al primer cajón del podio. En Aragón, donde firmó el primer triunfo de su vida, pinchó con un octavo puesto, pero se recuperó en Mugello rozando el podio (cuarto) cuando más empujaba Máximo Quiles y volvió a saborear las mieles del triunfo en Assen y Brno, con un tercer puesto intercalado en Sachsenring. Con siete victorias en doce carreras y 85 puntos de ventaja ya sobre Ángel Piqueras, Rueda se marchaba a las vacaciones de verano con la confianza a tope y un importante colchón que defender, pero siendo consciente de que el segundo tramo de la temporada sería el más complicado con la temida gira asiática de por medio. Tras el receso estival, Rueda rubricó dos quintos puestos en Austria y Hungría y un segundo en Cataluña antes dar un paso de gigante hacia el título ganando en Misano. Era su octava victoria del año y en el box de Piqueras, a cuya máquina ya la habían cambiado varias veces el motor al sufrir un evidente problema en la aceleración en las rectas frente a sus rivales, lo daban prácticamente por perdido. Rueda aventajaba entonces al valenciano en 78 puntos, que serían 93 con el segundo puesto sumado en Motegi. El Campeonato estaba visto para sentencia y el palaciego no desaprovechó la primera bola de partido. Que fue en el Circuito de Mandalika el 5 de octubre, con una nueva victoria, por supuesto, la número nueve de la temporada. Tímido y siempre sereno, Rueda hizo historia reforzando, además, su condición de pionero: ningún piloto sevillano ni andaluz había sido antes campeón del mundo. Un terreno inexplorado que estaba descubriendo este talentoso zagal de Los Palacios y Villafranca, el municipio que ya había dado al mundo varias estrellas del orbe futbolístico y ahora, también, un piloto fabuloso.Un elegante José Antonio Rueda fue distinguido en los FIM Awards de 2025 por su título mundial de Moto3 @RedBull_KTM_AjoAlirón en Mandalika«Me gusta mucho aprender, ver cómo otra gente ha llegado hasta aquí. Soy muy sentimental. Vengo de Chapatales, que ni la gente de Sevilla sabe dónde está. Allí sólo hay campo, cabras y tractores. Hoy he cumplido mi sueño de ser campeón del mundo de Moto3 siendo el primer andaluz también», comentaba un emocionado Rueda nada más acabar la carrera en Mandalika. Era un mar de lágrimas tras culminar la gesta. El festejo se prolongó dos semanas, hasta el Gran Premio de Australia, en Phillip Island, porque ni cambió el paso ni se dejó llevar. Muy al contrario, ganó de nuevo, logrando su décima y última victoria del curso. Una semana después se produjo el gran susto. Tremendo. En la vuelta de calentamiento de Sepang, la que prologa la carrera en la categoría de Moto3, Rueda colisionó contra Noah Dettwiler en un gravísimo accidente que dejó a ambos pilotos malparados tras ser despedidos de sus motos por el fortísimo impacto y en parada cardiaca. Tras ser reanimados, fueron trasladados al Hospital de Kuala Lumpur. Rueda no sufrió graves daños en la cabeza ni en el torso, pero sí fuertes contusiones en las costillas y los pulmones, además de fracturas en la mano derecha de las que fue operado en Barcelona cuando pudo ser trasladado a la Ciudad Condal. Así, con el corazón en un puño por ese espeluznante accidente que afortunadamente no tuvo trágicas consecuencias, acabó el espectacular año de José Antonio Rueda, con un amargo final que el palaciego se ha quitado en las últimas semanas con los entrañables homenajes ofrecidos por su pueblo, donde ha sido recibido como un héroe, y también en el estadio de la Cartuja, donde el Betis y su afición rindieron tributo a un sevillano apasionado de la velocidad y los colores verdiblancos que ha hecho historia en Moto3 antes de su salto a Moto2, donde competirá en el Mundial de 2026 siendo compañero Colin Veijer en el garaje del Red Bull KTM Ajo. Dani Muñoz fue tercero en el Gran Premio de Cataluña AFP Moto2 La merecida recompensa para Dani Muñoz El tercer sevillano que ha levantado este año la mano en el Mundial es Dani Muñoz, que es de Dos Hermanas, también tiene 19 años y ha tenido que luchar mucho para ser piloto oficial en 2026. Competirá en la categoría intermedia del Mundial con el Italtrans Racing Team junto a Adrián Huertas. El sueño del nazareno de tener máquina propia en Moto2 se truncó con la desaparición del Preicanos Racing Team. Involucrado en otros proyectos, como el Europeo de la categoría, durante la temporada lo llamaron primero desde el Forward, para suplir a Álex Escrig, y después desde el Red Bull KTM Ajo para ser el reemplazo del lesionado Deniz Öncü. Como sustituto del turco, Muñoz corrió diez grandes premios, acabó el año con 37 puntos y firmó una histórica tercera posición en el Gran Premio de Cataluña. Tras el sexto mejor tiempo en la