Merkel revela en sus memorias que Trump le preguntó por Putin en su primer encuentro

La ex canciller alemana repasa su carrera en su nuevo libro ‘Freiheit. Recuerdos 1954-2021’, en el que desvela la tensa relación entre Berlín y Washington durante el primer mandato del republicano y la razón por la que cree que el Nord Stream 2 siempre ha sido políticamente conveniente Leer La ex canciller alemana repasa su carrera en su nuevo libro ‘Freiheit. Recuerdos 1954-2021’, en el que desvela la tensa relación entre Berlín y Washington durante el primer mandato del republicano y la razón por la que cree que el Nord Stream 2 siempre ha sido políticamente conveniente Leer  

En 2017, el presidente estadounidense Donald Trump, recién elegido, recibió en el Despacho Oval a la canciller Angela Merkel. Ya en ese primer encuentro, le preguntó por sus relaciones con el líder del Kremlin, Vladimir Putin. «Obviamente, estaba muy fascinado por el presidente ruso. En los años siguientes, tuve la impresión de que los políticos con rasgos autocráticos y dictatoriales le cautivaban», escribe Merkel en sus memorias, un libro que ella misma presentará en un teatro con público el próximo martes.

No es el único fragmento dedicado a Trump que se ha filtrado de las cerca de 700 páginas del libro, titulado Libertad. Recuerdos 1954-2021. «Hablamos en dos niveles diferentes: Trump, en el nivel emocional; yo, en el nivel de los hechos… Él no parecía tener intención de resolver los problemas de los que hablábamos», recuerda Merkel. Su impresión es que Trump «lo veía todo desde la perspectiva de un empresario inmobiliario que quiere un terreno. Para él, todos los países competían entre sí; el éxito de uno era el fracaso del otro. No creía que la prosperidad de todos pudiera aumentar mediante la cooperación».

La relación entre ambos siempre fue tensa. «Trump había criticado repetidamente a Alemania y a mí personalmente durante la campaña electoral», según cita el semanario Die Zeit de las memorias de Merkel. «Afirmó que yo había arruinado a Alemania al acoger a tantos refugiados en 2015 y 2016, nos acusó de gastar demasiado poco dinero en defensa y nos señaló por prácticas comerciales desleales debido a nuestro superávit comercial con Estados Unidos«. Merkel tuvo la sensación de que Trump «intentaba hacer sentir culpable a su interlocutor. Cuando se dio cuenta de que yo me oponía enérgicamente a él, puso fin bruscamente a su diatriba y cambió de tema. Al mismo tiempo, me dio la impresión de que también quería complacer a su interlocutor».

Merkel se ha mantenido al margen de la vida pública desde que dejó el poder en 2021. Se ha negado sistemáticamente a comentar la actualidad política e incluso ha renunciado a defenderse del balance negativo que se ha hecho de sus 16 años de gobierno, incluidos los nuevos líderes de su propio partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU).

La acusación más recurrente ha sido por permitir la construcción del gasoducto Nord Stream 2 en el mar del Norte, un proyecto que contó desde el principio con la oposición de Estados Unidos y de los países que servían de tránsito al gas ruso que llegaba vía terrestre a Alemania. El gasoducto fue saboteado presuntamente por Ucrania e inutilizado para siempre, ya con Merkel fuera del poder.

La ex canciller aborda esa cuestión en sus memorias, escritas junto con quien ha sido su jefa de oficina durante muchos años, Beate Baumann. Sin embargo, en una entrevista con el semanario Der Spiegel, deja claro por qué no detuvo el proyecto del gasoducto Nord Stream 2 a pesar de la anexión rusa de Crimea en 2014: «Consideré que una de mis tareas era conseguir gas barato para la economía alemana» y «ahora estamos viendo las consecuencias de los altos precios de la energía para nuestro país».

También se refirió a la situación política del momento: «No habría tenido mayoría política para cancelar el comercio de gas con Rusia y, desde luego, ningún apoyo de la comunidad empresarial». Merkel rechaza, además, la idea de que estuviera ayudando a financiar el ataque de Rusia a Ucrania, dado que Moscú empezó la guerra sin que nunca fluyera gas a través de Nord Stream 2.

Merkel subrayó que siempre consideró el gasoducto políticamente conveniente. «En el nuevo orden tras la Guerra Fría, ¿cómo era posible mantener lazos con alguien como Putin, a quien algunos historiadores califican de revisionista? Pues intentando hacerle partícipe de la prosperidad».

En sus memorias, la canciller defiende su decisión de abrir las fronteras del país en respuesta a la crisis de los refugiados de 2015. «En aquel momento, sentí que habría perdido toda la credibilidad de los discursos dominicales sobre nuestros grandes valores en Europa y la dignidad humana», afirma. «La idea de instalar cañones de agua en la frontera alemana me parecía terrible y no habría sido una solución de todos modos».

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