El nombramiento de Rebeca Torró, de 44 años, como nueva secretaria de Organización del PSOE es la gran sorpresa de la remodelación de la dirección del partido. Su nombre apenas sonaba, ni en la política nacional en general ni siquiera en el ecosistema tan singular de la M-30 madrileña pese a que ejerce de secretaria de Estado de Industria desde hace dos años. A ese cargo llegó por su capacidad de gestión, que le llevó a ser designada con anterioridad consejera de Política Territorial en la Generalitat valenciana presidida por el socialista Ximo Puig. En su tierra, la Comunidad Valenciana, y en su pueblo, Ontinyent, sí es una política conocida y reconocida, aunque no popular.
La nueva secretaria de Organización despuntó en la gestión de la pandemia en la Comunidad Valenciana y por el papel que jugó para conseguir la inversión de la sede de la gigafactoría de Volkswagen
El nombramiento de Rebeca Torró, de 44 años, como nueva secretaria de Organización del PSOE es la gran sorpresa de la remodelación de la dirección del PSOE. Su nombre apenas sonaba en la política nacional en general y el ecosistema tan singular de la M-30 madrileña pese a que ejerce de secretaria de Estado de Industria desde hace dos años. Un cargo al que llegó por su capacidad de gestión, que le llevó a ser designada con anterioridad consejera de Política Territorial en la Generalitat Valenciana presidida por el socialista Ximo Puig. En su tierra, Valencia, y en su pueblo, Ontinyent, sí es una política conocida y reconocida, aunque no popular. Que haya ascendido en el escalafón de diferentes administraciones gobernadas por el PSOE por su perfil técnico no supone que se sienta incómoda en las responsabilidades orgánicas, su nueva prioridad como relevo de Santos Cerdán en cuanto el Comité Federal de este sábado le ratifique en el cargo. “Fue secretaria de Organización de su comarca con 23 años”, advierte un peso pesado de Ferraz para defender su valía frente a quienes alegan que es una dirigente anónima para el gran público y también para buena parte del partido. El formato elegido para el área de Organización, con tres adjuntos entre los que sobresale Paco Salazar, pivote clave de La Moncloa, ya hay quien lo interpreta dentro del PSOE como una prueba de que Torró no dispondrá de un poder omnímodo.
De carácter discreto, abierto y sociable, con una probada fidelidad al PSOE, Torró fue una persona clave en la elección como sede de la gigafactoría de baterías para coches eléctricos que Volkswagen está montando con una inversión superior a los 3.000 millones de euros. Cuando la Comunidad Valenciana estaba descartada, Torró envió una carta al presidente de SEAT ponderando las ventajas estratégicas de Sagunto y las facilidades que iba a dar el Gobierno autonómico. Lo hizo como secretaria autonómica de Economía Sostenible y su iniciativa abrió el camino para acoger la mayor inversión industrial en la autonomía desde la instalación de la factoría de Ford en Almussafes. “Es muy lista y no se rinde, le arrebató la inversión a Aragón cuando [Javier] Lambán la tenía prácticamente hecha”, valoran en la cúpula del PSPV. En las conversaciones posteriores con la multinacional, Torró se mostró como una negociadora cauta y hábil, muy preocupada por las filtraciones que molestaban especialmente a los alemanes.
La apuesta por Torró entra en la lógica de un partido, que se define desde 2021 como feminista y tiene en las mujeres a su principal electorado, horrorizado por las grabaciones de José Luis Ábalos y Koldo García. “Se le puede considerar la antisecretaria de Organización, en contraposición a lo que había”, explica una dirigente que le conoce desde hace décadas. “Lo que más falta hacía a las federaciones era volver a tener interlocución con Ferraz, que se había perdido”, abunda.
En 2020, Torró ya mostró su resolución cuando intermedió para lograr traer mascarillas y material sanitario en el peor momento de la pandemia del coronavirus, cuando los muertos se contaban por docenas cada día. Para ello, tiró de contactos en su pueblo, y habló con un empresario chino dedicado a la importación y exportación. Este primer gran contrato de emergencia por las mascarillas fue denunciado por el PP e investigado por la Agencia Antifraude, pero no ha trascendido que haya tenido más recorrido judicial.
Licenciada en Derecho, Torró se hizo un nombre en la política municipal. Fue la inseparable pareja política durante año de Jorge Rodríguez, actual alcalde de Ontinyent por el partido comarcal Ens Uneix que él mismo fundó. Ambos rompieron la hegemonía del PP y lograron la vara de mando a los socialistas. Pero la relación se truncó de manera traumática el día en que la Policía entró a registrar el domicilio de Rodríguez en 2018, cuando era presidente de la diputación de Valencia y uno de los jóvenes valores del PSPV-PSOE. Se investigaba un caso de corrupción política, de enchufismo en la institución, que quedó en nada (fue absuelto de todos los cargos en 2023). Torró y los socialistas valencianos intentaron que un imputado Rodríguez se presentara a la alcaldía en las elecciones de 2019, pero el entonces secretario de Organización del PSOE, el valenciano José Luis Ábalos, hoy investigado por corrupción, lo impidió.
Torró tuvo que elegir y se mantuvo leal al partido y al presidente valenciano, Ximo Puig, que le fue dando galones en su Gobierno y en el partido, hasta nombrarla portavoz socialista en Les Corts tras ganar las elecciones el PP. Duró apenas unos días, ante la llamada del Ejecutivo central. Ahora cogerá las riendas del partido, que antes llevaron otros políticos del PSPV-PSOE como Ciprià Ciscar, Leire Pajín y Ábalos. La apuesta por Torró responde a un pasado que Sánchez quiere dejar atrás y olvidar en su momento más bajo desde que es presidente.
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