pole, se mantuvo segundo buena parte de la carrera, tras Daniel Holgado, a la postre ganador, hasta que en el tramo final acabó siendo superado por el británico Jake Dixon, relegándolo al tercer cajón de un podio que le supo a gloria. Cinco días después se hacía oficial su fichaje por su nuevo equipo para 2026.Fractura de fémur en su mejor momento También seguirá en el mismo equipo, el Liqui Moly Dynavolt Intact GP, David Muñoz, aunque el de Brenes se mantendrá en Moto3, donde compartirá box con David Almansa, y con la ambición de atacar el título mundial en su quinto año en la categoría. Como le sucedió a Rueda, el 2025 también acabó prematuramente para Muñoz, de 19 años, por culpa de un accidente. En su caso, acaecido precisamente en Mandalika, cuando luchaba por la victoria con su paisano y Adrián Fernández. Un toque de éste a la moto del brenero provocó su caída y la bandera roja, con el consiguiente alirón de Rueda, debido a la gravedad del incidente. Muñoz sufrió fractura de fémur con desplazamiento de su pierna izquierda. Una lesión de la que tuvo que ser intervenido dos veces, la segunda en Sevilla.Se perdió Muñoz los últimos cuatro grandes premios tras un curso irregular que empezó mal, con solo dos carreras de las primeras siete terminadas, logrando un sexto puesto en Qatar y un tercero en Le Mans. Tras un decepcionante primer tercio de la temporada, Muñoz levantó cabeza con seis podios, cinco de ellos seguidos, en las siete siguientes citas: a su primera victoria en el Mundial, en Aragón (emulando a Rueda en 2024) siguió un quinto puesto en Mugello, el triunfo en Sachsenring y tres terceros puestos con alguna remontada memorable en la República Checa, Austria y Hungría. Un crecimiento espectacular que debe poner las bases de su ilusionante 2026. Octavo en Cataluña y séptimo en San Marino, ganó en Japón antes el K.O. que para el de Brenes significó la caída en Mandalika, donde dos sevillanos vivieron la cara y la cruz de este adrenalínico deporte.
El motociclismo sevillano, que no ha sido precisamente una de las disciplinas más prolíficas en lo que a éxitos deportivos se refiere para la ciudad, vivió este 2025 un año mágico, inolvidable, ya se verá incluso si irrepetible. Por primera vez en la historia, un … piloto hispalense se proclamaba campeón del mundo. Lo consiguió el palaciego José Antonio Rueda, de 19 años, en Moto3, donde a principios de año partía como uno de los favoritos para el título tras el ascenso a Moto2 de Daniel Holgado, Colin Veijer, Iván Ortolá o el campeón mundial de 2024, David Alonso. El pronóstico, justificado gracias a su gran pretemporada, lo hizo bueno el de Los Chapatales gobernando casi en todo momento la clasificación general desde que se llevase el Gran Premio de Tailandia, que inauguraba el curso.
A esa excelente puesta en escena de Rueda le siguió un tercer puesto en Argentina y el triunfo en el Gran Premio de las Américas, en Austin, la carrera en la que más ganas tenía de imponerse tras el percance que sufrió allí en 2024, cuando no pudo correr al tener que ser operado de apendicitis. Esos tres podios en las tres primeras carreras del año ya le colocaron el cartel de candidato junto a Ángel Piqueras. Una etiqueta que ni siquiera el abandono obligado en Qatar por problemas mecánicos le arrebató. Iba como un tiro, sólido y sin fisuras sobre la moto, más consistente y rápido que ninguno de sus potenciales rivales al título.
Entre finales de abril y mayo retomó el liderato y lo consolidó con sus victorias en Jerez, Le Mans y Silverstone, donde posiblemente hizo la mejor carrera de su vida: remontó desde el fondo de la parrilla para entrar primero en meta y subirse por quinta vez al primer cajón del podio. En Aragón, donde firmó el primer triunfo de su vida, pinchó con un octavo puesto, pero se recuperó en Mugello rozando el podio (cuarto) cuando más empujaba Máximo Quiles y volvió a saborear las mieles del triunfo en Assen y Brno, con un tercer puesto intercalado en Sachsenring.
Con siete victorias en doce carreras y 85 puntos de ventaja ya sobre Ángel Piqueras, Rueda se marchaba a las vacaciones de verano con la confianza a tope y un importante colchón que defender, pero siendo consciente de que el segundo tramo de la temporada sería el más complicado con la temida gira asiática de por medio. Tras el receso estival, Rueda rubricó dos quintos puestos en Austria y Hungría y un segundo en Cataluña antes dar un paso de gigante hacia el título ganando en Misano. Era su octava victoria del año y en el box de Piqueras, a cuya máquina ya la habían cambiado varias veces el motor al sufrir un evidente problema en la aceleración en las rectas frente a sus rivales, lo daban prácticamente por perdido.
