Jorge Mendonça: «Me anularon un gol en el Bernabéu y el árbitro me dijo: ‘Está en el palco el Generalísimo’»

Jorge Alberto Mendonça (Luanda, Angola, África Occidental Portuguesa, 19-9-1938), Jorge Mendoza desde que se nacionalizara español en 1961, asegura tener «200 años», ya que de lo contrario «no podría haber vivido tantas cosas». Y cuando repasa que jugó nueve años en el Atlético de Madrid; que le terminaron echando del Barcelona o le apuntaron con una escopeta por ser testigo de Jehová; que persiguió en coche al presidente del Mallorca porque no le pagaban, estuvo ocho años de juicios hasta llegar al Tribunal Supremo, sentar jurisprudencia, y sembrar el germen de la AFE para que los futbolistas alcanzaran la categoría de trabajadores por cuenta ajena; estudió Medicina en Francia; inventó el fútbol siete (registró la patente); creó un Mundialito de inmigrantes; y todavía a sus años está estudiando inglés, uno piensa que igual se quedó corto con la edad. Pero atiende a ABC porque, además, como colchonero marcó varios goles al Real Madrid, algunos de ellos muy importantes (uno en la final de Copa de 1961 y otro en 1965 con el que acabó con una «dictadura» de los blancos de ocho años sin perder en el Bernabéu) y es uno de los pocos supervivientes del primer derbi madrileño en Copa de Europa , en 1959.Su Atlético de Madrid ganó dos finales de Copa consecutivas al Real Madrid que venía de lograr las cinco primeras Copas de Europa. ¿Cómo lo hicieron?No les teníamos miedo. Ellos tenían mejor equipo, tenían a Puskas que era una flecha, a Di Stéfano, a Gento… pero nos temían. Contra nosotros no se sincronizaban, tenían como complejo, nos tenían temor. Nosotros esos días contra el Madrid nos crecíamos, éramos los mejores del mundo. Nos conjurábamos en la caseta y decíamos: a estos hay que partirles el culo. Y les ganábamos con todas las de la ley.Le he leído decir que Di Stéfano tenía mucha publicidad.Yo cuando llegué al Atleti dije: «Di Stéfano es muy bueno, pero no es tanto». A mí me gustaba Puskas, era un fuera de serie. Nos metió muchísimos goles, era una flecha. Tenía un pie muy pequeño y daba los efectos que quería, donde miraba ponía el balón. Di Stéfano objetivamente era un gran estratega, pero no era un artista. Era muy práctico, muy peligroso. Era el gran jefe, al único que respetaba era a Puskas. Gritaba a uno y a otro, soltaba de todo, tacos y más tacos. Pero yo una vez retirado he ido al Bernabéu al bar de los veteranos y me llevaba bien con todos.Se enfrentaron en el primer derbi de la Copa de Europa: 2-1 en el Bernabéu, 1-0 en el antiguo Metropolitano, y 2-1 en un partido de desempate en La Romareda.Sí, fue en semifinales y fueron muy igualadas. Recuerdo que hicimos una buena eliminatoria y demostramos que no los temíamos. Puskas nos marcó dos goles. Yo me perdí dos de esos partidos porque tuve muchas lesiones y no sabían por qué. El doctor Ibáñez me dijo que se me envenenaba la sangre. Cuando esprintaba me rompía. Hubo un cirujano que los futbolistas le temíamos y me operó dos veces. Me hizo un corte del talón a la corva, y me sacó un quiste del tamaño de una mandarina. Pero ganar al Real Madrid era muy difícil. Tenían mucho poder, un peso enorme como institución. Santiago Bernabéu hizo historia.¿Cómo notaban ese poder?Eran favorecidos casi siempre. Tenían el favor arbitral. En un partido en el Bernabéu nos pitaba un árbitro mallorquín, Antonio Rigo . En una jugada paro el balón con el pecho saltando y uno me agarró por la espalda, yo me lo quité y metí un zambombazo y marqué. Y el árbitro me lo anuló. Discutí con él cara a cara y me dice: «Está en el palco el Generalísimo. Como sigas te voy a expulsar». Estaba tan presionado… De la noche a la mañana montó un negocio de temas deportivos de fútbol, y la gente decía: «Si sólo tenía dos duros». Le pagaron favores.Dice que ese Real Madrid tenía complejo con ustedes. ¿Este Atlético tiene complejo contra ellos en la Champions?En cierto modo sí. Hacen retrospectiva y permanece esa sombra de que no han podido ganarle. Pero creo que en este Atleti hay muchos jugadores completamente convencidos de que tienen capacidad para ganarles. Y ese sector con más peso creo que no tiene ese complejo y deben decirle al Madrid: no presumas, porque yo estoy como tú o mejor y donde tú llegas, yo puedo llegar más. El Atleti tiene que romper ese complejo en Champions y echar al Madrid.Noticias relacionadas estandar Si real madrid Kiko Casilla: «Lo de la prórroga en Milán de Simeone fue un puedo, pero no quiero» Rubén Cañizares estandar Si El lateral de moda del fútbol español Ratiu: «Mi madre es camarera, ha sufrido tres cánceres y no me deja retirarla» Rubén Cañizares- ¿Qué le pareció el partido de ida? En los últimos 20 minutos firmaron un pacto de no agresión.Fue emocionante, muy equilibrado . El Atleti de hoy impone respeto. El cambio que hizo Simeone de Le Normand por Griezmann no me gustó. Pero ya estoy acostumbrado. Hace ese tipo de cambios muchas veces.- ¿Qué opina de Simeone?Nunca he sido muy cholista. Para mí el fútbol es un arte. Yo era muy exigente y no valía marcar gol de cualquier manera, yo siempre buscaba hacer fantasía, hacer regates bonitos. Simeone jugaba a la defensiva , a no perder. Yo me cabreaba mucho. Ahora ha evolucionado porque tiene mejores futbolistas. Pero sigue haciendo cambios que no me gustan. Pero si él se queda en la caseta los jugadores lo van a hacer bien, tienen ya un esquema muy claro.