Rusia difunde un vídeo del combatiente capturado en el que asegura nervioso que combatir contra Moscú fue «una idea estúpida» Leer Rusia difunde un vídeo del combatiente capturado en el que asegura nervioso que combatir contra Moscú fue «una idea estúpida» Leer
Un ex soldado británico de 22 años, James Scott Rhys Anderson, ha sido capturado en la región rusa de Kursk y ha reconocido en un vídeo difundido por Moscú que combatir junto al ejército ucraniano fue «una idea estúpida». Rusia le considera a todos los efectos como un «mercenario» y no garantiza su protección bajo las leyes internacionales.
«Espero que lo utilicen como moneda de cambio, pero él mismo me dijo que los rusos torturan a los prisioneros y temo también que pueda ser torturado», declaró a The Daily Mail su padre, Scott Anderson, de 41 años, que vio por última vez a su hijo hace mes y medio, cuando pasó unas semanas en su casa familiar en Banbury, cerca de Oxford.
James Scott Rhys Anderson sirvió durante cuatro años en el Royal Corps of Signals del ejército británico y se alistó como voluntario en la Legión Internacional del ejército ucraniano como especialista en transmisiones y vigilancia (se estima que más de 20.000 soldados extranjeros procedentes de medio centenar de países han podido sumarse desde el inicio de la guerra).
El pasado verano se unió a la fuerzas ucranianas que atacaron por sorpresa la región rusa de Kursk y controlaron hasta un centenar de poblaciones en un área de 1.300 kilómetros cuadrados. Se estima que el ejército ucraniano ha perdido desde entonces el 40% del territorio tras la contraofensiva rusa, con el apoyo de soldados norcoreanos.
Su captura se produjo en la localidad de Plekhhovo, en parte del territorio recuperado por el ejército ruso. En uno de los dos vídeos difundidos por un canal de Telegram, puede verse a James Scott Rhys Anderson vestido con uniforme de camuflaje y desplegando un tejido con la Union Jack, contando ante las cámaras su propia historia: «Estuve en el ejército británico, el Regimiento 22 de Señales, entre 2019 y 2023».
«Me marché porque me despidieron del trabajo, lo había perdido todo», recuerda. «Mi padre estaba en la cárcel en aquel momento. Decidí alistarme en el portal de la Legión Internacional de Ucrania. Fue una idea estúpida».
En un segundo vídeo, el ex soldado británico aparece con las manos atadas y con una cinta cubriéndole los ojos, mientras cuenta cómo fue su último viaje: «Volé de Luton a Cracovia, en Polonia, y de ahí en autobús hasta Medyka, en la frontera con Ucrania«.
«Me quedé es estado de shock cuando vi el vídeo», recuerda el padre, que confirmó efectivamente su paso por la cárcel «por un asunto familiar». «Yo no quería que mi hijo se fuera a Ucrania. Intenté persuadirlo para que no se fuera, pero él pensaba que estaba haciendo lo que debía. Le dolía lo que estaban haciendo a los ucranianos».
James Scott Rhys Anderson trabajó como adjunto a la policía de Thames Valley, en funciones de «custodia civil», antes de partir hacia Ucrania. «Se fue a primeros de año», recuerda el padre. «Se ha enamorado de una ucraniana, aunque no sé el nombre». Pese a no presentar señales físicas de malos tratos, su padre advierte que su hijo da la impresión de estar «asustado y preocupado» en el vídeo.
El Foreign Office aseguró «estar prestando asistencia a la familia del ciudadano británico desde que se tuvo conocimiento de su detención». En 2022, cuatro combatientes británicos -Sean Pinner, Alden Aslin, Andrew Hill y John Harding- y dos voluntarios de asistencia humanitaria -Dylan Healy y Paul Urey- fueron capturados por las fuerzas separatistas al este de Ucrania y amenazados con la pena de muerte.
Uno de ellos, Paul Urey, murió en cautividad mientas los otros cinco fueron puestos en libertad en una canje de prisioneros. «Espera lo mejor, pero prepárate para lo peor», fue el mensaje que el combatiente liberado John Harding transmitió al padre del ex soldado capturado en territorio ruso.
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