Antonio Sivera : «Siempre pongo a Giuliano Simeone de ejemplo. Todo lo bueno que le pase es fruto de su trabajo»

Regresa este fin de semana la Liga y el Atlético recibe al Alavés. Un partido en el que Giuliano, una de las sensaciones de los rojiblancos, se medirá a sus excompañeros, capitaneados por Antonio Sivera (Jávea, 1996). El meta asegura que el argentino es todo un ejemplo de trabajo diario en la sombra. Y habla con conocimiento de causa, un portero que, tras cinco años como suplente, supo aprovechar su momento para adueñarse de la portería de Mendizorroza.Noticias Relacionadas estandar Si Pablo Barrios Debut con España y orgullo de Moratalaz: «El mayor éxito de un club formativo como este es ver llegar lejos a los chicos» Jorge Abizanda estandar Si Atlético de Madrid La resbaladiza convivencia de los Simeone: el penúltimo padre que entrena a su hijo Daniel Cebreiro—¿Cómo se afronta un partido tras dos semanas de parón?—Estamos acostumbrados a tener un finde libre cada mes de competición. Antes de coger los días libres intentamos competir con algún rival de Primera o el mismo filial y eso hace que estemos alerta. El Atlético lo afrontamos como un partido más, sabemos que todos son complicados. El Metropolitano seguro que nos va a exigir el ciento veinte por ciento de nosotros, pero no deja de ser un partido más.—Han pasado más de veinte años de la última victoria del Alavés a domicilio ante el Atlético. ¿Cómo se encara un partido en casa de un grande?—Planificando bien la semana, entrenando con mucha intensidad, sabiendo que esto es fútbol, que siempre puede haber alguna sorpresa y no pensando más allá. Pensando en el día a día, en lo que quiere trabajar el míster, cómo quiere jugar ese partido. Exigiéndonos el máximo intentaremos rascar lo que podamos de allí.—¿Firma el empate?—Sí, yo creo que sí. Ojalá sacar los tres puntos, pero siendo realistas si a cualquiera de nosotros nos preguntan y nos dicen que vamos a empatar en un campo tan complicado, pues yo creo que sí. Por lo menos yo, personalmente, sí lo firmaría.—¿Uno se acostumbra a pelear por el descenso?—No te acostumbras nunca. Yo creo que lo bonito y lo cómodo, por ejemplo, sería terminar como el año pasado, que íbamos pasito a pasito, pero siempre con una línea ascendente. Hasta que faltaban cuatro jornadas y pudimos mirar el último mes desde la tranquilidad de saber que estás salvado y has cumplido el objetivo del club. Yo hablo de mí, a lo mejor Kike (García), que tiene más experiencia, lo ve diferente. Pero yo creo que es una cosa a la que no te acostumbras, estás siempre tanteando esa situación, que no es cómoda. Es verdad que si miramos el escudo que tenemos en el pecho sabemos que estamos hechos para sufrir, que nos cuesta mucho ganar. Sabemos que tenemos que dar el máximo de cada uno para que el club pueda conseguir el objetivo.—Es el jugador que más años lleva en el club y este año se estrena como primer capitán. ¿En qué consiste su trabajo con los nuevos?—Que se adapten rápido, que vean que somos un equipo noble, que vamos a estar ahí en las malas y, sobre todo, que para ayudar con cualquier cosa que necesiten estamos los que más tiempo llevamos. Sabemos que vienen de países de fuera, de otras ciudades y ven a menos la familia. Entonces nosotros estamos cerca de ellos para que se sientan cómodos, para que echen de menos lo menos posible a esas familias que tienen tan lejos. E inculcar también un poco lo que te he dicho antes de mirarte en el pecho, saber que tenemos una responsabilidad, que es mantener al equipo en Primera, que la ciudad y el club estén felices y contentos.—¿Qué es lo más complicado de su trabajo como capitán?—La responsabilidad, el hacer las cosas bien, que el club el año que viene siga estando en Primera, que esté muchos años en Primera, que la familia albiazul se sienta orgullosa de los jugadores que tiene. Es una responsabilidad bonita, porque esto me lo llegas a decir el primer día que llegué, que ahora puedo decir que soy uno de los capitanes del Deportivo Alavés, y no me lo hubiera creído. Es una responsabilidad bonita y exigente porque en Primera división y en la élite en general necesitas siempre dar el máximo. Que la gente vea en ti un jugador que siempre lo intenta dar todo por el escudo. Por esa parte, contento de llevar tantos años aquí en el club, me siento muy identificado con el equipo y con la ciudad.