Legia de Varsovia – Betis: Naufragio en Europa antes del derbi (1-0)

Decepción mayor del Betis en el primero de los partidos de la fase de liga de la UEFA Conference League, el disputado este jueves en Varsovia ante un Legia que se aprovechó de la pasividad verdiblanca en una acción a balón parado muy mal defendida, y luego minimizó cualquier aproximación ofensiva de los de Pellegrini, quien debió tomarse más en serio la competición desde el minuto uno, alineando un equipo que fuese más sólido desde el principio y letal en fase de remate. Inicia su andadura continental en este nuevo formato sin sumar el conjunto verdiblanco, que achacó la falta de lucidez en el centro, la claridad en los últimos metros y llega con malas sensaciones al derbi, que es otra historia, por más que el que empezara hoy fuera un once lleno de rotaciones. Porque el derbi será otra historia.A la avenida de Czerniakowska, vía de acceso al estadio del Ejército Polaco, se llega atravesando el pulmón verde que es La Palmera. Será acaso esa la única explicación que se brinda a la presencia de los casi 500 verdiblancos que acudieron a la llamada continental de su Betis. Esa llamada jamás se declina , porque cuesta un mundo recibirla y muy poco no darle el sitio que se merece. Llegaron apiñados en el 02, en el 03, en el 06. También en el 34. ¿Pueden imaginarlo? Centenares de béticos fletaron varios autobuses públicos polacos y cantaron aquella, la del United, para encender el ambiente antes de pisar territorio enemigo: «Yo soy del Betis, señor / cantemos todos con alegría / y aunque no salgas campeón / el sentimiento nunca se olvida». Bufandas sobresalían por los ventanales, ilusiones de tela desparramadas se colaban entre las rotondas. Volvía el EuroBetis y había que estar a la altura de un nuevo estreno. Por eso nadie entendió que más allá de la baja de Lo Celso, Pellegrini pensase más en el derbi y revolucionase el once: portería para Adrián, lateral y brazalete para Aitor, que fueron los mejores a la postre, eje de la zaga para Mendy y punta para Vitor Roque, ergo Bakambu ya podía ir sacando su papeleta de sitio para salir por Nervión este domingo a las 18.30.El partido correspondía a la Conference pero el ambiente era digno de Champions. Los ultras bálticos en la famosa tribuna de Zyleta desplegaron un tifo enorme con un toro rumiante rodeado de bengalas rojas que perseguía a una especie de pamplonicas heliopolitanos. O heliopolitanos pamplonicas. Parecían más bien irlandeses. Ni la nube de humo iba a impedir que tras el tardío pitido inicial, los béticos buscaran centrarse en lo verdaderamente importante: imponer su modelo de juego, pivotar sobre su posesión con las líneas bien juntas por mor de la amplitud de sus laterales y sus ganas de disponer de una ventaja que otorgase autoridad sobre el tapete. Pero es que eso no pasó. Lo que sí halló entre líneas fue la personalidad de un Cardoso que junto a Altimira fue de lo mejor en el arranque, motor de las transiciones y pegamento en la medular junto a un Fornals llamado a que no se añorase demasiado a Lo Celso. Pero es que suplir la ausencia del argentino, más que imposible, es toda una quimera que el Betis esta noche de jueves no debía permitirse.Altimira probaba a Tobiasz con un primer tiro de presentación y el Legia apenas inquietaba el arco de Adrián, cuando Vitor Roque por partida doble firmaba aproximaciones sin demasiado peligro. La cuestión era dar vivas señales de ser un equipo inquieto en Polonia, para cuando la patrulla de Gonçalo Feio se confiase, asestar el primer golpe. Y nada más lejos de la realidad: córner desde la izquierda que colgaba Kaputska y es Kapuadi quien marcaba sin apenas oposición el crudo 1-0. Pudieron marcar tres posibles anotadores que estaban habilitados. La defensa zonal del Betis dejaba muchísimo que desear en una acción cuya pasividad puede costar puntos en Europa, y no nos engañemos: también puede decidir derbis. Eso conviene entenderlo a principios de octubre y no a finales de mayo. Una lección que los verdiblancos deben atender más allá de las rotaciones que se hagan. Pekhart volvía a poner por momentos nerviosa a la defensa verdiblanca, de no ser porque su acción estaba invalidada por fuera de juego. No en vano contestaba sin tino Vitor Roque y Juanmi se enrocaba en el área cuando todo se aclaraba para él. Nada. Parecía que los de Pellegrini pensaban más en ganarse su sitio individual en el derbi que de izar la bandera del triunfo colectivo en Varsovia.El orgullo propio de AitorLa horizontalidad hacía mella en las pobres ambiciones del grupo de Pellegrini, ajeno a toda la verticalidad de la que venía presumiendo en LaLiga. Hasta que recién iniciado el segundo tiempo, es Aitor Ruibal quien coge la sartén por el mango y, tras recoger un balón en el centro del campo, tira de