El temporal ha causado el derrumbe de 59.000 casas, resultando otras 150.000 resultaron dañadas, al igual que carreteras y más de un centenar de puentes Leer El temporal ha causado el derrumbe de 59.000 casas, resultando otras 150.000 resultaron dañadas, al igual que carreteras y más de un centenar de puentes Leer
Los rescatistas se apresuran a reubicar en refugios seguros, como escuelas, recintos militares y hospitales, a miles de vecinos de las aldeas del distrito montañoso de Miyun, al norte de Pekín. Las fuertes lluvias no han dado tregua en los últimos cinco días, provocando mortales inundaciones y deslizamientos de tierra. Otros suburbios de la capital también están sufriendo el peor desastre natural que sacude en más de una década el centro político de China.
Este martes, las autoridades informaron que el número de muertos por las recientes inundaciones en Pekín asciende a 33, incluidos cinco rescatistas, mientras que cerca de una veintena de personas están desaparecidas.
Casi todas las víctimas se han reportado en Miyun. El vicealcalde Xia Linmao explicó en una rueda de prensa que el temporal ha causado el derrumbe de 59.000 casas, mientras que otras 150.000 resultaron dañadas, al igual que carreteras y más de un centenar de puentes.
Las lluvias récord, que han azotado Pekín durante este mes de julio, se intensificaron el fin de semana, devastando áreas muy pobladas en las afueras de la ciudad. Más de 80.000 vecinos han sido evacuados y el presidente chino, Xi Jinping, ha hecho un llamamiento para que se incrementen los operativos de rescate para encontrar a los desaparecidos.
El desbordado embalse de Miyun, el más grande de la región, donde desembocan los ríos Chaohe y Baihe, había alcanzado hoy niveles récords con 6.550 metros cúbicos, llegando a su nivel más alto desde su construcción en 1959. Las inundaciones de Pekín son tendencia en las redes sociales chinas, donde circulan decenas de vídeos en los que se aprecia cómo el agua arrastra los coches y derriba árboles y postes de luz en muchas aldeas.
«Existe un riesgo extremadamente alto de inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y deslaves en áreas montañosas y accidentada», reza un aviso municipal de Pekín dirigido a toda la ciudad. Todas las atracciones turísticas, desde la Ciudad Prohibida a la Gran Muralla, se han cerrado. El suministro eléctrico se ha interrumpido en algunos distritos periféricos. Alrededor de 130 aldeas se han quedado sin electricidad. Imágenes de la televisión estatal china mostraban a los rescatistas sacando de una residencia a varios ancianos, que salían caminando mientras el agua les cubría hasta el pecho.
Otras partes de China también han sufrido graves inundaciones que han dejado muchos fallecidos. En la provincia de Hebei, colindante con Pekín, se reportaron el lunes 15 muertos y 22 desaparecidos. Más al noreste, en la provincia de Jilin, el domingo se informó de 14 muertos.
Cada año, sobre todo en la temporada de tifones en verano, abundan las noticias sobre inundaciones letales en el segundo país más poblado del mundo, hogar de más de 1.100 millones de personas. Pero los expertos sostienen que el impacto del cambio climático está agravando los fenómenos meteorológicos extremos, provocando desastres cada vez más frecuentes y mortales.
Las inundaciones más destructivas que se recuerdan en China ocurrieron 1998 y dejaron más de 4.000 muertos a lo largo de las poblaciones que rodean al río Yangtze. Hace cuatro años, otra oleada de lluvias récord causaron estragos sobre todo en la provincia central de Henan, con más de 300 fallecidos.
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