Por más que pasen los años, siempre que aparece en el calendario un Betis-Atlético de Madrid, vuelve a la memoria colectiva, sobre todo a la del bando colchonero, uno de los mejores goles de la historia de la Liga en cuanto a la dificultad de su ejecución y la belleza de su factura, el más icónico de la carrera de Fernando Torres junto al que marcó con la selección en la final de la Eurocopa 2008. El bautizado ‘gol de Matrix’, volando como Keanu Reeves en la mítica saga cinematográfica de entonces, también como si se dibujara a cámara lenta, para tumbar al Betis en su propia casa. «Quizás el gol más bello de todos los que he marcado», recuerda para ABC el Niño como si no hubieran pasado ya 22 años de la inolvidable obra de arte. Se vivió una tarde de domingo en el Benito Villamarín, 2 de noviembre de 2003, y Pedro ‘Koke’ Contreras fue espectador de excepción. Lo sufrió como portero contrario y, tras trece temporadas en Primera y más de 360 partidos entre todas las competiciones, asegura sin dudar a este periódico que fue «el mejor gol que encajé jamás». «Recuerdo un golazo que me marcó Albert Luque de chilena, desde fuera del área además; y otro de Ronaldo Nazario a pase de Zidane, que me parte en la salida con dos amagos con el cuerpo. Pero el de Fernando fue el mejor, el que más mérito tiene por la dificultad, el más completo y el más estético. Un centro pasado que él hace buenísimo con ese escorzo, la pone en la escuadra», rememora el cancerbero madrileño.«Fue como si se parara el tiempo. Tapo el palo corto y con un salto acrobático fue capaz de cruzarla a la escuadra contraria» Koke Contreras La víctimaEl autor de ese centro fue el canario Jorge Larena, que ensalza su envío: «En su día le dije que el pase fue tan bueno que sólo tuvo que poner el pie. Lógicamente se lo decía de broma. Fue un buen centro, pero yo no tuve ningún mérito. Fernando siempre hacía muy buenos movimientos, era un placer jugar con él porque nos entendíamos muy bien, dentro y fuera del campo. Fue un balón al segundo palo pasando al defensa, y Fernando dio un salto increíble, con la pierna bastante arriba, a lo ‘Kárate Kid’, y salió un golazo espectacular, de los mejores de su carrera».Afirmar esto son palabras mayores para una leyenda como Torres, que cantó más de 300 goles como profesional: 129 en el Atlético, 81 en el Liverpool, 45 en el Chelsea, siete en el Sagan Tosu de Japón, uno en el Milán y 38 con la selección española. «Yo no tuve ningún mérito; Fernando dio un salto increíble, con la pierna bastante arriba, y salió un golazo espectacular» Jorge Larena El asistenteAlgunos para los anales de la historia del fútbol mundial, como el que supuso el primer título de la selección en 44 años, en la final de la Eurocopa 2008 picando sobre Neuer un pase profundo de Xavi y tras ganarle el esprint a Lahm después de perderlo. Muchas obras de arte, importantes, como en la final de la Euro 2012 ante Buffon; o con la camiseta del Chelsea en las semifinales de la Champions 2012 en el Camp Nou y en la final de la Europa League 2013, regateando a los guardametas Valdés y Artur respectivamente.Con el Atlético de Madrid los marcó de todos los colores: de chilena, con remates acrobáticos, con cabezazos imponentes o sentando con sus recortes a varios contrarios por el camino. Ninguno tan rememorado como el que marcó ante el Villamarín. Así lo recuerda para ABC su entrenador en la temporada de aquel golazo en el Villamarín (2003-2004), Gregorio Manzano : «Era el Niño, nunca mejor dicho. Sólo con 19 años le dimos galones de capitán en un equipo con veteranos como Simeone, Burgos, Aguilera, Santi, García Calvo… Asumió el brazalete con total naturalidad y se convirtió en el emblema, la bandera y la esperanza del club en base a su crecimiento. Era muy maduro, un chaval muy equilibrado en todos sus actos y sus conversaciones. Y muy querido tanto en el vestuario como por supuesto por la afición».