Aumentan a siete las muertes por frío mientras Israel destruye otros dos centros sanitarios usados como refugio en la Franja Leer Aumentan a siete las muertes por frío mientras Israel destruye otros dos centros sanitarios usados como refugio en la Franja Leer
Las condiciones meteorológicas han empeorado la ya de por sí difícil situación de miles de palestinos desplazados en Gaza, causando siete muertos por frío en solo una semana. El último caso se produjo este lunes de madrugada, con la muerte de Ali al Batran, un bebé de un mes de edad, que falleció por frío en una tienda de campaña en Deir al Balah, en el centro de la Franja. Un día antes, su hermano gemelo murió en condiciones similares, debido a que su familia no disponía de suficientes materiales para protegerlo de la lluvia y el frío.
«Se espera que continúen las fuertes lluvias, así como la ola de frío invernal en los próximos días, que plantea un serio peligro y amenaza real para las vidas de los desplazados«, ha señalado en un comunicado la oficina de la gobernación de Gaza.
Tras 15 meses de ofensiva militar, no queda un rincón en Gaza que sea seguro para acoger a miles de civiles desplazados, que se ven forzados a vivir en tiendas de campaña, muchas veces con materiales que ni siquiera aíslan de la lluvia, sobre suelos llenos de escombros y aguas residuales. «La situación es desesperada. La lluvia deja todo embarrado, mezcla la tierra con aguas residuales. La gente vive en lugares totalmente inadecuados, en tiendas de campaña hechas con lo que pueden», explica desde Deir al Balah a este diario Rachel Cummings, directora humanitaria de Save the Children.
La trabajadora humanitaria alerta que los casos de desnutrición se han disparado, provocando que niños y jóvenes desarrollen rápidamente otro tipo de enfermedades. «Es realmente una carrera contrarreloj para tratar de evitar que los niños sufran desnutrición, porque evitar diarreas o enfermedades de la piel en este entorno es casi imposible», describe. «Además, los niños están asumiendo tareas en las familias que no tenían antes de la guerra. Ves a niños solos con cacerolas tratando de buscar comida, haciendo cola para el pan, lo cual es peligroso porque pueden separarse rápidamente de sus familias», relata.
Mientras tanto, el ejército israelí continúa con su campaña de ataques contra hospitales que son usados como refugio por civiles desplazados. Durante la mañana del lunes, bombardearon el hospital de Al Wada y Ahli en la ciudad de Gaza, causando siete muertos y decenas de heridos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado este lunes en un comunicado que, en los últimos dos meses, se han producido casi a diario ataques contra trabajadores de la salud y hospitales del norte de Gaza, coincidiendo con el asedio impuesto por el ejército israelí en este territorio.
La organización asegura que los hospitales se han convertido en «campos de batalla» y que el sistema de salud en Gaza se encuentra bajo una grave amenaza. En estos ataques han muerto 50 personas, incluidos cinco miembros del personal médico del hospital Kamal Adwan, el último centro sanitario que operaba en la zona hasta el pasado fin de semana, cuando el ejército israelí forzó su desalojo e incendió las instalaciones. Con el cierre de Kamal Adwan, más de 75.000 personas en el territorio se han quedado sin acceso a servicios sanitarios.
La OMS ha calificado la redada como parte del «desmantelamiento sistemático del sistema de salud» de Gaza y ha denunciado que, desde el ataque, desconoce el paradero del director del hospital, Hossam Abu Safia. Según relataron ex prisioneros recientemente liberados a la emisora CNN, el responsable del centro sanitario habría sido trasladado a la controvertida base militar israelí Sde Teiman, ubicada en el desierto de Neguev, usada como centro de detención.
Israel acusa al director de ser un «agente terrorista de Hamas» y asegura que utilizó el hospital como «centro de comando y control», una acusación que han usado las autoridades israelíes para desalojar y atacar otros centros sanitarios en Gaza y el Líbano, pese a que posteriormente no se ha llegado a concluir con pruebas que dichas acusaciones fueran ciertas.
Otros cinco trabajadores del centro fueron también detenidos cuando se trasladaban los pacientes al hospital indonesio en el norte de Gaza, que también está inoperativo, pero es usado como refugio por centenares de civiles. «Repetimos: ¡detengan los ataques contra hospitales! La población de Gaza necesita acceso a la atención sanitaria. Los trabajadores humanitarios necesitan acceso para prestar asistencia sanitaria. ¡Alto el fuego!», ha pedido en un comunicado el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La relatora especial de la ONU sobre Palestina, Francesca Albanese, ha instado al personal médico de todo el mundo a cortar vínculos con Israel y condenar su destrucción del sistema de salud en Gaza. «Busquen la ruptura de todos los vínculos con Israel como una forma concreta de denunciar enérgicamente la destrucción del sistema de salud palestino, una herramienta fundamental de su genocidio en curso», ha señalado Albanese.
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