Schroder finiquita a Turquía y Alemania se proclama campeona

Tras el ciclo ganador de la selección española, una nueva dinastía se ha alzado. Alemania , tras proclamarse campeona del mundo en 2023 y obtener un meritorio cuarto puesto en los Juegos de París 2024, se convirtió en campeona de Europa ante Turquía. La final, muy ajustada, estuvo decidida por Schroder en las posesiones finales. El base, que acabó con 16 puntos y 10 asistencias, enlazó seis tantos para erradicar la valentía otomana, que contó una vez más con una gran versión de Sengun (28). Sin embargo, el pívot erró el tiro decisivo y fueron los pupilos del español Álex Mumbrú los que reconquistaron un Eurobasket dos décadas después. La teórica superioridad alemana no hizo acto de presencia en la gran final. Duros y muy decididos, los turcos firmaron las primeras ventajas de renombre de la noche, bien liderados por Osman y, sobre todo, por el gran Sengun, pívot con alma de martillo cuando está bajo el aro pero sutil como una pluma cuando debe distribuir el balón a sus compañeros. En el otro bando, Wagner sí comandaba con pasión, pero los chicos de Mumbrú echaban en falta la irrupción de Schroder, astro de una manada que aspira a tomar el relevo de España como gran dinastía del baloncesto europeo. Los teutones, pese a las dificultades, conseguían mantenerse a flote, su clase media es la mejor del campeonato, con hombres secundarios como Bonga o Tristan da Silva que no dudan a la hora de asumir galones en los momentos candentes. El duelo era salvaje, la final soñada, mucha igualdad y con héroes por doquier. Cuando Turquía abría brecha, los alemanes contraatacaban con todo lo que tenían, y lo mismo ocurría en la situación opuesta. Tal era la fricción que el último acto se inauguró con una ventaja pírrica de los otomanos, de tan solo un punto. En el abismo, los nervios hicieron acto de presencia, los porcentajes en el tiro se desplomaron y las pérdidas en ambos bandos eran recurrentes. Obst , letal tirador, y Bonga, ambos desde la línea de tres, devolvieron el liderazgo a Alemania a falta de poco más de tres minutos para el final, aunque Sipahi minimizó el golpe con otro acierto desde la larga distancia. Noticia Relacionada Baloncesto estandar Si Del oro a la nada: las claves de la caída de España en el Eurobasket Javier AsprónTras un duelo algo descafeinado, al fin apareció el elegido alemán, un Schroder que primero firmó una bandeja con la izquierda estratosférica y que, poco después, dejó encaminado el título con una genial suspensión desde la línea de personal. Necesitaba un triple Turquía para forzar el empate y el encargado de lanzarlo fue Sengun. El pívot, sin embargo, se quedó corto y, pocos segundos después, Schroder finiquitó el combate con dos puntos más. Turquía vuelve a casa con honor, pero el baloncesto internacional y europeo pertenece ahora a la gran Alemania. Tras el ciclo ganador de la selección española, una nueva dinastía se ha alzado. Alemania , tras proclamarse campeona del mundo en 2023 y obtener un meritorio cuarto puesto en los Juegos de París 2024, se convirtió en campeona de Europa ante Turquía. La final, muy ajustada, estuvo decidida por Schroder en las posesiones finales. El base, que acabó con 16 puntos y 10 asistencias, enlazó seis tantos para erradicar la valentía otomana, que contó una vez más con una gran versión de Sengun (28). Sin embargo, el pívot erró el tiro decisivo y fueron los pupilos del español Álex Mumbrú los que reconquistaron un Eurobasket dos décadas después. La teórica superioridad alemana no hizo acto de presencia en la gran final. Duros y muy decididos, los turcos firmaron las primeras ventajas de renombre de la noche, bien liderados por Osman y, sobre todo, por el gran Sengun, pívot con alma de martillo cuando está bajo el aro pero sutil como una pluma cuando debe distribuir el balón a sus compañeros. En el otro bando, Wagner sí comandaba con pasión, pero los chicos de Mumbrú echaban en falta la irrupción de Schroder, astro de una manada que aspira a tomar el relevo de España como gran dinastía del baloncesto europeo. Los teutones, pese a las dificultades, conseguían mantenerse a flote, su clase media es la mejor del campeonato, con hombres secundarios como Bonga o Tristan da Silva que no dudan a la hora de asumir galones en los momentos candentes. El duelo era salvaje, la final soñada, mucha igualdad y con héroes por doquier. Cuando Turquía abría brecha, los alemanes contraatacaban con todo lo que tenían, y lo mismo ocurría en la situación opuesta. Tal era la fricción que el último acto se inauguró con una ventaja pírrica de los otomanos, de tan solo un punto. En el abismo, los nervios hicieron acto de presencia, los porcentajes en el tiro se desplomaron y las pérdidas en ambos bandos eran recurrentes. Obst , letal tirador, y Bonga, ambos desde la línea de tres, devolvieron el liderazgo a Alemania a falta de poco más de tres minutos para el final, aunque Sipahi minimizó el golpe con otro acierto desde la larga distancia. Noticia Relacionada Baloncesto estandar Si Del oro a la nada: las claves de la caída de España en el Eurobasket Javier AsprónTras un duelo algo descafeinado, al fin apareció el elegido alemán, un Schroder que primero firmó una bandeja con la izquierda estratosférica y que, poco después, dejó encaminado el título con una genial suspensión desde la línea de personal. Necesitaba un triple Turquía para forzar el empate y el encargado de lanzarlo fue Sengun. El pívot, sin embargo, se quedó corto y, pocos segundos después, Schroder finiquitó el combate con dos puntos más. Turquía vuelve a casa con honor, pero el baloncesto internacional y europeo pertenece ahora a la gran Alemania.  