«La única manera de rematarlo era echarse al aire y de volea la mandó a la escuadra; el estadio se quedó en silencio» Gregorio Manzano El entrenadorPese al tiempo transcurrido, Manzano conserva detalles de aquel día: «Vi muy bien ese gol porque el banquillo visitante era el más cercano a esa portería. Íbamos perdiendo 1-0 y fue el empate antes del descanso. Jorge lanzó un centro donde la única manera que había de rematarlo era echarse al aire y de volea espectacular la mandó a la escuadra. El estadio se quedó en silencio cuando vio esa jugada de tanta belleza y tanta plasticidad». La secuencia para el metaEl que también se quedó mudo fue Contreras, que es capaz de reproducir todo lo que se le pasó por la cabeza en los escasos tres segundos desde que el esférico salió del pie de Larena hasta que Torres la colocó en su escuadra derecha: «Para mí fue como si se parara el tiempo. Lo primero que pensé es que el centro iba muy abierto y que yo no podía interceptarlo. El segundo flash fue ‘por ahí está haciendo un desmarque Torres’. Fui basculando hacia ese palo, pero pensaba que era un balón muy largo y que él no podría llegar. Después digo, ‘uy, se ha impulsado para conectar la volea, pero no irá a puerta o la dará mordida’. Luego, ‘ostras, llega bien’. Tapo el palo corto que es donde es más posible que tire por la trayectoria y el ángulo. Y cuando vi que con un salto acrobático es capaz de cruzarla por completo a la escuadra contraria… No recuerdo la cara que se me quedó, pero una mezcla entre incredulidad y admiración».«Siempre he querido preguntarle si quería ponerla ahí», añade. Y el Niño dice que efectivamente la quiso poner ahí, pero que lo decidió en el instante final. «Pasaron muchas cosas por mi cabeza», dice a ABC; «en principio, pensaba esperar a que bajara la pelota, pero me decidí a atacarla. Lo más difícil fue domar el balón en el aire».El Atlético se llevaría ese partido por 1-2. El segundo gol también lo marcó Torres, de penalti. Y el portero bético felicitó al Niño por el partidazo. «Ojalá en mi carrera me hubieran metido todos los goles igual, porque significaría que poco podía hacer», le dijo. Aunque también se llevó algún vacile de sus compañeros, como desvela Manzano: «En el vestuario todo eran alegría y risas. Y alguno le soltó que vaya churro había metido, que ‘no te lo crees ni tú’. Pero se pareció a algún gol que marcó Van Basten, tuvo mucha repercusión mediática».«Es quizás el gol más bello de todos cuantos he marcado; lo más difícil fue domar la pelota en el aire» Fernando Torres El autor del golEsa temporada Fernando Torres alcanzó los 19 goles, su mejor cifra en la Liga española. También debutó en la selección española, de la mano de Iñaki Sáez. Una carrera de éxito meteórico en una edad tempranísima, pero «siempre con un comportamiento intachable dentro y fuera del césped, sin ni un mal gesto jamás», añade el entrenador jienense.«Fue la temporada de mi consolidación en Primera», añade Fernando Torres. «No estaba marcando goles… Hasta la séptima jornada en Mallorca no vi puerta (la del partido ante el Betis era la 10), justo ante el equipo que dirigía entonces Luis Aragonés».Noticias relacionadas estandar Si Entrevista ABC Ángel Correa: «Muchas veces quise matar a Simeone; se lo he dicho a él en la cara» José Ignacio Fernández opinion Si el contragolpe Que vuelva Saúl Nicolás Álvarez Tólcheff«A mí Fernando personalmente me ayudó no sabes cuánto en mi adaptación a Madrid», apostilla Jorge Larena; «era un chaval 10. Siempre tuvo un entorno muy bueno. Yo conocía muy bien a sus padres, sus hermanos… También le cuidaron mucho desde el club, Antonio Sanz, Petón en su agencia, Luis Aragonés también… Tuvo un entorno que para mí es fundamental para manejar todas las situaciones cuando eres una estrella tan joven. Y te ayudan a equivocarte menos, porque tienes 18 ó 19 años y te tienes que equivocar, pero aprender de los errores. Y Fernando se equivocaba muy, muy poco».Hoy, Fernando Torres, que ha cambiado la obsesión por el gol con la de los gimnasios, tiene otro cuerpo, mucho más musculado , y otro oficio, el de entrenador, al mando del Atlético Madrileño. Y sus vitrinas siguen llenas. De alguna manera también de este gol (con un cuadro con la foto inmortal del lance, que cuelga también en las oficinas de Bahía, la agencia que le representa desde bien crío) que se recuerda invariablemente cada vez que el Atlético de Madrid visita al Betis. La vez que más lejos tuvo el Niño los pies del suelo. «Pensé que podía volar», cierra recordando con más orgullo que pudor lo que sintió en ese instante. Por