El 58,6% de los mayores de 65 años cree que los hijos les atienden peor que antes, según el CIS

El CIS ha publicado este viernes una encuesta sobre edadismo realizada entre el 10 y el 16 de enero de este año con 5.006 entrevistas a mayores de 18 años residentes en España y que ha cubierto 1.324 municipios y 50 provincias. Entre los mayores de 65 años encuestados, el 69,4% dice que en los últimos 12 meses “nunca” ha recibido comentarios que le hagan sentir mayor de lo que realmente es; y el 79,2% dice que no ha renunciado a apuntarse a actividades por temor a que alguien piense que es mayor para eso. El 64,5% asegura, además, que “nunca” en los últimos 12 meses se ha sentido ignorado debido a su edad. Y el 85,4% tampoco ha escuchado frases como “eres demasiado mayor para llevar esa ropa”.

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 El 46,7% de los que son abuelos colabora en el cuidado de sus nietos. El 64,5% asegura que “nunca” en los últimos 12 meses se ha sentido ignorado debido a su edad  

El CIS ha publicado este viernes una encuesta sobre edadismo realizada entre el 10 y el 16 de enero de este año con 5.006 entrevistas a mayores de 18 años residente en España y que ha cubierto 1.324 municipios y 50 provincias. Entre los mayores de 65 años encuestados el 69,4% dice que en los últimos 12 meses “nunca” ha recibido comentarios que le hacen sentir mayor de lo que realmente es; y el 79,2% dice que no ha renunciado a apuntarse a actividades por temor a que alguien piense que es mayor para eso. El 64,5% asegura, además, que “nunca” en los últimos 12 meses se ha sentido ignorado debido a su edad. El 85,4% tampoco ha escuchado nunca en los últimos 12 meses frases como “eres demasiado mayor para llevar esa ropa”.

El 58,6%, sin embargo, cree que, en comparaciones con épocas anteriores, los hijos/a atienden “peor” a sus padres/madres mayores. El 46,7% asegura estar ayudando en la actualidad en el cuidado de sus nietos mientras los hijos están en el trabajo.El 28,2% dice, además, hacerlo todos los días (el 30,8% al menos una vez a la semana).

Que la mayoría diga no sentirse ignorado por su edad cambia en cierto modo la tendencia que se dio a conocer en 2021 cuando en los últimos datos conocidos sobre edadismo decían que en España, el 45% de la población ha referido ser discriminada por sus años de vida, según el Informe Mundial sobre el Edadismo de las Naciones Unidas (ONU), publicado ese mismo año. Este término, referido al sesgo por cuestión de edad, se coló a finales de 2022 en el diccionario de la Real Academia Española. Vânia de la Fuente, que fue durante casi un lustro responsable de la campaña contra el edadismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya repasaba en su libro La trampa de la edad (Ediciones B), las pruebas científicas que demuestran el daño que las etiquetas y los prejuicios en torno a los años pueden generar a quienes los sufren: a menudo, los mayores y los jóvenes. Ella define así el edadismo: “nuestra forma de pensar, sentir y actuar hacia otras personas o hacia nosotros mismos en función de la edad. Incluye los estereotipos, que es la manera de pensar; los prejuicios, que es lo que sentimos, y la discriminación, que es nuestra manera de actuar. Las tres dimensiones influyen mutuamente: es un círculo vicioso”.

Críticas a la encuesta por el enfoque

Con respecto a la encuesta del CIS, De la Fuente insiste en que el edadismo es un concepto “complejo” de medir por sus múltiples dimensiones y maneras de manifestarse. Y añade: “Es por esto que desde la OMS impulsé el desarrollo de una nueva escala de edadismo, que se está validando en diferentes países e idiomas. En esta encuesta que ha publicado el CIS, no entiendo bien qué preguntas miden realmente el edadismo ni si han sido validadas para hacerlo. Según la definición aceptada internacionalmente del edadismo, este fenómeno es el cómputo de tres dimensiones que no veo reflejadas. Además, en la medición de edadismo, es importante considerar sus diferentes formas de manifestación”. Y prosigue detallándolas: “El edadismo podemos sufrirlo a nivel institucional (si nos niegan, por ejemplo, un empleo por nuestra edad), interpersonal (el trato por parte de otras personas; por ejemplo, que otras personas tomen decisiones por nosotros debido a nuestra edad) y autoinfligido (cómo una persona se considera a sí misma; por ejemplo, si una persona se avergüenza de su edad). Tampoco ayuda que varias preguntas del CIS se formulen desde un enfoque de suma cero, contraponiendo a jóvenes y mayores. Este tipo de planteamiento refuerza el edadismo, ya que sugiere que es necesario elegir entre un grupo y otro. Además, invisibiliza recursos dedicados a otros grupos de edad como las personas de mediana edad”.

El 31,1% de los mayores de 65 años encuestados por el CIS asegura que le ha pasado “en muchas ocasiones” en los últimos tres años esta situación: hablando por teléfono con una administración pública le han dicho que necesita solicitar cita previa por internet y no sabe cómo hacerlo. El 38,6% admite, además, que le resulta “difícil” gestionar trámites con la administración pública sin la ayuda de alguien.

Menos de la mitad de los encuestados (el 47,6%) cree que las personas mayores de 65 años tienen “bastantes problemas” y el 42,9% cree que esos problemas los tiene la población menor de 35 año. Entre esos “bastantes problemas” los tres primeros que encabezan la lista de las personas mayores de 65 años son: insuficiencia económica para gastos cotidianos (luz, calefacción, comestibles, etc.), elegido por el 36,4%, seguido por insuficientes recursos públicos para sus necesidades (residencias, centros de día, ayuda a domicilio, etc.) elegido por el 26,2% y la soledad y la falta de contactos sociales, votado por el 20,8%. La máxima prioridad indicada por el 51,6% de los encuestados es la de “adaptar los entornos a las personas mayores (transporte asequible, rampas, entornos verdes) seguida por (48,7%) mejorar la atención que las empresas privadas y las administraciones públicas ofrecen a las personas mayores.

Los problemas más identificados en menores de 35 son, en cambio, el precio de la vivienda (alquileres, compra, etc.) con el 13,2%, la precariedad de los empleos (condiciones, temporalidad, horarios, etc.) con el 13,0% y las dificultades para independizarse con el 12,1%. La máxima prioridad indicada para solucionarlos es para el 58,9% garantizarles empleo y sueldos de calidad seguida de (55,9%) asegurar alquileres de casas económicamente accesibles.

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