Partido pésimo de Liga contra el Alavés. Soporífero. Solo la entrada de Samu Lino (que no es precisamente Garrincha, ni tampoco Ufarte, el ‘espanhol’ que querían nacionalizar en Brasil para sucederle en la selección) revitalizó algo el juego del equipo, que volvió a languidecer, encantado quizá con el 0-0 inicial. El fútbol es muchas cosas: un deporte, un sentimiento para quienes lo tenemos, un negocio multimillonario y un espectáculo, ausente en el último partido del Atlético de Madrid en Mendizorroza. Nada que ver con ese alegre y vistoso ‘jogo bonito’ característico de los jugadores brasileños, unos cuantos de los cuales brillaron en nuestras filas.Noticias relacionadas opinion Si Contragolpe Simeone es yogur caducado Nicolás Álvarez Tólcheff opinion Si El contragolpe El Atlético como rechazo a la chulería y la soberbia Nicolás Álvarez TólcheffTras los figuras Vavá y Ramiro, aterrizó en los 70 Heraldo Bezerra, que junto a Gárate y Ayala formó la magnífica delantera conocida como ‘Los tres puñales’. Después, los geniales Pereira y Leivinha, que llegaron de la mano en 1975 (en su debut contra el Salamanca Leivinha marcó tres goles), el fino interior Dirceu, que contaba con una zurda prodigiosa, y el goleador Baltazar. Al extraordinario Juninho, una entrada alevosa de un defensa rival, sin posibilidad alguna de jugar el balón, le fracturó el peroné y le rompió los ligamentos del tobillo, lo que le impidió jugar el Mundial de Francia de 1998 con su selección y prácticamente lo retiró del fútbol.Mención aparte merece el sensacional mediocentro Ricardo Rogério de Brito, ‘Alemao’. Lo traspasó Jesús Gil (no lo había fichado él) y todavía lo seguimos echando de menos. Se fue con pena, aunque triunfó plenamente en un Nápoles que ganó dos Scudettos, los primeros de su historia. Alemao fue el mejor lugarteniente de Maradona, al que mejoraba con su clase, derroche físico y potente disparo. Sin él, a lo mejor no habrían llegado los Scudettos.Vinieron después otros que hicieron historia, como Filipe Luis, Joao Miranda, o los Diegos, Costa y Ribas. Ojalá luzcan la rojiblanca en el futuro compatriotas igualmente talentosos. El Mundial de Clubes y los ingresos por él y diferentes patrocinios que nos anuncian a diario pueden ser una oportunidad para fichar a grandes figuras. Y nuestras vidas, para un gran escritor estadounidense, se definen por la oportunidades, incluso las que perdemos. Partido pésimo de Liga contra el Alavés. Soporífero. Solo la entrada de Samu Lino (que no es precisamente Garrincha, ni tampoco Ufarte, el ‘espanhol’ que querían nacionalizar en Brasil para sucederle en la selección) revitalizó algo el juego del equipo, que volvió a languidecer, encantado quizá con el 0-0 inicial. El fútbol es muchas cosas: un deporte, un sentimiento para quienes lo tenemos, un negocio multimillonario y un espectáculo, ausente en el último partido del Atlético de Madrid en Mendizorroza. Nada que ver con ese alegre y vistoso ‘jogo bonito’ característico de los jugadores brasileños, unos cuantos de los cuales brillaron en nuestras filas.Noticias relacionadas opinion Si Contragolpe Simeone es yogur caducado Nicolás Álvarez Tólcheff opinion Si El contragolpe El Atlético como rechazo a la chulería y la soberbia Nicolás Álvarez TólcheffTras los figuras Vavá y Ramiro, aterrizó en los 70 Heraldo Bezerra, que junto a Gárate y Ayala formó la magnífica delantera conocida como ‘Los tres puñales’. Después, los geniales Pereira y Leivinha, que llegaron de la mano en 1975 (en su debut contra el Salamanca Leivinha marcó tres goles), el fino interior Dirceu, que contaba con una zurda prodigiosa, y el