Hubo un momento en que el tempo de los partidos lo marcaba Demetrio Albertini (Besana in Brianza, 1971). Lento de movimientos, jugaba con una velocidad mental tal que casi parecía un intruso, un iconoclasta en un país cuyo fútbol ganador y arrogante poco a poco fue abigarrándose. ‘Il metronomo’, sobre todo en el inolvidable Milan de los noventa, pero también una temporada en el Atlético de Madrid (2003) y media en el Barça de Rijkaard (2005), acariciaba el balón y se anticipaba al tiempo. Lo dilataba, lo manipulaba, lo ceñía a su antojo. Su caleidoscopio era amplio y policromado. Su fútbol, tan sencillo que se antojaba complicadísimo de realizar. De todo ello habla para ABC.Barça y Atlético, ¿qué significan para usted?Dos familias que me adoptaron . Ya no quedan compañeros con los que coincidí jugando. Dos mundos diversos, con sus filosofías, sus tifosi… Me dieron un cariño enorme, a pesar de haberles regalado mucho menos de lo que por ejemplo di al Milan. Es normal, sí. Es una cuestión biológica y natural. El Milan es mi casa, pero le guardo un cariño inmenso. En el Atlético no se olvidan de su gol de falta en el Bernabéu en el minuto 95 (el tanto que, según confesión propia, más ha escocido a Florentino Pérez). Recuerdo esa imagen icónica de Jesús Gil en el palco enormemente feliz. Y cada vez que se menciona ese momento, también me viene a la cabeza Luis levantándose del banquillo alzando el brazo y apretando el puño de alegría… Todavía hoy me recuerdan todo eso, sí. Estuve hace días en el Metropolitano viendo al Inter, y muchos me pararon para rescatar ese instante que sí, que forma parte de la historia rojiblanca. Lógicamente es un orgullo para mí. Algo muy especial. Nombra a Luis Aragonés, que después se sacó de la chistera el maravilloso tiki taka de la Eurocopa 2008…No lo recuerdo tanto de tiki taka, sinceramente. Ahí discrepo. Desde mi punto de vista su impacto no fue solo a nivel técnico. Eso sería limitarlo. La clave fue unir almas de futbolistas extraordinarios que llegaban de contextos diferentes. Un pionero. Jugadores del Real Madrid, del Barça. ¿Entiendes? A lo largo de la historia, España tuvo muchas estrellas, pero encontró siempre dificultades para ser escuadra, estar ensamblada durante una Euro o un Mundial. Luis hizo eso . Luego más que el juego, creo que fue clave en crear un grupo desde el punto de vista humano. Una gestión magnífica creando un alma conjunta y uniforme con Casillas, Puyol, Sergio Ramos, Iniesta, Xavi, Silva, Torres también… Estilos diferentes que hizo uno. Usted coincidió con el debut de Fernando en la Liga . Venía de Segunda División. Era muy joven, pero hablamos de un predestinado. Ya se veía, sin duda. Repasando los onces de ese partido de su gol contra el Madrid estaban José Mari, Contra y Javi Moreno… Jugaron en el Milan con usted, pero no calaron.Ese año (2002-03) hay cinco jugadores que el Atlético de Madrid se trae del Milan. Son los que citas, más Coloccini y yo. Hubo una colaboración entre ambas entidades, y se hizo este pack para reforzar a los rojiblancos. Sí, es verdad que no triunfaron en el Milan, pero también han dejado su sello en el fútbol. Te recuerdo que todos fueron internacionales. Pero cuando vas a otras realidades sucede que las expectativas son mayores respecto a lo que después hay. Otro partido icónico suyo: Milán 3-3 Barcelona, 18 de octubre del 2000. Tres goles de Rivaldo en San Siro. Dos suyos y el otro precisamente de José Mari.De alguna manera, mi camino futbolístico es paralelo al del Barça. Desde el inicio. La final de Copa de Europa 94 en Atenas, la trayectoria de Guardiola… Jugábamos en la