- Usted tuvo algún problema por su color de piel ¿Qué le parece la polémica con Vinicius?Vinicius es un provocador. No se puede enfrentar con el público, va en el menú de los jugadores, tienes que aguantar. A mí también me llamaban negro y yo me reía. Y cuando les metía gol decía: «Toma ahí el negro». Había jugadores que querían ponerte nervioso: «Negro, vete a tu tierra…». Pero nunca me afectó. Yo tenía otra educación, mi padre me preparó para eso. Me dijo: «Jorge, no te preocupes, porque eso va a pasar».- Usted fue el primer futbolista que salió a hombros de un campo.Sí, fue tras marcar tres goles en un partido contra el Dinamo de Zagreb en la Recopa de Europa (nos enseña el recorte con la foto y la crónica de aquel día). Entonces sacaban a hombros a los toreros, pero no a los futbolistas. Cuando acabó el partido me cogieron los aficionados y me levantaron. Fue muy emocionante. Pero me pasó factura porque al poco Balmanya me dijo que se me podía subir a la cabeza y me dejó en el banquillo en un partido en Dortmund. Ese día perdimos y nos eliminaron.Recuerdos de futbolista Recortes y fotos que Escudero aporta de su época del Atlético. Entre otros, cuando salió a hombros del Metropolitano.- ¿Qué significa para usted el Atlético de Madrid?El Atleti está en mi corazón. Estoy feliz de ser del Atleti. Estoy bien de salud, tengo algún achuchón, pero de vez en cuando voy al nuevo Metropolitano. Tengo entradas para ver el partido contra el Barça el domingo. Tengo cinco hijos y los cinco son del Atleti.- ¿Quién destaca de sus compañeros en el Atlético?Enrique Collar . Me llevaba genial con él, fue el que me recibió y me cuidó al principio. Era pequeño, pero tenía mucha labia. Luego llegó Griffa, que me tenía mucho respeto. Cuando las cosas no iban bien decía: Tirar el balón a Jorge. Sabía que no me la quitaban. Yo la aguantaba y me hacían muchas faltas. Madinabeytia era muy gracioso. Nos llevábamos muy bien todos.- ¿Cómo fue su fichaje del Atlético al Barcelona?Yo estaba entrenando en el Calderón y el hombre del material me dice que vaya a casa de Vicente Calderón que me estaban esperando. Me salí, me cambié y fui allí. Y estaba con el presidente del Barcelona, el loco Llaudet le llamaban. Y me dice Calderón que había venido a buscarme, que me pone en un dilema, pero que piense si me quiero ir. Me dice que era la primera vez que un presidente había venido directamente a por un jugador. Yo sabía que había un déficit muy importante en las arcas del Atleti y que necesitaban dinero para terminar de pagar el nuevo estadio. Y contesté que sí. Entonces Llaudet me dijo que me diera prisa porque ya tenía los billetes de vuelta comprados. También para mí. Lo tenían ya todo cerrado. Dieron por hecho que iba a decir que sí.- Pero después en el Barcelona tuvo problemas por ser testigo de Jehová.Quiero dejar claro que yo no tuve ningún conflicto con el Barça, sino con el presidente Narcís de Carreras. Me hice testigo de Jehová estando en Barcelona y vi que los compañeros se distanciaban de mí. Resultó que el presidente no quería que tuvieran trato conmigo. Carreras era muy católico y era íntimo del obispo de la Seu de Urgell. El entrenador era Artigas, que no tenía vergüenza, no tenía personalidad, era un muñeco puesto ahí. Y en mi última temporada le dijeron que no me sacara a jugar. Estaba vetado, y ese verano me regalaron al Mallorca. – En Mallorca también tiene anécdotas por profesar su religión.Y tanto. Iba a predicar a las casas y un día estaba hablando con una mujer en la puerta y salió el marido, me apuntó con una escopeta y me dijo: «Tienes dos minutos para irte». Me fui corriendo. En otra ocasión estaba en una casa y vi mucha gente atenta, mirando por las ventanas, como si yo fuera de otro planeta. Yo estaba leyendo la Biblia y de repente me apareció un guardia civil a mi derecha. Y le pregunté: «¿Pasa algo?» Era un hombre rudo y me dijo: «Es usted extranjero, mire la gente cómo mira, tengo que dar un informe al puesto de quién es usted, acompáñeme». Cuando llegué al puesto de la Guardia Civil había un relevo y entró gente más joven y cuando me toman los datos y les digo que me llamo Jorge Mendoza, me preguntan: «¿Es el futbolista?» Y terminamos haciendo una tertulia de fútbol.