La vida de Pape Gueye (Montreuil, 24 de enero de 1999) no ha sido sencilla. Sus padres se marcharon de Senegal para encontrar en Francia un trabajo que diera de comer a una familia de cinco hijos, y mientras lo hacían, él crecía con el objetivo de convertirse en el sostén de todos ellos. Lo logró, llegando a la élite del fútbol, pero por el camino encontró más piedras que alfombras. Hoy recibe con su Villarreal al Madrid (18.30 horas) y antes se sienta con ABC en una charla en castellano que muestra importantes avances con nuestra lengua.—¿A qué zona de Francia emigraron sus padres?—A Montreuil, una ciudad al este de la periferia de París, que es donde nací yo. Pero solo estuve un año. Luego nos mudamos a Blanc-Mesnil, cerca de la zona de Saint-Denis y con 13 años me fui a jugar a Le Havre. Ahora mi familia vive en una zona céntrica de París, a 20 minutos de los Campos Elíseos, junto a mis cuatro hermanos.—¿A qué se dedican sus padres?—Mi padre confeccionaba ropa típica de Senegal y de Francia y mi madre era limpiadora, pero ahora ya no trabajan gracias a donde yo he llegado. —¿Cómo fue su infancia en Blanc-Mesnil?—Tranquila, familiar y fútbol a todas horas. Era un niño feliz y allí tengo todavía muy buenos amigos.—¿Era buen niño?—Sí. Era tímido y no muy trabajador en la escuela, pero lo más importante para mis padres era mi comportamiento y el respeto hacia los profesores y los compañeros.—Dar de comer a cinco hijos no debe de ser sencillo.—Mis padres trabajaron muy duro por nosotros y por eso ahora yo tengo que devolvérselo. Es mi modo de darles las gracias. Me enorgullece la educación que me han dado y creo que ellos están muy contentos por mí. —Antes me ha dicho que usted se ha convertido en el sostén económico de su familia, pero no es habitual que un chaval de 25 años mantenga a sus hermanos y sus padres.—Para mí es un placer. Es mi familia, lo puedo y lo quiero hacer. Ahora yo tengo dinero y debo cuidar de ellos. Antes de que yo esté bien, mi familia tiene que estar bien. No es un peso, yo lo considero normal.Noticia Relacionada Fútbol estandar No España roza una quinta plaza para la Champions la próxima temporada Miguel Zarza Los resultados de los equipos españoles en las competiciones continentales del curso podrían llevar a ocho clubes a Europa el año próximo—Nació en Francia y estuvo en las inferiores de la selección gala, pero luego decidió jugar con Senegal, con la que ganó la Copa de África en 2021. ¿Cómo se gestó esa decisión?—Es una decisión que salió de mi corazón. Lo hablé con mis padres y les dije que no era solo una cuestión de fútbol, sino del después del fútbol y de lo que podía hacer yo por Senegal. Yo quiero hacer cosas por mi país, ahora y cuando me retire. Senegal es muy importante para mí y para mis padres. —¿En qué puede ayudar a su país?—Senegal es un país que está avanzando bastante. Cada vez que voy allí veo que las construcciones se han multiplicado. Tiene mucho potencial y los jóvenes tenemos que apoyar ese crecimiento para que cada vez la gente pueda vivir mejor.—¿Es importante allí el fútbol?—Senegal es un país que ama el fútbol. En las calles siempre hay niños jugando, aunque sea descalzos. La pasión de mi país por el fútbol me recuerda a la de Argentina.—Creció y debutó profesionalmente en el Le Havre. Su contrato terminaba allí en 2020 y ese año firmó como agente libre por el Watford. Era un salto importante ir a la Premier, pero aquello no fue como le dijeron que iba a ser y le cayó una multa de 2,5 millones de euros y cuatro meses de suspensión. ¿Qué pasó realmente?—Mi agente era un amigo de mis padres desde antes de que yo naciera. Había una relación de máxima confianza. Cuando iba a firmar por el Watford, de manera verbal me contó los detalles del contrato, pero lo hizo en inglés y yo no sabía casi nada de inglés. Luego, con el contrato ya firmado y una copia del mismo, pedimos una traducción al francés y resultó que nada de lo que me había dicho era verdad. Me engañó y me robó mi prima de fichaje. Además, firmé un contrato salarialmente descendente año a año y la primera temporada tenía que ir al filial del Watford. Por eso me negué a ir allí a pesar de haber firmado el contrato y acabé firmando otro con el Olympique de Marsella, ya con mi hermana mayor ejerciendo de agente. Fue un momento muy duro para mí y mi familia, y me sirvió de lección.