más que pasen los años, siempre que aparece en el calendario un Betis-Atlético de Madrid, vuelve a la memoria colectiva, sobre todo a la del bando colchonero, uno de los mejores goles de la historia de la Liga en cuanto a la dificultad de su ejecución y la belleza de su factura, el más icónico de la carrera de Fernando Torres junto al que marcó con la selección en la final de la Eurocopa 2008. El bautizado ‘gol de Matrix’, volando como Keanu Reeves en la mítica saga cinematográfica de entonces, también como si se dibujara a cámara lenta, para tumbar al Betis en su propia casa. «Quizás el gol más bello de todos los que he marcado», recuerda para ABC el Niño como si no hubieran pasado ya 22 años de la inolvidable obra de arte. Se vivió una tarde de domingo en el Benito Villamarín, 2 de noviembre de 2003, y Pedro ‘Koke’ Contreras fue espectador de excepción. Lo sufrió como portero contrario y, tras trece temporadas en Primera y más de 360 partidos entre todas las competiciones, asegura sin dudar a este periódico que fue «el mejor gol que encajé jamás». «Recuerdo un golazo que me marcó Albert Luque de chilena, desde fuera del área además; y otro de Ronaldo Nazario a pase de Zidane, que me parte en la salida con dos amagos con el cuerpo. Pero el de Fernando fue el mejor, el que más mérito tiene por la dificultad, el más completo y el más estético. Un centro pasado que él hace buenísimo con ese escorzo, la pone en la escuadra», rememora el cancerbero madrileño.«Fue como si se parara el tiempo. Tapo el palo corto y con un salto acrobático fue capaz de cruzarla a la escuadra contraria» Koke Contreras La víctimaEl autor de ese centro fue el canario Jorge Larena, que ensalza su envío: «En su día le dije que el pase fue tan bueno que sólo tuvo que poner el pie. Lógicamente se lo decía de broma. Fue un buen centro, pero yo no tuve ningún mérito. Fernando siempre hacía muy buenos movimientos, era un placer jugar con él porque nos entendíamos muy bien, dentro y fuera del campo. Fue un balón al segundo palo pasando al defensa, y Fernando dio un salto increíble, con la pierna bastante arriba, a lo ‘Kárate Kid’, y salió un golazo espectacular, de los mejores de su carrera».Afirmar esto son palabras mayores para una leyenda como Torres, que cantó más de 300 goles como profesional: 129 en el Atlético, 81 en el Liverpool, 45 en el Chelsea, siete en el Sagan Tosu de Japón, uno en el Milán y 38 con la selección española. «Yo no tuve ningún mérito; Fernando dio un salto increíble, con la pierna bastante arriba, y salió un golazo espectacular» Jorge Larena El asistenteAlgunos para los anales de la historia del fútbol mundial, como el que supuso el primer título de la selección en 44 años, en la final de la Eurocopa 2008 picando sobre Neuer un pase profundo de Xavi y tras ganarle el esprint a Lahm después de perderlo. Muchas obras de arte, importantes, como en la final de la Euro 2012 ante Buffon; o con la camiseta del Chelsea en las semifinales de la Champions 2012 en el Camp Nou y en la final de la Europa League 2013, regateando a los guardametas Valdés y Artur respectivamente.Con el Atlético de Madrid los marcó de todos los colores: de chilena, con remates acrobáticos, con cabezazos imponentes o sentando con sus recortes a varios contrarios por el camino. Ninguno tan rememorado como el que marcó ante el Villamarín. Así lo recuerda para ABC su entrenador en la temporada de aquel golazo en el Villamarín (2003-2004), Gregorio Manzano : «Era el Niño, nunca mejor dicho. Sólo con 19 años le dimos galones de capitán en un equipo con veteranos como Simeone, Burgos, Aguilera, Santi, García Calvo… Asumió el brazalete con total naturalidad y se convirtió en el emblema, la bandera y la esperanza del club en base a su crecimiento. Era muy maduro, un chaval muy equilibrado en todos sus actos y sus conversaciones. Y muy querido tanto en el vestuario como por supuesto por la afición».