El fiasco de Olmo, un bochorno institucional para el Barcelona

Joan Laporta lleva hasta tal punto la improvisación y la trampa, que al final su irresponsabilidad le ha acabado pasando por encima. Las condiciones para inscribir a Dani Olmo se sabían desde hace mucho tiempo y al presidente no le ha importado continuar haciendo y deshaciendo con sus palancas y comisionistas habituales, con una desfachatez única en el mundo del fútbol actual y con la complicidad de unos socios cegados de fanatismo y de pereza, que han abandonado al equipo en Montjuic y al club en las manos de una junta que desde que llegó sólo hace más que acelerar sin frenos hacia el colapso.En cualquier empresa o club serio, la no inscripción de Dani Olmo sería motivo de dimisión. De dimisión inmediata e inapelable y el presidente ya convertido en expresidente no podría salir de su casa en varios meses, hasta que los aficionados y socios se olvidaran de su casa. El ridículo institucional que Laporta ha hecho padecer al Barça es peor que encajar un 0 a 5 contra el Real Madrid para estrenar el nuevo estadio. Cualquier victimismo es siempre falso, y mentiroso, pero en este caso es tan hipócrita y tan falso que no puede ni comentarse. Laporta ha tenido a Javier Tebas como principalísimo aliado para inscribir a Dani Olmo y a todos los demás jugadores. Tebas lleva todos los ejercicios desde que Joan regresó a la presidencia del club haciendo ver que se cree una ficción contable que él es el primero que sabe que no tiene ninguna consistencia, ni ninguna lógica que no sea la del engaño. Todo el mundo lo sabe y hasta la consultora a la que el presidente del Barcelona encargó la auditoría ha incluido salvedades demoledoras en su informe. Ni siquiera los que están a sueldo de Laporta se atreven a jugarse su prestigio mintiendo del modo tan escandaloso en que tendrían que hacerlo para acreditar que el Barça no tiene pérdidas. Pero a pesar de tan flagrantes evidencias, el presidente de LaLiga se ha comportado como un barcelonista más aceptando conceptos económicos completamente inadmisibles y tramposos para que de alguna manera, completamente fraudulenta, las cuentas del Barça cuadraran y el club y el equipo pudieran continuar fichando y, además, según el capricho de un presidente que no ha tenido en cuenta los aspectos deportivos, sino las necesidades de sus comisionistas habituales. Hay que recordar que Dani Olmo no era el fichaje que quería el Barça. El deseado era Iñaki Williams, pero el club no pudo hacerse con él precisamente por falta de dinero. La incorporación de Olmo se hizo efectiva gracias a que el Leipzig aceptó el pago en cómodos plazos y quería sacarse de encima a un jugador que se lesionaba mucho, marcaba poco y tenía pájaras.De todos modos, también con la inscripción de este jugador Javier Tebas estaba dispuesto a aceptar cualquier pequeño indicio de cumplimiento de la norma, por débil o directamente que fuera, pero el presidente del Barcelona lo ha llevado todo tan al extremo que al final la operación ha saltado por los aires. Es lo que acaba sucediendo incluso a seres a los que creemos que nunca les va a pasar nada.Es una vergüenza y un ridículo espantoso que Dani Olmo no haya podido ser inscrito antes de terminar el año. Por mucho que el Barça haya anunciado una batalla judicial para revertir la situación, un fracaso de este calibre deja al descubierto una gestión desastrosa. La culpa no es exclusivamente de Laporta, que sobre todo a lo largo de su segunda presidencia, no ha engañado a nadie y ha desarrollado su estilo cutre, ruinoso y cosas peores sin ningún escrúpulo y a la vista de todo el mundo. Solo una afición fanática, ignorante y voluntariamente ciega podía avalar semejante escándalo. El Barça está exactamente donde sus socios y masa crítica han querido. Los propietarios del Barça son los socios y que se haya llegado hasta aquí no puede desvincularse de su zafiedad ni de la indiferencia con la que se relacionan con su club en los asuntos verdaderamente serios, mientras en las riñas absurdas, en la bronca de cerveza y grada, y los más provincianos debates se rasgan las vestiduras por tonterías.El mismo mes que Laporta ha regalado a Darren Dein 50 millones de euros de comisión por no hacer nada, porque el contrato con Nike estaba cerrado desde mayo, Olmo no ha podido ser inscrito por 60 millones de euros. Cuando el barcelonismo tenga la menor tentación de indignarse, que recuerde que el acuerdo de patrocinio con la marca deportiva, y todas sus consecuencias, lo aprobaron ellos mismos en asamblea. Joan