Por primera vez desde que hay registros España supera los tres millones de extranjeros afiliados a la Seguridad Social. Son 3.070.831 personas, el 14% del total de afiliados (21,78 millones), según los datos correspondientes a mayo que ha distribuido el ministerio de Elma Saiz. Es un hito más en el creciente protagonismo de esta comunidad en la fuerza laboral española, clave en la evolución positiva del empleo en los últimos años: del medio millón de puestos creados en 2024, 212.000 correspondieron a los afiliados extranjeros. Es decir, un grupo que representa al 14% de los trabajadores aporta cuatro de cada diez nuevos empleos.
La cifra supera en un millón a la registrada durante la pandemia, hace cinco años, y representa el 14% del total de empleados
Por primera vez desde que hay registros España supera los tres millones de extranjeros afiliados a la Seguridad Social. Son 3.070.831personas, el 14% del total de afiliados (21,78 millones), según los datos correspondientes a mayo que ha distribuido el ministerio de Elma Saiz. Es un hito más en el creciente protagonismo de esta comunidad en la fuerza laboral española, clave en la evolución positiva del empleo en los últimos años: del medio millón de puestos creados en 2024, 212.000 correspondieron a los afiliados extranjeros. Es decir, un grupo que representa al 14% de los trabajadores aporta cuatro de cada diez nuevos empleos.

“No me sorprende”, señala José Antonio Moreno, responsable de migraciones de CC OO, sobre haber superado la cifra de tres millones de afiliados extranjeros, “dada la evolución que vemos en los últimos años”. Apunta que desde la pandemia ha habido un “aumento exponencial de incorporación de población migrante” al mercado laboral, una reflexión en la que coincide Mónica María Monguí, especialista en migraciones e investigadora de la Universidad Complutense de Madrid. “Es un fenómeno multicausal y transnacional. Si nos fijamos en la comunidad latinoamericana, la que más crece, quizá tengan que ver las crisis políticas y económicas, así como el recrudecimiento de la entrada en EE UU y la red de familiares y amigos que ya está asentada en España”.
La comunidad principal de extranjeros en España es la marroquí (370.000 en abril), que recientemente superó a la rumana (344.000) en el primer puesto. Después aparecen Colombia (230.000), Italia (204.000), Venezuela (186.000), China (123.000), Perú (91.000), Ucrania (76.000) y Ecuador (75.000).
Los más de tres millones de afiliados extranjeros hasta mayo suponen un récord que supera por mucho el que se llegó a alcanzar durante la burbuja del ladrillo. Entonces el máximo en un mes de mayo fue el registrado en 2008, con 2,14 millones de extranjeros apuntados a la Seguridad Social. Esta cifra se desplomó en los años venideros, de la mano de la Gran Recesión, hasta marcar 1,6 millones en el quinto mes de 2014. Después la cifra volvió a crecer, hasta superar de nuevo los dos millones en 2018 y con un leve retroceso en el pandémico 2020. A partir de entonces arranca el salto “exponencial” del que hablan los expertos, con un millón más de afiliados a lo largo de un lustro.

Más allá de la afiliación a la Seguridad Social, la otra estadística laboral de referencia es la Encuesta de Población Activa que elabora el INE cada trimestre. Según este registro hace tiempo que España supera los tres millones de trabajadores extranjeros, desde el tercer trimestre de 2023, pero cabe precisar que este desfase no es extraño: la EPA es una encuesta y la afiliación un registro administrativo.
La estadística del INE sirve para radiografiar otro fenómeno clave y que no captura la afiliación, el acelerón del número de empleados con doble nacionalidad. Se han duplicado desde 2019, cuando eran 633.000, frente a los 1,2 millones del primer trimestre de 2025. En el mismo periodo, según el INE, el número de extranjeros ocupados pasa de 2,31 millones a 3,37 y el de aquellos solo con nacionalidad española, de 19,47 millones a 21,76. Así, este grupo representa el 79% del total, el mínimo desde que hay registros, cinco puntos menos que antes de la pandemia y diez menos que hace dos décadas. Los extranjeros son el 15,5% y los de doble nacionalidad, el 5,5%.

Mongui cree que la cifra de trabajadores extranjeros seguirá creciendo en los próximos años. Entre otros motivos, esta especialista apunta a la “demanda creciente en sectores del mercado que los españoles no quieren ocupar”, en referencia a las actividades más precarias. Aunque, como viene subrayando el ministerio, van ganando espacio en algunos sectores de alto valor añadido, la realidad es que la actividad en la que más sobresalen es la hostelería. Son el 14% de la fuerza laboral, pero representan el 28% del empleo de bares y restaurantes.
“El reto principal es abordar este mercado segmentado, por el cual una parte de la población tiene los mejores empleos y otra los más peligrosos e inestables. La población extranjera está sobrerepresentada en los segundos. Hay que frenar esta dualidad”, insiste Mongui.
En la misma línea, Moreno dice que en la hostelería, el campo, la obra o los cuidados las condiciones son “pésimas” y que solo encuentran trabajadores por la necesidades de la población migrante: “O se arregla eso, o se le da decencia laboral a esas actividades, o el proceso va a ser crónico. Por eso los empresarios de esos sectores se quejan de falta de mano de obra, porque los españoles no quieren trabajar ahí e incluso los extranjeros buscan otros puestos en cuanto pueden. El problema de fondo es la precariedad de esos sectores”.
[Noticia en elaboración. Habrá ampliación]
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