«La única manera de rematarlo era echarse al aire y de volea la mandó a la escuadra; el estadio se quedó en silencio» Gregorio Manzano El entrenadorPese al tiempo transcurrido, Manzano conserva detalles de aquel día: «Vi muy bien ese gol porque el banquillo visitante era el más cercano a esa portería. Íbamos perdiendo 1-0 y fue el empate antes del descanso. Jorge lanzó un centro donde la única manera que había de rematarlo era echarse al aire y de volea espectacular la mandó a la escuadra. El estadio se quedó en silencio cuando vio esa jugada de tanta belleza y tanta plasticidad». La secuencia para el metaEl que también se quedó mudo fue Contreras, que es capaz de reproducir todo lo que se le pasó por la cabeza en los escasos tres segundos desde que el esférico salió del pie de Larena hasta que Torres la colocó en su escuadra derecha: «Para mí fue como si se parara el tiempo. Lo primero que pensé es que el centro iba muy abierto y que yo no podía interceptarlo. El segundo flash fue ‘por ahí está haciendo un desmarque Torres’. Fui basculando hacia ese palo, pero pensaba que era un balón muy largo y que él no podría llegar. Después digo, ‘uy, se ha impulsado para conectar la volea, pero no irá a puerta o la dará mordida’. Luego, ‘ostras, llega bien’. Tapo el palo corto que es donde es más posible que tire por la trayectoria y el ángulo. Y cuando vi que con un salto acrobático es capaz de cruzarla por completo a la escuadra contraria… No recuerdo la cara que se me quedó, pero una mezcla entre incredulidad y admiración».«Siempre he querido preguntarle si quería ponerla ahí», añade. Y el Niño dice que efectivamente la quiso poner ahí, pero que lo decidió en el instante final. «Pasaron muchas cosas por mi cabeza», dice a ABC; «en principio, pensaba esperar a que bajara la pelota, pero me decidí a atacarla. Lo más difícil fue domar el balón en el aire».El Atlético se llevaría ese partido por 1-2. El segundo gol también lo marcó Torres, de penalti. Y el portero bético felicitó al Niño por el partidazo. «Ojalá en mi carrera me hubieran metido todos los goles igual, porque significaría que poco podía hacer», le dijo. Aunque también se llevó algún vacile de sus compañeros, como desvela Manzano: «En el vestuario todo eran alegría y risas. Y alguno le soltó que vaya churro había metido, que ‘no te lo crees ni tú’. Pero se pareció a algún gol que marcó Van Basten, tuvo mucha repercusión mediática».«Es quizás el gol más bello de todos cuantos he marcado; lo más difícil fue domar la pelota en el aire» Fernando Torres El autor del golEsa temporada Fernando Torres alcanzó los 19 goles, su mejor cifra en la Liga española. También debutó en la selección española, de la mano de Iñaki Sáez. Una carrera de éxito meteórico en una edad tempranísima, pero «siempre con un comportamiento intachable dentro y fuera del césped, sin ni un mal gesto jamás», añade el entrenador jienense.«Fue la temporada de mi consolidación en Primera», añade Fernando Torres. «No estaba marcando goles… Hasta la séptima jornada en Mallorca no vi puerta (la del partido ante el Betis era la 10), justo ante el equipo que dirigía entonces Luis Aragonés».Noticias relacionadas estandar Si Entrevista ABC Ángel Correa: «Muchas veces quise matar a Simeone; se lo he dicho a él en la cara» José Ignacio Fernández opinion Si el contragolpe Que vuelva Saúl Nicolás Álvarez Tólcheff«A mí Fernando personalmente me ayudó no sabes cuánto en mi adaptación a Madrid», apostilla Jorge Larena; «era un chaval 10. Siempre tuvo un entorno muy bueno. Yo conocía muy bien a sus padres, sus hermanos… También le cuidaron mucho desde el club, Antonio Sanz, Petón en su agencia, Luis Aragonés también… Tuvo un entorno que para mí es fundamental para manejar todas las situaciones cuando eres una estrella tan joven. Y te ayudan a equivocarte menos, porque tienes 18 ó 19 años y te tienes que equivocar, pero aprender de los errores. Y Fernando se equivocaba muy, muy poco».Hoy, Fernando Torres, que ha cambiado la obsesión por el gol con la de los gimnasios, tiene otro cuerpo, mucho más musculado , y otro oficio, el de entrenador, al mando del Atlético Madrileño. Y sus vitrinas siguen llenas. De alguna manera también de este gol (con un cuadro con la foto inmortal del lance, que cuelga también en las oficinas de Bahía, la agencia que le representa desde bien crío) que se recuerda invariablemente cada vez que el Atlético de Madrid visita al Betis. La vez que más lejos tuvo el Niño los pies del suelo. «Pensé que podía volar», cierra recordando con más orgullo que pudor lo que sintió en ese instante.
