La trágica historia del luchador con vitíligo que encontró luz en las MMA: «No querían tocarme»

Los niños, debido a su bajo conocimiento del mundo pueden resultar crueles. Ahí entra la labor de los padres para educarlos con los valores del respeto y la integración. Aun así, hay ocasiones en las que ellos también son víctimas de la ignorancia respecto a algunos temas. Esto es lo que le tocó vivir al brasileño Melquiazel Costa. Este sufre de una enfermedad de la piel que le hace perder la pigmentación llamada vitíligo. Aunque ahora está más aceptado, no es extraño que hace 20 años en Brasil fuera una condición desconocida . Esto no hizo más que ponerle trabas al pequeño Costa.Fue cuando tenía solo cuatro años que su piel empezó a cambiar. Él continuaba comportándose como un niño normal, pero aquellos que compartían su entorno eran los que comenzaban a actuar diferente . Vio como un padre reprochaba a su hijo por acercarse a él, lo que le provocó una gran confusión. «La gente se confundía pensando que tenía lepra. No querían tocarme . Sentían náuseas por mí. Sufrí todo tipo de discriminación por eso», reveló el brasileño para ‘ MMA Junkie’. Este sentimiento solo fue en aumento a lo largo de los años, lo que conllevó a una gran depresión y toda una serie de problemas mentales .Noticia Relacionada estandar No Un piquete de ojos sentencia las aspiraciones de Henry Cejudo en la UFC ABC MMA Song Yadong se impuso por decisión técnica al ex campeón de dos divisiones, después de que el estadounidense tuviera que parar el combateNi siquiera sus propios padres pensaban que podría encontrar trabajo a causa de su «condición». La enfermedad ya no estaba solo en su piel, y la vergüenza lo hizo alejarse de las grandes concentraciones de población, pasando a vivir en una granja . «La depresión empezó a arraigar también en mí. Empecé a sentir por mí mismo lo que ellos sentían, asco . Las artes marciales fueron en realidad lo que me salvó de esto ». Y es que el pequeño Costa comenzó a entrenar para ser capaz de defenderse del abuso escolar, algo que también le permitió integrarse en una comunidad. Esto viró su vida en 180 grados, empezando a plantearse el ser un luchador profesional. La chispa que encendió la mecha llegó con el videojuego de la UFC , donde descubrió a otro luchador que también poseía vitíligo, Scott Jorgensen. «Me dije: ‘Joder, este tío es como yo, así que puedo ser un luchador de la UFC de verdad’. Finalmente encontré algo que puedo ser en mi vida». Esto hizo que destinara sus energías a la disciplina, así como empezar a cambiar la concepción que tenía de sí mismo. Algo que al principio resultaba una montaña para él era quitarse la camiseta al terminar sus sesiones de entrenamiento, un obstáculo que logró superar conforme su fuerza y autoestima aumentaban. Melquizael Costa en uno de sus combates UFCSin embargo, otro bache se cruzó en su camino. Su hermano falleció en un accidente de coche, lo que le hizo replantearse muchas cosas. «Cuando murió, murió creyendo que yo sería capaz de llegar a alguna parte. Me dije que lo haría por mí y por él . Eso me llevó a otro nivel y me motivó para seguir adelante». Todo esto marcó un antes y después en su vida, aceptándose tal y como era y dejando solo espacio para los pensamientos positivos. En la entrevista con ‘MMA Junkie’ deja claro que ya no se avergüenza más: « Me encanta mi aspecto . No me imagino siendo de otra manera. Hoy me encanta hacerme fotos. Me encanta presentarme. Todo el mundo me mira. Eso me enorgullece».Ahora, Melquizael Costa se ha convertido en un ejemplo para otras personas que padecen su misma enfermedad, admitiendo que muchos fanáticos acuden a sus peleas por compartir el vitíligo. Su historia y capacidad de superación le ha hecho llegar a lo más alto en el deporte, competir en la UFC . Este ya acumula cinco duelos en la compañía y aprovecha ese inmenso foco para transmitir su mensaje. «Creo que lo primero para cualquiera que tenga una afección o se enfrente a algún tipo de prejuicio, es que no sienta el prejuicio. Yo ya no dejo que me afecte. El primer paso es ser capaz de quererse a uno mismo . Solo puedes dar a la gente lo que tienes». Los niños, debido a su bajo conocimiento del mundo pueden resultar crueles. Ahí entra la labor de los padres para educarlos con los valores del respeto y la integración. Aun así, hay ocasiones en las que ellos también son víctimas de la ignorancia respecto a algunos temas. Esto es lo que le tocó vivir al brasileño Melquiazel Costa. Este sufre de una enfermedad de la piel que le hace perder la pigmentación llamada vitíligo. Aunque ahora está más aceptado, no es extraño que hace 20 años en Brasil fuera una condición desconocida . Esto no hizo más que ponerle trabas al pequeño Costa.Fue cuando tenía solo cuatro años que su piel empezó a cambiar. Él continuaba comportándose como un niño normal, pero aquellos que compartían su entorno eran los que comenzaban a actuar diferente . Vio como un padre reprochaba a su hijo por acercarse a él, lo que le provocó una gran confusión. «La gente se confundía pensando que tenía lepra. No querían tocarme . Sentían náuseas por mí. Sufrí todo tipo de discriminación por eso», reveló el brasileño para ‘ MMA Junkie’. Este sentimiento solo fue en aumento a lo largo de los años, lo que conllevó a una gran depresión y toda una serie de problemas mentales .Noticia Relacionada estandar No Un piquete de ojos sentencia las aspiraciones de Henry Cejudo en la UFC ABC MMA Song Yadong se impuso por decisión técnica al ex campeón de dos divisiones, después de que el estadounidense tuviera que parar el combateNi siquiera sus propios padres pensaban que podría encontrar trabajo a causa de su «condición». La enfermedad ya no estaba solo en su piel, y la vergüenza lo hizo alejarse de las grandes concentraciones de población, pasando a vivir en una granja . «La depresión empezó a arraigar también en mí. Empecé a sentir por mí mismo lo que ellos sentían, asco . Las artes marciales fueron en realidad lo que me salvó de esto ». Y es que el pequeño Costa comenzó a entrenar para ser capaz de defenderse del abuso escolar, algo que también le permitió integrarse en una comunidad. Esto viró su vida en 180 grados, empezando a plantearse el ser un luchador profesional. La chispa que encendió la mecha llegó con el videojuego de la UFC , donde descubrió a otro luchador que también poseía vitíligo, Scott Jorgensen. «Me dije: ‘Joder, este tío es como yo, así que puedo ser un luchador de la UFC de verdad’. Finalmente encontré algo que puedo ser en mi vida». Esto hizo que destinara sus energías a la disciplina, así como empezar a cambiar la concepción que tenía de sí mismo. Algo que al principio resultaba una montaña para él era quitarse la camiseta al terminar sus sesiones de entrenamiento, un obstáculo que logró superar conforme su fuerza y autoestima aumentaban. Melquizael Costa en uno de sus combates UFCSin embargo, otro bache se cruzó en su camino. Su hermano falleció en un accidente de coche, lo que le hizo replantearse muchas cosas. «Cuando murió, murió creyendo que yo sería capaz de llegar a alguna parte. Me dije que lo haría por mí y por él . Eso me llevó a otro nivel y me motivó para seguir adelante». Todo esto marcó un antes y después en su vida, aceptándose tal y como era y dejando solo espacio para los pensamientos positivos. En la entrevista con ‘MMA Junkie’ deja claro que ya no se avergüenza más: « Me encanta mi aspecto . No me imagino siendo de otra manera. Hoy me encanta hacerme fotos. Me encanta presentarme. Todo el mundo me mira. Eso me enorgullece».Ahora, Melquizael Costa se ha convertido en un ejemplo para otras personas que padecen su misma enfermedad, admitiendo que muchos fanáticos acuden a sus peleas por compartir el vitíligo. Su historia y capacidad de superación le ha hecho llegar a lo más alto en el deporte, competir en la UFC . Este ya acumula cinco duelos en la compañía y aprovecha ese inmenso foco para transmitir su mensaje. «Creo que lo primero para cualquiera que tenga una afección o se enfrente a algún tipo de prejuicio, es que no sienta el prejuicio. Yo ya no dejo que me afecte. El primer paso es ser capaz de quererse a uno mismo . Solo puedes dar a la gente lo que tienes».  

