Un nuevo forastero ha llegado a la ciudad. Un objeto que viene de lejos, del espacio profundo, de los dominios de otra estrella y que acaba de entrar en nuestro Sistema Solar a toda velocidad. Los astrónomos, provisionalmente, lo han bautizado como A11pl3Z, y su aparición ha puesto en alerta a numerosos telescopios de todo el mundo, desde profesionales a simples aficionados. El interés, desde luego, está más que justificado, porque si se confirma, A11pl3Z se convertiría en el tercer objeto interestelar observado por el hombre. Los primeros fueron el célebre Oumuamua y el cometa Borisov .El nuevo visitante, sin embargo, no se parece en nada a los dos anteriores. Para empezar es mucho más grande, de unos 20 km de ancho frente a los 400 metros de Oumuamua y los 975 metros de Borisov . Y se mueve, además, a la asombrosa velocidad de 66 km por segundo, cerca del doble que sus dos predecesores. Una velocidad, por cierto, que va en aumento a medida que se acerca al Sol, del que llegará a pasar a ‘solo’ unos 300 millones de km (dos Unidades Astronómicas) el próximo mes de octubre. Después de lo cual girará y abandonará definitivamente nuestro sistema.Noticia Relacionada abc podcast estandar No Pódcast Ciencia | El posible secreto de Oumuamua y los asteroides que aceleran José Manuel Nieves Los investigadores informan del hallazgo de una serie de objetos que, a primera vista, parecen asteroides, pero que al mismo tiempo están ‘disparando’ chorros de polvo y gasEn la órbita de JúpiterEn este momento, el objeto está rozando la órbita de Júpiter, aunque casi exactamente en el lado opuesto del Sol, por lo que no se ha visto afectado por la gravedad del planeta gigante.Pero la particularidad que realmente distingue a A11pl3Z de Oumuamua y Borisov es su órbita. Los astrónomos miden las órbitas por su excentricidad (e). Un objeto atado a la gravedad de otro mayor tiene valores de ‘e’ que pueden oscilar entre cero (órbita perfectamente circular) y algo menos de uno (muy alargada, como la de los cometas de largo período). Pero un valor de ‘e’ mayor que uno significa que el objeto en cuestión no está en órbita del Sol, por lo que se trata de un visitante ‘de paso’ y que nunca regresará.Oumuamua, el primero de estos visitantes interestelares que conseguimos observar, fue detectado en 2017 y tenía una excentricidad de 1,20. Su descubrimiento generó un intenso debate debido a su inusual aceleración, que llevó a algunos a especular, de forma ya casi totalmente descartada, que podría tratarse de una nave espacial alienígena. Pero A11pl3Z no deja lugar a dudas. Su excentricidad orbital, que se estimó inicialmente en más de 10, sigue siendo hoy superior a 6. Un valor que duplica la excentricidad de Borisov (el segundo objeto interestelar detectado), y que nos indica que estamos ante algo realmente distinto a cualquier visitante anterior. Borisov, descubierto en 2019, resultó ser mucho más parecido a los cometas de nuestro propio Sistema Solar, aunque su órbita lo identificaba claramente como interestelar.Carrera contrarrelojA11pl3Z fue descubierto hace apenas unas semanas por el sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) de la NASA. Las primeras imágenes, captadas el 14 de junio, pasaron inadvertidas, pero fueron ‘desenterradas’ una vez que el objeto fue identificado oficialmente, el 1 de julio, por ATLAS. A esta detección se sumaron observaciones de aficionados en el Deep Random Survey en Chile y datos recopilados por la Zwicky Transient Facility entre el 14 y el 21 de junio, incluso antes de su ‘descubrimiento’ oficial.La pronta detección de A11pl3Z en su camino de entrada al Sistema Solar dará a los astrónomos una ventaja crucial: más tiempo para estudiarlo. Algo que, por ejemplo, no tuvimos con Oumuamua, lo que dejó el espacio suficiente para todo tipo de especulaciones. Y es que estos objetos se ‘disparan’ a través del Sistema Solar a velocidades enormes. De hecho, son tan fugaces que las oportunidades para estudiarlos han