China dice que no quiere que Rusia pierda la guerra en Ucrania

Pekín confiesa que teme que Washington se olvide de Putin y vaya con todo contra el gigante asiático Leer Pekín confiesa que teme que Washington se olvide de Putin y vaya con todo contra el gigante asiático Leer  

El equilibrio entre la neutralidad en la guerra en Ucrania y la asociación con Putin había sido el guion predominante que abrazaban los diplomáticos chinos. Pero este guion se podría haber resquebrajado. Una exclusiva del periódico hongkonés South China Morning Post (SCMP), uno de los medios de referencia en Asia, asegura que el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, reconoció el miércoles a la jefa de la política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, que Pekín no puede permitirse que Rusia pierda la guerra contra Ucrania porque teme que Estados Unidos se olvide de Putin y vaya con todo contra el gigante asiático.

Wang se encuentra esta semana de gira por Europa calentando la cumbre que tendrá lugar el próximo 24 de julio en Pekín entre China y la UE, que celebran este mes el 50º aniversario de sus relaciones diplomáticas. Llama la atención que las declaraciones realizadas por Wang contradicen sus propias palabras en público, ya que este dirigente de máxima confianza del presidente Xi Jinping ha defendido con frecuencia que China es neutral en la guerra.

En Pekín evitan responder por los canales oficiales ante las consultas de este periódico sobre la información publicada de la charla entre Wang y Kallas. En privado, los funcionarios chinos no esconde que, al igual que Rusia, el gigante asiático también busca reestructurar el orden global occidental, liderado principalmente por Estados Unidos, y socavar la arquitectura de seguridad que impone la OTAN.

Desde que arrancó en 2022 la invasión rusa a gran escala de Ucrania, los líderes chinos se han esforzado en vender que Pekín es un actor neutral en el conflicto y un potencial mediador para lograr la paz. Desde la superpotencia asiática se llegó a presentar una propuesta de paz que recogía el respeto a la soberanía de Ucrania y un llamamiento a un alto al fuego, a la vez que consideraba legítimas las preocupaciones de seguridad de Rusia sobre la expansión de la OTAN. Incluso algunas voces autorizadas del ejército chino han manifestado la predisposición a enviar tropas de paz a Ucrania para ayudar a preservar cualquier cese el fuego negociado entre Moscú y Kiev.

La otra realidad es que, en todos estos años, el Gobierno de Xi Jinping ha estrechado sus relaciones con el régimen de Vladimir Putin, siendo un apoyo económico clave para mitigar el golpe de las sanciones. Los líderes europeos han pedido muchas veces sin éxito al líder chino que utilice su influencia sobre Putin y que presione a su socio para que ponga fin a la guerra. Y desde Washington acusan con frecuencia a Pekín de vender a Moscú las tecnologías de doble uso necesarias para alimentar la máquina de guerra.

Hace tiempo que muchos analistas internacionales apuntan a que, al brindar apoyo político y económico a Rusia, China está protegiendo a Moscú del aislamiento internacional, estabilizando su presupuesto al proporcionar ingresos y ayudando a Putin a mantener la estabilidad social al suministrar bienes de consumo. Como resultado, Rusia puede centrarse más en la guerra con Ucrania y producir las armas necesarias para el campo de batalla.

«Desde la perspectiva de Pekín, el mejor resultado de la guerra en Ucrania parece ser un punto intermedio entre la paz y la guerra. Esta situación ideal podría ser una paz híbrida, una forma de conflicto congelado con un alto el fuego y la ocupación efectiva de parte de Ucrania por parte de Rusia», asegura Justyna Szczudlik, analista de China en el Instituto Polaco de Asuntos Internacionales.

«China prefiere una paz híbrida porque Pekín no quiere que Rusia sea un claro vencedor o perdedor. Una Rusia victoriosa será políticamente más fuerte y, aunque esté militarmente agotada, seguirá bien entrenada en el campo de batalla, una situación que podría suponer un desafío para China», continúa. «Una Rusia derrotada tampoco es una buena solución porque, para Pekín, Moscú es un amortiguador contra la OTAN y su colapso podría facilitar la expansión de la Alianza hacia Asia».

La crónica del SCMP recoge que algunos funcionarios de la UE que han participado en las reuniones con Wang se sorprendieron por la franqueza de las declaraciones del ministro chino, quien sí rechazó la acusación de que su país estaba apoyando militarmente a Moscú, asegurando que, si esto hubiera sido así, el conflicto habría terminado hace mucho tiempo.

China y la UE llevan meses acercando posturas y tratando de mejorar sus relaciones en medio de la guerra arancelaria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El marco de la reunión entre Wang y Kallas era principalmente discutir las peticiones de la UE a China para poner fin a las restricciones a la exportación de las demandadas tierras raras y minerales críticos, materiales cruciales para las nuevas tecnologías.

Pero Kallas también advirtió a su homólogo chino sobre el respaldo a la guerra de Putin. «Kallas destacó la grave amenaza que supone para la seguridad europea el apoyo de las empresas chinas a la guerra ilegal de Rusia», destaca un reporte desde Bruselas. Hade unos días, el medio europeo Politico aseguraba que Rusia está acelerando su producción de drones gracias a la ayuda de los fabricantes chinos, quienes suministran el equipo clave para la fabricación a través de empresas fantasma que cambian de nombre y hacen todo lo posible para evitar el control de las exportaciones y las sanciones.

Esta semana, el ministro chino Wang también se ha reunido con el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Además, el jueves viajó a Berlín para una primera reunión con el nuevo ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Johann Wadephul, y este viernes está en París para encontrarse con Jean-Noël Barrot, su homólogo francés.

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