Tributación patrimonial, renta, impuestos empresariales y, cómo no, vivienda. El Gobierno de coalición está negociando internamente la forma e intensidad que tendrá la futura reforma fiscal en España, un proceso que, dada la difícil aritmética parlamentaria, previsiblemente terminará con pequeños cambios parciales más que con una gran remodelación. En este contexto de limitación, Sumar está presionando al PSOE para que las modificaciones lleguen lo más lejos posible y afecten a impuestos como el IRPF, el de patrimonio, el de sucesiones y donaciones o el de sociedades. Los grandes objetivos son avanzar en la progresividad del sistema, armonizar territorialmente, tapar los agujeros de la fiscalidad empresarial y contribuir a solucionar uno de los grandes problemas a los que se enfrenta ahora el Ejecutivo: la accesibilidad de la vivienda y los precios del alquiler.
Yolanda Díaz lamenta que el socio mayoritario del Gobierno no quiera llevar a cabo una reforma fiscal integral: “Es la gran reforma que nuestro país tiene pendiente”
Tributación patrimonial, renta, impuestos empresariales y, cómo no, vivienda. El Gobierno de coalición está negociando internamente la forma e intensidad que tendrá la futura reforma fiscal en España, un proceso que, dada la difícil aritmética parlamentaria, previsiblemente terminará con pequeños cambios parciales más que con una gran remodelación. En este contexto de limitación, Sumar está presionando al PSOE para que las modificaciones lleguen lo más lejos posible y afecten a impuestos como el IRPF, el de patrimonio, el de sucesiones y donaciones o el de sociedades. Los grandes objetivos son avanzar en la progresividad del sistema, armonizar territorialmente, tapar los agujeros de la fiscalidad empresarial y contribuir a solucionar uno de los grandes problemas a los que se enfrenta ahora el Ejecutivo: la accesibilidad de la vivienda y los precios del alquiler.
“Estamos en un momento clave, inmersos en una negociación muy importante con el PSOE en la que, desde luego, queremos seguir avanzando”, dijo este jueves la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en la jornada La reforma fiscal pendiente, organizada por Sumar en el Congreso de los Diputados. “Sabemos que el PSOE no quiere una reforma fiscal integral que siga las recomendaciones del libro blanco, pero seguimos presionando porque esta es la gran reforma que nuestro país tiene pendiente”, añadió la también ministra de Trabajo en una sala abarrotada de académicos y expertos en la materia.
El Gobierno lleva semanas negociando el proyecto de Presupuestos Generales del Estado y Sumar ya hizo públicas sus propuestas en materia tributaria para las cuentas públicas hace un mes, entre las que se encuentran un impuesto a las grandes herencias o un endurecimiento del gravamen a los ricos. Sin embargo, el socio minoritario continúa presionando en asuntos que son sensibles para el Ejecutivo y que han ido ganando protagonismo en las últimas semanas. Uno de ellos es la vivienda, en el que insistió durante el acto Carlos Martín, portavoz de Economía y Hacienda de la formación. El también diputado de Sumar recordó alguna de las sugerencias fiscales que lanzan en esta línea, como la posibilidad de aumentar los impuestos para los inmuebles que tengan un uso distinto al de residencia habitual o elevar la fiscalidad estatal de los pisos turísticos —hasta un IVA del 21%— con el objetivo de “recortar drásticamente su rentabilidad”.
En lo relativo a las viviendas turísticas, Sumar también plantea que tanto en el IRPF como en el impuesto de sociedades se suprima en el cálculo de sus rendimientos la deducibilidad de los gastos financieros, de amortización y de mejora de la vivienda cuando esta se sitúe en zonas tensionadas. Y, de nuevo en las áreas de mercado caliente, el socio minoritario quiere elevar la imputación de rentas inmobiliarias al 20% en el IRPF en los períodos de no ocupación. A estas propuestas se podrían añadir otras, sugirió Olga Cantó, catedrática de Economía de la Universidad de Alcalá, como que los rendimientos del capital improductivo, es decir, del arrendamiento de inmuebles, tributen por el tipo general del IRPF y no por el del ahorro, que es más bajo. Cantó también puso sobre la mesa la posibilidad de “subir lo que se paga por las rentas imputadas de las viviendas vacías”.
Sin embargo, más allá de la vivienda, en Sumar defienden que se necesitan medidas de calado en el ámbito tributario que den por completo la vuelta al sistema fiscal actual. Y esa fue una de las proclamas que repitieron al unísono todos los expertos invitados a participar en una jornada organizada de alguna forma para apremiar al socio mayoritario. “Estamos sujetos a unas reglas fiscales que nos obligan a contener el crecimiento del gasto”, recordó Santiago Lago Peñas, catedrático de Economía Pública de la Universidad de Santiago de Compostela e investigador sénior de Funcas. Por eso, “si queremos gastar más dinero en vivienda, en familia, en protección social y en I+D, tenemos que llevar a cabo esta reforma en profundidad”. “Estamos en un momento de crecimiento económico sin parangón, con tasas de paro bajas y una inflación corregida. No hay mejor momento que este para emprenderla”, sentenció Cantó.
Para la vicepresidenta segunda, una de las claves en este debate no es si hay que bajar o subir impuestos, sino quién los paga. Y en España, aseguró Díaz, hay margen para emprender aumentos fiscales focalizados en las grandes empresas y rentas y en los patrimonios más elevados. El país, recordó José María Labeaga, exdirector del Instituto de Estudios Fiscales, tiene una presión tributaria notablemente inferior a la media comunitaria. En la Unión Europea, este indicador ronda el 42% del PIB, mientras que en España, una vez que Eurostat haga públicos los nuevos datos tras la corrección del producto interior bruto por parte del INE, la presión se situará en torno al 37%. Hay, por lo tanto, un margen de más de 60.000 millones de euros para actuar.
Una de las palancas por las que puede empezarse, prosiguió Susana Ruiz, responsable de Justicia Fiscal en Oxfam Intermón, es conseguir una mayor recaudación “de aquellos que más tienen, para así combatir también la fuerte concentración de la riqueza”. Carlos Cruzado, presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), urgió a corregir la tarifa de los rendimientos del capital en el IRPF para crear nuevos tramos y subir los tipos, “para así acercarlos a los del trabajo y dotar de más progresividad al sistema”. En opinión de Ruiz, también habría que cerrar agujeros en el impuesto sobre el patrimonio, limitando, entre otros aspectos, la exención a la empresa familiar. Y sobre esta figura impositiva, Cantó insistió en que, aunque no cambie la distribución de la riqueza, es importante mantenerla por el efecto psicológico que tiene en los contribuyentes de la parte más baja de la tabla: “Muchas veces, la población tiene la sensación de que está pagando más impuestos que los que más tienen”.
En tributación empresarial, insistió Ruiz, también se debería corregir el impuesto para achicar la brecha que hay entre el resultado contable que registran las grandes compañías y la base imponible sobre la que luego se pagan los impuestos. Y si se mira al horizonte y a una reforma de calado, los expertos también insistieron en cambios trascendentales, como replantear los tipos reducidos del IVA y hacer obligatoria la presentación del IRPF en los tramos más bajos de renta con el objetivo de conocer la situación de esos contribuyentes, que podrían recibir impuestos negativos o compensaciones.
Economía en EL PAÍS