La banca negocia entre bambalinas un gran acuerdo que permita hacer transferencias entre clientes inmediatas y gratuitas en toda Europa. Esto es, la creación de una especie de Bizum que abarque a todos los países europeos. La medida, que se prevé esté lista para el año próximo, supondrá una primera piedra para profundizar en la unión bancaria y abrirá la puerta a un sistema de pagos paneuropeo que desafíe el dominio de Visa y Mastercard, en línea con el proyecto del euro digital.
El Santander hace de avanzadilla tras rubricar un acuerdo para interconectar su plataforma con la italiana Bancomat y la lusa MBWay
La banca negocia entre bambalinas un gran acuerdo que permita hacer transferencias entre clientes inmediatas y gratuitas en toda Europa. Esto es, la creación de una especie de Bizum que abarque a todos los países europeos. La medida, que se prevé esté lista para el año próximo, supondrá una primera piedra para profundizar en la unión bancaria y abrirá la puerta a un sistema de pagos paneuropeo que desafíe el dominio de Visa y Mastercard, en línea con el proyecto del euro digital.
La idea de que un ciudadano en España pudiese hacer una transferencia gratuita con su móvil a otro en Alemania o uno en Francia a otro en Suecia ha sido un viejo proyecto de los bancos europeos. No es tan político como culminar la unión bancaria, embarrancada también por las tensiones por la creación del fondo de garantía de depósitos único, pero sí más cercano al uso de la banca por el ciudadano. Sin embargo, en los últimos años el proyecto había entrado en barrena. Las entidades tenían clara la importancia del plan, pero divergían en cómo llevarlo a cabo, lo que provocó unas divergencias insalvables.
En 2020, una veintena de entidades europeas —entre las que se encontraba el Santander, el BBVA o CaixaBank— rubricaron una alianza europea, llamada Iniciativa de Pagos Europea. Los bancos franceses o alemanes buscaban una gran plataforma única para todo el continente, pero otros (como los españoles) preferían apoyarse y desarrollar completamente las soluciones de sus países, en muchos casos ya muy consolidadas. Así, algunas de estas entidades abandonaron el club, quedando el proyecto en barbecho.
No obstante, fuentes financieras indican que los planes se han reactivado en los últimos meses. Los bancos europeos han retomado de nuevo las conversaciones y han acercado posturas. La idea más divisiva, la de crear una única plataforma que sustituyera al Bizum español y al resto de soluciones nacionales, participada por todos los bancos europeos, ha sido puesta a un lado, dada la dificultad por lograr un acuerdo que establezca con qué parte del pastel se queda cada entidad. En su lugar, las entidades tratan de rubricar acuerdos entre las plataformas, para que estén conectadas entre sí a cambio del pago de un canon.
La alianza de los bancos franceses, belgas, holandeses y alemanes (que incluye a BNP Paribas, Société Générale, Deutsche Bank o ING) lanzó este mismo año su propia plataforma integrada, llamada Wero, que ha sustituido a iDEAL en Países Bajos, Giropay en Alemania, Paylib en Francia y Payconiq en Bélgica. Este grupo lanzó una carta en abril, en la que instaba a las distintas plataformas europeas a unir fuerzas.
Por el otro lado de la mesa, el Santander ha hecho de avanzadilla. La semana pasada rubricó un acuerdo para interconectar su plataforma de Bizum con la italiana Bancomat y la portuguesa MBWay. Todos ellos forman parte de la alianza europea paralela, la Asociación de Pagos Europea. La idea es que más bancos, tanto españoles como del resto de países de esta alianza, se vayan sumando a este acuerdo. Y desde esta posición de fuerza ultimar la alianza de toda Europa.
Paralelamente, la asociación bancos del norte de Europa (Francia, Alemania, Bélgica y Holanda) y la de los del sur (España, Portugal e Italia, a la que se han sumado otros países como Grecia, los nórdicos o el sistema polaco) negocian alcanzar durante este año un acuerdo que permita conectar los dos grandes sistemas europeos. La idea es que las conversaciones se solucionen de forma rápida y que tomen tracción una vez se resuelvan las cuestiones técnicas que entraña conectar todas estas app.
Las partes buscan, por tanto, contar con un sistema unificado de transferencias entre particulares, pero la vista está puesta a objetivos más ambiciosos. En concreto, establecer un sistema europeo de pagos, abriendo estas plataformas a los pagos a comercios y entre empresas. Bizum ya ha ido trabajando en ello desde la pandemia, cuando el uso de la app recibió un impulso definitivo. Por el lado de Wero, está previsto que en verano se abra a pagos en comercio electrónico y en 2026 el pago en tiendas físicas.
El objetivo de los bancos europeos está en ganar autonomía estratégica, también en el sistema de pagos. Tanto las entidades financieras como las autoridades bancarias (el Banco Central Europeo y la Autoridad Bancaria Europea) han hecho varios llamamientos a establecer sistemas europeos que intenten competir con el monopolio ejercido por las estadounidenses Visa y Mastercard. Esto, según las fuentes consultadas, se deja para una segunda fase, una vez que ya se establezca la conexión entre las plataformas para particulares.
El BCE, por su parte, avanza en el diseño del euro digital, un monedero virtual de divisas digitales que otorgará el supervisor europeo, del modo de una cuenta corriente. Aún se desconoce la fecha en que estará disponible para su uso por los consumidores, por lo que si la iniciativa de los bancos prospera, puede superar incluso esta proyecto,
Todo ello se circunscribe en la conversación sobre culminar la unión bancaria, bloqueada durante una década. Alcanzar un acuerdo este mismo año en materia de pagos supondría un potente mensaje de las entidades europeas de su intención de intentar alcanzar las estadounidenses, hoy mucho más grandes. El siguiente paso sería empezar hablar de uniones transfronterizas, que permitiesen crear gigantes de tamaño europeo.
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