—¿Cómo vio a Giuliano Simeone el año que estuvo en Vitoria?—Tuvo la mala suerte de tener una grave lesión en pretemporada, pero era un chico que, a pesar de la lesión, siempre venía con una actitud positiva, con ganas de aportar, siempre con buena cara, con buena actitud, ayudando al compañero. Siempre lo pongo de ejemplo porque le sirvió el trabajo en la sombra del día a día, el estar siempre positivo. En las últimas diez jornadas tuvo más protagonismo en el césped, que es donde él quería, y eso le ha permitido que el Atlético de Madrid le dé una oportunidad y la está aprovechando. Es un jugador que, sobre todo, le pone mucha alma y a nosotros, como ejemplo, nos vino de maravilla ver a una persona que trabajando día a día tuvo su recompensa tan bonita de volver al Atlético de Madrid.—¿Le ha ayudado el apellido que lleva para estar en el Atlético o tiene nivel para ello?—Yo he tenido la suerte de conocerlo como persona. Yo lo he conocido como Giuliano, no lo he conocido como Simeone, entonces no puedo juzgar si el apellido le ha llevado a nada. Yo puedo valorar su día a día, que es el de un chico que cualquier cosa que hace en su vida se esfuerza al máximo, tanto en una grave lesión como en el día a día, trabajaba para ser el profesional que es ahora mismo. Todo lo bueno que le pase interpreto que es de su trabajo del día a día. Es un trabajador nato, es un buen ejemplo para los chavales que quieren llegar a Primera división. Es un buen ejemplo de superación, de ilusión, de ganas de querer llegar al máximo.—Cuando empezó a jugar al fútbol, ¿quería ser jugador de campo o portero?—Me apunté al fútbol por hacer algún deporte. Mi madre quería que hiciera un deporte y lo típico en aquel momento era el fútbol. Con seis años empecé de jugador, pero al poco tiempo los entrenadores vieron que molestaba más que ayudaba y decidieron ponerme en la portería. Vi una zona que me gustó, que eran los tres palos, y desde ahí pues no me he movido más.—¿Cómo fue la transición de ser titular en la cantera del Valencia a suplente en Alavés?—En aquel momento era consciente de que el salto de Segunda B a Primera era grande. También sabía que venía un club donde estaba Fernando Pacheco, que ya tenía un nombre importante, y yo lo que pretendía era seguir avanzando en mi carrera, seguir aprendiendo, seguir mejorando. Rodearte de gente de élite hace que cada día te tengas que exigir y ser mejor. Era un salto importante y difícil, porque me pillaba con veinte años, que para la situación de un portero todavía eres joven. Pero mi idea era seguir avanzando, seguir creciendo como profesional. El Alavés me dio esa oportunidad y día a día le he intentado devolver esa confianza que me dio desde el primer momento. Por suerte o por desgracia el año del descenso a mí me vino bien y hasta el día de hoy sigo trabajando con la misma ilusión y con las mismas ganas de seguir aportando al club.—¿Cómo es el trabajo diario sabiendo que no va a jugar salvo que el titular sufra algún contratiempo?—Es bonito rodearte de buena gente, de buenos profesionales, gente que te anima a pesar de algún partido que no hayas estado bien. Pero ante el día a día siendo profesional y jugando en Primera, tienes que estar feliz, tienes que estar contento, tienes que estar agradecido de estar donde estás. Si te paras un momento a pensar en todos los niños que algún día sueñan con tener la oportunidad de estar en un equipo de Primera… Yo he tenido la suerte de que lo valoraba, lo disfrutaba, me gustaba entrenar, me gustaba mejorar, me gustaba competir. Y poco a poco se dio la circunstancia de que con el descenso me surgió una oportunidad, que al final era dar un pasito hacia atrás para intentar dar dos hacia adelante. Estoy contento con los años de aprendizaje porque me lo tomé como un aprendizaje para seguir mejorando, seguir creciendo como persona y como futbolista.