El Reino Unido investiga a la BBC por no interrumpir la retransmisión del acontecimiento Leer El Reino Unido investiga a la BBC por no interrumpir la retransmisión del acontecimiento Leer
En sus 55 años de existencia, el festival de rock y pop de Glastonbury ha vivido una cuantas controversias. La reconversión de la minería del carbón (en 1984), Brexit (en 2016), las limitaciones al aborto en EEUU (2022) o, lisa y llanamente, el apoyo al Partido Laborista y los ataques al Conservador (en 2017 y 2019) han sido algunas de las causas que músicos y cantantes han esgrimido en el escenario. Pero ninguna polémica ha alcanzado los niveles de la que se ha desatado este año por las declaraciones y consignas de los grupos inglés Bob Vylan y norirlandés Kneecap en relación a Israel y la guerra de Gaza.
Este lunes por la tarde, se ha sabido que la policía británica ha abierto una investigación criminal sobre las actuaciones del dúo y el grupo de rap, respectivamente, por lanzar cánticos despectivos contra el ejército israelí y el primer ministro británico, Keir Starmer, informa Reuters. La policía está investigando a ambos grupos por delitos de orden público tras revisar las grabaciones de vídeo y audio de las actuaciones del sábado, según el comunicado de la policía. La actuación de Vylan incluyó cánticos en el escenario de «muerte, muerte a las Fuerzas de Defensa de Israel», una referencia a las Fuerzas de Defensa de Israel que luchan en una guerra en Gaza, mientras que Kneecap dirigió cánticos contra Starmer y condenó a Israel ante los asistentes.
La disputa ha estallado, además, justo en el momento en el que el Gobierno del laborista Keir Starmer está tratando de ilegalizar y declarar organización terrorista al grupo Palestine Action, que ha llevado a cabo acciones vandálicas para protestar contra la guerra de Gaza y lo que califican de «apartheid» (es decir, discriminación racial) contra los palestinos en Israel. El Gobierno ha presentado este lunes en el Parlamento la propuesta para declarar a Palestine Action grupo terrorista, lo que podría resultar en penas de hasta 14 años de cárcel contra sus miembros. Pero el viernes, un juzgado de Londres había paralizado temporalmente la ilegalización del grupo, cuya acción más sonada ha sido pintar con spray y causar daños menores a dos aviones de transporte de la Fuerza Aéres británica, el viernes de la semana pasada.
Mientras, la actuación de Bob Vylan en Glastonbury amenaza con convertirse en un lastre político para la cadena de radiotelevisión pública BBC. La razón es que ésta no interrumpió la retransmisión online del concierto del grupo -un dúo de ultraizquierda de grime rap y punk cuyos miembros no han divulgado nunca su nombre porque consideran que viven en «un estado policial»- cuando su cantante, Bobby Vylan, empezó a repetir la frase «matad, matad a la IDF» (las siglas en inglés de las Fuerzas de Defensa de Israel, es decir, de las Fuerzas Armadas de ese país), y a animar al público a corearlo. Vylan también repitió el eslogan «desde el río hasta el mar, Palestina será libre», que es comúnmente interpretado como una llamada a la aniquilación del estado de Israel y que se ha convertido en uno de los eslóganes más comunes en el mundo anglosajón para protestar contra la guerra de Gaza.
El regulador de contenidos audiovisuales del Reino Unido, Ofcom, ha abierto una investigación de la BBC para determinar si la entidad no mantuvo los estándares editoriales al permitir la difusión de las palabras del cantante, que se produjeron entre dos canciones, pero en un concierto, y en un festival, marcados por las críticas a Israel. La propia dirección de la BBC ha declarado que la retransmisión fue «totalmente inaceptable».
El show de Bob Vylan podría, así, ser considerado como un llamamiento al odio racial y al sentimiento antijudío. Y la BBC, según sus críticos, debería estar preparada para actuar en caso de que los mensajes contra Israel alcanzaran niveles peligrosos, dado que el dúo de grim rap y punk actuó justo después de los raperos norirlandeses Kneecap, cuyo líder, Mo Chara, está a la espera de juicio por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo después de que apareciera con una bandera del grupo terrorista Hizbulá en el escenario en un concierto en Londres en noviembre pasado. El propio primer ministro, Keir Starmer, había pedido, sin éxito, a los organizadores de Glastonbury que no invitaran a Kneecap a la edición de este año del festival.
Si Ofcom (cuyo nombre oficial es Oficina de Comunicaciones) decide continuar con su investigación, podría amonestar formalmente a la BBC, obligar a la entidad a disculparse públicamente e imponerle cambios en su operativa interna para evitar la repetición de incidentes similares en el futuro. En todo caso, el golpe político para la cadena de radiotelevisión es más que considerable. La propia ministra de Cultura, Lisa Nandy, ha contactado al director general de la BBC, Tim Davie, para exigirle «una urgente clarificación del procedimiento» seguido por la cadena en la retransmisión.
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