La marcha marca el paso de España

La marcha atlética es una especialidad peculiar, diferente al resto del atletismo por sus características reglamentarias, que la diferencian intensamente de otras especialidades. El límite de velocidad que supone la obligatoriedad de tener un pie en contacto con el suelo la sitúa en un grupo aparte del resto de las habilidades atléticas, en las que se persigue siempre el rendimiento máximo.El triunfo de María Pérez en los 35 kilómetros (una distancia que ha sustituido a los 50, que gozaba de mayor tradición) supone la continuidad de los éxitos que inició Jordi Llopart en 1978 con su oro europeo en Praga. La apuesta decidida por la marcha y el trabajo de Rafael Pajarón, entonces director técnico del atletismo español, tuvo como fruto los éxitos de Llopart y Marín, los grandes pioneros de los éxitos de la caminata en España.España arranca los Mundiales en todo lo alto del medallero. Se trata de un refuerzo moral para los demás atletas de la selección y evita el temible ‘efecto dominó’ que ha afectado en muchas ocasiones a nuestro atletismo. Cuando los primeros atletas en competir fallan, el contagio suele ser inevitable en la moral del equipo. El inicio de estos Mundiales, con el oro de Pérez, es el mejor de los posibles para las mujeres y hombres naranjas de Pepe Peiró.Al margen de la marcha, las posibilidades de medalla de España se concentran en los 800 metros, los 110 metros vallas, el triple salto y los relevos 4×100 metros. Attaoui lleva un verano muy solvente en las dos vueltas a la pista y va mejorando en sus maniobras tácticas, decisivas en el mediofondo corto. A Quique Llopis le ha venido muy bien que sus 12.98 contaran con un viento a favor excesivo porque así aparece más tapado en los rankings y con menos presión de favorito. El estado de la rodilla de Jordan Díaz es una incógnita de permanente evolución este año pero a poco que esté medio sana, el campeón olímpico, el hombre que apenas pisa la pista en Guadalajara por precaución, es capaz de aspirara a lo máximo. Y el 4×100 femenino es el gran exponente de la nueva España. Las Bestué, Pérez, Sevilla y Cladera han situado a nuestro relevo corto como aspirantes a podio en una prueba siempre incierta. Estados Unidos, Jamaica o Reino Unido jamás pensaron que un cuarteto de españolas pudiera apretarlas en la pista. Las balas naranjas están derribando muros. La marcha atlética es una especialidad peculiar, diferente al resto del atletismo por sus características reglamentarias, que la diferencian intensamente de otras especialidades. El límite de velocidad que supone la obligatoriedad de tener un pie en contacto con el suelo la sitúa en un grupo aparte del resto de las habilidades atléticas, en las que se persigue siempre el rendimiento máximo.El triunfo de María Pérez en los 35 kilómetros (una distancia que ha sustituido a los 50, que gozaba de mayor tradición) supone la continuidad de los éxitos que inició Jordi Llopart en 1978 con su oro europeo en Praga. La apuesta decidida por la marcha y el trabajo de Rafael Pajarón, entonces director técnico del atletismo español, tuvo como fruto los éxitos de Llopart y Marín, los grandes pioneros de los éxitos de la caminata en España.España arranca los Mundiales en todo lo alto del medallero. Se trata de un refuerzo moral para los demás atletas de la selección y evita el temible ‘efecto dominó’ que ha afectado en muchas ocasiones a nuestro atletismo. Cuando los primeros atletas en competir fallan, el contagio suele ser inevitable en la moral del equipo. El inicio de estos Mundiales, con el oro de Pérez, es el mejor de los posibles para las mujeres y hombres naranjas de Pepe Peiró.Al margen de la marcha, las posibilidades de medalla de España se concentran en los 800 metros, los 110 metros vallas, el triple salto y los relevos 4×100 metros. Attaoui lleva un verano muy solvente en las dos vueltas a la pista y va mejorando en sus maniobras tácticas, decisivas en el mediofondo corto. A Quique Llopis le ha venido muy bien que sus 12.98 contaran con un viento a favor excesivo porque así aparece más tapado en los rankings y con menos presión de favorito. El estado de la rodilla de Jordan Díaz es una incógnita de permanente evolución este año pero a poco que esté medio sana, el campeón olímpico, el hombre que apenas pisa la pista en Guadalajara por precaución, es capaz de aspirara a lo máximo. Y el 4×100 femenino es el gran exponente de la nueva España. Las Bestué, Pérez, Sevilla y Cladera han situado a nuestro relevo corto como aspirantes a podio en una prueba siempre incierta. Estados Unidos, Jamaica o Reino Unido jamás pensaron que un cuarteto de españolas pudiera apretarlas en la pista. Las balas naranjas están derribando muros.  

Desde el tartán

«El inicio de estos Mundiales, con el oro de Pérez, es el mejor de los posibles para las mujeres y hombres naranjas de Pepe Peiró»

María Pérez, aupada por los marchadores masculinos españoles EFE

La marcha atlética es una especialidad peculiar, diferente al resto del atletismo por sus características reglamentarias, que la diferencian intensamente de otras especialidades. El límite de velocidad que supone la obligatoriedad de tener un pie en contacto con el suelo la sitúa en un grupo … aparte del resto de las habilidades atléticas, en las que se persigue siempre el rendimiento máximo.

El triunfo de María Pérez en los 35 kilómetros (una distancia que ha sustituido a los 50, que gozaba de mayor tradición) supone la continuidad de los éxitos que inició Jordi Llopart en 1978 con su oro europeo en Praga. La apuesta decidida por la marcha y el trabajo de Rafael Pajarón, entonces director técnico del atletismo español, tuvo como fruto los éxitos de Llopart y Marín, los grandes pioneros de los éxitos de la caminata en España.

España arranca los Mundiales en todo lo alto del medallero. Se trata de un refuerzo moral para los demás atletas de la selección y evita el temible ‘efecto dominó’ que ha afectado en muchas ocasiones a nuestro atletismo. Cuando los primeros atletas en competir fallan, el contagio suele ser inevitable en la moral del equipo. El inicio de estos Mundiales, con el oro de Pérez, es el mejor de los posibles para las mujeres y hombres naranjas de Pepe Peiró.

Al margen de la marcha, las posibilidades de medalla de España se concentran en los 800 metros, los 110 metros vallas, el triple salto y los relevos 4×100 metros. Attaoui lleva un verano muy solvente en las dos vueltas a la pista y va mejorando en sus maniobras tácticas, decisivas en el mediofondo corto. A Quique Llopis le ha venido muy bien que sus 12.98 contaran con un viento a favor excesivo porque así aparece más tapado en los rankings y con menos presión de favorito.

El estado de la rodilla de Jordan Díaz es una incógnita de permanente evolución este año pero a poco que esté medio sana, el campeón olímpico, el hombre que apenas pisa la pista en Guadalajara por precaución, es capaz de aspirara a lo máximo. Y el 4×100 femenino es el gran exponente de la nueva España. Las Bestué, Pérez, Sevilla y Cladera han situado a nuestro relevo corto como aspirantes a podio en una prueba siempre incierta. Estados Unidos, Jamaica o Reino Unido jamás pensaron que un cuarteto de españolas pudiera apretarlas en la pista. Las balas naranjas están derribando muros.

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