- Allí en Mallorca tuvo problemas para cobrar.Sí. No me pagaban. El presidente del Mallorca, Guillermo Ginard, era un hombre con deudas con Hacienda. Y un día tuve que perseguirle en coche hasta su casa para que me pagara. Pero la cosa fue a más y al final tuve que denunciar. Estuve ocho años de juicios con el Mallorca hasta que el Tribunal Supremo me dio la razón y sentó jurisprudencia. Fue la primera vez que se consideró a un futbolista como un trabajador por cuenta ajena. Yo fui responsable directo para regularizar la situación de los futbolistas. A partir de ahí se creó la AFE , pero se portaron muy mal conmigo. La crearon entre dos o tres y me cerraron la puerta en las narices y no me reconocieron nada. Y yo me cansé de reclamar nada. Nunca llegué a estar ligado a AFE, no me dieron esa oportunidad. Jorge Alberto Mendonça (Luanda, Angola, África Occidental Portuguesa, 19-9-1938), Jorge Mendoza desde que se nacionalizara español en 1961, asegura tener «200 años», ya que de lo contrario «no podría haber vivido tantas cosas». Y cuando repasa que jugó nueve años en el Atlético de Madrid; que le terminaron echando del Barcelona o le apuntaron con una escopeta por ser testigo de Jehová; que persiguió en coche al presidente del Mallorca porque no le pagaban, estuvo ocho años de juicios hasta llegar al Tribunal Supremo, sentar jurisprudencia, y sembrar el germen de la AFE para que los futbolistas alcanzaran la categoría de trabajadores por cuenta ajena; estudió Medicina en Francia; inventó el fútbol siete (registró la patente); creó un Mundialito de inmigrantes; y todavía a sus años está estudiando inglés, uno piensa que igual se quedó corto con la edad. Pero atiende a ABC porque, además, como colchonero marcó varios goles al Real Madrid, algunos de ellos muy importantes (uno en la final de Copa de 1961 y otro en 1965 con el que acabó con una «dictadura» de los blancos de ocho años sin perder en el Bernabéu) y es uno de los pocos supervivientes del primer derbi madrileño en Copa de Europa , en 1959.Su Atlético de Madrid ganó dos finales de Copa consecutivas al Real Madrid que venía de lograr las cinco primeras Copas de Europa. ¿Cómo lo hicieron?No les teníamos miedo. Ellos tenían mejor equipo, tenían a Puskas que era una flecha, a Di Stéfano, a Gento… pero nos temían. Contra nosotros no se sincronizaban, tenían como complejo, nos tenían temor. Nosotros esos días contra el Madrid nos crecíamos, éramos los mejores del mundo. Nos conjurábamos en la caseta y decíamos: a estos hay que partirles el culo. Y les ganábamos con todas las de la ley.Le he leído decir que Di Stéfano tenía mucha publicidad.Yo cuando llegué al Atleti dije: «Di Stéfano es muy bueno, pero no es tanto». A mí me gustaba Puskas, era un fuera de serie. Nos metió muchísimos goles, era una flecha. Tenía un pie muy pequeño y daba los efectos que quería, donde miraba ponía el balón. Di Stéfano objetivamente era un gran estratega, pero no era un artista. Era muy práctico, muy peligroso. Era el gran jefe, al único que respetaba era a Puskas. Gritaba a uno y a otro, soltaba de todo, tacos y más tacos. Pero yo una vez retirado he ido al Bernabéu al bar de los veteranos y me llevaba bien con todos.Se enfrentaron en el primer derbi de la Copa de Europa: 2-1 en el Bernabéu, 1-0 en el antiguo Metropolitano, y 2-1 en un partido de desempate en La Romareda.Sí, fue en semifinales y fueron muy igualadas. Recuerdo que hicimos una buena eliminatoria y demostramos que no los temíamos. Puskas nos marcó dos goles. Yo me perdí dos de esos partidos porque tuve muchas lesiones y no sabían por qué. El doctor Ibáñez me dijo que se me envenenaba la sangre. Cuando esprintaba me rompía. Hubo un cirujano que los futbolistas le temíamos y me operó dos veces. Me hizo un corte del talón a la corva, y me sacó un quiste del tamaño de una mandarina. Pero ganar al Real Madrid era muy difícil. Tenían mucho poder, un peso enorme como institución. Santiago Bernabéu hizo historia.¿Cómo notaban ese poder?Eran favorecidos casi siempre. Tenían el favor arbitral. En un partido en el Bernabéu nos pitaba un árbitro mallorquín, Antonio Rigo . En una jugada paro el balón con el pecho saltando y uno me agarró por la espalda, yo me lo quité y metí un zambombazo y marqué. Y el árbitro me lo anuló. Discutí con él cara a cara y me dice: «Está en el palco el Generalísimo. Como sigas te voy a expulsar». Estaba tan presionado… De la noche a la mañana montó un negocio de temas deportivos de fútbol, y la gente decía: «Si sólo tenía dos duros». Le pagaron favores.Dice que ese Real Madrid tenía complejo con ustedes. ¿Este Atlético tiene complejo contra ellos en la Champions?En cierto modo sí. Hacen retrospectiva y permanece esa sombra de que no han podido ganarle. Pero creo que en este Atleti hay muchos jugadores completamente convencidos de que tienen capacidad para ganarles. Y ese sector con más peso creo que no tiene ese complejo y deben decirle al Madrid: no presumas, porque yo estoy como tú o mejor y donde tú llegas, yo puedo llegar más. El Atleti tiene que romper ese complejo en Champions y echar al Madrid.Noticias relacionadas estandar Si real madrid Kiko Casilla: «Lo de la prórroga en Milán de Simeone fue un puedo, pero no quiero» Rubén Cañizares estandar Si El lateral de moda del fútbol español Ratiu: «Mi madre es camarera, ha sufrido tres cánceres y no me deja retirarla» Rubén Cañizares- ¿Qué le pareció el partido de ida? En los últimos 20 minutos firmaron un pacto de no agresión.Fue emocionante, muy equilibrado . El Atleti de hoy impone respeto. El cambio que hizo Simeone de Le Normand por Griezmann no me gustó. Pero ya estoy acostumbrado. Hace ese tipo de cambios muchas veces.- ¿Qué opina de Simeone?Nunca he sido muy cholista. Para mí el fútbol es un arte. Yo era muy exigente y no valía marcar gol de cualquier manera, yo siempre buscaba hacer fantasía, hacer regates bonitos. Simeone jugaba a la defensiva , a no perder. Yo me cabreaba mucho. Ahora ha evolucionado porque tiene mejores futbolistas. Pero sigue haciendo cambios que no me gustan. Pero si él se queda en la caseta los jugadores lo van a hacer bien, tienen ya un esquema muy claro.