Dani Olmo y la Narnia culé

Escribo este artículo el 31 de diciembre a las 8 de la mañana, y sin saber si el Barcelona logró inscribir finalmente a Olmo sobre la bocina, por un doble motivo: el primero es que, con Dani ‘in’ o con Dani ‘out’, la tesis no va a cambiar; el segundo, bastante menos prosaico, es que cuando llevo varios días de vacaciones, durmiendo como es debido y rompiendo moldes nutricionistas, me aburro mucho. El otro día oí a Freixa decir no sé qué de la inscripción del 31 de diciembre, la desinscripción del 31 de enero y bla, bla, bla… de modo que es posible que saquen otro conejo de la chistera. O quizás no, puede que LaLiga tenga un arranque de dignidad. ¡Qué tensión!En realidad, y si lo comparamos con lo de haberle pagado durante 17 años al vicepresidente arbitral y con que la mayoría de clubes prefieran silbar ‘El puente sobre el río Kwai’ antes que agarrar al escandaloso toro por sus bochornosos pitones, esto son menudencias, como dijo sir David Niven en mitad de la ceremonia de los Oscar del 74 cuando, por detrás de él, irrumpió un tipo en pelotilla picada.Hace un mes, en ‘El Chiringuito’, dije que el Fútbol Club Barcelona estaba inmerso en una profunda crisis económica y deportiva y, nada más oír «dep…», mis amigos culés me saltaron a la yugular: ¡Cómo es posible que digas eso! Era cuando el Barça lideraba el campeonato (hoy es tercero) e iba segundo (en diciembre) de la Champions. Pero yo, claro, no me refería a la situación clasificatoria circunstancial (veremos cómo acaba todo en mayo) ni a que hace dos años se ganara la Liga del 1-0 y el 0-1, no. Yo me refería a la lamentable imagen de ridículo institucional que este club se empeña en trasladar al exterior arrastrando el prestigio del Reino de España por el fango. Porque, ¿pensarán por ahí que somos todos iguales?¿Cómo se ha podido llegar a esta situación cuando en septiembre de 2015 Bartomeu explicaba, y ni más ni menos que en Harvard, el modelo del éxito del Barça? Pues porque todo es mentira, todo. Como la República de Cataluña. Ni hubo nunca modelo ni el éxito era por supuesto tal, el secreto consistió siempre, y desde la etapa de Núñez, en gastar más de lo que se tuvo. Aún y con todo, sin una afición dormida y viviendo en Narnia entre ratones parlantes, demonios con cabeza de buitre y meneos de la marisma, nada de esto seguiría siendo posible. Ellos son, en el fondo, los mayores responsables de semejante desmán. Escribo este artículo el 31 de diciembre a las 8 de la mañana, y sin saber si el Barcelona logró inscribir finalmente a Olmo sobre la bocina, por un doble motivo: el primero es que, con Dani ‘in’ o con Dani ‘out’, la tesis no va a cambiar; el segundo, bastante menos prosaico, es que cuando llevo varios días de vacaciones, durmiendo como es debido y rompiendo moldes nutricionistas, me aburro mucho. El otro día oí a Freixa decir no sé qué de la inscripción del 31 de diciembre, la desinscripción del 31 de enero y bla, bla, bla… de modo que es posible que saquen otro conejo de la chistera. O quizás no, puede que LaLiga tenga un arranque de dignidad. ¡Qué tensión!En realidad, y si lo comparamos con lo de haberle pagado durante 17 años al vicepresidente arbitral y con que la mayoría de clubes prefieran silbar ‘El puente sobre el río Kwai’ antes que agarrar al escandaloso toro por sus bochornosos pitones, esto son menudencias, como dijo sir David Niven en mitad de la ceremonia de los Oscar del 74 cuando, por detrás de él, irrumpió un tipo en pelotilla picada.Hace un mes, en ‘El Chiringuito’, dije que el Fútbol Club Barcelona estaba inmerso en una profunda crisis económica y deportiva y, nada más oír «dep…», mis amigos culés me saltaron a la yugular: ¡Cómo es posible que digas eso! Era cuando el Barça lideraba el campeonato (hoy es tercero) e iba segundo (en diciembre) de la Champions. Pero yo, claro, no me refería a la situación clasificatoria circunstancial (veremos cómo acaba todo en mayo) ni a que hace dos años se ganara la Liga del 1-0 y el 0-1, no. Yo me refería a la lamentable imagen de ridículo institucional que este club se empeña en trasladar al exterior arrastrando el prestigio del Reino de España por el fango. Porque, ¿pensarán por ahí que somos todos iguales?¿Cómo se ha podido llegar a esta situación cuando en septiembre de 2015 Bartomeu explicaba, y ni más ni menos que en Harvard, el modelo del éxito del Barça? Pues porque todo es mentira, todo. Como la República de Cataluña. Ni hubo nunca modelo ni el éxito era por supuesto tal, el secreto consistió siempre, y desde la etapa de Núñez, en gastar más de lo que se tuvo. Aún y con todo, sin una afición dormida y viviendo en Narnia entre ratones parlantes, demonios con cabeza de buitre y meneos de la marisma, nada de esto seguiría siendo posible. Ellos son, en el fondo, los mayores responsables de semejante desmán.  

El segundo palo

¿Cómo se ha podido llegar a esta situación cuando en septiembre de 2015 Bartomeu explicaba, y ni más ni menos que en Harvard, el modelo del éxito del Barça?

Joan Laporta y Dani Olmo FCB

Escribo este artículo el 31 de diciembre a las 8 de la mañana, y sin saber si el Barcelona logró inscribir finalmente a Olmo sobre la bocina, por un doble motivo: el primero es que, con Dani ‘in’ o con Dani ‘out’, la tesis no …

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