La tarde en la que RTVE se ‘broncanizó’ para pedir juego limpio en televisión: “La revuelta’ emitió una berrea porque la pública lo apoyó” 

“Nada de eso se hubiese emitido si RTVE no lo hubiese aprobado y apoyado”, afirman a EL PAÍS desde el órgano directivo de la cadena pública, en referencia a la comentada protesta de La revuelta del pasado jueves en contra de las formas de competir de El hormiguero. Cuando el programa de Broncano descubrió que no podía contar a última hora con la entrevista con Jorge Martín, campeón mundial de motociclismo, su presentador decidió explicar lo sucedido y emitir casi 15 minutos de vídeos de animales. Su audiencia habitual heredada de La resistencia entendió de inmediato el sentido de algo aparentemente surrealista, pero que estaba lleno de subtextos. “Sigo delante de la pantalla viendo animalitos porque prefiero ver ciervos a ver el programa de Pablo Motos y más después de esto que ha contado Broncano”, era uno de los muchos comentarios que aparecían en redes sociales, mientas se emitía el que es probablemente el documental de animales más visto de la historia de España desde la llegada de las cadenas privadas. Su audiencia inicial fue de más de dos millones de espectadores.

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 ‘La hora de La 1’, ‘59 segundos’ y ‘Mañaneros’ se saltaron sus códigos habituales para sumarse a la irónica protesta del jueves, que denunciaba los modos de ‘El hormiguero’ y exigía modernizar la forma de competir de los medios  

“Nada de eso se hubiese emitido si RTVE no lo hubiese aprobado y apoyado”, afirman a EL PAÍS desde el órgano directivo de la cadena pública, en referencia a la comentada protesta de La revuelta del pasado jueves en contra de las formas de competir de El hormiguero. Cuando el programa de Broncano descubrió que no podía contar a última hora con la entrevista con Jorge Martín, campeón mundial de motociclismo, su presentador decidió explicar lo sucedido y emitir casi 15 minutos de vídeos de animales. Su audiencia habitual heredada de La resistencia entendió de inmediato el sentido de algo aparentemente surrealista, pero que estaba lleno de subtextos. “Sigo delante de la pantalla viendo animalitos porque prefiero ver ciervos a ver el programa de Pablo Motos y más después de esto que ha contado Broncano”, era uno de los muchos comentarios que aparecían en redes sociales, mientas se emitía el que es probablemente el documental de animales más visto de la historia de España. Su audiencia inicial fue de más de dos millones de espectadores.

Lo histórico de la acción es que ocurriera en la televisión pública y que esa complicidad y lealtad de la audiencia a Broncano se ampliara a toda la cadena. RTVE lleva más de una década intentando reconectar con los espectadores, en especial con los más jóvenes. Y el jueves lo volvió a lograr gracias a La revuelta. Así lo atestigua el empate virtual que obtuvo Broncano esa noche ante El hormiguero en horario de coincidencia, con cuotas de pantalla que solo les separaban por tres décimas. Buena parte de la audiencia se ponía del lado de RTVE tras la denuncia sobre las prácticas de El hormiguero para neutralizar a su competencia. A pesar de lo poco común del contenido, La 1 fue líder durante esos minutos entre la porción de audiencia más cotizada en la industria y los anunciantes: la que va de los 18 a los 44 años.

Es algo que ya habían comentado antes, de manera tímida, otras cadenas. Los espectadores se posicionaron con un gesto tan sencillo como no cambiar de canal, ni aunque la emisión de La 1 se fuera a negro o recuperara la carta de ajuste. Aparecieron los ciervos, serpientes y buitres en plena naturaleza, y se movieron al ritmo de melodías del indie español en un contenido llamado La berrea del ciervo, en horario de máxima audiencia. Era una forma de demostrar que no todo vale por lograr el liderazgo. Y que los invitados de La revuelta van cada noche a divertirse (como dice su competidor) a La 1, como lo hace el propio Broncano, Jorge Ponce, Grison, Ricardo Castella y Yolanda, que trabaja detrás de las cámaras y que lamentó en pantalla este jueves que las prácticas del programa de Pablo Motos en Antena 3 le hubieran reventado todo un día de esfuerzo.

Este inusual gesto de emitir La berrea del ciervo se vio refrendado casi de inmediato por el resto de la cadena pública. Se convirtió en contenido destacado en la plataforma RTVE Play, y el resto de sus programas adoptaron ese modo de protesta irónica, alejada del victimismo y de la ira, de La revuelta. El espacio de debate 59 segundos hizo chascarrillos en directo relacionados con lo que había ocurrido minutos antes en pantalla. La noche de 24 horas de Xabier Fortes mostró un rótulo poco habitual para su estilo informativo. Al día siguiente, se volvió a hacer referencia al incidente en el informativo de la mañana. Poco después, el espacio de actualidad La hora de la 1 recurría a otro cartel poco ortodoxo: “El programa de Broncano se emitió a trancas y barrancas tras quedarse sin invitado”.

