Un ‘tsunami lento’ amenaza el Sur global: más de cien millones de edificios, sentenciados por la subida del nivel del mar

El término ‘Sur global’, que suele utilizarse para englobar a los países del tercer mundo o en vías de desarrollo coincide, aunque no perfectamente, con el hemisferio sur de la Tierra, que es también el más vulnerable y propenso a sufrir eventos climáticos extremos debidos al calentamiento global. Y ahora, un nuevo y exhaustivo estudio liderado por la Universidad McGill, en Canadá, acaba de confirmar con datos escalofriantes que la mayor parte de la ‘factura’ de nuestra ‘deuda climática’ recaerá, precisamente, en los países de esa región del planeta.El dato, desde luego, es escalofriante: más de 100 millones de edificios a lo largo de África, el Sudeste Asiático y América Central y del Sur corren el riesgo de ser engullidos por inundaciones en las próximas décadas si no se frenan de manera drástica e inmediata las emisiones de combustibles fósiles.Recién publicada en ‘Nature urban sustainability’ , la investigación no es una simple proyección estadística, sino una radiografía precisa y exhaustiva de la situación. Se trata, de hecho, de la primera evaluación a gran escala, edificio por edificio, realizada a partir de mapas satelitales detallados y datos de elevación para calcular el impacto del aumento del nivel del mar a lo largo de distintas escalas temporales. Un horizonte, por cierto, que va mucho más allá de las habituales proyecciones para el año 2100 y que nos obliga a pensar, incluso, en términos geológicos.Noticia Relacionada estandar No El hielo de Groenlandia ya se derritió en el pasado y los científicos avisan: «No compre una casa en la playa» José Manuel Nieves Un estudio aporta, por primera vez, evidencias directas de que también el centro, y no solo los bordes de la capa de hielo, pueden derretirse, lo que supondría un aumento de seis metros del nivel del marUn ‘tsunami lento’Según explica Natalya Gómez, coautora del estudio, la subida del nivel del mar es una consecuencia «lenta, pero imparable», del calentamiento global. «A menudo -afirma la investigadora- se habla de que el nivel del mar subirá decenas de centímetros , o tal vez un metro, pero en realidad podría seguir aumentando varios metros si no detenemos rápidamente la quema de combustibles fósiles». Un ‘tsunami lento’, es cierto, pero de consecuencias incalculables.El estudio analizó escenarios que varían desde un incremento de las aguas que oscila entre los 0,5 y los 20 metros. E incluso en el caso más optimista, el de 0,5 metros (que parece ya inevitable aunque se recorten drásticamente las emisiones), aproximadamente tres millones de edificios quedarían anegados. Es el ‘precio mínimo’ a pagar por décadas enteras de inacción en el pasado. Sin embargo, en escenarios más extremos, con subidas de cinco metros o más (algo perfectamente esperable en un plazo de unos pocos siglos si la dependencia de los combustibles fósiles persiste), el peligro se dispara a más de 100 millones de estructuras de todo tipo.El grado de vulnerabilidad, sin embargo, no es aleatorio, y los edificios más amenazados se concentran en zonas bajas y densamente pobladas, lo que implica que barrios enteros, infraestructuras críticas y, aún más doloroso, sitios de patrimonio cultural de valor incalculable, quedarían bajo las aguas. Hablamos, pues, de la historia y el futuro de naciones enteras.¿Qué hemisferio se calienta más rápido?Es una de las cuestiones más complejas a las que se enfrenta la ciencia climática moderna. Y la respuesta no está exenta de matices. Los datos, en efecto, indican que es el Hemisferio Norte el que se calienta más deprisa, aunque también es el que mayores esfuerzos hace por contener sus emisiones, limpiando más su aire y aumentando así su albedo (la capacidad para reflejar la luz solar). Lo cual, unido a otros factores, como la mayor extensión oceánica en el Hemisferio Sur y la configuración de sus corrientes, contribuyen a que este sea más vulnerable y propenso a sufrir eventos extremos. El Sur Global es una intrincada red que abarca a más de 170 países. Pero no todos los lugares están amenazados con la misma intensidad, algo que también depende de las características geográficas de cada zona. «Algunos países costeros -explica Jeff Cardile, coautor del estudio- están mucho más expuestos que otros, debido a los detalles de la topografía costera y la ubicación de los edificios». Es evidente que un aumento del nivel del mar no tiene el mismo efecto en una costa rocosa con altos acantilados que en un delta fluvial, donde incluso un pequeño aumento, digamos de solo un metro, puede provocar inundaciones que abarcan miles de kilómetros cuadrados tierra adentro.Los puntos más críticosSegún el estudio, las regiones más críticas incluyen grandes extensiones de Asia Sudoriental, donde mega ciudades costeras como Yakarta (que ya se está hundiendo) o Bangkok están en serio peligro. En África, ciudades portuarias vitales para el comercio continental, desde Lagos hasta Mombasa, se enfrentan a un riesgo similar. Y en Sudamérica, las zonas bajas costeras que albergan infraestructuras energéticas críticas y puertos clave, como los de Brasil o Perú, están igualmente amenazadas.Pero las consecuencias no se limitan sólo a las zonas costeras. En palabras del también coautor Eric Galbraith, «todos dependemos de bienes, alimentos y combustibles que