eslalon para llegar hasta el área y sacar un disparo cruzado que pedía aplauso tras irse de varios. Aitor, siempre Aitor , para romper al menos con esa monotonía de querer y no poder, de la necesidad de romper las férreas líneas locales, y de no encontrar sobre todo ese perfil diferencial que asista y vea el hueco antes que el pase, y no al revés. La sensación era amarga ante un contrario, el séptimo en la liga polaca, que debía ser más que inferior en cualquier realidad. De ahí que antes de la hora de juego Pellegrini renovase por completo el ataque, introduciendo a Bakambu, Abde y al canterano Dani Pérez para ganar más frescura y desborde, por entonces inexistente. Y Fornals, servicio invisible en Varsovia, pasaba a banda y luego al banquillo, porque lo suyo ya es preocupante. Estaba providencial Aitor en esas, tanto como errático Mendy en una cesión peligrosa que cazó el Legia para armar el contragolpe para la finalización de Morishita, que casi hacía el 2-0. Pero el Betis seguía vivo y con fuerzas de apretar. No así de concretar.Espabilaba al tanto con el triple cambio y era Aitor quien se escurría por el carril diestro para servir un buen centro a Bakambu, cuyo remate no fue todo lo limpio que pedía la acción. Algo diferente intentaría Abd e , esa linda y mendigada jugadita, que escribía Galeano, para quebrar a su par y buscar el chut. Volvía la pelota a ser dominio del conjunto bético, que veía en el marroquí la mejor opción para reequilibrar la cita. El problema estaba en que percutía descaradamente por la izquierda, con el insistente Abde, en vez de comenzar por la derecha para acabar sorprendiendo por su término o buscar algún centro lateral de enjundia para fabricar rechaces. Cero capacidad imaginativa pese a la revolución ofensiva que casi costaba hasta la segunda diana en contra, de no ser por la mano que Adrián sacaba ante el disparo de Augustyniak . La elaboración era la justa en todo un escenario más exigente de lo que se vende como es la Conference, donde los verdiblancos concedieron y luego no fueron capaces de perforar la meta polaca, siendo Aitor el más persistente y quizá de lo único salvable junto a Adrián en una noche para olvidar en la capital de Polonia. La próxima cita europea será ante el Copenhague, pero eso ya será en el Villamarín, y sólo después de lo que pase en Nervión y en El Sadar. Naufragio en Europa en todo caso antes del derbi. Decepción mayor del Betis en el primero de los partidos de la fase de liga de la UEFA Conference League, el disputado este jueves en Varsovia ante un Legia que se aprovechó de la pasividad verdiblanca en una acción a balón parado muy mal defendida, y luego minimizó cualquier aproximación ofensiva de los de Pellegrini, quien debió tomarse más en serio la competición desde el minuto uno, alineando un equipo que fuese más sólido desde el principio y letal en fase de remate. Inicia su andadura continental en este nuevo formato sin sumar el conjunto verdiblanco, que achacó la falta de lucidez en el centro, la claridad en los últimos metros y llega con malas sensaciones al derbi, que es otra historia, por más que el que empezara hoy fuera un once lleno de rotaciones. Porque el derbi será otra historia.A la avenida de Czerniakowska, vía de acceso al estadio del Ejército Polaco, se llega atravesando el pulmón verde que es La Palmera. Será acaso esa la única explicación que se brinda a la presencia de los casi 500 verdiblancos que acudieron a la llamada continental de su Betis. Esa llamada jamás se declina , porque cuesta un mundo recibirla y muy poco no darle el sitio que se merece. Llegaron apiñados en el 02, en el 03, en el 06. También en el 34. ¿Pueden imaginarlo? Centenares de béticos fletaron varios autobuses públicos polacos y cantaron aquella, la del United, para encender el ambiente antes de pisar territorio enemigo: «Yo soy del Betis, señor / cantemos todos con alegría / y aunque no salgas campeón / el sentimiento nunca se olvida». Bufandas sobresalían por los ventanales, ilusiones de tela desparramadas se colaban entre las rotondas. Volvía el EuroBetis y había que estar a la altura de un nuevo estreno. Por eso nadie entendió que más allá de la baja de Lo Celso, Pellegrini pensase más en el derbi y revolucionase el once: portería para Adrián, lateral y brazalete para Aitor, que fueron los mejores a la postre, eje de la zaga para Mendy y punta para Vitor Roque, ergo Bakambu ya podía ir sacando su papeleta de sitio para salir por Nervión este domingo a las 18.30.El partido correspondía a la Conference pero el ambiente era digno de Champions. Los ultras bálticos en la famosa tribuna de Zyleta desplegaron un tifo enorme con un toro rumiante rodeado de bengalas rojas que perseguía a una especie de pamplonicas heliopolitanos. O heliopolitanos pamplonicas. Parecían más bien irlandeses. Ni