Nueve misas en honor al fallecido pontífice, incluida la celebrada en el funeral del sábado, marcarán la cuenta atrás hasta la última prevista el 4 de mayo, que dejará paso al cónclave, posiblemente el día después Leer Nueve misas en honor al fallecido pontífice, incluida la celebrada en el funeral del sábado, marcarán la cuenta atrás hasta la última prevista el 4 de mayo, que dejará paso al cónclave, posiblemente el día después Leer
Los novendiales (nueve días de luto) es como tradicionalmente se conoce al período de transición hasta la elección de un nuevo Papa. Nueve misas en honor al fallecido pontífice, incluida la celebrada en el funeral del sábado, marcan la cuenta atrás hasta la última prevista el 4 de mayo, que dejará paso al cónclave, posiblemente el día después.
El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y uno de los favoritos la sucesión de Francisco, ha oficiado precisamente la primera misa el domingo, a las 10,30 de la mañana, en la basílica de San Pedro. La ceremonia contó con la presencia multitudinaria de jóvenes congregados para el Jubileo del 2025. La canonización de Carlo Acutis, conocido como el influencer de Dios, estaba también prevista para el 27 de abril, pero ha quedado suspendida hasta nuevo aviso por la muerte del Papa.
Este domingo se abrió al público a las siete de la mañana y estará abierta durante 12 horas la basílica de Santa María la Mayor, donde han acudido unos 30.000 fieles este domingo para visitar la tumba de Franciscus, como reza desde el sábado en la lápida grabada en piedra de Liguria. A las cuatro de la tarde, llegó un numeroso grupo de cardenales, entre ellos los 135 electores (menores de 80 años) que participarán en el cónclave, para rendir un homenaje al pontífice y rezar ante su tumba.
La Congregación General de Cardenales se volverá a reunir entre tanto el lunes por la mañana en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano. Durante el período de transición, la congregación general cubre el vacío de poder, con el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell asumiendo temporalmente el timón de la Iglesia.
El calendario de las novendiales avanzará entre tanto el lunes con una nueva misa la cinco de la tarde, oficiada por el cardenal Baldassate Reina, vicario general de Su Santidad para la diócesis de Roma. El martes, a la misma hora, habrá otra liturgia presidida por el cardenal Mauro Gambetti, arcipestre de la basílica de San Pedro.
Leonardo Sandri, videdecano del Colegio Cardenalicio, presidirá la misa vespertina del miércoles, y el jueves recogerá el testigo el argentino Victor Manuel Tucho Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
El séptimo día, viernes, le llegará el turno al cardenal Claudio Gugertti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales. El cardenal español Ángel Fernández Artime (Luanco, 1960) oficiará la penúltima misa en calidad de pro-prefecto del Dicasterio para los Institutos de la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
La última ceremonia la presidirá el cardenal de origen marroquí Dominique Mamberti, protodiácono del Colegio Cardenalicio, que será el encargado de proclamar el «Habemus Papam» cuando se consume la elección del sucesor de Francisco, a quien también impondrá el palio en la misa de inicio de su pontificado.
El cónclave se celebra tradicionalmente entre los quince y veinte días después del fallecimiento del Papa. La consigna «Extra omnes» se aplicará rigurosamente a los cardenales mayores de 80 años, excluidos del proceso de elección del nuevo pontífice. Los cardenales electores quedarán totalmente aislados del mundo exterior y serán privados de sus móviles y cualquier otro dispositivo para comunicarse con el mundo exterior mientras dura del proceso.
Habrá un máximo de cuatro votaciones diarias, dos por la mañana y dos por la tarde, y dos fumatas (una al mediodía y otra sobre las siete de la tarde) que serán negras hasta que uno de los candidatos sobrepase el listón de dos tercios de los votos, anunciado finalmente con la simbólica fumata blanca.
Según las reglas de la votación promulgadas por Juan Pablo II en 1996 y modificadas por Benedicto XVI en el 2004, si se llega a 33 o 34 votaciones sin un resultado, se disputará una final entre los dos candidatos más votados, aunque seguirá siendo necesaria la mayoría de dos tercios. Francisco, el Papa que vino del fin del mundo, fue elegido al quinto escrutinio el segundo día en el 2013.
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