El mejor entrenador en activo es un personaje insoportable, Pep Guardiola, y ha dicho una verdad como un templo (o como la copa de un pino, para quienes no sepan qué es un templo): «Al público madridista le encanta un juego de transiciones, ritmo alto e impulso constante. Un juego rápido, abierto y de alta rotación alimenta la atmósfera. Alimenta la creencia. Crea caos para el oponente«. Eso es todo. Eso ha sido Vinícius . (Guardiola ha elogiado a Rodrygo, pero, como buen español, Guardiola lo hacía contra Vinícius, que es el que quisiera). El otro día, después del peor partido del Real Madrid que uno recuerda , preguntaron en sala de prensa a Xabi Alonso por los pitos de la cochambre pipera a Vinícius, y su entrenador respondió: «El público es soberano». Éste es la Thatcher que gobierna el vestuario. (Thatcher declaró «Yo disparé» cuando en los Comunes le pidieron explicaciones por unos sospechosos muertos a tiros en Gibraltar). Luego se queja de que le hacen la cama . Xabi, que ya nos ha dejado sin Endrick (muy vasco hay que ser para, pudiendo escoger, preferir en un equipo de fútbol a Gonzalo García Torres que a Endrick Felipe Moreira de Sousa), nos quiere dejar ahora sin argumento, porque ¿qué es el público? «¿Quién es el público y dónde se encuentra?», preguntó famosamente Larra en un artículo. ¿Y qué es soberano? Según la ciencia (Schmitt, fundador de la ciencia constitucional), soberano es el que decide el estado de excepción. O en formulación más nuestra: soberano es el poder que obtiene obediencia en concurrencia con otros poderes. Así que, gracias a Dios, en el Bernabéu el soberano es Florentino Pérez , no el piperío ronceril, representante del inmovilismo más reaccionario de España, que pitó a Mourinho y a Cristiano, y al que ahora le vienen demasiado grandes los zapatos de Vinícius, acostumbrado como está a patalear con los de Amavisca e Isidro Díaz. Si Xabi creyera que el público es soberano, la Xabineta jugaría con el estilo descrito por Guardiola (¡aquel estilo Mourinho!), exactamente lo contrario a esa carrera de sacos que propone desde que ha venido, y quiere que los jugadores no se rían cuando los delanteros del Talavera te meten en tu área a balonazo limpio. ¿Que Vinícius era uno de los que se reían? Hay que vender a Vinícius. Canetti discurrió que, para la historia de las mentalidades, sin los disparates de la inflación alemana de entreguerras no hubieran sido posibles luego los disparates del pintor austríaco. Si no aceptamos como normalidad que echen a Vinícius José Paixão de Oliveira Júnior del Real Madrid , tampoco nos parecería normal que echen a Adolfo Suárez González del aeropuerto de Barajas.Noticias relacionadas opinion Si El Bar de Mou El machete de la J Ignacio Ruiz-Quintano opinion Si Partidazo Qué hacer con Vinicius Juanma Castaño ¿Es peor el público del Bernabéu que los demás públicos de España? Pemán definió una vez los diferentes públicos de España, que son los mismos para los oradores que para los futbolistas. Según él, los andaluces, contra lo que suele creerse, son los más fríos de todos. Los más apasionados, los levantinos. Los catalanes, más individualistas, se exaltan menos, pero entienden profundamente. Los vascos son duros para entregarse; pero como ellos son pobres de verbo, admiran casi supersticiosamente la facilidad del Sur. «Fue en Bilbao, al salir de un borrascoso mitin en el frontón Euskalduna, donde una mujeruca de pueblo, mirándome con espanto, me dijo: ‘Me duele la garganta de oírlo a usted’.» Los gallegos son finísimos de comprensión y sensibles, como ningunos, para las galas poéticas y líricas. Los castellanos son tranquilos, medidos y fervorosos. Quieren que todo se les razone y explique… El público del Bernabéu es un poco todo esto (la barbarie ibérica, que es unánime, como decía Max Estrella ), y por eso el mejor público madridista es el extranjero, el público de las Copas de Europa. Con semejante público y con semejante entrenador, haría bien Vinícius si huyera a la Premier, dejando su hueco a Gonzalo, que presiona que da gusto, que es todo cuanto piden el pipero alienado y los ‘butanitos’ de Podcast que lo pastorean. Feliz Año Nuevo. El