pasan por puertos e infraestructuras costeras expuestas a la subida del nivel del mar. La alteración de esta infraestructura esencial podría causar estragos en nuestra economía y sistemas alimentarios, que están globalmente interconectados».Se trata, pues, de una especie de ‘efecto dominó’ global. Si el puerto de El Callao (Perú) o la refinería de Durban (Sudáfrica) sufren interrupciones crónicas por inundaciones, la cadena de suministro de materias primas y productos manufacturados podría paralizarse, afectando a ciudadanos en Madrid, Múnich o Chicago, que no viven cerca del mar. El impacto, aunque indirecto, se sentiría en el precio de la cesta de la compra y en la falta de disponibilidad de numerosos productos.Consenso globalLa cruda realidad planteada por el estudio de Mc Gill cuenta con el respaldo del consenso científico global. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, en efecto, confirma que, incluso si se alcanzaran los objetivos del Acuerdo de París, el aumento del nivel del mar continuará inevitablemente durante siglos.La razón para ello es la ‘inercia térmica’ del planeta: los océanos tardan miles de años en calentarse y expandirse por completo (expansión térmica), y las grandes capas de hielo polar (Antártida y Groenlandia) responden con extrema lentitud a los aumentos de temperatura. De hecho, el IPCC advierte que un calentamiento de 2∘C a 3∘C podría desencadenar el derretimiento irreversible y casi completo de estas capas de hielo durante milenios, resultando en un aumento de varios metros en el nivel del mar. Según la OCDE, los daños por inundaciones, que van en continuo aumento, se estiman en miles de millones de euros anuales solo para la próxima década. El nuevo estudio proporciona una herramienta de gran valor para llevar a cabo una planificación adecuada. Su mapa interactivo, puesto a disposición pública a través de Google Earth Engine, permite a los responsables políticos y urbanistas visualizar con precisión milimétrica qué regiones se enfrentan los mayores riesgos.Los datos facilitados, en efecto, permitirán planificar estrategias de adaptación climática, como la construcción de infraestructuras de protección, ajustes en la planificación del uso de la tierra o, en los peores casos, la correcta gestión de una inevitable retirada.MÁS INFORMACIÓN noticia Si Nuevas evidencias apuntan a que un cometa acabó con los primeros norteamericanos noticia Si Descubren una Gran Ola que recorre como un ‘tsunami’ nuestra galaxia entera«No hay escapatoria -concluye Maya Willard-Stepan, autora principal del artículo- al menos no a una cantidad moderada de aumento del nivel del mar. Y cuanto antes las comunidades costeras puedan comenzar a planificarlo, más posibilidades tendrán de seguir floreciendo». El término ‘Sur global’, que suele utilizarse para englobar a los países del tercer mundo o en vías de desarrollo coincide, aunque no perfectamente, con el hemisferio sur de la Tierra, que es también el más vulnerable y propenso a sufrir eventos climáticos extremos debidos al calentamiento global. Y ahora, un nuevo y exhaustivo estudio liderado por la Universidad McGill, en Canadá, acaba de confirmar con datos escalofriantes que la mayor parte de la ‘factura’ de nuestra ‘deuda climática’ recaerá, precisamente, en los países de esa región del planeta.El dato, desde luego, es escalofriante: más de 100 millones de edificios a lo largo de África, el Sudeste Asiático y América Central y del Sur corren el riesgo de ser engullidos por inundaciones en las próximas décadas si no se frenan de manera drástica e inmediata las emisiones de combustibles fósiles.Recién publicada en ‘Nature urban sustainability’ , la investigación no es una simple proyección estadística, sino una radiografía precisa y exhaustiva de la situación. Se trata, de hecho, de la primera evaluación a gran escala, edificio por edificio, realizada a partir de mapas satelitales detallados y datos de elevación para calcular el impacto del aumento del nivel del mar a lo largo de distintas escalas temporales. Un horizonte, por cierto, que va mucho más allá de las habituales proyecciones para el año 2100 y que nos obliga a pensar, incluso, en términos geológicos.Noticia Relacionada estandar No El hielo de Groenlandia ya se derritió en el pasado y los científicos avisan: «No compre una casa en la playa» José Manuel Nieves Un estudio aporta, por primera vez, evidencias directas de que también el centro, y no solo los bordes de la capa de hielo, pueden derretirse, lo que supondría un aumento de seis metros del nivel del marUn ‘tsunami lento’Según explica Natalya Gómez, coautora del estudio, la subida del nivel del mar es una consecuencia «lenta, pero imparable», del calentamiento global. «A menudo -afirma la investigadora- se habla de que el nivel del mar subirá decenas de centímetros , o tal vez un metro, pero en realidad podría seguir aumentando varios metros si no detenemos rápidamente la quema de combustibles fósiles». Un ‘tsunami lento’, es cierto, pero de consecuencias incalculables.El estudio analizó escenarios que varían desde un incremento de las aguas que oscila entre los 0,5 y los 20 metros. E incluso en el caso más optimista, el de 0,5 metros (que parece ya inevitable aunque se recorten drásticamente las emisiones), aproximadamente tres millones de edificios quedarían anegados. Es el ‘precio mínimo’ a pagar por décadas enteras de inacción en el pasado. Sin embargo, en escenarios más extremos, con subidas de cinco metros o más (algo perfectamente esperable en un plazo de unos pocos siglos si la dependencia de los combustibles fósiles persiste), el peligro se dispara a más de 100 millones de estructuras de todo tipo.El grado de vulnerabilidad, sin embargo, no es aleatorio, y los edificios más amenazados se concentran en zonas bajas y densamente pobladas, lo que implica que barrios enteros, infraestructuras críticas y, aún más doloroso, sitios de patrimonio cultural de valor incalculable, quedarían bajo las aguas. Hablamos, pues, de la historia y el futuro de naciones enteras.