Steve McCurry, un gran fotógrafo al que le cabrean algunas preguntas: “Has intentado hacer que yo diga alguna tontería”

Steve McCurry (Filadelfia, 1950) es un gran fotógrafo pero arrastra fama de tener a veces malas pulgas en las entrevistas. Su carrera despegó en 1979, con las fotografías de la guerra civil en Afganistán, previa a la invasión de la Unión Soviética. Después cubrió numerosos conflictos, en los que se fijaba sobre todo en “las huellas de la vida”, decía, en los rostros. Precisamente, uno de sus libros más importantes es Portraits (Retratos), de 1999. En él está el que hizo a la niña afgana Sharbat Gula en un campo de refugiados en Peshawar (Pakistán), con sus enormes ojos verdes asustados, que se convirtió en un icono de la situación de su pueblo y logró impacto mundial gracias a una portada de National Geographic en 1985.

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 El estadounidense, miembro de Magnum, saltó a la fama por el retrato de una niña afgana en un campo de refugiados en 1985 y le enfada que le recuerden cuando se hizo público que había manipulado algunas de sus imágenes  

Steve McCurry (Filadelfia, 1950) es un gran fotógrafo pero arrastra fama de tener a veces malas pulgas en las entrevistas. Su carrera despegó en 1979, con las fotografías de la guerra civil en Afganistán, previa a la invasión de la Unión Soviética. Después cubrió numerosos conflictos, en los que se fijaba sobre todo en “las huellas de la vida”, decía, en los rostros. Precisamente, uno de sus libros más importantes es Portraits (Retratos), de 1999. En él está el que hizo a la niña afgana Sharbat Gula en un campo de refugiados en Peshawar (Pakistán), con sus enormes ojos verdes asustados, que se convirtió en un icono de la situación de su pueblo y logró impacto mundial gracias a una portada de National Geographic en 1985.

Con numerosos premios y obra expuesta en museos, la fotografía de McCurry destaca por los colores saturados y el lirismo de sus imágenes, aunque en ocasiones recojan situaciones de personas desfavorecidas. Miembro de la agencia Magnum desde 1985, su trabajo se ha centrado en el sudeste asiático “por su luz y color”, asegura. Sin embargo, su prestigio quedó mermado cuando The New York Times publicó en 2016 que había manipulado algunas de sus imágenes, borrando elementos, ya fuesen personas u objetos, que le molestaban en la composición de la imagen. McCurry argumentó entonces que él no era fotoperiodista, sino “un contador de historias”.

A finales de junio, McCurry fue uno de los fotógrafos estrella invitados a la celebración en Wetzlar (Alemania) del centenario de la primera cámara compacta, la Leica I, evento al que fue invitado EL PAÍS. Allí participó el estadounidense en debates y dio entrevistas como la que, en este caso, acabó abruptamente cuando se le iba a preguntar por la polémica de sus imágenes retocadas.

Pregunta. ¿En qué está trabajando ahora?

Respuesta. He estado en Roma impartiendo talleres y estoy con un par de libros. Eso es todo por ahora.

P. Estamos en la celebración del centenario de la primera cámara Leica compacta.¿Por qué la Leica es especial para usted?

R. Me gusta la calidad de sus lentes, eso es lo más importante. También, la confianza que puedes tener en esa cámara y su funcionalidad.

P. En sus fotografías hay belleza, un gran sentido estético, aunque en ocasiones sean de situaciones en las que hay personas que sufren. ¿Por qué?

R. [Risas irónicas] Ah, el tema. Dios mío, creo que me has confundido con otra persona porque yo no me centro tanto en el sufrimiento humano. No siempre. Es una pregunta interesante, pero con trampa. Una pregunta capciosa.

P. ¿Con trampa? ¿Por qué?

R. Porque en la misma pregunta mezclas “estética” y “sufrimiento”. Has intentado manipular. Déjame decirte que eres un hombre libre y por supuesto puedes preguntar lo que quieras, pero podemos continuar o no, y tú escribir lo que quieras. Me opongo a que se sugiera que, de alguna manera, yo trato de embellecer el sufrimiento. Es totalmente legítimo que un artista o un fotógrafo documente el mundo tal como es y con las emociones humanas que sean, alegría, felicidad, sufrimiento, tristeza. Yo apoyaría a cualquier cineasta, escritor, poeta o compositor que hablara del sufrimiento humano. Forma parte de la historia de la humanidad, pero esa idea de que se está utilizando una herramienta estética para glorificar el sufrimiento de las personas… Me da la sensación de que es tu opinión.