mejor entrenador en activo es un personaje insoportable, Pep Guardiola, y ha dicho una verdad como un templo (o como la copa de un pino, para quienes no sepan qué es un templo): «Al público madridista le encanta un juego de transiciones, ritmo alto e impulso constante. Un juego rápido, abierto y de alta rotación alimenta la atmósfera. Alimenta la creencia. Crea caos para el oponente«. Eso es todo. Eso ha sido Vinícius . (Guardiola ha elogiado a Rodrygo, pero, como buen español, Guardiola lo hacía contra Vinícius, que es el que quisiera). El otro día, después del peor partido del Real Madrid que uno recuerda , preguntaron en sala de prensa a Xabi Alonso por los pitos de la cochambre pipera a Vinícius, y su entrenador respondió: «El público es soberano». Éste es la Thatcher que gobierna el vestuario. (Thatcher declaró «Yo disparé» cuando en los Comunes le pidieron explicaciones por unos sospechosos muertos a tiros en Gibraltar). Luego se queja de que le hacen la cama . Xabi, que ya nos ha dejado sin Endrick (muy vasco hay que ser para, pudiendo escoger, preferir en un equipo de fútbol a Gonzalo García Torres que a Endrick Felipe Moreira de Sousa), nos quiere dejar ahora sin argumento, porque ¿qué es el público? «¿Quién es el público y dónde se encuentra?», preguntó famosamente Larra en un artículo. ¿Y qué es soberano? Según la ciencia (Schmitt, fundador de la ciencia constitucional), soberano es el que decide el estado de excepción. O en formulación más nuestra: soberano es el poder que obtiene obediencia en concurrencia con otros poderes. Así que, gracias a Dios, en el Bernabéu el soberano es Florentino Pérez , no el piperío ronceril, representante del inmovilismo más reaccionario de España, que pitó a Mourinho y a Cristiano, y al que ahora le vienen demasiado grandes los zapatos de Vinícius, acostumbrado como está a patalear con los de Amavisca e Isidro Díaz. Si Xabi creyera que el público es soberano, la Xabineta jugaría con el estilo descrito por Guardiola (¡aquel estilo Mourinho!), exactamente lo contrario a esa carrera de sacos que propone desde que ha venido, y quiere que los jugadores no se rían cuando los delanteros del Talavera te meten en tu área a balonazo limpio. ¿Que Vinícius era uno de los que se reían? Hay que vender a Vinícius. Canetti discurrió que, para la historia de las mentalidades, sin los disparates de la inflación alemana de entreguerras no hubieran sido posibles luego los disparates del pintor austríaco. Si no aceptamos como normalidad que echen a Vinícius José Paixão de Oliveira Júnior del Real Madrid , tampoco nos parecería normal que echen a Adolfo Suárez González del aeropuerto de Barajas.Noticias relacionadas opinion Si El Bar de Mou El machete de la J Ignacio Ruiz-Quintano opinion Si Partidazo Qué hacer con Vinicius Juanma Castaño ¿Es peor el público del Bernabéu que los demás públicos de España? Pemán definió una vez los diferentes públicos de España, que son los mismos para los oradores que para los futbolistas. Según él, los andaluces, contra lo que suele creerse, son los más fríos de todos. Los más apasionados, los levantinos. Los catalanes, más individualistas, se exaltan menos, pero entienden profundamente. Los vascos son duros para entregarse; pero como ellos son pobres de verbo, admiran casi supersticiosamente la facilidad del Sur. «Fue en Bilbao, al salir de un borrascoso mitin en el frontón Euskalduna, donde una mujeruca de pueblo, mirándome con espanto, me dijo: ‘Me duele la garganta de oírlo a usted’.» Los gallegos son finísimos de comprensión y sensibles, como ningunos, para las galas poéticas y líricas. Los castellanos son tranquilos, medidos y fervorosos. Quieren que todo se les razone y explique… El público del Bernabéu es un poco todo esto (la barbarie ibérica, que es unánime, como decía Max Estrella ), y por eso el mejor público madridista es el extranjero, el público de las Copas de Europa. Con semejante público y con semejante entrenador, haría bien Vinícius si huyera a la Premier, dejando su hueco a Gonzalo, que presiona que da gusto, que es todo cuanto piden el pipero alienado y los ‘butanitos’ de Podcast que lo pastorean. Feliz Año Nuevo.