—La FIFA le sancionó por incumplimiento de contrato y a pesar del recurso, el TAS confirmó esta sanción en el verano de 2023. ¿Cómo logró pagar esos 2,5 millones de multa?—Los pagó el Marsella. Me salvó a mí y a mi familia porque era mucho dinero y yo no tenía modo de pagarla.—Allí en Marsella, y luego también en los seis meses que estuvo en el Sevilla, coincidió con Sampaoli. ¿Es cierto que es el entrenador más malo que ha visto jugando al fútbol?—Sí, sí, como jugador es malísimo, pero es un entrenador top. Todo un personaje. En mi primer entrenamiento con él nos dijo: ‘Los jugadores que no son inteligentes no pueden jugar conmigo’. Y yo pensé, ‘para ser el primer mensaje, cuidado’. Dentro del campo es una persona seria, dura y trabajadora, pero fuera es cariñoso y amable.—¿Qué diferencias hay entre la liga francesa y la española?—La francesa es más física que técnica, por eso me gusta más España. Aquí todos los equipos juegan al fútbol, del portero al delantero, como hacía con Sampaoli en el Marsella. En Francia hay muchos equipos que no quieren el balón y solo buscan defender y pegar. Eso no pasa en España.—A su Villarreal le encanta jugar al fútbol. Partido complicado para el Madrid hoy, y encima con el cansancio acumulado de Champions.—Yo ya conocía a Marcelino de su etapa en el Marsella. Le encanta el juego de posesión y a los centrocampistas nos insiste en que debemos tener cuatro ojos. Contra el Madrid será un partido duro y complicado, pero para ellos también. Queremos jugar la Champions la próxima temporada. La vida de Pape Gueye (Montreuil, 24 de enero de 1999) no ha sido sencilla. Sus padres se marcharon de Senegal para encontrar en Francia un trabajo que diera de comer a una familia de cinco hijos, y mientras lo hacían, él crecía con el objetivo de convertirse en el sostén de todos ellos. Lo logró, llegando a la élite del fútbol, pero por el camino encontró más piedras que alfombras. Hoy recibe con su Villarreal al Madrid (18.30 horas) y antes se sienta con ABC en una charla en castellano que muestra importantes avances con nuestra lengua.—¿A qué zona de Francia emigraron sus padres?—A Montreuil, una ciudad al este de la periferia de París, que es donde nací yo. Pero solo estuve un año. Luego nos mudamos a Blanc-Mesnil, cerca de la zona de Saint-Denis y con 13 años me fui a jugar a Le Havre. Ahora mi familia vive en una zona céntrica de París, a 20 minutos de los Campos Elíseos, junto a mis cuatro hermanos.—¿A qué se dedican sus padres?—Mi padre confeccionaba ropa típica de Senegal y de Francia y mi madre era limpiadora, pero ahora ya no trabajan gracias a donde yo he llegado. —¿Cómo fue su infancia en Blanc-Mesnil?—Tranquila, familiar y fútbol a todas horas. Era un niño feliz y allí tengo todavía muy buenos amigos.—¿Era buen niño?—Sí. Era tímido y no muy trabajador en la escuela, pero lo más importante para mis padres era mi comportamiento y el respeto hacia los profesores y los compañeros.—Dar de comer a cinco hijos no debe de ser sencillo.—Mis padres trabajaron muy duro por nosotros y por eso ahora yo tengo que devolvérselo. Es mi modo de darles las gracias. Me enorgullece la educación que me han dado y creo que ellos están muy contentos por mí. —Antes me ha dicho que usted se ha convertido en el sostén económico de su familia, pero no es habitual que un chaval de 25 años mantenga a sus hermanos y sus padres.—Para mí es un placer. Es mi familia, lo puedo y lo quiero hacer. Ahora yo tengo dinero y debo cuidar de ellos. Antes de que yo esté bien, mi familia tiene que estar bien. No es un peso, yo lo considero normal.Noticia Relacionada Fútbol estandar No España roza una quinta plaza para la Champions la próxima temporada Miguel Zarza Los resultados de los equipos españoles en las competiciones continentales del curso podrían llevar a ocho clubes a Europa el año próximo—Nació en Francia y estuvo en las inferiores de la selección gala, pero luego decidió jugar con Senegal, con la que ganó la Copa de África en 2021. ¿Cómo se gestó esa decisión?—Es una decisión que salió de mi corazón. Lo hablé con mis padres y les dije que no era solo una cuestión de fútbol, sino del después del fútbol y de lo que podía hacer yo por Senegal. Yo quiero hacer cosas por mi país, ahora y cuando me retire. Senegal es muy importante para mí y para mis padres. —¿En qué puede ayudar a su país?