Y Mañaneros, aprovechando su condición de magacín, se explayaba todavía más. Su presentadora, Adela González, hacía una ronda de zapping mostrando con naturalidad el contenido que en esos momentos ofrecía la competencia. “Debemos recordar que los periodistas no operamos a corazón abierto. Hacemos contenido de entretenimiento o de información, y esa forma de competir no está justificada”, comenta una trabajadora de TVE sobre el gesto del programa matinal de La 1. “Lo que pasó en este jueves va mucho más allá de un gag o una ocurrencia del equipo de un programa de humor. Los programas informativos de la casa no podían estar ajenos a ello. Y decidieron darle un plus de ironía al tema del que todo el mundo estaba hablando el viernes en las cafeterías”, continúa.

La gota que colmó el vaso

La comentada reacción de La revuelta del jueves fue resultado, analizan desde la directiva de RTVE, de una acumulación de situaciones recientes y de una situación que lleva prolongándose durante años. “Se han caído muchos entrevistados en estos meses. Desde el comienzo del programa fuimos conscientes de que la gestión de invitados era un tema crítico, que tenía que estar muy protegido por la cadena y por el programa. El saboteo de invitados por parte de El hormiguero había sido constante en su etapa previa”, comentan los responsables de la pública a EL PAÍS.

Un ejemplo pasado, “de los muchos que se podrían contar”, involucra a un invitado tan codiciado como Chris Hemsworth. El hormiguero cambió la hora de grabación de una entrevista que tenía cerrada con el actor, de promoción por una de sus películas con Netflix, para que coincidiera con la que tenía prevista en La resistencia de Movistar Plus+. De ese modo, su limitada agenda en España le impidió participar en ambos programas, confirman fuentes cercanas al espacio de Broncano.

Este conflicto es algo que ha formado parte de las entrevistas en el programa, desde Mario Casas a Najwa Nimri lo han comentado de un modo u otro ante las cámaras de la televisión pública durante estas semanas. “Tenemos constancia directa de que varias personas que han recibido llamadas del entorno de El hormiguero diciendo que, si no iban allí primero, jamás volverían”, confirman desde la cúpula de RTVE, que prefiere no dar nombres concretos para no exponer a alguien “a quien están amenazando con su pan y con el de la gente que depende de ellos”.

Una explicación puesta en duda

A lo largo del viernes, los gabinetes de comunicación de RTVE, Atresmedia y El Terrat (una de las productoras de La revuelta) imponían el silencio a sus trabajadores y negaban a los medios más declaraciones que las ya ocurridas el jueves por la noche. Aun así, varios profesionales de la televisión del entorno directo de los dos grupos de comunicación y de La revuelta, además de otros profesionales ajenos a ambas partes implicadas, han decidido analizar para este periódico un fenómeno inédito. Uno en el que la cadena pública decide solicitar la complicidad de la audiencia para pedir un juego limpio en televisión.

La respuesta casi inmediata que ofrecía el espacio de Antena 3 apareció en su cuenta de X (antes Twitter). “Ha sido un malentendido sin mayor importancia. Dos semanas antes de la final [del Mundial de Motociclismo], habíamos acordado contar en exclusiva con Jorge Martín en nuestro programa. Hoy uno de sus representantes ha cometido un error al cambiar la visita que tenían programada con otro piloto. Tras lo sucedido, Dorna, la empresa organizadora, contactó con los representantes para resolver la situación”. Esta publicación no contentó a Atresmedia, aunque decidiera no ampliarla ni matizarla, confirman a EL PAÍS varias personas cercanas al grupo de comunicación.

La cronología de los hechos no convence del todo a los responsables de la cadena pública ni a La revuelta. El piloto anunció en redes su presencia en el programa por la mañana, pero las llamadas por parte de la productora de Motos (y también de altos cargos de Atresmedia, aseguran fuentes internas y externas a RTVE) para solicitar que no se produjera esta entrevista no llegaron hasta entrada la tarde Ocurrió por tanto a pocos minutos de comenzar la entrevista y dejando muy poco margen de maniobra a La revuelta para encontrar sustituto.

El propio comunicado enviado por el entrono del piloto evidencia que no había un firme acuerdo previo cerrado con el espacio de Antena 3 que impidiera su presencia anterior en el de La 1. “Ante los acontecimientos ocurridos anoche en La revuelta, queremos, por parte del equipo de Playmaker Agency, pedir disculpas por no comunicar de inicio a El hormiguero nuestra intención de visitar La revuelta antes que a ellos, acto que desencadenó todos los acontecimientos”, dice el inicio del texto.