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Los germanos se hacen con la corona europea tras una final decidida por el base en los últimos segundos (83-88)

Los jugadores alemanes celebran su triunfo en el Eurobasket reuters

Tras el ciclo ganador de la selección española, una nueva dinastía se ha alzado. Alemania, tras proclamarse campeona del mundo en 2023 y obtener un meritorio cuarto puesto en los Juegos de París 2024, se convirtió en campeona de Europa ante Turquía. La final, … muy ajustada, estuvo decidida por Schroder en las posesiones finales. El base, que acabó con 16 puntos y 10 asistencias, enlazó seis tantos para erradicar la valentía otomana, que contó una vez más con una gran versión de Sengun (28). Sin embargo, el pívot erró el tiro decisivo y fueron los pupilos del español Álex Mumbrú los que reconquistaron un Eurobasket dos décadas después.

La teórica superioridad alemana no hizo acto de presencia en la gran final. Duros y muy decididos, los turcos firmaron las primeras ventajas de renombre de la noche, bien liderados por Osman y, sobre todo, por el gran Sengun, pívot con alma de martillo cuando está bajo el aro pero sutil como una pluma cuando debe distribuir el balón a sus compañeros. En el otro bando, Wagner sí comandaba con pasión, pero los chicos de Mumbrú echaban en falta la irrupción de Schroder, astro de una manada que aspira a tomar el relevo de España como gran dinastía del baloncesto europeo.

Los teutones, pese a las dificultades, conseguían mantenerse a flote, su clase media es la mejor del campeonato, con hombres secundarios como Bonga o Tristan da Silva que no dudan a la hora de asumir galones en los momentos candentes. El duelo era salvaje, la final soñada, mucha igualdad y con héroes por doquier. Cuando Turquía abría brecha, los alemanes contraatacaban con todo lo que tenían, y lo mismo ocurría en la situación opuesta. Tal era la fricción que el último acto se inauguró con una ventaja pírrica de los otomanos, de tan solo un punto.

En el abismo, los nervios hicieron acto de presencia, los porcentajes en el tiro se desplomaron y las pérdidas en ambos bandos eran recurrentes. Obst, letal tirador, y Bonga, ambos desde la línea de tres, devolvieron el liderazgo a Alemania a falta de poco más de tres minutos para el final, aunque Sipahi minimizó el golpe con otro acierto desde la larga distancia.

Tras un duelo algo descafeinado, al fin apareció el elegido alemán, un Schroder que primero firmó una bandeja con la izquierda estratosférica y que, poco después, dejó encaminado el título con una genial suspensión desde la línea de personal. Necesitaba un triple Turquía para forzar el empate y el encargado de lanzarlo fue Sengun. El pívot, sin embargo, se quedó corto y, pocos segundos después, Schroder finiquitó el combate con dos puntos más. Turquía vuelve a casa con honor, pero el baloncesto internacional y europeo pertenece ahora a la gran Alemania.

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