El 2025 no está siendo el mejor año de la historia de Boca. Tiene tiempo aún para maquillarlo con la liga argentina y el Mundial de Clubes, en el que este lunes (a partir de las 23.59, Dazn) debuta ante el Benfica, pero la realidad es que la temporada se puso del revés nada más empezar, en febrero. Entonces cayó sorprendentemente eliminado en el ‘playoff’ de acceso a la Libertadores ante Alianza, un equipo muy inferior. Hacía 59 años que Boca no perdía ante los limeños en el máximo torneo suramericano y era la primera vez que un equipo peruano lo eliminaba de esta competición. El palo tenía raíces. Ya el año pasado, Boca cayó en la Copa Suramericana (La Europa League del Cono Sur) en la ronda de octavos, eliminado por el Cruzeiro. Dos decepciones continentales consecutivas que han lastimado la imagen de Juan Román Riquelme y que le han costado el puesto en el banquillo a Gago, despedido en mayo cuando Boca perdió ante River. Situación deportiva preocupante con la que se presenta en Miami. Riquelme, en su primer mandato como presidente, está tirando por tierra bastante de la idolatría que se ganó como jugador, y suma ya seis entrenadores. El último, Miguel Ángel Russo , que a sus 69 años vuelve a dirigir a Boca por tercera vez.La primera fue en 2007, año que ganó la Libertadores a Gremio; la segunda en 2020 y 2021 (cuando fue despedido porque entendían que ya no daba más de sí), y ahora ha firmado por dos años. Lo hace por amor al club y al fútbol, pero no porque pase por su mejor momento de salud. Entre 2017 y 2018 luchó contra un cáncer de próstata, y contó con el apoyo de Joan Manuel Serrat , que ya sabía lo que era pasar por un trance así. «No te asustes, nene, de esto no te morís», le dijo el cantautor. Y así fue: «Me dio mucha fuerza. Con este tipo de enfermedades se hace un drama, y eso es lo peor. En mi caso, es como si la enfermedad nunca hubiera entrado en mi cabeza. No el valor de la enfermedad, sino la dimensión de todo eso. Esto se ha curado con amor», dijo cuando le ganó la batalla.Noticias relacionadas estandar Si Mundial de Clubes El Miami de Messi y de Leo Rubén Cañizares estandar Si Fútbol Mundial de Clubes, el experimento faraónico de Infantino Rubén CañizaresPor desgracia, en los últimos meses nuevos exámenes médicos han detectado algunos valores anómalos que le tienen otra vez en una situación delicada que él solo quiere superar con su familia y con el fútbol, que es lo que le da la vida. «De cabeza está fenomenal y es un caballero y gestor brillante, como lo era Del Bosque en el Madrid. Un sabio del fútbol con mucha cintura que es idóneo para darle la vuelta a nuestra mala situación deportiva», explican desde dentro del club argentino. Amigo personal de Riquelme, Russo afronta el reto de salvar el mal momento del dirigente xeneize, cuyo legado está siendo lastimado desde que se puso el traje y la corbata. A Juan Román le pasa como a tantos otros ídolos. Tiene adeptos y enemigos, no hay término medio sobre su figura y su trabajo. Y, además, mientras las victorias son del equipo, no ocurre así con las derrotas, que le señalan a él como principal responsable. Un delicado momento, aunque en su entorno aseguran que pasará y saldrá intacto. En dos años vuelve a haber elecciones, y no solo piensa presentarse, sino que, además, está convencido de ganarlas con suficiencia. Pero, ahora, toca centrarse en el presente. Y eso es el Mundial de Clubes. Hasta Miami ha llegado Boca sin tres jugadores que se antojaban claves, en otra gestión discutible de Riquelme. El central Ayrton Costa, encausado en dos graves asuntos judiciales, uno por un robo y otro por encubrimiento de un asesinato supuestamente realizado por su hermano, no ha obtenido el visado para entrar en Estados Unidos. Riquelme lo fichó en enero y pensó que lograría arreglar el papeleo con la embajada norteamericana en Buenos Aires, pero no fue así. De ahí que ficharan a Pellegrino, defensa de Huracán, pero le contrató lesionado y no estará disponible para el torneo. Tampoco jugará Paredes. El futbolista de la Roma lo tenía todo hecho para fichar por Boca, y de hecho ya estaba en Miami, pero no se cerró a tiempo la contratación y quedó fuera del mercado de junio.Y en mitad de todos estos líos, ahí están los de siempre, la afición de Boca, que será la más multitudinaria y ruidosa del torneo. Cerca de 50.000 hinchas han llegado estos días a Miami y 30.000 de ellos tienen entrada para esta noche. Cartel de no hay billetes, como sucede en los otros dos partidos de su grupo, ante el Bayern y el Auckland: «Vais a ver lo que somos», dice a ABC Pablo Barros, uno de los integrantes de La 12, la histórica Barra de Boca. El 