- Usted tuvo algún problema por su color de piel ¿Qué le parece la polémica con Vinicius?Vinicius es un provocador. No se puede enfrentar con el público, va en el menú de los jugadores, tienes que aguantar. A mí también me llamaban negro y yo me reía. Y cuando les metía gol decía: «Toma ahí el negro». Había jugadores que querían ponerte nervioso: «Negro, vete a tu tierra…». Pero nunca me afectó. Yo tenía otra educación, mi padre me preparó para eso. Me dijo: «Jorge, no te preocupes, porque eso va a pasar».- Usted fue el primer futbolista que salió a hombros de un campo.Sí, fue tras marcar tres goles en un partido contra el Dinamo de Zagreb en la Recopa de Europa (nos enseña el recorte con la foto y la crónica de aquel día). Entonces sacaban a hombros a los toreros, pero no a los futbolistas. Cuando acabó el partido me cogieron los aficionados y me levantaron. Fue muy emocionante. Pero me pasó factura porque al poco Balmanya me dijo que se me podía subir a la cabeza y me dejó en el banquillo en un partido en Dortmund. Ese día perdimos y nos eliminaron.Recuerdos de futbolista Recortes y fotos que Escudero aporta de su época del Atlético. Entre otros, cuando salió a hombros del Metropolitano.- ¿Qué significa para usted el Atlético de Madrid?El Atleti está en mi corazón. Estoy feliz de ser del Atleti. Estoy bien de salud, tengo algún achuchón, pero de vez en cuando voy al nuevo Metropolitano. Tengo entradas para ver el partido contra el Barça el domingo. Tengo cinco hijos y los cinco son del Atleti.- ¿Quién destaca de sus compañeros en el Atlético?Enrique Collar . Me llevaba genial con él, fue el que me recibió y me cuidó al principio. Era pequeño, pero tenía mucha labia. Luego llegó Griffa, que me tenía mucho respeto. Cuando las cosas no iban bien decía: Tirar el balón a Jorge. Sabía que no me la quitaban. Yo la aguantaba y me hacían muchas faltas. Madinabeytia era muy gracioso. Nos llevábamos muy bien todos.- ¿Cómo fue su fichaje del Atlético al Barcelona?Yo estaba entrenando en el Calderón y el hombre del material me dice que vaya a casa de Vicente Calderón que me estaban esperando. Me salí, me cambié y fui allí. Y estaba con el presidente del Barcelona, el loco Llaudet le llamaban. Y me dice Calderón que había venido a buscarme, que me pone en un dilema, pero que piense si me quiero ir. Me dice que era la primera vez que un presidente había venido directamente a por un jugador. Yo sabía que había un déficit muy importante en las arcas del Atleti y que necesitaban dinero para terminar de pagar el nuevo estadio. Y contesté que sí. Entonces Llaudet me dijo que me diera prisa porque ya tenía los billetes de vuelta comprados. También para mí. Lo tenían ya todo cerrado. Dieron por hecho que iba a decir que sí.- Pero después en el Barcelona tuvo problemas por ser testigo de Jehová.Quiero dejar claro que yo no tuve ningún conflicto con el Barça, sino con el presidente Narcís de Carreras. Me hice testigo de Jehová estando en Barcelona y vi que los compañeros se distanciaban de mí. Resultó que el presidente no quería que tuvieran trato conmigo. Carreras era muy católico y era íntimo del obispo de la Seu de Urgell. El entrenador era Artigas, que no tenía vergüenza, no tenía personalidad, era un muñeco puesto ahí. Y en mi última temporada le dijeron que no me sacara a jugar. Estaba vetado, y ese verano me regalaron al Mallorca. – En Mallorca también tiene anécdotas por profesar su religión.Y tanto. Iba a predicar a las casas y un día estaba hablando con una mujer en la puerta y salió el marido, me apuntó con una escopeta y me dijo: «Tienes dos minutos para irte». Me fui corriendo. En otra ocasión estaba en una casa y vi mucha gente atenta, mirando por las ventanas, como si yo fuera de otro planeta. Yo estaba leyendo la Biblia y de repente me apareció un guardia civil a mi derecha. Y le pregunté: «¿Pasa algo?» Era un hombre rudo y me dijo: «Es usted extranjero, mire la gente cómo mira, tengo que dar un informe al puesto de quién es usted, acompáñeme». Cuando llegué al puesto de la Guardia Civil había un relevo y entró gente más joven y cuando me toman los datos y les digo que me llamo Jorge Mendoza, me preguntan: «¿Es el futbolista?» Y terminamos haciendo una tertulia de fútbol.- Allí en Mallorca tuvo problemas para cobrar.Sí. No me pagaban. El presidente del Mallorca, Guillermo Ginard, era un hombre con deudas con Hacienda. Y un día tuve que perseguirle en coche hasta su casa para que me pagara. Pero la cosa fue a más y al final tuve que denunciar. Estuve ocho años de juicios con el Mallorca hasta que el Tribunal Supremo me dio la razón y sentó jurisprudencia. Fue la primera vez que se consideró a un futbolista como un trabajador por cuenta ajena. Yo fui responsable directo para regularizar la situación de los futbolistas. A partir de ahí se creó la AFE , pero se portaron muy mal conmigo. La crearon entre dos o tres y me cerraron la puerta en las narices y no me reconocieron nada. Y yo me cansé de reclamar nada. Nunca llegué a estar ligado a AFE, no me dieron esa oportunidad.  