—¿Cómo se asimila pasar de ser suplente a ser un ídolo en Mendizorroza?—Con el descenso a Segunda hubo muchos cambios y en el equipo prácticamente éramos todos nuevos, creo que solo quedamos Luis Rioja, Rubén Duarte y yo. Era año nuevo, vida nueva y temporada nueva. No lo tomé como algo malo, sino como una buena oportunidad. El club me transmitió su confianza y me lo demostraron desde el día uno, en el que decidieron renovarme un año más. Para mí eso significaba mucho. Me dieron a entender que tenía una oportunidad importante por delante después de estar tantos años a la sombra de Pacheco. Al demostrar mi día a día durante tantos años trabajando a la sombra, ellos lo valoraron y yo estoy muy agradecido de esa oportunidad que me dieron.—Se proclamó campeón de Europa sub-19 y sub-21 con la selección española. ¿Tiene la espina de no haber debutado nunca en la absoluta?—Bueno, estamos hablando de palabras mayores. Jugar en la selección es un peldaño superior. No es una cosa que me obsesione, yo me centro en aportar cosas positivas a mi club. Cuantas más cosas positivas le dé a mi club, la selección supongo que en esas cosas estará atenta. Pero mi trabajo es estar centrado en el Deportivo Alavés, intentar que el año que viene estemos otra vez en Primera. Obviamente el sueño de cualquier jugador es jugar en la selección absoluta. Es verdad que he tenido la suerte de compartir con muchos jugadores de los que están ahora en categorías inferiores. Ojalá algún día poder ir, hablaría de mi nivel en la competición.—¿Es más difícil ir a la selección jugando en un equipo como el Alavés?—De la Fuente está atento a todos los jugadores de Primera división. Yo creo que él mira al jugador, a la persona, no mira el escudo que lleva en la camiseta. Él se fija en el jugador y si cree que le puede aportar a la selección, no creo que mire más allá. Regresa este fin de semana la Liga y el Atlético recibe al Alavés. Un partido en el que Giuliano, una de las sensaciones de los rojiblancos, se medirá a sus excompañeros, capitaneados por Antonio Sivera (Jávea, 1996). El meta asegura que el argentino es todo un ejemplo de trabajo diario en la sombra. Y habla con conocimiento de causa, un portero que, tras cinco años como suplente, supo aprovechar su momento para adueñarse de la portería de Mendizorroza.Noticias Relacionadas estandar Si Pablo Barrios Debut con España y orgullo de Moratalaz: «El mayor éxito de un club formativo como este es ver llegar lejos a los chicos» Jorge Abizanda estandar Si Atlético de Madrid La resbaladiza convivencia de los Simeone: el penúltimo padre que entrena a su hijo Daniel Cebreiro—¿Cómo se afronta un partido tras dos semanas de parón?—Estamos acostumbrados a tener un finde libre cada mes de competición. Antes de coger los días libres intentamos competir con algún rival de Primera o el mismo filial y eso hace que estemos alerta. El Atlético lo afrontamos como un partido más, sabemos que todos son complicados. El Metropolitano seguro que nos va a exigir el ciento veinte por ciento de nosotros, pero no deja de ser un partido más.—Han pasado más de veinte años de la última victoria del Alavés a domicilio ante el Atlético. ¿Cómo se encara un partido en casa de un grande?—Planificando bien la semana, entrenando con mucha intensidad, sabiendo que esto es fútbol, que siempre puede haber alguna sorpresa y no pensando más allá. Pensando en el día a día, en lo que quiere trabajar el míster, cómo quiere jugar ese partido. Exigiéndonos el máximo intentaremos rascar lo que podamos de allí.—¿Firma el empate?—Sí, yo creo que sí. Ojalá sacar los tres puntos, pero siendo realistas si a cualquiera de nosotros nos preguntan y nos dicen que vamos a empatar en un campo tan complicado, pues yo creo que sí. Por lo menos yo, personalmente, sí lo firmaría.—¿Uno se acostumbra a pelear por el descenso?