¿Qué hemisferio se calienta más rápido?Es una de las cuestiones más complejas a las que se enfrenta la ciencia climática moderna. Y la respuesta no está exenta de matices. Los datos, en efecto, indican que es el Hemisferio Norte el que se calienta más deprisa, aunque también es el que mayores esfuerzos hace por contener sus emisiones, limpiando más su aire y aumentando así su albedo (la capacidad para reflejar la luz solar). Lo cual, unido a otros factores, como la mayor extensión oceánica en el Hemisferio Sur y la configuración de sus corrientes, contribuyen a que este sea más vulnerable y propenso a sufrir eventos extremos. El Sur Global es una intrincada red que abarca a más de 170 países. Pero no todos los lugares están amenazados con la misma intensidad, algo que también depende de las características geográficas de cada zona. «Algunos países costeros -explica Jeff Cardile, coautor del estudio- están mucho más expuestos que otros, debido a los detalles de la topografía costera y la ubicación de los edificios». Es evidente que un aumento del nivel del mar no tiene el mismo efecto en una costa rocosa con altos acantilados que en un delta fluvial, donde incluso un pequeño aumento, digamos de solo un metro, puede provocar inundaciones que abarcan miles de kilómetros cuadrados tierra adentro.Los puntos más críticosSegún el estudio, las regiones más críticas incluyen grandes extensiones de Asia Sudoriental, donde mega ciudades costeras como Yakarta (que ya se está hundiendo) o Bangkok están en serio peligro. En África, ciudades portuarias vitales para el comercio continental, desde Lagos hasta Mombasa, se enfrentan a un riesgo similar. Y en Sudamérica, las zonas bajas costeras que albergan infraestructuras energéticas críticas y puertos clave, como los de Brasil o Perú, están igualmente amenazadas.Pero las consecuencias no se limitan sólo a las zonas costeras. En palabras del también coautor Eric Galbraith, «todos dependemos de bienes, alimentos y combustibles que pasan por puertos e infraestructuras costeras expuestas a la subida del nivel del mar. La alteración de esta infraestructura esencial podría causar estragos en nuestra economía y sistemas alimentarios, que están globalmente interconectados».Se trata, pues, de una especie de ‘efecto dominó’ global. Si el puerto de El Callao (Perú) o la refinería de Durban (Sudáfrica) sufren interrupciones crónicas por inundaciones, la cadena de suministro de materias primas y productos manufacturados podría paralizarse, afectando a ciudadanos en Madrid, Múnich o Chicago, que no viven cerca del mar. El impacto, aunque indirecto, se sentiría en el precio de la cesta de la compra y en la falta de disponibilidad de numerosos productos.Consenso globalLa cruda realidad planteada por el estudio de Mc Gill cuenta con el respaldo del consenso científico global. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, en efecto, confirma que, incluso si se alcanzaran los objetivos del Acuerdo de París, el aumento del nivel del mar continuará inevitablemente durante siglos.La razón para ello es la ‘inercia térmica’ del planeta: los océanos tardan miles de años en calentarse y expandirse por completo (expansión térmica), y las grandes capas de hielo polar (Antártida y Groenlandia) responden con extrema lentitud a los aumentos de temperatura. De hecho, el IPCC advierte que un calentamiento de 2∘C a 3∘C podría desencadenar el derretimiento irreversible y casi completo de estas capas de hielo durante milenios, resultando en un aumento de varios metros en el nivel del mar. Según la OCDE, los daños por inundaciones, que van en continuo aumento, se estiman en miles de millones de euros anuales solo para la próxima década. El nuevo estudio proporciona una herramienta de gran valor para llevar a cabo una planificación adecuada. Su mapa interactivo, puesto a disposición pública a través de Google Earth Engine, permite a los responsables políticos y urbanistas visualizar con precisión milimétrica qué regiones se enfrentan los mayores riesgos.Los datos facilitados, en efecto, permitirán planificar estrategias de adaptación climática, como la construcción de infraestructuras de protección, ajustes en la planificación del uso de la tierra o, en los peores casos, la correcta gestión de una inevitable retirada.MÁS INFORMACIÓN noticia Si Nuevas evidencias apuntan a que un cometa acabó con los primeros norteamericanos noticia Si Descubren una Gran Ola que recorre como un ‘tsunami’ nuestra galaxia entera«No hay escapatoria -concluye Maya Willard-Stepan, autora principal del artículo- al menos no a una cantidad moderada de aumento del nivel del mar. Y cuanto antes las comunidades costeras puedan comenzar a planificarlo, más posibilidades tendrán de seguir floreciendo».  