Jorge Alberto Mendonça (Luanda, Angola, África Occidental Portuguesa, 19-9-1938), Jorge Mendoza desde que se nacionalizara español en 1961, asegura tener «200 años», ya que de lo contrario «no podría haber vivido tantas cosas». Y cuando repasa que jugó nueve años en el Atlético de Madrid; que le terminaron echando del Barcelona o le apuntaron con una escopeta por ser testigo de Jehová; que persiguió en coche al presidente del Mallorca porque no le pagaban, estuvo ocho años de juicios hasta llegar al Tribunal Supremo, sentar jurisprudencia, y sembrar el germen de la AFE para que los futbolistas alcanzaran la categoría de trabajadores por cuenta ajena; estudió Medicina en Francia; inventó el fútbol siete (registró la patente); creó un Mundialito de inmigrantes; y todavía a sus años está estudiando inglés, uno piensa que igual se quedó corto con la edad. Pero atiende a ABC porque, además, como colchonero marcó varios goles al Real Madrid, algunos de ellos muy importantes (uno en la final de Copa de 1961 y otro en 1965 con el que acabó con una «dictadura» de los blancos de ocho años sin perder en el Bernabéu) y es uno de los pocos supervivientes del primer derbi madrileño en Copa de Europa, en 1959.

Su Atlético de Madrid ganó dos finales de Copa consecutivas al Real Madrid que venía de lograr las cinco primeras Copas de Europa. ¿Cómo lo hicieron?