misma posición en dos grandes clubes, muchos enfrentamientos directos, él después vino a Italia y yo a España… Además, nunca perdí contra el Barça. Objetivamente, considero que estoy de alguna manera unido al Barcelona. Respecto a ese partido, decir que fue una noche extraordinaria. Mágica, muy recordada.Sus inicios con Sacchi, un maestro de la defensa en zona, el achique de espacios, la línea alta tirando el fuera de juego… Quizás inspiró a Flick y su defensa suicida. ¿El problema, como dice el alemán, es cuando falta presión en todas las líneas?Estoy de acuerdo con lo que dice Flick y la intensidad global. Tener la defensa alta supone que todo el equipo debe trabajar para cerrar bien los espacios. Significa que la presión debe ser obsesiva. Si los delanteros hacen bien este trabajo, la defensa adelantada tiene unos beneficios enormes. Si no es así, si los espacios no se cierran, la retaguardia en la medular supone un riesgo enorme porque el campo es, al final, igual para todos.El Milan que comenzó a gobernar en Europa a finales de los ochenta no encajaba tantos goles. ¿O me equivoco?La clave es que había unión, uniformidad en la presión. En defensa y ataque. Ese equipo lo hacía muy bien, porque tenía delante un filtro (los atacantes) capaz de mover el balón a derecha e izquierda para después comenzar la presión asfixiante. A veces no lo hacíamos muy arriba, sobre todo para que el rival no viera mucho espacio detrás de Baresi, Costacurta, Maldini y Tassotti. ¿La voz cantante en los movimientos de acordeón era de Baresi?No mandaba él. Lo hacían los automatismos bien interiorizados en los entrenamientos. No había necesidad de un líder en este sentido, sino de establecer una sincronía en la atención de todos. En la célebre final de Atenas, por ejemplo, no estaban Baresi y Costacurta. Significaba una atención enorme de todos, y no era nada fácil. Ese partido fue el epílogo del ‘Dream Team’ de Cruyff.Yo no sería tan tajante. Más bien creo que provocamos sus primeras grandes dudas. Hasta entonces, el predominio de ese equipo era enorme. Conozco bien la historia del Barça, que en sus cien primeros años solo había ganado una Copa de Europa (contra la Sampdoria en 1992). Eran especiales; disponían de futbolistas magníficos. Ese 4-0 de Atenas rompió una racha increíble. No creo que destruyera el ‘Dream Team’. Le hizo más bien dudar de sus certezas. Es difícil, después de ese mazazo, encontrar nuevos estímulos. ¿Qué les dijo Capello?Nada. Se dedicó a disfrutar con nosotros.Con el adiós de Busquets, el 4 parece en extinción.Sergio fue el último de un rol clave en el fútbol. Un punto de referencia algo estático, que en nada tiene que ver con los centrocampistas de hoy, siempre en movimiento. Mira Modric, unas veces delante de la defensa, otras veces de interior… Busi, quizás, fue el final de esa generación donde estaba yo. La del pivote en el centro, sí.Noticias relacionadas estandar Si Papu Gómez: «El Sevilla aprovechó el dopaje para echarme» Julio Ocampo estandar Si ENTREVISTA ABC Gianluca Pagliuca: «Simeone ya dirigía de jugador» Julio OcampoEl impacto Lamine Yamal. ¿Qué opinión le merece? El impacto es extraordinario. Ha escrito el título del libro de su carrera. Dependerá solo de él qué quiere narrar en las páginas en blanco. De qué tratará la obra. El título es: «Soy un crack. Un gran talento». Después, con el trabajo, habrá que ver lo demás. La suerte es que dependerá de él mismo. Tiene la oportunidad de dejar un legado increíble para las nuevas generaciones, pero es que yo he visto a muchos perderse. Te pongo dos ejemplos: Messi y Neymar. Dos talentos, con uno que duró demasiado poco. Messi, sin embargo, ha demostrado no solo tener calidad sublime, sino también ser capaz de sacrificarse, de trabajar duro.