la nube de humo iba a impedir que tras el tardío pitido inicial, los béticos buscaran centrarse en lo verdaderamente importante: imponer su modelo de juego, pivotar sobre su posesión con las líneas bien juntas por mor de la amplitud de sus laterales y sus ganas de disponer de una ventaja que otorgase autoridad sobre el tapete. Pero es que eso no pasó. Lo que sí halló entre líneas fue la personalidad de un Cardoso que junto a Altimira fue de lo mejor en el arranque, motor de las transiciones y pegamento en la medular junto a un Fornals llamado a que no se añorase demasiado a Lo Celso. Pero es que suplir la ausencia del argentino, más que imposible, es toda una quimera que el Betis esta noche de jueves no debía permitirse.Altimira probaba a Tobiasz con un primer tiro de presentación y el Legia apenas inquietaba el arco de Adrián, cuando Vitor Roque por partida doble firmaba aproximaciones sin demasiado peligro. La cuestión era dar vivas señales de ser un equipo inquieto en Polonia, para cuando la patrulla de Gonçalo Feio se confiase, asestar el primer golpe. Y nada más lejos de la realidad: córner desde la izquierda que colgaba Kaputska y es Kapuadi quien marcaba sin apenas oposición el crudo 1-0. Pudieron marcar tres posibles anotadores que estaban habilitados. La defensa zonal del Betis dejaba muchísimo que desear en una acción cuya pasividad puede costar puntos en Europa, y no nos engañemos: también puede decidir derbis. Eso conviene entenderlo a principios de octubre y no a finales de mayo. Una lección que los verdiblancos deben atender más allá de las rotaciones que se hagan. Pekhart volvía a poner por momentos nerviosa a la defensa verdiblanca, de no ser porque su acción estaba invalidada por fuera de juego. No en vano contestaba sin tino Vitor Roque y Juanmi se enrocaba en el área cuando todo se aclaraba para él. Nada. Parecía que los de Pellegrini pensaban más en ganarse su sitio individual en el derbi que de izar la bandera del triunfo colectivo en Varsovia.El orgullo propio de AitorLa horizontalidad hacía mella en las pobres ambiciones del grupo de Pellegrini, ajeno a toda la verticalidad de la que venía presumiendo en LaLiga. Hasta que recién iniciado el segundo tiempo, es Aitor Ruibal quien coge la sartén por el mango y, tras recoger un balón en el centro del campo, tira de eslalon para llegar hasta el área y sacar un disparo cruzado que pedía aplauso tras irse de varios. Aitor, siempre Aitor , para romper al menos con esa monotonía de querer y no poder, de la necesidad de romper las férreas líneas locales, y de no encontrar sobre todo ese perfil diferencial que asista y vea el hueco antes que el pase, y no al revés. La sensación era amarga ante un contrario, el séptimo en la liga polaca, que debía ser más que inferior en cualquier realidad. De ahí que antes de la hora de juego Pellegrini renovase por completo el ataque, introduciendo a Bakambu, Abde y al canterano Dani Pérez para ganar más frescura y desborde, por entonces inexistente. Y Fornals, servicio invisible en Varsovia, pasaba a banda y luego al banquillo, porque lo suyo ya es preocupante. Estaba providencial Aitor en esas, tanto como errático Mendy en una cesión peligrosa que cazó el Legia para armar el contragolpe para la finalización de Morishita, que casi hacía el 2-0. Pero el Betis seguía vivo y con fuerzas de apretar. No así de concretar.Espabilaba al tanto con el triple cambio y era Aitor quien se escurría por el carril diestro para servir un buen centro a Bakambu, cuyo remate no fue todo lo limpio que pedía la acción. Algo diferente intentaría Abd e , esa linda y mendigada jugadita, que escribía Galeano, para quebrar a su par y buscar el chut. Volvía la pelota a ser dominio del conjunto bético, que veía en el marroquí la mejor opción para reequilibrar la cita. El problema estaba en que percutía descaradamente por la izquierda, con el insistente Abde, en vez de comenzar por la derecha para acabar sorprendiendo por su término o buscar algún centro lateral de enjundia para fabricar rechaces. Cero capacidad imaginativa pese a la revolución ofensiva que casi costaba hasta la segunda diana en contra, de no ser por la mano que Adrián sacaba ante el disparo de Augustyniak . La elaboración era la justa en todo un escenario más exigente de lo que se vende como es la Conference, donde los verdiblancos concedieron y luego no fueron capaces de perforar la meta polaca, siendo Aitor el más persistente y quizá de lo único salvable junto a Adrián en una noche para olvidar en la capital de Polonia. La próxima cita europea será ante el Copenhague, pero eso ya será en el Villamarín, y sólo después de lo que pase en Nervión y en El Sadar. Naufragio en Europa en todo caso antes del derbi.  

Crónica

Conference League

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