No les teníamos miedo. Ellos tenían mejor equipo, tenían a Puskas que era una flecha, a Di Stéfano, a Gento… pero nos temían. Contra nosotros no se sincronizaban, tenían como complejo, nos tenían temor. Nosotros esos días contra el Madrid nos crecíamos, éramos los mejores del mundo. Nos conjurábamos en la caseta y decíamos: a estos hay que partirles el culo. Y les ganábamos con todas las de la ley.

Le he leído decir que Di Stéfano tenía mucha publicidad.

Yo cuando llegué al Atleti dije: «Di Stéfano es muy bueno, pero no es tanto». A mí me gustaba Puskas, era un fuera de serie. Nos metió muchísimos goles, era una flecha. Tenía un pie muy pequeño y daba los efectos que quería, donde miraba ponía el balón. Di Stéfano objetivamente era un gran estratega, pero no era un artista. Era muy práctico, muy peligroso. Era el gran jefe, al único que respetaba era a Puskas. Gritaba a uno y a otro, soltaba de todo, tacos y más tacos. Pero yo una vez retirado he ido al Bernabéu al bar de los veteranos y me llevaba bien con todos.

Se enfrentaron en el primer derbi de la Copa de Europa: 2-1 en el Bernabéu, 1-0 en el antiguo Metropolitano, y 2-1 en un partido de desempate en La Romareda.