2025 no está siendo el mejor año de la historia de Boca. Tiene tiempo aún para maquillarlo con la liga argentina y el Mundial de Clubes, en el que este lunes (a partir de las 23.59, Dazn) debuta ante el Benfica, pero la realidad es que la temporada se puso del revés nada más empezar, en febrero. Entonces cayó sorprendentemente eliminado en el ‘playoff’ de acceso a la Libertadores ante Alianza, un equipo muy inferior. Hacía 59 años que Boca no perdía ante los limeños en el máximo torneo suramericano y era la primera vez que un equipo peruano lo eliminaba de esta competición. El palo tenía raíces. Ya el año pasado, Boca cayó en la Copa Suramericana (La Europa League del Cono Sur) en la ronda de octavos, eliminado por el Cruzeiro. Dos decepciones continentales consecutivas que han lastimado la imagen de Juan Román Riquelme y que le han costado el puesto en el banquillo a Gago, despedido en mayo cuando Boca perdió ante River. Situación deportiva preocupante con la que se presenta en Miami. Riquelme, en su primer mandato como presidente, está tirando por tierra bastante de la idolatría que se ganó como jugador, y suma ya seis entrenadores. El último, Miguel Ángel Russo , que a sus 69 años vuelve a dirigir a Boca por tercera vez.La primera fue en 2007, año que ganó la Libertadores a Gremio; la segunda en 2020 y 2021 (cuando fue despedido porque entendían que ya no daba más de sí), y ahora ha firmado por dos años. Lo hace por amor al club y al fútbol, pero no porque pase por su mejor momento de salud. Entre 2017 y 2018 luchó contra un cáncer de próstata, y contó con el apoyo de Joan Manuel Serrat , que ya sabía lo que era pasar por un trance así. «No te asustes, nene, de esto no te morís», le dijo el cantautor. Y así fue: «Me dio mucha fuerza. Con este tipo de enfermedades se hace un drama, y eso es lo peor. En mi caso, es como si la enfermedad nunca hubiera entrado en mi cabeza. No el valor de la enfermedad, sino la dimensión de todo eso. Esto se ha curado con amor», dijo cuando le ganó la batalla.Noticias relacionadas estandar Si Mundial de Clubes El Miami de Messi y de Leo Rubén Cañizares estandar Si Fútbol Mundial de Clubes, el experimento faraónico de Infantino Rubén CañizaresPor desgracia, en los últimos meses nuevos exámenes médicos han detectado algunos valores anómalos que le tienen otra vez en una situación delicada que él solo quiere superar con su familia y con el fútbol, que es lo que le da la vida. «De cabeza está fenomenal y es un caballero y gestor brillante, como lo era Del Bosque en el Madrid. Un sabio del fútbol con mucha cintura que es idóneo para darle la vuelta a nuestra mala situación deportiva», explican desde dentro del club argentino. Amigo personal de Riquelme, Russo afronta el reto de salvar el mal momento del dirigente xeneize, cuyo legado está siendo lastimado desde que se puso el traje y la corbata. A Juan Román le pasa como a tantos otros ídolos. Tiene adeptos y enemigos, no hay término medio sobre su figura y su trabajo. Y, además, mientras las victorias son del equipo, no ocurre así con las derrotas, que le señalan a él como principal responsable. Un delicado momento, aunque en su entorno aseguran que pasará y saldrá intacto. En dos años vuelve a haber elecciones, y no solo piensa presentarse, sino que, además, está convencido de ganarlas con suficiencia. Pero, ahora, toca centrarse en el presente. Y eso es el Mundial de Clubes. Hasta Miami ha llegado Boca sin tres jugadores que se antojaban claves, en otra gestión discutible de Riquelme. El central Ayrton Costa, encausado en dos graves asuntos judiciales, uno por un robo y otro por encubrimiento de un asesinato supuestamente realizado por su hermano, no ha obtenido el visado para entrar en Estados Unidos. Riquelme lo fichó en enero y pensó que lograría arreglar el papeleo con la embajada norteamericana en Buenos Aires, pero no fue así. De ahí que ficharan a Pellegrino, defensa de Huracán, pero le contrató lesionado y no estará disponible para el torneo. Tampoco jugará Paredes. El futbolista de la Roma lo tenía todo hecho para fichar por Boca, y de hecho ya estaba en Miami, pero no se cerró a tiempo la contratación y quedó fuera del mercado de junio.Y en mitad de todos estos líos, ahí están los de siempre, la afición de Boca, que será la más multitudinaria y ruidosa del torneo. Cerca de 50.000 hinchas han llegado estos días a Miami y 30.000 de ellos tienen entrada para esta noche. Cartel de no hay billetes, como sucede en los otros dos partidos de su grupo, ante el Bayern y el Auckland: «Vais a ver lo que somos», dice a ABC Pablo Barros, uno de los integrantes de La 12, la histórica Barra de Boca.
