Valery Karpin, minoría rusa de Estonia , cuando se disgregó el Este , siguió su sangre y fue jugador ruso de convicción y doble pasaporte. Centrocampista acostumbrado a jugar en el permafrost, es el ejemplo de manual de que cuando cambian las latitudes, cuando el hielo se convierte en brillante tapete verde, el jugador nacido en bloque soviético lleva el sino del triunfo.Eso pasó con Karpin, al que se le ve en el Spartak de Moscú hasta el año 94. Del Spartak, donde apenas pudo despuntar la estrella que era, se va a la Real Sociedad, que se sabe que es club que trata fetén a los foráneos. Será su primera edad en San Sebastián, donde descubre el fútbol europeo con la mochila de talento que traía del frío. Fueron buenas esas dos temporadas en Donostia, 77 partidos y 17 goles. Buenos números para un jugador que terminaría esa etapa primera vasca dejando en el hálito del ‘txuriurdín’ recuerdos de buen fútbol. Noticia Relacionada CROMOS DE NIETO / RECUERDOS DE LIGA opinion Si José Ángel Iríbar, el chopo de San Mamés JESÚS NIETO JURADO Un cántico le alegra las tardes al exportero del AthleticEn el Valencia no cuajó en la temporada en la que estuvo, la 96-97. Quién sabe si por la presión de tener que ser una estrella, quién sabe si por ser un capricho de Luis Aragonés. Junto a la Real es en el Celta, a donde parte de los primeros que fueron poniendo los rudimentos de ese Eurocelta. Balaídos lo disfrutó, como lo disfrutó Anoeta. Allí, andando el tiempo, formaría esa dupla de amor/odio con su paisano Mostovói que ya se ha contado en esta sección. Allí siente otra vez el sentirse querido, hasta que el amor desapareció e irrumpieron las sombras y las tanganas en los entrenamientos. Famoso era su carácter, se ha dicho, pero famosas también sus internadas por la derecha y su polivalencia que no hacía raro verlo de mediapunta. Pero Karpin vuelve la plácida Bella Easo, que la tenía ya en su horizonte vital. Y en San Sebastián firma su mejor fútbol, el equipo queda segundo en liga juega Liga de Campeones y Karpin retoma su bregar, sin elementos externos de los que desentonan. Desde el helor hubo un futbolista que ‘ligó’ con la liga. Y no sería el único. Valery Karpin, minoría rusa de Estonia , cuando se disgregó el Este , siguió su sangre y fue jugador ruso de convicción y doble pasaporte. Centrocampista acostumbrado a jugar en el permafrost, es el ejemplo de manual de que cuando cambian las latitudes, cuando el hielo se convierte en brillante tapete verde, el jugador nacido en bloque soviético lleva el sino del triunfo.Eso pasó con Karpin, al que se le ve en el Spartak de Moscú hasta el año 94. Del Spartak, donde apenas pudo despuntar la estrella que era, se va a la Real Sociedad, que se sabe que es club que trata fetén a los foráneos. Será su primera edad en San Sebastián, donde descubre el fútbol europeo con la mochila de talento que traía del frío. Fueron buenas esas dos temporadas en Donostia, 77 partidos y 17 goles. Buenos números para un jugador que terminaría esa etapa primera vasca dejando en el hálito del ‘txuriurdín’ recuerdos de buen fútbol. Noticia Relacionada CROMOS DE NIETO / RECUERDOS DE LIGA opinion Si José Ángel Iríbar, el chopo de San Mamés JESÚS NIETO JURADO Un cántico le alegra las tardes al exportero del AthleticEn el Valencia no cuajó en la temporada en la que estuvo, la 96-97. Quién sabe si por la presión de tener que ser una estrella, quién sabe si por ser un capricho de Luis Aragonés. Junto a la Real es en el Celta, a donde parte de los primeros que fueron poniendo los rudimentos de ese Eurocelta. Balaídos lo disfrutó, como lo disfrutó Anoeta. Allí, andando el tiempo, formaría esa dupla de amor/odio con su paisano Mostovói que ya se ha contado en esta sección. Allí siente otra vez el sentirse querido, hasta que el amor desapareció e irrumpieron las sombras y las tanganas en los entrenamientos. Famoso era su carácter, se ha dicho, pero famosas también sus internadas por la derecha y su polivalencia que no hacía raro verlo de mediapunta. Pero Karpin vuelve la plácida Bella Easo, que la tenía ya en su horizonte vital. Y en San Sebastián firma su mejor fútbol, el equipo queda segundo en liga juega Liga de Campeones y Karpin retoma su bregar, sin elementos externos de los que desentonan. Desde el helor hubo un futbolista que ‘ligó’ con la liga. Y no sería el único.
CROMOS DE NIETO / RECUERDOS DE LIGA
Ejemplo de manual de que fuera del hielo, el jugador nacido en el bloque soviético lleva mucho ganado
Valery Karpin, minoría rusa de Estonia, cuando se disgregó el Este, siguió su sangre y fue jugador ruso de convicción y doble pasaporte. Centrocampista acostumbrado a jugar en el permafrost, es el ejemplo de manual de que cuando cambian las latitudes, cuando el … hielo se convierte en brillante tapete verde, el jugador nacido en bloque soviético lleva el sino del triunfo.
Eso pasó con Karpin, al que se le ve en el Spartak de Moscú hasta el año 94. Del Spartak, donde apenas pudo despuntar la estrella que era, se va a la Real Sociedad, que se sabe que es club que trata fetén a los foráneos.
Será su primera edad en San Sebastián, donde descubre el fútbol europeo con la mochila de talento que traía del frío. Fueron buenas esas dos temporadas en Donostia, 77 partidos y 17 goles. Buenos números para un jugador que terminaría esa etapa primera vasca dejando en el hálito del ‘txuriurdín’ recuerdos de buen fútbol.
En el Valencia no cuajó en la temporada en la que estuvo, la 96-97. Quién sabe si por la presión de tener que ser una estrella, quién sabe si por ser un capricho de Luis Aragonés. Junto a la Real es en el Celta, a donde parte de los primeros que fueron poniendo los rudimentos de ese Eurocelta. Balaídos lo disfrutó, como lo disfrutó Anoeta. Allí, andando el tiempo, formaría esa dupla de amor/odio con su paisano Mostovói que ya se ha contado en esta sección. Allí siente otra vez el sentirse querido, hasta que el amor desapareció e irrumpieron las sombras y las tanganas en los entrenamientos.
Famoso era su carácter, se ha dicho, pero famosas también sus internadas por la derecha y su polivalencia que no hacía raro verlo de mediapunta. Pero Karpin vuelve la plácida Bella Easo, que la tenía ya en su horizonte vital. Y en San Sebastián firma su mejor fútbol, el equipo queda segundo en liga juega Liga de Campeones y Karpin retoma su bregar, sin elementos externos de los que desentonan. Desde el helor hubo un futbolista que ‘ligó’ con la liga. Y no sería el único.
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