Sí, fue en semifinales y fueron muy igualadas. Recuerdo que hicimos una buena eliminatoria y demostramos que no los temíamos. Puskas nos marcó dos goles. Yo me perdí dos de esos partidos porque tuve muchas lesiones y no sabían por qué. El doctor Ibáñez me dijo que se me envenenaba la sangre. Cuando esprintaba me rompía. Hubo un cirujano que los futbolistas le temíamos y me operó dos veces. Me hizo un corte del talón a la corva, y me sacó un quiste del tamaño de una mandarina. Pero ganar al Real Madrid era muy difícil. Tenían mucho poder, un peso enorme como institución. Santiago Bernabéu hizo historia.

¿Cómo notaban ese poder?

Eran favorecidos casi siempre. Tenían el favor arbitral. En un partido en el Bernabéu nos pitaba un árbitro mallorquín, Antonio Rigo. En una jugada paro el balón con el pecho saltando y uno me agarró por la espalda, yo me lo quité y metí un zambombazo y marqué. Y el árbitro me lo anuló. Discutí con él cara a cara y me dice: «Está en el palco el Generalísimo. Como sigas te voy a expulsar». Estaba tan presionado… De la noche a la mañana montó un negocio de temas deportivos de fútbol, y la gente decía: «Si sólo tenía dos duros». Le pagaron favores.

Dice que ese Real Madrid tenía complejo con ustedes. ¿Este Atlético tiene complejo contra ellos en la Champions?

En cierto modo sí. Hacen retrospectiva y permanece esa sombra de que no han podido ganarle. Pero creo que en este Atleti hay muchos jugadores completamente convencidos de que tienen capacidad para ganarles. Y ese sector con más peso creo que no tiene ese complejo y deben decirle al Madrid: no presumas, porque yo estoy como tú o mejor y donde tú llegas, yo puedo llegar más. El Atleti tiene que romper ese complejo en Champions y echar al Madrid.

– ¿Qué le pareció el partido de ida? En los últimos 20 minutos firmaron un pacto de no agresión.

Fue emocionante, muy equilibrado. El Atleti de hoy impone respeto. El cambio que hizo Simeone de Le Normand por Griezmann no me gustó. Pero ya estoy acostumbrado. Hace ese tipo de cambios muchas veces.

– ¿Qué opina de Simeone?

Nunca he sido muy cholista. Para mí el fútbol es un arte. Yo era muy exigente y no valía marcar gol de cualquier manera, yo siempre buscaba hacer fantasía, hacer regates bonitos. Simeone jugaba a la defensiva, a no perder. Yo me cabreaba mucho. Ahora ha evolucionado porque tiene mejores futbolistas. Pero sigue haciendo cambios que no me gustan. Pero si él se queda en la caseta los jugadores lo van a hacer bien, tienen ya un esquema muy claro.

– Usted tuvo algún problema por su color de piel ¿Qué le parece la polémica con Vinicius?

Vinicius es un provocador. No se puede enfrentar con el público, va en el menú de los jugadores, tienes que aguantar. A mí también me llamaban negro y yo me reía. Y cuando les metía gol decía: «Toma ahí el negro». Había jugadores que querían ponerte nervioso: «Negro, vete a tu tierra…». Pero nunca me afectó. Yo tenía otra educación, mi padre me preparó para eso. Me dijo: «Jorge, no te preocupes, porque eso va a pasar».

– Usted fue el primer futbolista que salió a hombros de un campo.

Sí, fue tras marcar tres goles en un partido contra el Dinamo de Zagreb en la Recopa de Europa (nos enseña el recorte con la foto y la crónica de aquel día). Entonces sacaban a hombros a los toreros, pero no a los futbolistas. Cuando acabó el partido me cogieron los aficionados y me levantaron. Fue muy emocionante. Pero me pasó factura porque al poco Balmanya me dijo que se me podía subir a la cabeza y me dejó en el banquillo en un partido en Dortmund. Ese día perdimos y nos eliminaron.

Imagen principal - Recortes y fotos que Escudero aporta de su época del Atlético. Entre otros, cuando salió a hombros del Metropolitano.
Imagen secundaria 1 - Recortes y fotos que Escudero aporta de su época del Atlético. Entre otros, cuando salió a hombros del Metropolitano.
Imagen secundaria 2 - Recortes y fotos que Escudero aporta de su época del Atlético. Entre otros, cuando salió a hombros del Metropolitano.
Recuerdos de futbolista
Recortes y fotos que Escudero aporta de su época del Atlético. Entre otros, cuando salió a hombros del Metropolitano.