«Lamine ha escrito el título del libro de su carrera; dependerá solo de él qué quiere narrar en las páginas en blanco»¿Fue difícil la relación con Sacchi?No fue sencillo, pero tampoco difícil. Te exigía mucho, siempre al máximo. El listón era altísimo, y esto no te dejaba respirar. Sin embargo, qué quieres que te diga… Un estímulo total para quienes queríamos ser futbolistas de primer nivel. ¿La relación con Carlo Ancelotti fue diferente?Carlo fue mi maestro como jugador. Como entrenador lo tuve poco tiempo, así que no puedo opinar. ¿De la crisis del fútbol italiano qué dice? No falta la calidad, sino la cantidad de futbolistas italianos. Hablo de la selección. Hay pocos jugadores italianos que juegan en Serie A. Es una estrategia que los clubes pueden tener, pero lógicamente no ayuda al crecimiento de los jóvenes. Hay un sistema miope. No se invierte lo suficiente para mejorar esto. Falta un consenso a nivel político y deportivo. Yo, en 2014, ya dije esto. Han pasado muchos años, y sigue el mismo problema. Vamos con retraso, porque somos lentos. Se necesita un proyecto como dios manda para el calcio italiano. Hubo un momento en que el tempo de los partidos lo marcaba Demetrio Albertini (Besana in Brianza, 1971). Lento de movimientos, jugaba con una velocidad mental tal que casi parecía un intruso, un iconoclasta en un país cuyo fútbol ganador y arrogante poco a poco fue abigarrándose. ‘Il metronomo’, sobre todo en el inolvidable Milan de los noventa, pero también una temporada en el Atlético de Madrid (2003) y media en el Barça de Rijkaard (2005), acariciaba el balón y se anticipaba al tiempo. Lo dilataba, lo manipulaba, lo ceñía a su antojo. Su caleidoscopio era amplio y policromado. Su fútbol, tan sencillo que se antojaba complicadísimo de realizar. De todo ello habla para ABC.Barça y Atlético, ¿qué significan para usted?Dos familias que me adoptaron . Ya no quedan compañeros con los que coincidí jugando. Dos mundos diversos, con sus filosofías, sus tifosi… Me dieron un cariño enorme, a pesar de haberles regalado mucho menos de lo que por ejemplo di al Milan. Es normal, sí. Es una cuestión biológica y natural. El Milan es mi casa, pero le guardo un cariño inmenso. En el Atlético no se olvidan de su gol de falta en el Bernabéu en el minuto 95 (el tanto que, según confesión propia, más ha escocido a Florentino Pérez). Recuerdo esa imagen icónica de Jesús Gil en el palco enormemente feliz. Y cada vez que se menciona ese momento, también me viene a la cabeza Luis levantándose del banquillo alzando el brazo y apretando el puño de alegría… Todavía hoy me recuerdan todo eso, sí. Estuve hace días en el Metropolitano viendo al Inter, y muchos me pararon para rescatar ese instante que sí, que forma parte de la historia rojiblanca. Lógicamente es un orgullo para mí. Algo muy especial. Nombra a Luis Aragonés, que después se sacó de la chistera el maravilloso tiki taka de la Eurocopa 2008…No lo recuerdo tanto de tiki taka, sinceramente. Ahí discrepo. Desde mi punto de vista su impacto no fue solo a nivel técnico. Eso sería limitarlo. La clave fue unir almas de futbolistas extraordinarios que llegaban de contextos diferentes. Un pionero. Jugadores del Real Madrid, del Barça. ¿Entiendes? A lo largo de la historia, España tuvo muchas estrellas, pero encontró siempre dificultades para ser escuadra, estar ensamblada durante una Euro o un Mundial. Luis hizo eso . Luego más que el juego, creo que fue clave en crear un grupo desde el