—Senegal es un país que está avanzando bastante. Cada vez que voy allí veo que las construcciones se han multiplicado. Tiene mucho potencial y los jóvenes tenemos que apoyar ese crecimiento para que cada vez la gente pueda vivir mejor.—¿Es importante allí el fútbol?—Senegal es un país que ama el fútbol. En las calles siempre hay niños jugando, aunque sea descalzos. La pasión de mi país por el fútbol me recuerda a la de Argentina.—Creció y debutó profesionalmente en el Le Havre. Su contrato terminaba allí en 2020 y ese año firmó como agente libre por el Watford. Era un salto importante ir a la Premier, pero aquello no fue como le dijeron que iba a ser y le cayó una multa de 2,5 millones de euros y cuatro meses de suspensión. ¿Qué pasó realmente?—Mi agente era un amigo de mis padres desde antes de que yo naciera. Había una relación de máxima confianza. Cuando iba a firmar por el Watford, de manera verbal me contó los detalles del contrato, pero lo hizo en inglés y yo no sabía casi nada de inglés. Luego, con el contrato ya firmado y una copia del mismo, pedimos una traducción al francés y resultó que nada de lo que me había dicho era verdad. Me engañó y me robó mi prima de fichaje. Además, firmé un contrato salarialmente descendente año a año y la primera temporada tenía que ir al filial del Watford. Por eso me negué a ir allí a pesar de haber firmado el contrato y acabé firmando otro con el Olympique de Marsella, ya con mi hermana mayor ejerciendo de agente. Fue un momento muy duro para mí y mi familia, y me sirvió de lección.—La FIFA le sancionó por incumplimiento de contrato y a pesar del recurso, el TAS confirmó esta sanción en el verano de 2023. ¿Cómo logró pagar esos 2,5 millones de multa?—Los pagó el Marsella. Me salvó a mí y a mi familia porque era mucho dinero y yo no tenía modo de pagarla.—Allí en Marsella, y luego también en los seis meses que estuvo en el Sevilla, coincidió con Sampaoli. ¿Es cierto que es el entrenador más malo que ha visto jugando al fútbol?—Sí, sí, como jugador es malísimo, pero es un entrenador top. Todo un personaje. En mi primer entrenamiento con él nos dijo: ‘Los jugadores que no son inteligentes no pueden jugar conmigo’. Y yo pensé, ‘para ser el primer mensaje, cuidado’. Dentro del campo es una persona seria, dura y trabajadora, pero fuera es cariñoso y amable.—¿Qué diferencias hay entre la liga francesa y la española?—La francesa es más física que técnica, por eso me gusta más España. Aquí todos los equipos juegan al fútbol, del portero al delantero, como hacía con Sampaoli en el Marsella. En Francia hay muchos equipos que no quieren el balón y solo buscan defender y pegar. Eso no pasa en España.—A su Villarreal le encanta jugar al fútbol. Partido complicado para el Madrid hoy, y encima con el cansancio acumulado de Champions.—Yo ya conocía a Marcelino de su etapa en el Marsella. Le encanta el juego de posesión y a los centrocampistas nos insiste en que debemos tener cuatro ojos. Contra el Madrid será un partido duro y complicado, pero para ellos también. Queremos jugar la Champions la próxima temporada.
La vida de Pape Gueye (Montreuil, 24 de enero de 1999) no ha sido sencilla. Sus padres se marcharon de Senegal para encontrar en Francia un trabajo que diera de comer a una familia de cinco hijos, y mientras lo hacían, él crecía con el … objetivo de convertirse en el sostén de todos ellos. Lo logró, llegando a la élite del fútbol, pero por el camino encontró más piedras que alfombras. Hoy recibe con su Villarreal al Madrid (18.30 horas) y antes se sienta con ABC en una charla en castellano que muestra importantes avances con nuestra lengua.
—¿A qué zona de Francia emigraron sus padres?
—A Montreuil, una ciudad al este de la periferia de París, que es donde nací yo. Pero solo estuve un año. Luego nos mudamos a Blanc-Mesnil, cerca de la zona de Saint-Denis y con 13 años me fui a jugar a Le Havre. Ahora mi familia vive en una zona céntrica de París, a 20 minutos de los Campos Elíseos, junto a mis cuatro hermanos.
—¿A qué se dedican sus padres?
—Mi padre confeccionaba ropa típica de Senegal y de Francia y mi madre era limpiadora, pero ahora ya no trabajan gracias a donde yo he llegado.
—¿Cómo fue su infancia en Blanc-Mesnil?
—Tranquila, familiar y fútbol a todas horas. Era un niño feliz y allí tengo todavía muy buenos amigos.
—¿Era buen niño?