—No te acostumbras nunca. Yo creo que lo bonito y lo cómodo, por ejemplo, sería terminar como el año pasado, que íbamos pasito a pasito, pero siempre con una línea ascendente. Hasta que faltaban cuatro jornadas y pudimos mirar el último mes desde la tranquilidad de saber que estás salvado y has cumplido el objetivo del club. Yo hablo de mí, a lo mejor Kike (García), que tiene más experiencia, lo ve diferente. Pero yo creo que es una cosa a la que no te acostumbras, estás siempre tanteando esa situación, que no es cómoda. Es verdad que si miramos el escudo que tenemos en el pecho sabemos que estamos hechos para sufrir, que nos cuesta mucho ganar. Sabemos que tenemos que dar el máximo de cada uno para que el club pueda conseguir el objetivo.—Es el jugador que más años lleva en el club y este año se estrena como primer capitán. ¿En qué consiste su trabajo con los nuevos?—Que se adapten rápido, que vean que somos un equipo noble, que vamos a estar ahí en las malas y, sobre todo, que para ayudar con cualquier cosa que necesiten estamos los que más tiempo llevamos. Sabemos que vienen de países de fuera, de otras ciudades y ven a menos la familia. Entonces nosotros estamos cerca de ellos para que se sientan cómodos, para que echen de menos lo menos posible a esas familias que tienen tan lejos. E inculcar también un poco lo que te he dicho antes de mirarte en el pecho, saber que tenemos una responsabilidad, que es mantener al equipo en Primera, que la ciudad y el club estén felices y contentos.—¿Qué es lo más complicado de su trabajo como capitán?—La responsabilidad, el hacer las cosas bien, que el club el año que viene siga estando en Primera, que esté muchos años en Primera, que la familia albiazul se sienta orgullosa de los jugadores que tiene. Es una responsabilidad bonita, porque esto me lo llegas a decir el primer día que llegué, que ahora puedo decir que soy uno de los capitanes del Deportivo Alavés, y no me lo hubiera creído. Es una responsabilidad bonita y exigente porque en Primera división y en la élite en general necesitas siempre dar el máximo. Que la gente vea en ti un jugador que siempre lo intenta dar todo por el escudo. Por esa parte, contento de llevar tantos años aquí en el club, me siento muy identificado con el equipo y con la ciudad.—¿Cómo vio a Giuliano Simeone el año que estuvo en Vitoria?—Tuvo la mala suerte de tener una grave lesión en pretemporada, pero era un chico que, a pesar de la lesión, siempre venía con una actitud positiva, con ganas de aportar, siempre con buena cara, con buena actitud, ayudando al compañero. Siempre lo pongo de ejemplo porque le sirvió el trabajo en la sombra del día a día, el estar siempre positivo. En las últimas diez jornadas tuvo más protagonismo en el césped, que es donde él quería, y eso le ha permitido que el Atlético de Madrid le dé una oportunidad y la está aprovechando. Es un jugador que, sobre todo, le pone mucha alma y a nosotros, como ejemplo, nos vino de maravilla ver a una persona que trabajando día a día tuvo su recompensa tan bonita de volver al Atlético de Madrid.—¿Le ha ayudado el apellido que lleva para estar en el Atlético o tiene nivel para ello?—Yo he tenido la suerte de conocerlo como persona. Yo lo he conocido como Giuliano, no lo he conocido como Simeone, entonces no puedo juzgar si el apellido le ha llevado a nada. Yo puedo valorar su día a día, que es el de un chico que cualquier cosa que hace en su vida se esfuerza al máximo, tanto en una grave lesión como en el día a día, trabajaba para ser el profesional que es ahora mismo. Todo lo bueno que le pase interpreto que es de su trabajo del día a día. Es un trabajador nato, es un buen ejemplo para los chavales que quieren llegar a Primera división. Es un buen ejemplo de superación, de ilusión, de ganas de querer llegar al máximo.—Cuando empezó a jugar al fútbol, ¿quería ser jugador de campo o portero?