La ministra de Finanzas británica se ‘olvida’ de pagar una tasa de 1.073 euros

Este escándalo llega a falta de menos de un mes para que anuncie los Presupuestos de 2026, caracterizados por la austeridad Leer Este escándalo llega a falta de menos de un mes para que anuncie los Presupuestos de 2026, caracterizados por la austeridad Leer  

Preparar unos Presupuestos marcados por la austeridad cuando uno se olvida -por pura causalidad sin duda- de pagar una tasa municipal es el tipo de campo de minas en el que ningún ministro de Finanzas quiere meterse. Pero ahí es donde está la ministra de Finanzas británica, Rachel Reeves, que ha tenido que reconocer que «inadvertidamente» no pagó la tasa de 945 libras esterlinas (1.073 euros) que establece la ley para alquilar su vivienda en la zona de East Dulwich, una zona de clase media-alta habitada sobre todo por profesionales en el sur de Londres.

Reeves alquiló la vivienda por 3.200 libras mensuales, es decir, por 3.620 euros, lo que es una cifra realmente baja para Londres, en 2024, cuando el Partido Laborista ganó las elecciones y ella se mudó a su residencia oficial en Downing Street en compañía de su esposo – el también alto cargo Nicholas Joicey – y sus dos hijos.

La revelación, que fue realizada primero por el tabloide sensacionalista ‘Daily Mail’, ha sido reconocida como cierta por la propia interesada, que ha informado de ella al primer ministro, Keir Starmer, y a la oficina de ética del Parlamento de Westminster, en el que ella es diputada en la Cámara de los Comunes. Según los portavoces de la ministra de Finanzas, la culpa es de la agencia inmobiliaria que se encargó de gestionar el alquiler. La ministra, de acuerdo con esa versión, «no fue informada del requisito de la licencia, pero, en cuanto lo supo, tomó las acciones pertinentes y ha solicitado la licencia». La regulación establece para los desmemoriados como Reeves una multa máxima de 30.000 libras esterlinas (34.100 euros).

La oposición conservadora, que necesita tomar la iniciativa ante la subida de sus rivales de Reform UK en las encuestas, se ha apresurado a pedir la dimisión de Reeves. Aunque de mucho menores dimensiones, el escándalo tiene ciertos ecos del que le costó el cargo en septiembre a la viceprimera ministra, Angela Rayner, por eludir el pago de 40.000 libras (45.400 euros) en la venta de una vivienda.

Pero en el caso de Reeves las implicaciones políticas para el Gobierno de Starmer son más serias. La ministra de Finanzas es la cara visible de la política de austeridad lanzada por el primer ministro, con el objetivo de reducir un déficit del 3% del PIB y aliviar la presión de los mercados financieros sobre la deuda británica, que aún sigue bajo cierta sospecha tras la catástrofe del ‘mini presupuesto’ del Gobierno conservador de Liz Truss en 2022. Starmer ha atado su futuro político al Ministerio de Finanzas y, al mismo tiempo, ha reforzado el control de la Oficina del Primer Ministro sobre Reeves, pero sin mostrar apoyo hacia ésta cuando su reforma del sistema de bajas de enfermedad se estrelló en el Parlamento en junio.

Ahora, este escándalo llega a falta de menos de un mes para que Reeves anuncie los Presupuestos de 2026, que pueden significar la salvación o el hundimiento Starmer, cuya valoración por la opinión pública continúa sumida en el abismo.

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