—Sí. Era tímido y no muy trabajador en la escuela, pero lo más importante para mis padres era mi comportamiento y el respeto hacia los profesores y los compañeros.
—Dar de comer a cinco hijos no debe de ser sencillo.
—Mis padres trabajaron muy duro por nosotros y por eso ahora yo tengo que devolvérselo. Es mi modo de darles las gracias. Me enorgullece la educación que me han dado y creo que ellos están muy contentos por mí.
—Antes me ha dicho que usted se ha convertido en el sostén económico de su familia, pero no es habitual que un chaval de 25 años mantenga a sus hermanos y sus padres.
—Para mí es un placer. Es mi familia, lo puedo y lo quiero hacer. Ahora yo tengo dinero y debo cuidar de ellos. Antes de que yo esté bien, mi familia tiene que estar bien. No es un peso, yo lo considero normal.
—Nació en Francia y estuvo en las inferiores de la selección gala, pero luego decidió jugar con Senegal, con la que ganó la Copa de África en 2021. ¿Cómo se gestó esa decisión?
—Es una decisión que salió de mi corazón. Lo hablé con mis padres y les dije que no era solo una cuestión de fútbol, sino del después del fútbol y de lo que podía hacer yo por Senegal. Yo quiero hacer cosas por mi país, ahora y cuando me retire. Senegal es muy importante para mí y para mis padres.
—¿En qué puede ayudar a su país?
—Senegal es un país que está avanzando bastante. Cada vez que voy allí veo que las construcciones se han multiplicado. Tiene mucho potencial y los jóvenes tenemos que apoyar ese crecimiento para que cada vez la gente pueda vivir mejor.
—¿Es importante allí el fútbol?
—Senegal es un país que ama el fútbol. En las calles siempre hay niños jugando, aunque sea descalzos. La pasión de mi país por el fútbol me recuerda a la de Argentina.
—Creció y debutó profesionalmente en el Le Havre. Su contrato terminaba allí en 2020 y ese año firmó como agente libre por el Watford. Era un salto importante ir a la Premier, pero aquello no fue como le dijeron que iba a ser y le cayó una multa de 2,5 millones de euros y cuatro meses de suspensión. ¿Qué pasó realmente?
—Mi agente era un amigo de mis padres desde antes de que yo naciera. Había una relación de máxima confianza. Cuando iba a firmar por el Watford, de manera verbal me contó los detalles del contrato, pero lo hizo en inglés y yo no sabía casi nada de inglés. Luego, con el contrato ya firmado y una copia del mismo, pedimos una traducción al francés y resultó que nada de lo que me había dicho era verdad. Me engañó y me robó mi prima de fichaje. Además, firmé un contrato salarialmente descendente año a año y la primera temporada tenía que ir al filial del Watford. Por eso me negué a ir allí a pesar de haber firmado el contrato y acabé firmando otro con el Olympique de Marsella, ya con mi hermana mayor ejerciendo de agente. Fue un momento muy duro para mí y mi familia, y me sirvió de lección.
—La FIFA le sancionó por incumplimiento de contrato y a pesar del recurso, el TAS confirmó esta sanción en el verano de 2023. ¿Cómo logró pagar esos 2,5 millones de multa?
—Los pagó el Marsella. Me salvó a mí y a mi familia porque era mucho dinero y yo no tenía modo de pagarla.
—Allí en Marsella, y luego también en los seis meses que estuvo en el Sevilla, coincidió con Sampaoli. ¿Es cierto que es el entrenador más malo que ha visto jugando al fútbol?
—Sí, sí, como jugador es malísimo, pero es un entrenador top. Todo un personaje. En mi primer entrenamiento con él nos dijo: ‘Los jugadores que no son inteligentes no pueden jugar conmigo’. Y yo pensé, ‘para ser el primer mensaje, cuidado’. Dentro del campo es una persona seria, dura y trabajadora, pero fuera es cariñoso y amable.
—¿Qué diferencias hay entre la liga francesa y la española?
—La francesa es más física que técnica, por eso me gusta más España. Aquí todos los equipos juegan al fútbol, del portero al delantero, como hacía con Sampaoli en el Marsella. En Francia hay muchos equipos que no quieren el balón y solo buscan defender y pegar. Eso no pasa en España.
—A su Villarreal le encanta jugar al fútbol. Partido complicado para el Madrid hoy, y encima con el cansancio acumulado de Champions.
—Yo ya conocía a Marcelino de su etapa en el Marsella. Le encanta el juego de posesión y a los centrocampistas nos insiste en que debemos tener cuatro ojos. Contra el Madrid será un partido duro y complicado, pero para ellos también. Queremos jugar la Champions la próxima temporada.
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