—Me apunté al fútbol por hacer algún deporte. Mi madre quería que hiciera un deporte y lo típico en aquel momento era el fútbol. Con seis años empecé de jugador, pero al poco tiempo los entrenadores vieron que molestaba más que ayudaba y decidieron ponerme en la portería. Vi una zona que me gustó, que eran los tres palos, y desde ahí pues no me he movido más.—¿Cómo fue la transición de ser titular en la cantera del Valencia a suplente en Alavés?—En aquel momento era consciente de que el salto de Segunda B a Primera era grande. También sabía que venía un club donde estaba Fernando Pacheco, que ya tenía un nombre importante, y yo lo que pretendía era seguir avanzando en mi carrera, seguir aprendiendo, seguir mejorando. Rodearte de gente de élite hace que cada día te tengas que exigir y ser mejor. Era un salto importante y difícil, porque me pillaba con veinte años, que para la situación de un portero todavía eres joven. Pero mi idea era seguir avanzando, seguir creciendo como profesional. El Alavés me dio esa oportunidad y día a día le he intentado devolver esa confianza que me dio desde el primer momento. Por suerte o por desgracia el año del descenso a mí me vino bien y hasta el día de hoy sigo trabajando con la misma ilusión y con las mismas ganas de seguir aportando al club.—¿Cómo es el trabajo diario sabiendo que no va a jugar salvo que el titular sufra algún contratiempo?—Es bonito rodearte de buena gente, de buenos profesionales, gente que te anima a pesar de algún partido que no hayas estado bien. Pero ante el día a día siendo profesional y jugando en Primera, tienes que estar feliz, tienes que estar contento, tienes que estar agradecido de estar donde estás. Si te paras un momento a pensar en todos los niños que algún día sueñan con tener la oportunidad de estar en un equipo de Primera… Yo he tenido la suerte de que lo valoraba, lo disfrutaba, me gustaba entrenar, me gustaba mejorar, me gustaba competir. Y poco a poco se dio la circunstancia de que con el descenso me surgió una oportunidad, que al final era dar un pasito hacia atrás para intentar dar dos hacia adelante. Estoy contento con los años de aprendizaje porque me lo tomé como un aprendizaje para seguir mejorando, seguir creciendo como persona y como futbolista.—¿Cómo se asimila pasar de ser suplente a ser un ídolo en Mendizorroza?—Con el descenso a Segunda hubo muchos cambios y en el equipo prácticamente éramos todos nuevos, creo que solo quedamos Luis Rioja, Rubén Duarte y yo. Era año nuevo, vida nueva y temporada nueva. No lo tomé como algo malo, sino como una buena oportunidad. El club me transmitió su confianza y me lo demostraron desde el día uno, en el que decidieron renovarme un año más. Para mí eso significaba mucho. Me dieron a entender que tenía una oportunidad importante por delante después de estar tantos años a la sombra de Pacheco. Al demostrar mi día a día durante tantos años trabajando a la sombra, ellos lo valoraron y yo estoy muy agradecido de esa oportunidad que me dieron.—Se proclamó campeón de Europa sub-19 y sub-21 con la selección española. ¿Tiene la espina de no haber debutado nunca en la absoluta?—Bueno, estamos hablando de palabras mayores. Jugar en la selección es un peldaño superior. No es una cosa que me obsesione, yo me centro en aportar cosas positivas a mi club. Cuantas más cosas positivas le dé a mi club, la selección supongo que en esas cosas estará atenta. Pero mi trabajo es estar centrado en el Deportivo Alavés, intentar que el año que viene estemos otra vez en Primera. Obviamente el sueño de cualquier jugador es jugar en la selección absoluta. Es verdad que he tenido la suerte de compartir con muchos jugadores de los que están ahora en categorías inferiores. Ojalá algún día poder ir, hablaría de mi nivel en la competición.—¿Es más difícil ir a la selección jugando en un equipo como el Alavés?—De la Fuente está atento a todos los jugadores de Primera división. Yo creo que él mira al jugador, a la persona, no mira el escudo que lleva en la camiseta. Él se fija en el jugador y si cree que le puede aportar a la selección, no creo que mire más allá.  

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