Laporta lleva hasta tal punto la improvisación y la trampa, que al final su irresponsabilidad le ha acabado pasando por encima. Las condiciones para inscribir a Dani Olmo se sabían desde hace mucho tiempo y al presidente no le ha importado continuar haciendo y deshaciendo con sus palancas y comisionistas habituales, con una desfachatez única en el mundo del fútbol actual y con la complicidad de unos socios cegados de fanatismo y de pereza, que han abandonado al equipo en Montjuic y al club en las manos de una junta que desde que llegó sólo hace más que acelerar sin frenos hacia el colapso.En cualquier empresa o club serio, la no inscripción de Dani Olmo sería motivo de dimisión. De dimisión inmediata e inapelable y el presidente ya convertido en expresidente no podría salir de su casa en varios meses, hasta que los aficionados y socios se olvidaran de su casa. El ridículo institucional que Laporta ha hecho padecer al Barça es peor que encajar un 0 a 5 contra el Real Madrid para estrenar el nuevo estadio. Cualquier victimismo es siempre falso, y mentiroso, pero en este caso es tan hipócrita y tan falso que no puede ni comentarse. Laporta ha tenido a Javier Tebas como principalísimo aliado para inscribir a Dani Olmo y a todos los demás jugadores. Tebas lleva todos los ejercicios desde que Joan regresó a la presidencia del club haciendo ver que se cree una ficción contable que él es el primero que sabe que no tiene ninguna consistencia, ni ninguna lógica que no sea la del engaño. Todo el mundo lo sabe y hasta la consultora a la que el presidente del Barcelona encargó la auditoría ha incluido salvedades demoledoras en su informe. Ni siquiera los que están a sueldo de Laporta se atreven a jugarse su prestigio mintiendo del modo tan escandaloso en que tendrían que hacerlo para acreditar que el Barça no tiene pérdidas. Pero a pesar de tan flagrantes evidencias, el presidente de LaLiga se ha comportado como un barcelonista más aceptando conceptos económicos completamente inadmisibles y tramposos para que de alguna manera, completamente fraudulenta, las cuentas del Barça cuadraran y el club y el equipo pudieran continuar fichando y, además, según el capricho de un presidente que no ha tenido en cuenta los aspectos deportivos, sino las necesidades de sus comisionistas habituales. Hay que recordar que Dani Olmo no era el fichaje que quería el Barça. El deseado era Iñaki Williams, pero el club no pudo hacerse con él precisamente por falta de dinero. La incorporación de Olmo se hizo efectiva gracias a que el Leipzig aceptó el pago en cómodos plazos y quería sacarse de encima a un jugador que se lesionaba mucho, marcaba poco y tenía pájaras.De todos modos, también con la inscripción de este jugador Javier Tebas estaba dispuesto a aceptar cualquier pequeño indicio de cumplimiento de la norma, por débil o directamente que fuera, pero el presidente del Barcelona lo ha llevado todo tan al extremo que al final la operación ha saltado por los aires. Es lo que acaba sucediendo incluso a seres a los que creemos que nunca les va a pasar nada.Es una vergüenza y un ridículo espantoso que Dani Olmo no haya podido ser inscrito antes de terminar el año. Por mucho que el Barça haya anunciado una batalla judicial para revertir la situación, un fracaso de este calibre deja al descubierto una gestión desastrosa. La culpa no es exclusivamente de Laporta, que sobre todo a lo largo de su segunda presidencia, no ha engañado a nadie y ha desarrollado su estilo cutre, ruinoso y cosas peores sin ningún escrúpulo y a la vista de todo el mundo. Solo una afición fanática, ignorante y voluntariamente ciega podía avalar semejante escándalo. El Barça está exactamente donde sus socios y masa crítica han querido. Los propietarios del Barça son los socios y que se haya llegado hasta aquí no puede desvincularse de su zafiedad ni de la indiferencia con la que se relacionan con su club en los asuntos verdaderamente serios, mientras en las riñas absurdas, en la bronca de cerveza y grada, y los más provincianos debates se rasgan las vestiduras por tonterías.El mismo mes que Laporta ha regalado a Darren Dein 50 millones de euros de comisión por no hacer nada, porque el contrato con Nike estaba cerrado desde mayo, Olmo no ha podido ser inscrito por 60 millones de euros. Cuando el barcelonismo tenga la menor tentación de indignarse, que recuerde que el acuerdo de patrocinio con la marca deportiva, y todas sus consecuencias, lo aprobaron ellos mismos en asamblea.  

Todo irá bien

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