En el patio asiático, Trump vuelve a salir en el centro de la foto como el gran pacificador global

«Esta es una de las ocho guerras que mi Administración ha terminado en solo ocho meses», dijo Trump al anunciar el pacto, al que llamó «Acuerdos de Paz de Kuala Lumpur» Leer «Esta es una de las ocho guerras que mi Administración ha terminado en solo ocho meses», dijo Trump al anunciar el pacto, al que llamó «Acuerdos de Paz de Kuala Lumpur» Leer  

Después de cinco días de intensos combates en la frontera más explosiva del Sudeste Asiático, que dejó más de una treintena de muertos y casi 300.000 desplazados, Tailandia y Camboya firmaron en agosto una tregua propiciada por un par de llamadas de Donald Trump a los líderes de estos dos países. El presidente estadounidense los amenazó con crujir a sus naciones con más aranceles y poner fin a las negociaciones comerciales si no se detenía el intercambio de artillería por varios puntos de una frontera que se extiende por 817 kilómetros.

El chantaje comercial funcionó, el conflicto se apagó y el republicano se volvió a apuntar otro tanto como gran pacificador global. Pero al ego de Trump le faltaba todavía salir en la foto de un acuerdo formal de paz, como en la cumbre en Egipto para oficializar el plan de paz en Gaza, donde fue agasajado por muchos líderes mundiales.

El domingo, Trump presidió la firma ceremonial de este acuerdo de paz entre Tailandia y Camboya. El líder estadounidense ha estado en Kuala Lumpur, la capital de Malasia, donde participaba en la cumbre anual de los países del Sudeste Asiático (ASEAN). «Son ocho guerras que mi administración ha terminado en ocho meses, nunca había ocurrido algo así. Tenemos un promedio de una al mes. No debería decir que es un pasatiempo, porque es mucho más serio, algo que se me da bien y que me encanta hacer», dijo Trump.

Algunos funcionarios regionales contaron que, desde Washington, a cambio de que Trump asomara por esta cumbre, pusieron como condición la ansiada foto de paz con él en el centro de la escena a pesar de que, según las mismas fuentes, han sido los mediadores de Malasia quienes organizando múltiples rondas de negociaciones y han supervisado los términos de la declaración conjunta firmada. Estos incluyen la retirada de armas pesadas en la frontera en disputa, la desactivación de minas terrestres y la liberación de 18 soldados camboyanos que fueron capturados por las fuerzas tailandesas. Además, Malasia desplegará soldados para supervisar que prospera la paz.

«Este es un día trascendental para los pueblos del Sudeste Asiático», dijo Trump delante del primer ministro camboyano, Hun Manet, y de su homólogo tailandés, Anutin Charnvirakul. Tras la firma del acuerdo de paz, el estadounidense cerró con sus colegas otros acuerdos comerciales.

Durante su intervención, Trump dejó claro que su administración continuará utilizando los pactos comerciales como arma diplomática para sellar la paz entre países en conflicto. «Esto es muy emocionante, porque hicimos algo que mucha gente decía que no se podía hacer y salvamos millones de vidas con este acuerdo de paz«, continuó Trump, que fue elogiado efusivamente por el líder camboyano, recordando que su gobierno había nominado al estadounidense para el Premio Nobel de la Paz.

Los primeros ministro de Camboya y Tailandia se estrechan la mano mientras Trump aplaude.
Los primeros ministro de Camboya y Tailandia se estrechan la mano mientras Trump aplaude.POOL

Es la segunda vez que Trump se atribuye todo el mérito de haber frenado una guerra más amplia en Asia. Ya lo hizo con el alto el fuego firmado en mayo entre India y Pakistán, dos potencias nucleares que protagonizaron varios días de combates en la región en disputa de Cachemira y varias provincias fronterizas. Desde Islamabad destacaron el papel mediador de Trump e hicieron campaña para que ganara el Nobel. En cambio, en Nueva Delhi aseguraron que el estadounidense no tuvo ningún papel relevante en la tregua en este frente.

Malasia ha sido la primera parada de la primera gira asiática de Trump desde que regresó a principios de año a la Casa Blanca. El lunes estará también en Japón y después irá a Corea del Sur, donde se celebrará el jueves una esperada reunión con el presidente chino Xi Jinping, quien ha aprovechado del caos provocado por la guerra arancelaria global desatada por el estadounidense para extender la influencia del gigante asiático, sobre todo entre las naciones en desarrollo del Sur Global, protagonistas en la cumbre de la ASEAN.

Uno de los actores más destacados del Sur Global es Brasil, que ha estrechado las relaciones con Pekín en medio de una crisis diplomática inédita con Washington. Otro de los ilustres invitados que han desfilado por Kuala Lumpur ha sido el líder brasileño Lula da Silvia, quien se reunió con Trump para empezar a resolver sus muchas diferencias, empezando por el apoyo del estadounidense al condenado ex presidente Jair Bolsonaro. «Deberíamos poder lograr acuerdos muy beneficiosos para ambos países», dijo el estadounidense.

En represalia del juicio por golpismo contra Bolsonaro, el presidente de EEUU impuso aranceles del 50% a buena parte de los productos brasileños. Además de discutir la guerra comercial y de que el brasileño instara a su homólogo estadounidense a levantar los gravámenes, Lula dijo que había planteado a Trump sus preocupaciones por la campaña estadounidense de ataques militares frente a las costas sudamericanas en nombre de la lucha contra el narcotráfico.

Paralelamente a la cumbre de la ASEAN, alimentando la frenética actividad diplomática en Kuala Lumpur han estado también los equipos negociadores de EEUU y China, que buscan un acuerdo comercial que puedan sellar Trump y Xi Jinping en su reunión cara a cara a cara.

Durante las reuniones de estos equipos, el representante de Comercio Internacional de China, Li Chenggang, aseguró que Pekín y Washington alcanzaron un «acuerdo preliminar». El también viceministro de Comercio de China, afirmó que ambas partes alcanzaron un entendimiento «preliminar» y exploraron «propuestas adecuadas para abordar las preocupaciones mutuas» durante las conversaciones, que definió de «constructivas». «El siguiente paso será que cada parte cumpla con sus respectivos procedimientos internos de aprobación», declaró Li.

Antes de su llegada el domingo a Malasia, Trump hizo una breve parada en Qatar para que el Air Force One repostara. A bordo del avión, el presidente estadounidense se reunió con el emir gobernante, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, y el primer ministro, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, con los que discutió los avances del acuerdo del alto el fuego el Gaza. «Está funcionando muy bien. Todo marcha sobre ruedas. Estados Unidos no tiene que intervenir mucho», afirmó.

A su llegada a Kuala Lumpur, Trump fue recibido por el anfitrión, el primer ministro Anwar Ibrahim. El momento se hizo viral en redes porque, durante ceremonia de bienvenida en el aeropuerto, el estadounidense bailó con el puño en alto acompañando a un grupo de artistas locales que daban color a su llegada.

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