El término ‘Sur global’, que suele utilizarse para englobar a los países del tercer mundo o en vías de desarrollo coincide, aunque no perfectamente, con el hemisferio sur de la Tierra, que es también el más vulnerable y propenso a sufrir eventos climáticos extremos debidos … al calentamiento global. Y ahora, un nuevo y exhaustivo estudio liderado por la Universidad McGill, en Canadá, acaba de confirmar con datos escalofriantes que la mayor parte de la ‘factura’ de nuestra ‘deuda climática’ recaerá, precisamente, en los países de esa región del planeta.

El dato, desde luego, es escalofriante: más de 100 millones de edificios a lo largo de África, el Sudeste Asiático y América Central y del Sur corren el riesgo de ser engullidos por inundaciones en las próximas décadas si no se frenan de manera drástica e inmediata las emisiones de combustibles fósiles.

Recién publicada en ‘Nature urban sustainability’, la investigación no es una simple proyección estadística, sino una radiografía precisa y exhaustiva de la situación. Se trata, de hecho, de la primera evaluación a gran escala, edificio por edificio, realizada a partir de mapas satelitales detallados y datos de elevación para calcular el impacto del aumento del nivel del mar a lo largo de distintas escalas temporales. Un horizonte, por cierto, que va mucho más allá de las habituales proyecciones para el año 2100 y que nos obliga a pensar, incluso, en términos geológicos.

Un ‘tsunami lento’

Según explica Natalya Gómez, coautora del estudio, la subida del nivel del mar es una consecuencia «lenta, pero imparable», del calentamiento global. «A menudo -afirma la investigadora- se habla de que el nivel del mar subirá decenas de centímetros, o tal vez un metro, pero en realidad podría seguir aumentando varios metros si no detenemos rápidamente la quema de combustibles fósiles». Un ‘tsunami lento’, es cierto, pero de consecuencias incalculables.

El estudio analizó escenarios que varían desde un incremento de las aguas que oscila entre los 0,5 y los 20 metros. E incluso en el caso más optimista, el de 0,5 metros (que parece ya inevitable aunque se recorten drásticamente las emisiones), aproximadamente tres millones de edificios quedarían anegados. Es el ‘precio mínimo’ a pagar por décadas enteras de inacción en el pasado. Sin embargo, en escenarios más extremos, con subidas de cinco metros o más (algo perfectamente esperable en un plazo de unos pocos siglos si la dependencia de los combustibles fósiles persiste), el peligro se dispara a más de 100 millones de estructuras de todo tipo.

