Más de letras que de números

A falta de un partido para el final de la primera vuelta, el que se disputará en el frío, y casi congelado clasificatoriamente, Valladolid, el Real Betis goza de una posición cómoda en la tabla, que resulta incómoda a su afición, acostumbrada en las últimas temporadas a ver a su equipo como animador de la competición, algo no susceptible de confundir con palmero. Cinco puntos lo separan de los puestos europeos.Una novena plaza que viene a ser reflejo de su estadísticas totales, esas que no ganan partidos pero que sí sirven de referencia para entender por qué no se ganaron. En la cumbre del perogrullo, los goles: si encajas más de los que metes, aunque sólo sea uno en verdiblanco, resulta complicado que te salgan los números, sobre todo si lo son con cuentagotas tanto a favor como en contra. Pero hasta verlos en las redes ajenas o en las propias hay datos que ayudan a entenderlo.Manuel Pellegrini decía esta semana que la presencia de Isco y Lo Celso en las alineaciones procuraría más oportunidades de marcar a sus compañeros. Puso el dedo en una de las llagas hasta ahora, aparte del desacierto en la culminación. El equipo es decimotercero en esa faceta del juego, promediando menos que el estándar de la Liga y sin un integrante del plantel entre los primeros quince intendentes del gol. Podía haberlo sido Lo Celso, pero el argentino fue en eso Juan Palomo, se lo guisó y se lo comió él solo. Vean: figura entre los primeros en tantos marcados (7), pero también en los que más disparan (22), más lo hacen entre palos (13), más duelos ganan (82) o más faltas reciben (3.3 por partido).Ocurre que en defensa entra en contradicciones. Por una parte es el líder en intercepciones (10.4 cuando el promedio global es 8.3), pero peca de ingenuo en las faltas tácticas, esas que ahorran problemas luego a la zaga (decimoquinto entre los más correosos). Y no gustan de las alturas: ningún jugador entre los más eficaces en duelos aéreos. Que sólo Chimmy Ávila, un delantero, aparezca entre los 50 más tarjeteados denota demasiada «amabilidad». A falta de un partido para el final de la primera vuelta, el que se disputará en el frío, y casi congelado clasificatoriamente, Valladolid, el Real Betis goza de una posición cómoda en la tabla, que resulta incómoda a su afición, acostumbrada en las últimas temporadas a ver a su equipo como animador de la competición, algo no susceptible de confundir con palmero. Cinco puntos lo separan de los puestos europeos.Una novena plaza que viene a ser reflejo de su estadísticas totales, esas que no ganan partidos pero que sí sirven de referencia para entender por qué no se ganaron. En la cumbre del perogrullo, los goles: si encajas más de los que metes, aunque sólo sea uno en verdiblanco, resulta complicado que te salgan los números, sobre todo si lo son con cuentagotas tanto a favor como en contra. Pero hasta verlos en las redes ajenas o en las propias hay datos que ayudan a entenderlo.Manuel Pellegrini decía esta semana que la presencia de Isco y Lo Celso en las alineaciones procuraría más oportunidades de marcar a sus compañeros. Puso el dedo en una de las llagas hasta ahora, aparte del desacierto en la culminación. El equipo es decimotercero en esa faceta del juego, promediando menos que el estándar de la Liga y sin un integrante del plantel entre los primeros quince intendentes del gol. Podía haberlo sido Lo Celso, pero el argentino fue en eso Juan Palomo, se lo guisó y se lo comió él solo. Vean: figura entre los primeros en tantos marcados (7), pero también en los que más disparan (22), más lo hacen entre palos (13), más duelos ganan (82) o más faltas reciben (3.3 por partido).Ocurre que en defensa entra en contradicciones. Por una parte es el líder en intercepciones (10.4 cuando el promedio global es 8.3), pero peca de ingenuo en las faltas tácticas, esas que ahorran problemas luego a la zaga (decimoquinto entre los más correosos). Y no gustan de las alturas: ningún jugador entre los más eficaces en duelos aéreos. Que sólo Chimmy Ávila, un delantero, aparezca entre los 50 más tarjeteados denota demasiada «amabilidad».  

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