Canadá denuncia la «barbarie» rusa contra Kiev en la reunión de Carney con Zelenski  y exige a Putin colaboración para una paz «duradera»

El primer ministro canadiense se compromete a aportar 2.500 millones de dólares en un nuevo paquete de ayuda económica a Ucrania Leer El primer ministro canadiense se compromete a aportar 2.500 millones de dólares en un nuevo paquete de ayuda económica a Ucrania Leer  

Volodimir Zelenski ha hecho escala en Halifax de camino a su encuentro decisivo del domingo en Florida con Donald Trump, para despachar con el primer ministro canadiense Mark Carney y hablar por vídeoconferencia con los líderes europeos sobre el plan de la paz para Ucrania, que en su opinión está «listo en un 90%», a falta de puntos clave como las concesiones territoriales y las garantías de seguridad.

«Tenemos la posibilidad de un paz justa y duradera, pero eso requiere que Rusia esté dispuesta a cooperar», ha declarado Carney en una comparecencia con Zelenski y tras condenar «la barbarie de los ataques rusos en Kiev». El primer ministro canadiense se ha comprometido a aportar 2.500 millones de dólares en un nuevo paquete de ayuda económica a Ucrania.

Zelenski ha advertido por su parte que la respuesta rusa a los esfuerzos de Ucrania «ha servido para demostrar que Putin no quiere realmente la paz». En su opinión, dos requisitos son imprescindibles para poner fin a la guerra: «aumentar la presión sobre Rusia y un apoyo firme y suficiente a Ucrania».

El presidente ucraniano ha despachado a continuación con los líderes europeos antes de reemprender del camino rumbo a Florida, donde dijo que espera celebrar «un encuentro muy importante y muy constructivo» con Donald Trump este domingo. De esa videoconferencia han trascendido las palabras del presidente de Francia, Emmanuel Macron, que ha afirmado que estos bombardeos muestran «la determinación de Rusia de continuar con la guerra».

Zelenski había criticado previamente de forma dura «la actitud de Putin y de su círculo interno» tras los últimos ataques que causaron al menos dos muertos y decenas de heridos y dejaron sin electricidad a una tercera parte de la población en la capital ucraniana. «En contra de las expectativas del presidente Trump y a pesar de nuestra disposición a hacer concesiones, Rusia ha vuelto a atacar brutalmente los distritos residenciales de Kiev», advirtió Zelenski.

El presidente ucraniano tuvo que hacer frente sobre la marcha a un nuevo escándalo interno: la agencia anticorrupción (NABU) anunció el sábado la apertura de una investigación que afecta a «numerosos diputados» por aceptar sobornos a cambio de sus votos en el Parlamento. La noticia se hizo pública un mes después de la dimisión del jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak, por otro caso notorio de malversación de casi 100 millones de dólares del sector energético.

La escala de Zelenski en Halifax y su llamada con los líderes europeos fue decidida prácticamente sobre la marcha tras varios intercambios telefónicos el viernes. Mark Carney se ofreció a ejercer de anfitrión temporal de la minicumbre en calidad de miembro de la coalición de voluntarios que reúne a 35 países y que tiene su centro operativo en las afueras de París.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente francés, Emmanuel Macron, el premier Keir Starmer, el canciller alemán, Friedrich Merz, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el primer ministro polaco, Donald Tusk, fueron algunos de los líderes que anunciaron que iban a participar en la videoconferencia.

La finalidad del encuentro, según el propio Zelenski, era determinar «una línea común de los dirigentes europeos» de cara a su encuentro con Donald Trump. «Nuestra tarea será garantizar que todo esté listo al 100%», recalcó Zelenki, pese a las reservas expresadas por los últimos ataques de Rusia sobre Kiev.

«Agradecemos todos los esfuezos que contribuyan a nuestro objetivo común: una paz duradera y justa que preserve la soberanía y la integridad territorial de Ucrania», declaró por su parte Ursula von der Leyen, que destacó la unidad demostrada por los líderes europeos en apoyo a Zelenski.

Según el ejército del aire ucraniano, la capital fue atacada con 519 drones y 40 misiles, de los cuales fueron abatados 479 y 29 respectivamente. Los ataques provocaron un espectacular incendio que afectó a 2.600 inmuebles y dejaron sin electricidad a 600.000 hogares.

Con el trasfondo de los últimos ataques, las autoridades ucranianas hicieron públicas la conclusiones de la investigación que ha sacado a flote «la existencia de un grupo delictivo organizado formado por diputados que recibían sistemáticamente beneficios ilegales por votar en el Parlamento», según un comunicado de la NABU difundido por Telegram.

La agencia anticorrupción ha denunciado de paso cómo las propias fuerzas de seguridad impidieron los registros de las oficinas de los comités parlamentarios, «lo que constituye una violación directa de la ley». Los casos de corrupción desde el arranque de la guerra han horadado la reputación del presidente Zelenski, que asegura haber iniciado ya los preparativos para la celebración de elecciones en el país, tal y como requirió el presidente Trump como parte del plan de paz.

Un grupo de trabajo integrado por representantes de todos los partidos ha celebrado ya una primera reunión para debatir los preparativos de organización y seguridad de unas elecciones que se celebrarían probablemente en dos vueltas y en las que Zelenski se enfrentaría probablemente al ex general Valeri Zaluzhni o al ex jefe de la inteligencia militar Kirilo Budanov.

Las elecciones podrían celebrarse conjuntamente con un referéndum sobre el plan de paz en 20 puntos que acabará de negociar Zelenski en su reunión con Trump en Florida. «[Zelenski] no tiene nada hasta que yo no lo apruebe», fue la advertencia lanzada por el presidente norteamericano en una entrevista al diario digital Politico.

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