El mejor entrenador en activo es un personaje insoportable, Pep Guardiola, y ha dicho una verdad como un templo (o como la copa de un pino, para quienes no sepan qué es un templo): «Al público madridista le encanta un juego de transiciones, ritmo alto … e impulso constante. Un juego rápido, abierto y de alta rotación alimenta la atmósfera. Alimenta la creencia. Crea caos para el oponente«. Eso es todo. Eso ha sido Vinícius. (Guardiola ha elogiado a Rodrygo, pero, como buen español, Guardiola lo hacía contra Vinícius, que es el que quisiera).
El otro día, después del peor partido del Real Madrid que uno recuerda, preguntaron en sala de prensa a Xabi Alonso por los pitos de la cochambre pipera a Vinícius, y su entrenador respondió: «El público es soberano». Éste es la Thatcher que gobierna el vestuario. (Thatcher declaró «Yo disparé» cuando en los Comunes le pidieron explicaciones por unos sospechosos muertos a tiros en Gibraltar). Luego se queja de que le hacen la cama.
Xabi, que ya nos ha dejado sin Endrick (muy vasco hay que ser para, pudiendo escoger, preferir en un equipo de fútbol a Gonzalo García Torres que a Endrick Felipe Moreira de Sousa), nos quiere dejar ahora sin argumento, porque ¿qué es el público? «¿Quién es el público y dónde se encuentra?», preguntó famosamente Larra en un artículo. ¿Y qué es soberano? Según la ciencia (Schmitt, fundador de la ciencia constitucional), soberano es el que decide el estado de excepción. O en formulación más nuestra: soberano es el poder que obtiene obediencia en concurrencia con otros poderes.
Así que, gracias a Dios, en el Bernabéu el soberano es Florentino Pérez, no el piperío ronceril, representante del inmovilismo más reaccionario de España, que pitó a Mourinho y a Cristiano, y al que ahora le vienen demasiado grandes los zapatos de Vinícius, acostumbrado como está a patalear con los de Amavisca e Isidro Díaz.
Si Xabi creyera que el público es soberano, la Xabineta jugaría con el estilo descrito por Guardiola (¡aquel estilo Mourinho!), exactamente lo contrario a esa carrera de sacos que propone desde que ha venido, y quiere que los jugadores no se rían cuando los delanteros del Talavera te meten en tu área a balonazo limpio. ¿Que Vinícius era uno de los que se reían? Hay que vender a Vinícius.
Canetti discurrió que, para la historia de las mentalidades, sin los disparates de la inflación alemana de entreguerras no hubieran sido posibles luego los disparates del pintor austríaco. Si no aceptamos como normalidad que echen a Vinícius José Paixão de Oliveira Júnior del Real Madrid, tampoco nos parecería normal que echen a Adolfo Suárez González del aeropuerto de Barajas.
¿Es peor el público del Bernabéu que los demás públicos de España? Pemán definió una vez los diferentes públicos de España, que son los mismos para los oradores que para los futbolistas. Según él, los andaluces, contra lo que suele creerse, son los más fríos de todos. Los más apasionados, los levantinos. Los catalanes, más individualistas, se exaltan menos, pero entienden profundamente. Los vascos son duros para entregarse; pero como ellos son pobres de verbo, admiran casi supersticiosamente la facilidad del Sur. «Fue en Bilbao, al salir de un borrascoso mitin en el frontón Euskalduna, donde una mujeruca de pueblo, mirándome con espanto, me dijo: ‘Me duele la garganta de oírlo a usted’.» Los gallegos son finísimos de comprensión y sensibles, como ningunos, para las galas poéticas y líricas. Los castellanos son tranquilos, medidos y fervorosos. Quieren que todo se les razone y explique…
El público del Bernabéu es un poco todo esto (la barbarie ibérica, que es unánime, como decía Max Estrella), y por eso el mejor público madridista es el extranjero, el público de las Copas de Europa. Con semejante público y con semejante entrenador, haría bien Vinícius si huyera a la Premier, dejando su hueco a Gonzalo, que presiona que da gusto, que es todo cuanto piden el pipero alienado y los ‘butanitos’ de Podcast que lo pastorean. Feliz Año Nuevo.
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