Por más que pasen los años, siempre que aparece en el calendario un Betis-Atlético de Madrid, vuelve a la memoria colectiva, sobre todo a la del bando colchonero, uno de los mejores goles de la historia de la Liga en cuanto a la dificultad … de su ejecución y la belleza de su factura, el más icónico de la carrera de Fernando Torres junto al que marcó con la selección en la final de la Eurocopa 2008. El bautizado ‘gol de Matrix’, volando como Keanu Reeves en la mítica saga cinematográfica de entonces, también como si se dibujara a cámara lenta, para tumbar al Betis en su propia casa. «Quizás el gol más bello de todos los que he marcado», recuerda para ABC el Niño como si no hubieran pasado ya 22 años de la inolvidable obra de arte.
Se vivió una tarde de domingo en el Benito Villamarín, 2 de noviembre de 2003, y Pedro ‘Koke’ Contreras fue espectador de excepción. Lo sufrió como portero contrario y, tras trece temporadas en Primera y más de 360 partidos entre todas las competiciones, asegura sin dudar a este periódico que fue «el mejor gol que encajé jamás».
«Recuerdo un golazo que me marcó Albert Luque de chilena, desde fuera del área además; y otro de Ronaldo Nazario a pase de Zidane, que me parte en la salida con dos amagos con el cuerpo. Pero el de Fernando fue el mejor, el que más mérito tiene por la dificultad, el más completo y el más estético. Un centro pasado que él hace buenísimo con ese escorzo, la pone en la escuadra», rememora el cancerbero madrileño.
«Fue como si se parara el tiempo. Tapo el palo corto y con un salto acrobático fue capaz de cruzarla a la escuadra contraria»
Koke Contreras
La víctima
El autor de ese centro fue el canario Jorge Larena, que ensalza su envío: «En su día le dije que el pase fue tan bueno que sólo tuvo que poner el pie. Lógicamente se lo decía de broma. Fue un buen centro, pero yo no tuve ningún mérito. Fernando siempre hacía muy buenos movimientos, era un placer jugar con él porque nos entendíamos muy bien, dentro y fuera del campo. Fue un balón al segundo palo pasando al defensa, y Fernando dio un salto increíble, con la pierna bastante arriba, a lo ‘Kárate Kid’, y salió un golazo espectacular, de los mejores de su carrera».
Afirmar esto son palabras mayores para una leyenda como Torres, que cantó más de 300 goles como profesional: 129 en el Atlético, 81 en el Liverpool, 45 en el Chelsea, siete en el Sagan Tosu de Japón, uno en el Milán y 38 con la selección española.
«Yo no tuve ningún mérito; Fernando dio un salto increíble, con la pierna bastante arriba, y salió un golazo espectacular»
Jorge Larena
El asistente
Algunos para los anales de la historia del fútbol mundial, como el que supuso el primer título de la selección en 44 años, en la final de la Eurocopa 2008 picando sobre Neuer un pase profundo de Xavi y tras ganarle el esprint a Lahm después de perderlo. Muchas obras de arte, importantes, como en la final de la Euro 2012 ante Buffon; o con la camiseta del Chelsea en las semifinales de la Champions 2012 en el Camp Nou y en la final de la Europa League 2013, regateando a los guardametas Valdés y Artur respectivamente.
Con el Atlético de Madrid los marcó de todos los colores: de chilena, con remates acrobáticos, con cabezazos imponentes o sentando con sus recortes a varios contrarios por el camino. Ninguno tan rememorado como el que marcó ante el Villamarín. Así lo recuerda para ABC su entrenador en la temporada de aquel golazo en el Villamarín (2003-2004), Gregorio Manzano: «Era el Niño, nunca mejor dicho. Sólo con 19 años le dimos galones de capitán en un equipo con veteranos como Simeone, Burgos, Aguilera, Santi, García Calvo… Asumió el brazalete con total naturalidad y se convirtió en el emblema, la bandera y la esperanza del club en base a su crecimiento. Era muy maduro, un chaval muy equilibrado en todos sus actos y sus conversaciones. Y muy querido tanto en el vestuario como por supuesto por la afición».