punto de vista humano. Una gestión magnífica creando un alma conjunta y uniforme con Casillas, Puyol, Sergio Ramos, Iniesta, Xavi, Silva, Torres también… Estilos diferentes que hizo uno. Usted coincidió con el debut de Fernando en la Liga . Venía de Segunda División. Era muy joven, pero hablamos de un predestinado. Ya se veía, sin duda. Repasando los onces de ese partido de su gol contra el Madrid estaban José Mari, Contra y Javi Moreno… Jugaron en el Milan con usted, pero no calaron.Ese año (2002-03) hay cinco jugadores que el Atlético de Madrid se trae del Milan. Son los que citas, más Coloccini y yo. Hubo una colaboración entre ambas entidades, y se hizo este pack para reforzar a los rojiblancos. Sí, es verdad que no triunfaron en el Milan, pero también han dejado su sello en el fútbol. Te recuerdo que todos fueron internacionales. Pero cuando vas a otras realidades sucede que las expectativas son mayores respecto a lo que después hay. Otro partido icónico suyo: Milán 3-3 Barcelona, 18 de octubre del 2000. Tres goles de Rivaldo en San Siro. Dos suyos y el otro precisamente de José Mari.De alguna manera, mi camino futbolístico es paralelo al del Barça. Desde el inicio. La final de Copa de Europa 94 en Atenas, la trayectoria de Guardiola… Jugábamos en la misma posición en dos grandes clubes, muchos enfrentamientos directos, él después vino a Italia y yo a España… Además, nunca perdí contra el Barça. Objetivamente, considero que estoy de alguna manera unido al Barcelona. Respecto a ese partido, decir que fue una noche extraordinaria. Mágica, muy recordada.Sus inicios con Sacchi, un maestro de la defensa en zona, el achique de espacios, la línea alta tirando el fuera de juego… Quizás inspiró a Flick y su defensa suicida. ¿El problema, como dice el alemán, es cuando falta presión en todas las líneas?Estoy de acuerdo con lo que dice Flick y la intensidad global. Tener la defensa alta supone que todo el equipo debe trabajar para cerrar bien los espacios. Significa que la presión debe ser obsesiva. Si los delanteros hacen bien este trabajo, la defensa adelantada tiene unos beneficios enormes. Si no es así, si los espacios no se cierran, la retaguardia en la medular supone un riesgo enorme porque el campo es, al final, igual para todos.El Milan que comenzó a gobernar en Europa a finales de los ochenta no encajaba tantos goles. ¿O me equivoco?La clave es que había unión, uniformidad en la presión. En defensa y ataque. Ese equipo lo hacía muy bien, porque tenía delante un filtro (los atacantes) capaz de mover el balón a derecha e izquierda para después comenzar la presión asfixiante. A veces no lo hacíamos muy arriba, sobre todo para que el rival no viera mucho espacio detrás de Baresi, Costacurta, Maldini y Tassotti. ¿La voz cantante en los movimientos de acordeón era de Baresi?No mandaba él. Lo hacían los automatismos bien interiorizados en los entrenamientos. No había necesidad de un líder en este sentido, sino de establecer una sincronía en la atención de todos. En la célebre final de Atenas, por ejemplo, no estaban Baresi y Costacurta. Significaba una atención enorme de todos, y no era nada fácil. Ese partido fue el epílogo del ‘Dream Team’ de Cruyff.Yo no sería tan tajante. Más bien creo que provocamos sus primeras grandes dudas. Hasta entonces, el predominio de ese equipo era enorme. Conozco bien la historia del Barça, que en sus cien primeros años solo había ganado una Copa de Europa (contra la Sampdoria en 1992). Eran especiales; disponían de futbolistas magníficos. Ese 4-0 de Atenas rompió una racha increíble. No creo que destruyera el ‘Dream Team’. Le hizo más