Melquizael Costa logró aceptarse como era y superar la depresión gracias a ver a otro peleador con su misma enfermedad en la UFC

Melquizael Costa, peleador de MMA con vitíligo ufc

Los niños, debido a su bajo conocimiento del mundo pueden resultar crueles. Ahí entra la labor de los padres para educarlos con los valores del respeto y la integración. Aun así, hay ocasiones en las que ellos también son víctimas de la ignorancia respecto a algunos temas. Esto es lo que le tocó vivir al brasileño Melquiazel Costa. Este sufre de una enfermedad de la piel que le hace perder la pigmentación llamada vitíligo. Aunque ahora está más aceptado, no es extraño que hace 20 años en Brasil fuera una condición desconocida. Esto no hizo más que ponerle trabas al pequeño Costa.

Fue cuando tenía solo cuatro años que su piel empezó a cambiar. Él continuaba comportándose como un niño normal, pero aquellos que compartían su entorno eran los que comenzaban a actuar diferente. Vio como un padre reprochaba a su hijo por acercarse a él, lo que le provocó una gran confusión. «La gente se confundía pensando que tenía lepra. No querían tocarme. Sentían náuseas por mí. Sufrí todo tipo de discriminación por eso», reveló el brasileño para ‘MMA Junkie’. Este sentimiento solo fue en aumento a lo largo de los años, lo que conllevó a una gran depresión y toda una serie de problemas mentales.

Ni siquiera sus propios padres pensaban que podría encontrar trabajo a causa de su «condición». La enfermedad ya no estaba solo en su piel, y la vergüenza lo hizo alejarse de las grandes concentraciones de población, pasando a vivir en una granja. «La depresión empezó a arraigar también en mí. Empecé a sentir por mí mismo lo que ellos sentían, asco. Las artes marciales fueron en realidad lo que me salvó de esto». Y es que el pequeño Costa comenzó a entrenar para ser capaz de defenderse del abuso escolar, algo que también le permitió integrarse en una comunidad.

Esto viró su vida en 180 grados, empezando a plantearse el ser un luchador profesional. La chispa que encendió la mecha llegó con el videojuego de la UFC, donde descubrió a otro luchador que también poseía vitíligo, Scott Jorgensen. «Me dije: ‘Joder, este tío es como yo, así que puedo ser un luchador de la UFC de verdad’. Finalmente encontré algo que puedo ser en mi vida». Esto hizo que destinara sus energías a la disciplina, así como empezar a cambiar la concepción que tenía de sí mismo. Algo que al principio resultaba una montaña para él era quitarse la camiseta al terminar sus sesiones de entrenamiento, un obstáculo que logró superar conforme su fuerza y autoestima aumentaban.

Melquizael Costa en uno de sus combates
UFC

Sin embargo, otro bache se cruzó en su camino. Su hermano falleció en un accidente de coche, lo que le hizo replantearse muchas cosas. «Cuando murió, murió creyendo que yo sería capaz de llegar a alguna parte. Me dije que lo haría por mí y por él. Eso me llevó a otro nivel y me motivó para seguir adelante». Todo esto marcó un antes y después en su vida, aceptándose tal y como era y dejando solo espacio para los pensamientos positivos. En la entrevista con ‘MMA Junkie’ deja claro que ya no se avergüenza más: «Me encanta mi aspecto. No me imagino siendo de otra manera. Hoy me encanta hacerme fotos. Me encanta presentarme. Todo el mundo me mira. Eso me enorgullece».

Ahora, Melquizael Costa se ha convertido en un ejemplo para otras personas que padecen su misma enfermedad, admitiendo que muchos fanáticos acuden a sus peleas por compartir el vitíligo. Su historia y capacidad de superación le ha hecho llegar a lo más alto en el deporte, competir en la UFC. Este ya acumula cinco duelos en la compañía y aprovecha ese inmenso foco para transmitir su mensaje. «Creo que lo primero para cualquiera que tenga una afección o se enfrente a algún tipo de prejuicio, es que no sienta el prejuicio. Yo ya no dejo que me afecte. El primer paso es ser capaz de quererse a uno mismo. Solo puedes dar a la gente lo que tienes».

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