sido, hasta ahora, muy limitadas.Pero eso cambiará con A11pl3Z, que será observable hasta finales de año, de modo que los astrónomos tendrán la posibilidad de refinar su trayectoria y apuntar hacia él espectrómetros para analizar su composición con relativa tranquilidad. Algo para lo que la comunidad astronómica internacional ya se está preparando a marchas forzadas. Hasta ahora, se han registrado ya más de 100 observaciones de A11pl3Z, y se espera que el Minor Planet Center, el organismo oficial encargado de estos objetos, confirme su naturaleza interestelar en los próximos días.Ningún peligro para la TierraEl objeto, por fortuna, no supone una amenaza para nuestro planeta. Su trayectoria, de hecho, nunca lo acercará a menos de 50 millones de kilómetros de la órbita terrestre. La única incertidumbre radica en si pasará por dentro o justo por fuera de la órbita de Marte en su punto de mayor aproximación a nosotros, que será en octubre.A pesar de que A11pl3Z aún es demasiado tenue para ser detectado por telescopios caseros (su magnitud es de 17.2), esto cambiará a medida que se acerque al Sol, especialmente si resulta ser un cometa, en cuyo caso es probable que desarrolle una brillante cola. La mala noticia es que su punto de máxima aproximación a nuestra estrella coincidirá con la peor posición posible de la Tierra para observarlo, ya que nos encontraremos en el lado opuesto del Sol.MÁS INFORMACIÓN noticia Si Astrónomos presentan el primer planeta que ‘quiere morir’ noticia Si Primer genoma de un antiguo egipcio: llegó a los 60 años, tenía artritis y pudo trabajar como alfareroLamentablemente, la idea de enviar una misión para interceptar a A11pl3Z y estudiarlo de cerca es, por ahora, una quimera. De hecho, incluso si lanzáramos esa misión hoy mismo, para cuando llegara a un punto idóneo de observación objeto ya se habría ido. Lo cual no significa que algo así no pueda hacerse en el futuro. La Agencia Espacial Europea (ESA), por ejemplo, tiene entre sus planes lanzar la misión Comet Interceptor en 2029. Como si de un cazador se tratara, esta nave quedará al acecho en el espacio, lista para abalanzarse sobre cometas recién descubiertos o, con un poco de suerte, sobre un nuevo visitante interestelar. Un nuevo forastero ha llegado a la ciudad. Un objeto que viene de lejos, del espacio profundo, de los dominios de otra estrella y que acaba de entrar en nuestro Sistema Solar a toda velocidad. Los astrónomos, provisionalmente, lo han bautizado como A11pl3Z, y su aparición ha puesto en alerta a numerosos telescopios de todo el mundo, desde profesionales a simples aficionados. El interés, desde luego, está más que justificado, porque si se confirma, A11pl3Z se convertiría en el tercer objeto interestelar observado por el hombre. Los primeros fueron el célebre Oumuamua y el cometa Borisov .El nuevo visitante, sin embargo, no se parece en nada a los dos anteriores. Para empezar es mucho más grande, de unos 20 km de ancho frente a los 400 metros de Oumuamua y los 975 metros de Borisov . Y se mueve, además, a la asombrosa velocidad de 66 km por segundo, cerca del doble que sus dos predecesores. Una velocidad, por cierto, que va en aumento a medida que se acerca al Sol, del que llegará a pasar a ‘solo’ unos 300 millones de km (dos Unidades Astronómicas) el próximo mes de octubre. Después de lo cual girará y abandonará definitivamente nuestro sistema.Noticia Relacionada abc podcast estandar No Pódcast Ciencia | El posible secreto de Oumuamua y los asteroides que aceleran José Manuel Nieves Los investigadores informan del hallazgo de una serie de objetos que, a primera vista, parecen asteroides, pero que al mismo tiempo están ‘disparando’ chorros de polvo y gasEn la órbita de JúpiterEn este momento, el objeto está rozando la órbita de Júpiter, aunque casi exactamente en el lado opuesto del Sol, por lo que no se ha visto afectado por la gravedad del planeta gigante.Pero la particularidad que realmente distingue a A11pl3Z de Oumuamua y Borisov