«La única manera de rematarlo era echarse al aire y de volea la mandó a la escuadra; el estadio se quedó en silencio»
Gregorio Manzano
El entrenador
Pese al tiempo transcurrido, Manzano conserva detalles de aquel día: «Vi muy bien ese gol porque el banquillo visitante era el más cercano a esa portería. Íbamos perdiendo 1-0 y fue el empate antes del descanso. Jorge lanzó un centro donde la única manera que había de rematarlo era echarse al aire y de volea espectacular la mandó a la escuadra. El estadio se quedó en silencio cuando vio esa jugada de tanta belleza y tanta plasticidad».
La secuencia para el meta
El que también se quedó mudo fue Contreras, que es capaz de reproducir todo lo que se le pasó por la cabeza en los escasos tres segundos desde que el esférico salió del pie de Larena hasta que Torres la colocó en su escuadra derecha: «Para mí fue como si se parara el tiempo. Lo primero que pensé es que el centro iba muy abierto y que yo no podía interceptarlo. El segundo flash fue ‘por ahí está haciendo un desmarque Torres’. Fui basculando hacia ese palo, pero pensaba que era un balón muy largo y que él no podría llegar. Después digo, ‘uy, se ha impulsado para conectar la volea, pero no irá a puerta o la dará mordida’. Luego, ‘ostras, llega bien’. Tapo el palo corto que es donde es más posible que tire por la trayectoria y el ángulo. Y cuando vi que con un salto acrobático es capaz de cruzarla por completo a la escuadra contraria… No recuerdo la cara que se me quedó, pero una mezcla entre incredulidad y admiración».
«Siempre he querido preguntarle si quería ponerla ahí», añade. Y el Niño dice que efectivamente la quiso poner ahí, pero que lo decidió en el instante final. «Pasaron muchas cosas por mi cabeza», dice a ABC; «en principio, pensaba esperar a que bajara la pelota, pero me decidí a atacarla. Lo más difícil fue domar el balón en el aire».
El Atlético se llevaría ese partido por 1-2. El segundo gol también lo marcó Torres, de penalti. Y el portero bético felicitó al Niño por el partidazo. «Ojalá en mi carrera me hubieran metido todos los goles igual, porque significaría que poco podía hacer», le dijo. Aunque también se llevó algún vacile de sus compañeros, como desvela Manzano: «En el vestuario todo eran alegría y risas. Y alguno le soltó que vaya churro había metido, que ‘no te lo crees ni tú’. Pero se pareció a algún gol que marcó Van Basten, tuvo mucha repercusión mediática».
«Es quizás el gol más bello de todos cuantos he marcado; lo más difícil fue domar la pelota en el aire»
Fernando Torres
El autor del gol
Esa temporada Fernando Torres alcanzó los 19 goles, su mejor cifra en la Liga española. También debutó en la selección española, de la mano de Iñaki Sáez. Una carrera de éxito meteórico en una edad tempranísima, pero «siempre con un comportamiento intachable dentro y fuera del césped, sin ni un mal gesto jamás», añade el entrenador jienense.
«Fue la temporada de mi consolidación en Primera», añade Fernando Torres. «No estaba marcando goles… Hasta la séptima jornada en Mallorca no vi puerta (la del partido ante el Betis era la 10), justo ante el equipo que dirigía entonces Luis Aragonés».
«A mí Fernando personalmente me ayudó no sabes cuánto en mi adaptación a Madrid», apostilla Jorge Larena; «era un chaval 10. Siempre tuvo un entorno muy bueno. Yo conocía muy bien a sus padres, sus hermanos… También le cuidaron mucho desde el club, Antonio Sanz, Petón en su agencia, Luis Aragonés también… Tuvo un entorno que para mí es fundamental para manejar todas las situaciones cuando eres una estrella tan joven. Y te ayudan a equivocarte menos, porque tienes 18 ó 19 años y te tienes que equivocar, pero aprender de los errores. Y Fernando se equivocaba muy, muy poco».
Hoy, Fernando Torres, que ha cambiado la obsesión por el gol con la de los gimnasios, tiene otro cuerpo, mucho más musculado, y otro oficio, el de entrenador, al mando del Atlético Madrileño. Y sus vitrinas siguen llenas. De alguna manera también de este gol (con un cuadro con la foto inmortal del lance, que cuelga también en las oficinas de Bahía, la agencia que le representa desde bien crío) que se recuerda invariablemente cada vez que el Atlético de Madrid visita al Betis. La vez que más lejos tuvo el Niño los pies del suelo. «Pensé que podía volar», cierra recordando con más orgullo que pudor lo que sintió en ese instante.
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