P. Bueno, no es mi opinión, era solo una pregunta.

R. ¿Sabes? Decían lo mismo de mi viejo amigo el difunto Sebastião Salgado. Pero no podemos dar la espalda a los menos afortunados del mundo, los niños, los pobres… No podemos ignorarlos. Hay quien nos dice: “Os estáis aprovechando de ellos”. Al contrario, podríamos haber ganado mucho más dinero con la fotografía publicitaria. Salgado creía en la humanidad y quiso mostrar esas historias para concienciar sobre esa situación. Si no conocemos el problema, ¿cómo vamos a solucionarlo?

Fotografía de Steve McCurry en la ciudad india de Porbandar, en 1984.

P. Desde que empezó como fotógrafo hace casi medio siglo, ¿qué es lo que más ha cambiado en las personas? ¿Somos los mismos o peores?

R. No creo que haya mucha diferencia, la verdad. La naturaleza humana es básicamente la misma. La mayoría de la gente es amable, simpática, aunque por supuesto siempre hay alguien que no lo es.

P. Y cuando ve que siguen las guerras, lo que está pasando en Palestina, en Ucrania.

R. He estadoen Ucrania y he visto con mis propios ojos lo que sucede, que hay un tipo que quiere reconstruir el imperio ruso. ¡Me encanta viajar por Rusia, tengo amigos allí!, pero no tiene ningún sentido lo de Ucrania. Nunca va a tener sentido matar a gente inocente… ni a nadie. Y luego están los soldados, que reciben unas instrucciones, y ¿qué van a hacer? Es su trabajo. Lo que pasa en Gaza no es nuevo, sucede desde hace miles de años. Todo es un tema de poder y de falta de respeto al otro, de querer discriminarlos. Pero, bueno, sin entrar demasiado en política, por mi experiencia, no he notado ese cambio en el ser humano.

P. Al otro lado está Donald Trump. ¿Cree que puede desestabilizar aún más el mundo con sus políticas?

R. Sí. Es una situación muy compleja. Fue un error hacerlo presidente, pero no tenemos toda la tarde para hablar de Trump. Hay muchos problemas con él, pero vamos a coger un ejemplo. Para mí es inaceptable que cuestionara el lugar de nacimiento de Barack Obama y su ciudadanía estadounidense. Como tenía un nombre extraño y es medio negro… ¿por eso le atacas? Eso ya lo descalifica para cualquier cosa. [McCurry abre los brazos en vertical] De la lista de novecientas cosas que podría decir de él, esa es una.

El fotógrafo Steve McCurry durante el festival Chora Media en Milan, el 23 de febrero de 2025.

P. Quería preguntarle por la polémica de hace unos años… [con algunas de sus fotos].

R. Eso es agua pasada, tío. No voy a entrar en eso, me decepcionas… Sabía que cuando llegara el periódico español iba a sacar el tema. Siempre lo dejáis para la última pregunta. ¿Tú trabajas para un periódico? Pues eso son noticias viejas. Gracias, eso es todo.

McCurry se pone en pie.

P. Lo siento, pero ¿este es el final de la entrevista?

R. ¡Lo siento, no! No hay nada de qué disculparse, ha sido un placer conocerle. Muchas gracias. No hay problema, he disfrutado mucho de nuestro tiempo juntos y ha sido muy amable conmigo. Le agradezco que haya venido y le agradezco su tiempo. ¿Ha venido invitado por Leica?

—Sí.

—Los dos hemos venido como invitados, pero no he venido aquí para discutir. Me encantaría hablar con usted de política, pero esto no debería ser para hablar de política. Si quiere hablar de política, llámeme a mi oficina. Ya hemos hablado suficiente, ¿de acuerdo? Trabajas para un periódico, hombre. Tienes que ser más creativo, investigar un poco, aunque sé que es difícil porque estarás ocupado. Pero haz los deberes. Si te hubieras tomado tu tiempo, no habrías sido un vago. La primera pregunta ya era una trampa, pero intenté darte algo de tiempo. Estabas intentando hacerme caer para que dijera alguna tontería. Sinceramente, creo que deberías quitar todo esto de la entrevista y tirarlo a la basura.

—Lo siento, pero soy periodista y tengo derecho a preguntar lo que considere.

—Tú eres periodista y yo tengo derecho a no perder mi tiempo.

McCurry señala el móvil en el que se estaba grabando la entrevista

-¿Tienes esa mierda puesta? ¿Tienes esa mierda puesta?

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