bien dudar de sus certezas. Es difícil, después de ese mazazo, encontrar nuevos estímulos. ¿Qué les dijo Capello?Nada. Se dedicó a disfrutar con nosotros.Con el adiós de Busquets, el 4 parece en extinción.Sergio fue el último de un rol clave en el fútbol. Un punto de referencia algo estático, que en nada tiene que ver con los centrocampistas de hoy, siempre en movimiento. Mira Modric, unas veces delante de la defensa, otras veces de interior… Busi, quizás, fue el final de esa generación donde estaba yo. La del pivote en el centro, sí.Noticias relacionadas estandar Si Papu Gómez: «El Sevilla aprovechó el dopaje para echarme» Julio Ocampo estandar Si ENTREVISTA ABC Gianluca Pagliuca: «Simeone ya dirigía de jugador» Julio OcampoEl impacto Lamine Yamal. ¿Qué opinión le merece? El impacto es extraordinario. Ha escrito el título del libro de su carrera. Dependerá solo de él qué quiere narrar en las páginas en blanco. De qué tratará la obra. El título es: «Soy un crack. Un gran talento». Después, con el trabajo, habrá que ver lo demás. La suerte es que dependerá de él mismo. Tiene la oportunidad de dejar un legado increíble para las nuevas generaciones, pero es que yo he visto a muchos perderse. Te pongo dos ejemplos: Messi y Neymar. Dos talentos, con uno que duró demasiado poco. Messi, sin embargo, ha demostrado no solo tener calidad sublime, sino también ser capaz de sacrificarse, de trabajar duro.«Lamine ha escrito el título del libro de su carrera; dependerá solo de él qué quiere narrar en las páginas en blanco»¿Fue difícil la relación con Sacchi?No fue sencillo, pero tampoco difícil. Te exigía mucho, siempre al máximo. El listón era altísimo, y esto no te dejaba respirar. Sin embargo, qué quieres que te diga… Un estímulo total para quienes queríamos ser futbolistas de primer nivel. ¿La relación con Carlo Ancelotti fue diferente?Carlo fue mi maestro como jugador. Como entrenador lo tuve poco tiempo, así que no puedo opinar. ¿De la crisis del fútbol italiano qué dice? No falta la calidad, sino la cantidad de futbolistas italianos. Hablo de la selección. Hay pocos jugadores italianos que juegan en Serie A. Es una estrategia que los clubes pueden tener, pero lógicamente no ayuda al crecimiento de los jóvenes. Hay un sistema miope. No se invierte lo suficiente para mejorar esto. Falta un consenso a nivel político y deportivo. Yo, en 2014, ya dije esto. Han pasado muchos años, y sigue el mismo problema. Vamos con retraso, porque somos lentos. Se necesita un proyecto como dios manda para el calcio italiano.
Hubo un momento en que el tempo de los partidos lo marcaba Demetrio Albertini (Besana in Brianza, 1971). Lento de movimientos, jugaba con una velocidad mental tal que casi parecía un intruso, un iconoclasta en un país cuyo fútbol ganador y arrogante poco a … poco fue abigarrándose. ‘Il metronomo’, sobre todo en el inolvidable Milan de los noventa, pero también una temporada en el Atlético de Madrid (2003) y media en el Barça de Rijkaard (2005), acariciaba el balón y se anticipaba al tiempo. Lo dilataba, lo manipulaba, lo ceñía a su antojo. Su caleidoscopio era amplio y policromado. Su fútbol, tan sencillo que se antojaba complicadísimo de realizar. De todo ello habla para ABC.
Barça y Atlético, ¿qué significan para usted?
Dos familias que me adoptaron. Ya no quedan compañeros con los que coincidí jugando. Dos mundos diversos, con sus filosofías, sus tifosi… Me dieron un cariño enorme, a pesar de haberles regalado mucho menos de lo que por ejemplo di al Milan. Es normal, sí. Es una cuestión biológica y natural. El Milan es mi casa, pero le guardo un cariño inmenso.