Rueda aventajaba entonces al valenciano en 78 puntos, que serían 93 con el segundo puesto sumado en Motegi. El Campeonato estaba visto para sentencia y el palaciego no desaprovechó la primera bola de partido. Que fue en el Circuito de Mandalika el 5 de octubre, con una nueva victoria, por supuesto, la número nueve de la temporada. Tímido y siempre sereno, Rueda hizo historia reforzando, además, su condición de pionero: ningún piloto sevillano ni andaluz había sido antes campeón del mundo. Un terreno inexplorado que estaba descubriendo este talentoso zagal de Los Palacios y Villafranca, el municipio que ya había dado al mundo varias estrellas del orbe futbolístico y ahora, también, un piloto fabuloso.
@RedBull_KTM_Ajo
Alirón en Mandalika
«Me gusta mucho aprender, ver cómo otra gente ha llegado hasta aquí. Soy muy sentimental. Vengo de Chapatales, que ni la gente de Sevilla sabe dónde está. Allí sólo hay campo, cabras y tractores. Hoy he cumplido mi sueño de ser campeón del mundo de Moto3 siendo el primer andaluz también», comentaba un emocionado Rueda nada más acabar la carrera en Mandalika. Era un mar de lágrimas tras culminar la gesta. El festejo se prolongó dos semanas, hasta el Gran Premio de Australia, en Phillip Island, porque ni cambió el paso ni se dejó llevar. Muy al contrario, ganó de nuevo, logrando su décima y última victoria del curso.
Una semana después se produjo el gran susto. Tremendo. En la vuelta de calentamiento de Sepang, la que prologa la carrera en la categoría de Moto3, Rueda colisionó contra Noah Dettwiler en un gravísimo accidente que dejó a ambos pilotos malparados tras ser despedidos de sus motos por el fortísimo impacto y en parada cardiaca. Tras ser reanimados, fueron trasladados al Hospital de Kuala Lumpur. Rueda no sufrió graves daños en la cabeza ni en el torso, pero sí fuertes contusiones en las costillas y los pulmones, además de fracturas en la mano derecha de las que fue operado en Barcelona cuando pudo ser trasladado a la Ciudad Condal.
Así, con el corazón en un puño por ese espeluznante accidente que afortunadamente no tuvo trágicas consecuencias, acabó el espectacular año de José Antonio Rueda, con un amargo final que el palaciego se ha quitado en las últimas semanas con los entrañables homenajes ofrecidos por su pueblo, donde ha sido recibido como un héroe, y también en el estadio de la Cartuja, donde el Betis y su afición rindieron tributo a un sevillano apasionado de la velocidad y los colores verdiblancos que ha hecho historia en Moto3 antes de su salto a Moto2, donde competirá en el Mundial de 2026 siendo compañero Colin Veijer en el garaje del Red Bull KTM Ajo.
Fractura de fémur en su mejor momento
También seguirá en el mismo equipo, el Liqui Moly Dynavolt Intact GP, David Muñoz, aunque el de Brenes se mantendrá en Moto3, donde compartirá box con David Almansa, y con la ambición de atacar el título mundial en su quinto año en la categoría. Como le sucedió a Rueda, el 2025 también acabó prematuramente para Muñoz, de 19 años, por culpa de un accidente. En su caso, acaecido precisamente en Mandalika, cuando luchaba por la victoria con su paisano y Adrián Fernández. Un toque de éste a la moto del brenero provocó su caída y la bandera roja, con el consiguiente alirón de Rueda, debido a la gravedad del incidente. Muñoz sufrió fractura de fémur con desplazamiento de su pierna izquierda. Una lesión de la que tuvo que ser intervenido dos veces, la segunda en Sevilla.
Se perdió Muñoz los últimos cuatro grandes premios tras un curso irregular que empezó mal, con solo dos carreras de las primeras siete terminadas, logrando un sexto puesto en Qatar y un tercero en Le Mans. Tras un decepcionante primer tercio de la temporada, Muñoz levantó cabeza con seis podios, cinco de ellos seguidos, en las siete siguientes citas: a su primera victoria en el Mundial, en Aragón (emulando a Rueda en 2024) siguió un quinto puesto en Mugello, el triunfo en Sachsenring y tres terceros puestos con alguna remontada memorable en la República Checa, Austria y Hungría. Un crecimiento espectacular que debe poner las bases de su ilusionante 2026. Octavo en Cataluña y séptimo en San Marino, ganó en Japón antes el K.O. que para el de Brenes significó la caída en Mandalika, donde dos sevillanos vivieron la cara y la cruz de este adrenalínico deporte.
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