Las explicaciones de El hormiguero tampoco resultaron genuinas a los trabajadores de RTVE. De ahí que la cadena pública se saltara sus códigos para involucrarse en el asunto. “Todo esto llega en un momento en el que el debate en torno a la desinformación y la intoxicación informativa está en lo más alto. Lo que hizo Broncano fue reivindicar la transparencia y decir las cosas como son”, comenta la periodista cercana a los contenidos de La 1.

Aunque sí hubo un enorme debate interno en RTVE mientras se gestaba el fichaje de Broncano, quien debutó en la pública en septiembre, los trabajadores y responsables de la programación de la cadena aseguran que no lo ha habido esta vez, a la hora de sumarse a la inusual protesta de La revuelta del jueves, que consideran “honesta y sin dobleces” y en la que se sienten identificados con unas formas de competir que no son nuevas. “Ocurre desde antes de los tiempos de De la Morena y José María García, pero no por viejo debería seguir siendo así. Y lo denunciamos con humor desde la pública porque no tenemos los mismos objetivos que, por ejemplo, la PBS estadounidense”, explica esta misma profesional.

En algo en lo que La revuelta no es del todo transparente es cuando no confirma en redes sociales que la entrevista con Jorge Martín ya está grabada desde el jueves. Se realizó durante unos 20 minutos, después de las explicaciones que David Broncano ofreció a la audiencia. Desde el programa, alegan que no lo comentan abiertamente al no estar al tanto de si RTVE decidirá emitirla después de su paso por El hormiguero. Pero desde la cúpula de la cadena pública confirman a El PAÍS que tienen una intención clara de hacerlo, porque están de acuerdo con el equipo del programa “en no penalizar al invitado porque se haya visto obligado a conceder la entrevista antes a Pablo Motos”. También porque, como servicio público, desea demostrar que es una cadena abierta a todo el mundo y que el hecho de que un contenido haya aparecido en otro medio es lo de menos, comentan sus responsables. “Nosotros no hacemos vetos. Y estamos del lado de nuestro programa que, a pesar de contarlo de broma, se está sintiendo coaccionado”, defienden.

“Prefieren una RTVE inerte”

Por qué RTVE, a propuesta de La revuelta, decidió emitir un contenido tan surrealista, en vez de algo más estándar, como la intervención de un colaborador habitual del programa, es algo que sorprende en la industria televisiva. “Llegué a plantearme si no era una falta de respeto al público”, confiesa un veterano profesional de la televisión, ajeno al conflicto entre la cadena pública y Atresmedia. Por un lado, no condena del todo esa competitividad extrema que se adjudica a El hormiguero por ser “algo habitual en este negocio”. Pero, por su dilatada experiencia, también pone en duda las explicaciones de Pablo Motos; le resulta “muy poco probable” que hubiera un malentendido de tal calibre entre los representantes del piloto Jorge Martín. “La gestión de invitados es algo que se mide al milímetro”, asegura este creador televisivo, que lleva dos décadas bregando con estos trámites casi a diario y que se confiesa víctima en el pasado de las prácticas del programa de Pablo Motos con respecto a los invitados.

Broncano animales La Revuelta
La Revuelta

Un trabajador del área de entretenimiento y contenidos informativos de la pública analiza el contexto por el que el jueves se llegó a este punto. “La llegada de Broncano en septiembre a La 1 superó las previsiones de su equipo y de la cadena. Su éxito nos sepultó a todos bajo una nueva forma de entender la televisión que moderniza mucho la marca RTVE y que nos abre a otros públicos. Pero también sepultó a la competencia, que ahora ve cómo los invitados que ya han pasado por El hormiguero hacen más audiencia cuando charlan con Broncano”, comenta este periodista.

“En otros tiempos, desde la pública habríamos ocultado esta situación, pero esta vez decidimos no ignorar lo que estaba ocurriendo. Preferimos ironizar sin hacer victimismo, como hace La revuelta. A quien ha salido mal esta campaña es a El hormiguero”, defiende este periodista. Celebra que el resto de programas de RTVE haya decidido adoptar la filosofía de su programa nocturno, que ha sabido hacer algo productivo con los ataques que recibe, hasta convertirlos en parte de sus contenidos y en material de comedia. Así ocurrió con la broma recurrente en torno al supuesto interés de Pedro Sánchez por el fichaje de Broncano en la pública. “La campaña tan medida y tan a la contra que se le hizo cuando llegó a RTVE terminó beneficiándole. Le dio a conocer ante una audiencia ajena a su anterior programa”, analiza este trabajador de RTVE.

“Las cadenas privadas se alegran cuando la tele pública está inerte. Y este tipo de conflictos solo pasan cuando desde RTVE arriesgamos, intentamos sorprender a la audiencia y conectar con ella, porque, aunque no tengamos publicidad, nuestro éxito hace que el pastel de la cuota de pantalla se tenga que dividir entre más gente”, concluye.

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