En el Atlético no se olvidan de su gol de falta en el Bernabéu en el minuto 95 (el tanto que, según confesión propia, más ha escocido a Florentino Pérez).
Recuerdo esa imagen icónica de Jesús Gil en el palco enormemente feliz. Y cada vez que se menciona ese momento, también me viene a la cabeza Luis levantándose del banquillo alzando el brazo y apretando el puño de alegría… Todavía hoy me recuerdan todo eso, sí. Estuve hace días en el Metropolitano viendo al Inter, y muchos me pararon para rescatar ese instante que sí, que forma parte de la historia rojiblanca. Lógicamente es un orgullo para mí. Algo muy especial.
Nombra a Luis Aragonés, que después se sacó de la chistera el maravilloso tiki taka de la Eurocopa 2008…
No lo recuerdo tanto de tiki taka, sinceramente. Ahí discrepo. Desde mi punto de vista su impacto no fue solo a nivel técnico. Eso sería limitarlo. La clave fue unir almas de futbolistas extraordinarios que llegaban de contextos diferentes. Un pionero. Jugadores del Real Madrid, del Barça. ¿Entiendes? A lo largo de la historia, España tuvo muchas estrellas, pero encontró siempre dificultades para ser escuadra, estar ensamblada durante una Euro o un Mundial. Luis hizo eso. Luego más que el juego, creo que fue clave en crear un grupo desde el punto de vista humano. Una gestión magnífica creando un alma conjunta y uniforme con Casillas, Puyol, Sergio Ramos, Iniesta, Xavi, Silva, Torres también… Estilos diferentes que hizo uno.
Usted coincidió con el debut de Fernando en la Liga.
Venía de Segunda División. Era muy joven, pero hablamos de un predestinado. Ya se veía, sin duda.
Repasando los onces de ese partido de su gol contra el Madrid estaban José Mari, Contra y Javi Moreno… Jugaron en el Milan con usted, pero no calaron.
Ese año (2002-03) hay cinco jugadores que el Atlético de Madrid se trae del Milan. Son los que citas, más Coloccini y yo. Hubo una colaboración entre ambas entidades, y se hizo este pack para reforzar a los rojiblancos. Sí, es verdad que no triunfaron en el Milan, pero también han dejado su sello en el fútbol. Te recuerdo que todos fueron internacionales. Pero cuando vas a otras realidades sucede que las expectativas son mayores respecto a lo que después hay.
Otro partido icónico suyo: Milán 3-3 Barcelona, 18 de octubre del 2000. Tres goles de Rivaldo en San Siro. Dos suyos y el otro precisamente de José Mari.
De alguna manera, mi camino futbolístico es paralelo al del Barça. Desde el inicio. La final de Copa de Europa 94 en Atenas, la trayectoria de Guardiola… Jugábamos en la misma posición en dos grandes clubes, muchos enfrentamientos directos, él después vino a Italia y yo a España… Además, nunca perdí contra el Barça. Objetivamente, considero que estoy de alguna manera unido al Barcelona. Respecto a ese partido, decir que fue una noche extraordinaria. Mágica, muy recordada.
Sus inicios con Sacchi, un maestro de la defensa en zona, el achique de espacios, la línea alta tirando el fuera de juego… Quizás inspiró a Flick y su defensa suicida. ¿El problema, como dice el alemán, es cuando falta presión en todas las líneas?
Estoy de acuerdo con lo que dice Flick y la intensidad global. Tener la defensa alta supone que todo el equipo debe trabajar para cerrar bien los espacios. Significa que la presión debe ser obsesiva. Si los delanteros hacen bien este trabajo, la defensa adelantada tiene unos beneficios enormes. Si no es así, si los espacios no se cierran, la retaguardia en la medular supone un riesgo enorme porque el campo es, al final, igual para todos.
El Milan que comenzó a gobernar en Europa a finales de los ochenta no encajaba tantos goles. ¿O me equivoco?