El grado de vulnerabilidad, sin embargo, no es aleatorio, y los edificios más amenazados se concentran en zonas bajas y densamente pobladas, lo que implica que barrios enteros, infraestructuras críticas y, aún más doloroso, sitios de patrimonio cultural de valor incalculable, quedarían bajo las aguas. Hablamos, pues, de la historia y el futuro de naciones enteras.

¿Qué hemisferio se calienta más rápido?

Es una de las cuestiones más complejas a las que se enfrenta la ciencia climática moderna. Y la respuesta no está exenta de matices. Los datos, en efecto, indican que es el Hemisferio Norte el que se calienta más deprisa, aunque también es el que mayores esfuerzos hace por contener sus emisiones, limpiando más su aire y aumentando así su albedo (la capacidad para reflejar la luz solar). Lo cual, unido a otros factores, como la mayor extensión oceánica en el Hemisferio Sur y la configuración de sus corrientes, contribuyen a que este sea más vulnerable y propenso a sufrir eventos extremos.

El Sur Global es una intrincada red que abarca a más de 170 países. Pero no todos los lugares están amenazados con la misma intensidad, algo que también depende de las características geográficas de cada zona. «Algunos países costeros -explica Jeff Cardile, coautor del estudio- están mucho más expuestos que otros, debido a los detalles de la topografía costera y la ubicación de los edificios». Es evidente que un aumento del nivel del mar no tiene el mismo efecto en una costa rocosa con altos acantilados que en un delta fluvial, donde incluso un pequeño aumento, digamos de solo un metro, puede provocar inundaciones que abarcan miles de kilómetros cuadrados tierra adentro.

Los puntos más críticos

Según el estudio, las regiones más críticas incluyen grandes extensiones de Asia Sudoriental, donde mega ciudades costeras como Yakarta (que ya se está hundiendo) o Bangkok están en serio peligro. En África, ciudades portuarias vitales para el comercio continental, desde Lagos hasta Mombasa, se enfrentan a un riesgo similar. Y en Sudamérica, las zonas bajas costeras que albergan infraestructuras energéticas críticas y puertos clave, como los de Brasil o Perú, están igualmente amenazadas.

Pero las consecuencias no se limitan sólo a las zonas costeras. En palabras del también coautor Eric Galbraith, «todos dependemos de bienes, alimentos y combustibles que pasan por puertos e infraestructuras costeras expuestas a la subida del nivel del mar. La alteración de esta infraestructura esencial podría causar estragos en nuestra economía y sistemas alimentarios, que están globalmente interconectados».

Se trata, pues, de una especie de ‘efecto dominó’ global. Si el puerto de El Callao (Perú) o la refinería de Durban (Sudáfrica) sufren interrupciones crónicas por inundaciones, la cadena de suministro de materias primas y productos manufacturados podría paralizarse, afectando a ciudadanos en Madrid, Múnich o Chicago, que no viven cerca del mar. El impacto, aunque indirecto, se sentiría en el precio de la cesta de la compra y en la falta de disponibilidad de numerosos productos.

Consenso global

La cruda realidad planteada por el estudio de Mc Gill cuenta con el respaldo del consenso científico global. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, en efecto, confirma que, incluso si se alcanzaran los objetivos del Acuerdo de París, el aumento del nivel del mar continuará inevitablemente durante siglos.

La razón para ello es la ‘inercia térmica’ del planeta: los océanos tardan miles de años en calentarse y expandirse por completo (expansión térmica), y las grandes capas de hielo polar (Antártida y Groenlandia) responden con extrema lentitud a los aumentos de temperatura. De hecho, el IPCC advierte que un calentamiento de 2∘C a 3∘C podría desencadenar el derretimiento irreversible y casi completo de estas capas de hielo durante milenios, resultando en un aumento de varios metros en el nivel del mar. Según la OCDE, los daños por inundaciones, que van en continuo aumento, se estiman en miles de millones de euros anuales solo para la próxima década.

El nuevo estudio proporciona una herramienta de gran valor para llevar a cabo una planificación adecuada. Su mapa interactivo, puesto a disposición pública a través de Google Earth Engine, permite a los responsables políticos y urbanistas visualizar con precisión milimétrica qué regiones se enfrentan los mayores riesgos.

Los datos facilitados, en efecto, permitirán planificar estrategias de adaptación climática, como la construcción de infraestructuras de protección, ajustes en la planificación del uso de la tierra o, en los peores casos, la correcta gestión de una inevitable retirada.

«No hay escapatoria -concluye Maya Willard-Stepan, autora principal del artículo- al menos no a una cantidad moderada de aumento del nivel del mar. Y cuanto antes las comunidades costeras puedan comenzar a planificarlo, más posibilidades tendrán de seguir floreciendo».

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