El 2025 no está siendo el mejor año de la historia de Boca. Tiene tiempo aún para maquillarlo con la liga argentina y el Mundial de Clubes, en el que este lunes (a partir de las 23.59, Dazn) debuta ante el Benfica, pero la … realidad es que la temporada se puso del revés nada más empezar, en febrero. Entonces cayó sorprendentemente eliminado en el ‘playoff’ de acceso a la Libertadores ante Alianza, un equipo muy inferior. Hacía 59 años que Boca no perdía ante los limeños en el máximo torneo suramericano y era la primera vez que un equipo peruano lo eliminaba de esta competición.
El palo tenía raíces. Ya el año pasado, Boca cayó en la Copa Suramericana (La Europa League del Cono Sur) en la ronda de octavos, eliminado por el Cruzeiro. Dos decepciones continentales consecutivas que han lastimado la imagen de Juan Román Riquelme y que le han costado el puesto en el banquillo a Gago, despedido en mayo cuando Boca perdió ante River. Situación deportiva preocupante con la que se presenta en Miami. Riquelme, en su primer mandato como presidente, está tirando por tierra bastante de la idolatría que se ganó como jugador, y suma ya seis entrenadores. El último, Miguel Ángel Russo, que a sus 69 años vuelve a dirigir a Boca por tercera vez.
La primera fue en 2007, año que ganó la Libertadores a Gremio; la segunda en 2020 y 2021 (cuando fue despedido porque entendían que ya no daba más de sí), y ahora ha firmado por dos años. Lo hace por amor al club y al fútbol, pero no porque pase por su mejor momento de salud. Entre 2017 y 2018 luchó contra un cáncer de próstata, y contó con el apoyo de Joan Manuel Serrat, que ya sabía lo que era pasar por un trance así. «No te asustes, nene, de esto no te morís», le dijo el cantautor. Y así fue: «Me dio mucha fuerza. Con este tipo de enfermedades se hace un drama, y eso es lo peor. En mi caso, es como si la enfermedad nunca hubiera entrado en mi cabeza. No el valor de la enfermedad, sino la dimensión de todo eso. Esto se ha curado con amor», dijo cuando le ganó la batalla.
Por desgracia, en los últimos meses nuevos exámenes médicos han detectado algunos valores anómalos que le tienen otra vez en una situación delicada que él solo quiere superar con su familia y con el fútbol, que es lo que le da la vida. «De cabeza está fenomenal y es un caballero y gestor brillante, como lo era Del Bosque en el Madrid. Un sabio del fútbol con mucha cintura que es idóneo para darle la vuelta a nuestra mala situación deportiva», explican desde dentro del club argentino.
Amigo personal de Riquelme, Russo afronta el reto de salvar el mal momento del dirigente xeneize, cuyo legado está siendo lastimado desde que se puso el traje y la corbata. A Juan Román le pasa como a tantos otros ídolos. Tiene adeptos y enemigos, no hay término medio sobre su figura y su trabajo. Y, además, mientras las victorias son del equipo, no ocurre así con las derrotas, que le señalan a él como principal responsable. Un delicado momento, aunque en su entorno aseguran que pasará y saldrá intacto. En dos años vuelve a haber elecciones, y no solo piensa presentarse, sino que, además, está convencido de ganarlas con suficiencia.
Pero, ahora, toca centrarse en el presente. Y eso es el Mundial de Clubes. Hasta Miami ha llegado Boca sin tres jugadores que se antojaban claves, en otra gestión discutible de Riquelme. El central Ayrton Costa, encausado en dos graves asuntos judiciales, uno por un robo y otro por encubrimiento de un asesinato supuestamente realizado por su hermano, no ha obtenido el visado para entrar en Estados Unidos. Riquelme lo fichó en enero y pensó que lograría arreglar el papeleo con la embajada norteamericana en Buenos Aires, pero no fue así.
De ahí que ficharan a Pellegrino, defensa de Huracán, pero le contrató lesionado y no estará disponible para el torneo. Tampoco jugará Paredes. El futbolista de la Roma lo tenía todo hecho para fichar por Boca, y de hecho ya estaba en Miami, pero no se cerró a tiempo la contratación y quedó fuera del mercado de junio.
Y en mitad de todos estos líos, ahí están los de siempre, la afición de Boca, que será la más multitudinaria y ruidosa del torneo. Cerca de 50.000 hinchas han llegado estos días a Miami y 30.000 de ellos tienen entrada para esta noche. Cartel de no hay billetes, como sucede en los otros dos partidos de su grupo, ante el Bayern y el Auckland: «Vais a ver lo que somos», dice a ABC Pablo Barros, uno de los integrantes de La 12, la histórica Barra de Boca.
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