goleador Baltazar. Al extraordinario Juninho, una entrada alevosa de un defensa rival, sin posibilidad alguna de jugar el balón, le fracturó el peroné y le rompió los ligamentos del tobillo, lo que le impidió jugar el Mundial de Francia de 1998 con su selección y prácticamente lo retiró del fútbol.Mención aparte merece el sensacional mediocentro Ricardo Rogério de Brito, ‘Alemao’. Lo traspasó Jesús Gil (no lo había fichado él) y todavía lo seguimos echando de menos. Se fue con pena, aunque triunfó plenamente en un Nápoles que ganó dos Scudettos, los primeros de su historia. Alemao fue el mejor lugarteniente de Maradona, al que mejoraba con su clase, derroche físico y potente disparo. Sin él, a lo mejor no habrían llegado los Scudettos.Vinieron después otros que hicieron historia, como Filipe Luis, Joao Miranda, o los Diegos, Costa y Ribas. Ojalá luzcan la rojiblanca en el futuro compatriotas igualmente talentosos. El Mundial de Clubes y los ingresos por él y diferentes patrocinios que nos anuncian a diario pueden ser una oportunidad para fichar a grandes figuras. Y nuestras vidas, para un gran escritor estadounidense, se definen por la oportunidades, incluso las que perdemos.
el contragolpe
«El Mundial de Clubes y los ingresos por él y diferentes patrocinios que nos anuncian a diario pueden ser una oportunidad para fichar a grandes figuras»
Partido pésimo de Liga contra el Alavés. Soporífero. Solo la entrada de Samu Lino (que no es precisamente Garrincha, ni tampoco Ufarte, el ‘espanhol’ que querían nacionalizar en Brasil para sucederle en la selección) revitalizó algo el juego del equipo, que volvió a languidecer, encantado … quizá con el 0-0 inicial. El fútbol es muchas cosas: un deporte, un sentimiento para quienes lo tenemos, un negocio multimillonario y un espectáculo, ausente en el último partido del Atlético de Madrid en Mendizorroza. Nada que ver con ese alegre y vistoso ‘jogo bonito’ característico de los jugadores brasileños, unos cuantos de los cuales brillaron en nuestras filas.
Tras los figuras Vavá y Ramiro, aterrizó en los 70 Heraldo Bezerra, que junto a Gárate y Ayala formó la magnífica delantera conocida como ‘Los tres puñales’. Después, los geniales Pereira y Leivinha, que llegaron de la mano en 1975 (en su debut contra el Salamanca Leivinha marcó tres goles), el fino interior Dirceu, que contaba con una zurda prodigiosa, y el goleador Baltazar. Al extraordinario Juninho, una entrada alevosa de un defensa rival, sin posibilidad alguna de jugar el balón, le fracturó el peroné y le rompió los ligamentos del tobillo, lo que le impidió jugar el Mundial de Francia de 1998 con su selección y prácticamente lo retiró del fútbol.
Mención aparte merece el sensacional mediocentro Ricardo Rogério de Brito, ‘Alemao’. Lo traspasó Jesús Gil (no lo había fichado él) y todavía lo seguimos echando de menos. Se fue con pena, aunque triunfó plenamente en un Nápoles que ganó dos Scudettos, los primeros de su historia. Alemao fue el mejor lugarteniente de Maradona, al que mejoraba con su clase, derroche físico y potente disparo. Sin él, a lo mejor no habrían llegado los Scudettos.
Vinieron después otros que hicieron historia, como Filipe Luis, Joao Miranda, o los Diegos, Costa y Ribas. Ojalá luzcan la rojiblanca en el futuro compatriotas igualmente talentosos. El Mundial de Clubes y los ingresos por él y diferentes patrocinios que nos anuncian a diario pueden ser una oportunidad para fichar a grandes figuras. Y nuestras vidas, para un gran escritor estadounidense, se definen por la oportunidades, incluso las que perdemos.
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