La clave es que había unión, uniformidad en la presión. En defensa y ataque. Ese equipo lo hacía muy bien, porque tenía delante un filtro (los atacantes) capaz de mover el balón a derecha e izquierda para después comenzar la presión asfixiante. A veces no lo hacíamos muy arriba, sobre todo para que el rival no viera mucho espacio detrás de Baresi, Costacurta, Maldini y Tassotti.
¿La voz cantante en los movimientos de acordeón era de Baresi?
No mandaba él. Lo hacían los automatismos bien interiorizados en los entrenamientos. No había necesidad de un líder en este sentido, sino de establecer una sincronía en la atención de todos. En la célebre final de Atenas, por ejemplo, no estaban Baresi y Costacurta. Significaba una atención enorme de todos, y no era nada fácil.
Ese partido fue el epílogo del ‘Dream Team’ de Cruyff.
Yo no sería tan tajante. Más bien creo que provocamos sus primeras grandes dudas. Hasta entonces, el predominio de ese equipo era enorme. Conozco bien la historia del Barça, que en sus cien primeros años solo había ganado una Copa de Europa (contra la Sampdoria en 1992). Eran especiales; disponían de futbolistas magníficos. Ese 4-0 de Atenas rompió una racha increíble. No creo que destruyera el ‘Dream Team’. Le hizo más bien dudar de sus certezas. Es difícil, después de ese mazazo, encontrar nuevos estímulos.
¿Qué les dijo Capello?
Nada. Se dedicó a disfrutar con nosotros.
Con el adiós de Busquets, el 4 parece en extinción.
Sergio fue el último de un rol clave en el fútbol. Un punto de referencia algo estático, que en nada tiene que ver con los centrocampistas de hoy, siempre en movimiento. Mira Modric, unas veces delante de la defensa, otras veces de interior… Busi, quizás, fue el final de esa generación donde estaba yo. La del pivote en el centro, sí.
El impacto Lamine Yamal. ¿Qué opinión le merece?
El impacto es extraordinario. Ha escrito el título del libro de su carrera. Dependerá solo de él qué quiere narrar en las páginas en blanco. De qué tratará la obra. El título es: «Soy un crack. Un gran talento». Después, con el trabajo, habrá que ver lo demás. La suerte es que dependerá de él mismo. Tiene la oportunidad de dejar un legado increíble para las nuevas generaciones, pero es que yo he visto a muchos perderse. Te pongo dos ejemplos: Messi y Neymar. Dos talentos, con uno que duró demasiado poco. Messi, sin embargo, ha demostrado no solo tener calidad sublime, sino también ser capaz de sacrificarse, de trabajar duro.
«Lamine ha escrito el título del libro de su carrera; dependerá solo de él qué quiere narrar en las páginas en blanco»
¿Fue difícil la relación con Sacchi?
No fue sencillo, pero tampoco difícil. Te exigía mucho, siempre al máximo. El listón era altísimo, y esto no te dejaba respirar. Sin embargo, qué quieres que te diga… Un estímulo total para quienes queríamos ser futbolistas de primer nivel.
¿La relación con Carlo Ancelotti fue diferente?
Carlo fue mi maestro como jugador. Como entrenador lo tuve poco tiempo, así que no puedo opinar.
¿De la crisis del fútbol italiano qué dice?
No falta la calidad, sino la cantidad de futbolistas italianos. Hablo de la selección. Hay pocos jugadores italianos que juegan en Serie A. Es una estrategia que los clubes pueden tener, pero lógicamente no ayuda al crecimiento de los jóvenes. Hay un sistema miope. No se invierte lo suficiente para mejorar esto. Falta un consenso a nivel político y deportivo. Yo, en 2014, ya dije esto. Han pasado muchos años, y sigue el mismo problema. Vamos con retraso, porque somos lentos. Se necesita un proyecto como dios manda para el calcio italiano.
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