Lo primero: nada de agua dulce Lo primero: nada de agua dulce
Las picaduras están a la orden del día en verano. Estamos más o menos acostumbrados a las de los mosquitos, moscas o incluso tábanos (lava … con agua y jabón y no te rasques), pero con otras no sabemos muy qué hacer o hemos oído tantas cosas que al final dudamos. Es el caso de las picaduras de medusa, muy frecuentes en esta época del año.
«Primera enseñanza: nunca eches agua dulce porque favorecerás que los restos del animal que queden en la piel liberen más líquido urticante. Lava la zona con agua marina y, si ves algún tentáculo, intenta quitarlo. Lo ideal es hacerlo con unas pinzas, pero si no tienes a mano puedes usar un plástico (una tarjeta de crédito, por ejemplo).
Segunda enseñanza: nunca frotes o rasques la herida, ni con toallas ni con las manos, porque empeorará. Desinfecta las lesiones con un antiséptico tipo Betadine. Si duele o pica se pueden tomar antihistamínicos orales o un antiinflamatorio», explica la doctora Lucía Galán, conocida en redes sociales como ‘Lucía, mi pediatra’.
Garrapatas y tábanos
Otra picadura muy latosa es la de garrapata. Se deben retirar, preferiblemente con una pinza, siempre tirando hacia arriba. Es importante quitarlas cuanto antes y por completo porque dejar dentro la cabeza es un riesgo. En ese caso, sería necesario acudir a un centro de salud. «Si te muerde una garrapata se hace siempre un tratamiento de profilaxis con antibiótico porque el riesgo del contagio es muy alto».
La de los tábanos es otra picadura muy habitual. A diferencia de los mosquitos, no pican, muerden, por eso causan más dolor y una sensación de ardor aguda e inflamación. Los tábanos ‘atacan’ los colores oscuros, mientras que los mosquitos prefieren tonos más vivos. Un remedio eficaz para tratar la mordedura es lavar la zona afectada con agua y aplicar amoniaco.
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