– ¿Qué significa para usted el Atlético de Madrid?

El Atleti está en mi corazón. Estoy feliz de ser del Atleti. Estoy bien de salud, tengo algún achuchón, pero de vez en cuando voy al nuevo Metropolitano. Tengo entradas para ver el partido contra el Barça el domingo. Tengo cinco hijos y los cinco son del Atleti.

– ¿Quién destaca de sus compañeros en el Atlético?

Enrique Collar. Me llevaba genial con él, fue el que me recibió y me cuidó al principio. Era pequeño, pero tenía mucha labia. Luego llegó Griffa, que me tenía mucho respeto. Cuando las cosas no iban bien decía: Tirar el balón a Jorge. Sabía que no me la quitaban. Yo la aguantaba y me hacían muchas faltas. Madinabeytia era muy gracioso. Nos llevábamos muy bien todos.

– ¿Cómo fue su fichaje del Atlético al Barcelona?

Yo estaba entrenando en el Calderón y el hombre del material me dice que vaya a casa de Vicente Calderón que me estaban esperando. Me salí, me cambié y fui allí. Y estaba con el presidente del Barcelona, el loco Llaudet le llamaban. Y me dice Calderón que había venido a buscarme, que me pone en un dilema, pero que piense si me quiero ir. Me dice que era la primera vez que un presidente había venido directamente a por un jugador. Yo sabía que había un déficit muy importante en las arcas del Atleti y que necesitaban dinero para terminar de pagar el nuevo estadio. Y contesté que sí. Entonces Llaudet me dijo que me diera prisa porque ya tenía los billetes de vuelta comprados. También para mí. Lo tenían ya todo cerrado. Dieron por hecho que iba a decir que sí.

– Pero después en el Barcelona tuvo problemas por ser testigo de Jehová.

Quiero dejar claro que yo no tuve ningún conflicto con el Barça, sino con el presidente Narcís de Carreras. Me hice testigo de Jehová estando en Barcelona y vi que los compañeros se distanciaban de mí. Resultó que el presidente no quería que tuvieran trato conmigo. Carreras era muy católico y era íntimo del obispo de la Seu de Urgell. El entrenador era Artigas, que no tenía vergüenza, no tenía personalidad, era un muñeco puesto ahí. Y en mi última temporada le dijeron que no me sacara a jugar. Estaba vetado, y ese verano me regalaron al Mallorca.

– En Mallorca también tiene anécdotas por profesar su religión.

Y tanto. Iba a predicar a las casas y un día estaba hablando con una mujer en la puerta y salió el marido, me apuntó con una escopeta y me dijo: «Tienes dos minutos para irte». Me fui corriendo. En otra ocasión estaba en una casa y vi mucha gente atenta, mirando por las ventanas, como si yo fuera de otro planeta. Yo estaba leyendo la Biblia y de repente me apareció un guardia civil a mi derecha. Y le pregunté: «¿Pasa algo?» Era un hombre rudo y me dijo: «Es usted extranjero, mire la gente cómo mira, tengo que dar un informe al puesto de quién es usted, acompáñeme». Cuando llegué al puesto de la Guardia Civil había un relevo y entró gente más joven y cuando me toman los datos y les digo que me llamo Jorge Mendoza, me preguntan: «¿Es el futbolista?» Y terminamos haciendo una tertulia de fútbol.

– Allí en Mallorca tuvo problemas para cobrar.

Sí. No me pagaban. El presidente del Mallorca, Guillermo Ginard, era un hombre con deudas con Hacienda. Y un día tuve que perseguirle en coche hasta su casa para que me pagara. Pero la cosa fue a más y al final tuve que denunciar. Estuve ocho años de juicios con el Mallorca hasta que el Tribunal Supremo me dio la razón y sentó jurisprudencia. Fue la primera vez que se consideró a un futbolista como un trabajador por cuenta ajena. Yo fui responsable directo para regularizar la situación de los futbolistas. A partir de ahí se creó la AFE, pero se portaron muy mal conmigo. La crearon entre dos o tres y me cerraron la puerta en las narices y no me reconocieron nada. Y yo me cansé de reclamar nada. Nunca llegué a estar ligado a AFE, no me dieron esa oportunidad.

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