El guiño de Trump a China al bloquear la escala del presidente de Taiwan en Nueva York

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Aunque Estados Unidos no mantiene relaciones diplomáticas formales con Taiwan, de vez en cuando, para enfurecer a China, permite que líderes taiwaneses hagan una fugaz escala en algún estado estadounidense antes de proseguir su viaje hacia uno de los pocos y pequeños países del continente americano que reconocen la soberanía de la isla.

Ocurrió en abril de 2023 cuando la entonces líder taiwanesa, Tsai Ing-wen, puso un pie en California para reunirse brevemente con Kevin McCarthy, quien era presidente de la Cámara de Representante. Unos meses después, el entonces vicepresidente de Taiwan, Lai Ching-te, hizo una parada en Nueva York, también muy corta, antes de partir hacia Paraguay para asistir a la ceremonia de toma de posesión de Santiago Peña. Ambas escalas no hicieron gracia ninguna en China, que respondió sacando a pasear sus aviones y buques de guerra alrededor de una isla autogobernada que considera una provincia separatista.

Lai, ahora presidente de Taiwan, tenía previsto en agosto realizar un viaje oficial a América Latina. El plan inicial era hacer escala en Nueva York en ruta hacia Paraguay, Guatemala y Belice, tres de los 12 países que reconocen la soberanía taiwanesa. Pero parece que ese viaje ahora se ha suspendido porque la Administración Trump ha bloqueado el propósito de Lai de pisar de nuevo territorio estadounidense, un gesto que enfurecería a Pekín. Precisamente en estos momentos, a Washington no le interesa lidiar con otra rabieta de la superpotencia asiática.

Financial Times publicó el lunes que Trump habría ordenado que se impidiera al líder taiwanés aterrizar en suelo estadounidense después de que diplomáticos chinos plantearan sus quejas a Washington sobre esta escala. Reuters, por su parte, precisó que el viaje había sido pospuesto por ahora, pero no cancelado.

Después de que una gran parte de la prensa internacional se hiciera eco de la noticia, desde Taipei salieron a desmentir que Lai tuviera algún impedimento de visitar Estados Unidos. El discurso oficial en la isla es que, debido al tifón que sacudió este mes Taiwan y como el país se está recuperando del desastre (hubo dos muertos y centenares de viviendas dañadas), el presidente no saldrá de casa y no tiene previsto próximamente ningún viaje al extranjero. «No ha habido ningún aplazamiento, cancelación ni denegación de permiso para el tránsito por parte de Estados Unidos», aseguró un portavoz taiwanés.

Los funcionarios de Taipei también argumentan que ahora no es el mejor momento para realizar esa escala de verano en Nueva York porque están en medio de las negociaciones para llegar a un acuerdo comercial con el Gobierno de Trump. Pero lo cierto es que es a Washington a quien ahora no le interesaba que el foco estuviera en el viaje de Lai mientras está inmerso en unas negociaciones arancelarias mucho más importantes con Pekín.

En el momento en el que salió la noticia de la cancelación del viaje del taiwanés, los negociadores comerciales de Estados Unidos y China se encontraban en Suecia discutiendo una extensión de 90 días a la tregua en la guerra comercial que alcanzaron el pasado mes.

También se han disparado los rumores sobre que las dos mayores economías del mundo están buscando que sus líderes encuentren un hueco para la que sería la primera reunión cara a cara entre el chino Xi Jinping y Trump desde el regreso del republicano a la Casa Blanca. Esta podría ocurrir en el marco de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico, que se celebrará a finales de octubre en Corea del Sur.

Estados Unidos, a pesar de que no reconoce a Taiwan como un Estado independiente y se adhiere a la política de «una sola China», ha continuado siendo el principal patrocinador internacional de la isla y su gran proveedor de armas. En cambio, a diferencia de la anterior Administración Biden, el presidente Trump no se ha pronunciado abiertamente todavía sobre si defendería a Taipei en caso de un ataque de China.

Además de con Estados Unidos, el Gobierno taiwanés ha logrado mantener buenas relaciones con las grandes democracias de Occidente, que respaldan su statu quo pero que no se atreven a dar un paso más -reconocimiento diplomático oficial- por miedo a enfurecer demasiado a Pekín. Por ello, para muchos taiwaneses son muy importantes las visitas de su líder a los aliados que sí reconocen su soberanía. Aunque también hay otros muchos ciudadanos que no comparten las grandes inversiones en proyectos de infraestructura que su Gobierno se deja en países intranscendentes en el tablero geopolítico que pocos ubican en el mapa, como Islas Marshall o San Cristóbal y Nieves.

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