El granelero Yi Ping 3, que partió de Rusia rumbo a Egipto, está siendo investigado por su presunta implicación en el sabotaje de los cables de fibra óptica entre Lituania, Suecia, Finlandia y Alemania Leer El granelero Yi Ping 3, que partió de Rusia rumbo a Egipto, está siendo investigado por su presunta implicación en el sabotaje de los cables de fibra óptica entre Lituania, Suecia, Finlandia y Alemania Leer
El Yi Peng 3 en principio es un simple barco granelero chino, de los muchos de esta categoría que hay navegando por todo el mundo y que trasportan desde grano hasta carbón. En concreto, este buque fue construido en 2001 y adquirido por la naviera Ningbo Yipeng Shipping, con base en la ciudad de Ningbo, en la costa este de China, famosa por tener uno de los puertos de mercancías más grandes del mundo.
Así que, ¿cómo ha acabado el Yi Peng 3 retenido por la marina danesa mientras se investiga su presunta implicación en el sabotaje de dos cables submarinos en el mar Báltico?
El 17 de noviembre, alrededor de las 8.00 horas, se cortó un cable submarino de 217 kilómetros de longitud que conectaba la isla sueca de Gotland con Lituania. Apenas 24 horas después, se rompió otro de estos cables de comunicaciones de 1.200 kilómetros entre Finlandia y el puerto alemán de Rostock. Ambos, de fibra óptica, recorrían el lecho marino del Báltico.
Todos los focos apuntaron rápido al Yi Peng 3 porque, según los datos de seguimiento disponibles públicamente, el navío había pasado por encima de ambos cables de datos prácticamente al mismo tiempo en que se informó de los daños.
Todo arranca sospechosamente en Rusia, en el puerto de Ust-Luga, en Leningrado, cerca de la frontera con Estonia. Desde allí, el barco chino salió la semana pasada. Su destino final era Port Said, en Egipto, donde estaba previsto que llegara el 3 de diciembre.
Diarios internacionales como el Wall Street Journal, citando a funcionarios europeos que forman parte de la investigación, han señalado que detrás de este sabotaje, más que una responsabilidad directa de Pekín, estaría realmente detrás la Rusia de Putin, quien podría haber utilizado el barco registrado en China para un ataque de guerra híbrida.
Es la segunda vez en poco más de un año que un buque mercante chino aparentemente daña cables submarinos en el Báltico. En octubre de 2023, el portacontenedores Newnew Polar Bear, fabricado en China y con bandera de Hong Kong, abandonó rápidamente esas aguas en dirección a la costa ártica de Rusia después de arrastrar su ancla sobre un gasoducto y, según se informó entonces, dañar dos cables submarinos.
Suecia, Finlandia y Estonia pidieron entonces explicaciones a Pekín, que hizo caso omiso a la solicitud de los países europeos para colaborar en la investigación de aquel incidente. Respecto al último sabotaje, un representante de la empresa propiedad del Yi Peng 3, buque que mide 224 metros de largo, ha manifestado que el Gobierno chino ha pedido a Ningbo Yipeng que colabore en la investigación que están realizando las autoridades danesas, suecas, finlandesas y alemanas.
«El barco chino disminuyó su velocidad al pasar por los dos cables, y luego volvió a mantener velocidades normales cuando los cables ya estaban rotos», han asegurado investigadores de OSINT, una comunidad de inteligencia de fuentes abiertas en referencia al suceso en el Báltico, donde hay alrededor de 4.000 grandes buques pasan habitualmente sobre una red de cables submarinos que transportan datos, electricidad y gas por Europa, y que ya fue el escenario de operaciones de sabotaje contra los gasoductos Nord Stream 1 y 2.
En estos momentos, mientras transcurre la investigación, el barco chino se encuentra detenido frente a las costas de Dinamarca. «China está dispuesta a mantener la comunicación con las partes relevantes y salvaguardar conjuntamente la seguridad de la infraestructura submarina internacional», aseguró el jueves un portavoz del Ministerio de Exteriores chino.
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