es su órbita. Los astrónomos miden las órbitas por su excentricidad (e). Un objeto atado a la gravedad de otro mayor tiene valores de ‘e’ que pueden oscilar entre cero (órbita perfectamente circular) y algo menos de uno (muy alargada, como la de los cometas de largo período). Pero un valor de ‘e’ mayor que uno significa que el objeto en cuestión no está en órbita del Sol, por lo que se trata de un visitante ‘de paso’ y que nunca regresará.Oumuamua, el primero de estos visitantes interestelares que conseguimos observar, fue detectado en 2017 y tenía una excentricidad de 1,20. Su descubrimiento generó un intenso debate debido a su inusual aceleración, que llevó a algunos a especular, de forma ya casi totalmente descartada, que podría tratarse de una nave espacial alienígena. Pero A11pl3Z no deja lugar a dudas. Su excentricidad orbital, que se estimó inicialmente en más de 10, sigue siendo hoy superior a 6. Un valor que duplica la excentricidad de Borisov (el segundo objeto interestelar detectado), y que nos indica que estamos ante algo realmente distinto a cualquier visitante anterior. Borisov, descubierto en 2019, resultó ser mucho más parecido a los cometas de nuestro propio Sistema Solar, aunque su órbita lo identificaba claramente como interestelar.Carrera contrarrelojA11pl3Z fue descubierto hace apenas unas semanas por el sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) de la NASA. Las primeras imágenes, captadas el 14 de junio, pasaron inadvertidas, pero fueron ‘desenterradas’ una vez que el objeto fue identificado oficialmente, el 1 de julio, por ATLAS. A esta detección se sumaron observaciones de aficionados en el Deep Random Survey en Chile y datos recopilados por la Zwicky Transient Facility entre el 14 y el 21 de junio, incluso antes de su ‘descubrimiento’ oficial.La pronta detección de A11pl3Z en su camino de entrada al Sistema Solar dará a los astrónomos una ventaja crucial: más tiempo para estudiarlo. Algo que, por ejemplo, no tuvimos con Oumuamua, lo que dejó el espacio suficiente para todo tipo de especulaciones. Y es que estos objetos se ‘disparan’ a través del Sistema Solar a velocidades enormes. De hecho, son tan fugaces que las oportunidades para estudiarlos han sido, hasta ahora, muy limitadas.Pero eso cambiará con A11pl3Z, que será observable hasta finales de año, de modo que los astrónomos tendrán la posibilidad de refinar su trayectoria y apuntar hacia él espectrómetros para analizar su composición con relativa tranquilidad. Algo para lo que la comunidad astronómica internacional ya se está preparando a marchas forzadas. Hasta ahora, se han registrado ya más de 100 observaciones de A11pl3Z, y se espera que el Minor Planet Center, el organismo oficial encargado de estos objetos, confirme su naturaleza interestelar en los próximos días.Ningún peligro para la TierraEl objeto, por fortuna, no supone una amenaza para nuestro planeta. Su trayectoria, de hecho, nunca lo acercará a menos de 50 millones de kilómetros de la órbita terrestre. La única incertidumbre radica en si pasará por dentro o justo por fuera de la órbita de Marte en su punto de mayor aproximación a nosotros, que será en octubre.A pesar de que A11pl3Z aún es demasiado tenue para ser detectado por telescopios caseros (su magnitud es de 17.2), esto cambiará a medida que se acerque al Sol, especialmente si resulta ser un cometa, en cuyo caso es probable que desarrolle una brillante cola. La mala noticia es que su punto de máxima aproximación a nuestra estrella coincidirá con la peor posición posible de la Tierra para observarlo, ya que nos encontraremos en el lado opuesto del Sol.MÁS INFORMACIÓN noticia Si Astrónomos presentan el primer planeta que ‘quiere morir’ noticia Si Primer genoma de un antiguo egipcio: llegó a los 60 años, tenía artritis y pudo trabajar como alfareroLamentablemente, la idea de enviar una misión para interceptar a A11pl3Z y estudiarlo de cerca es, por ahora, una quimera. De hecho, incluso si lanzáramos esa misión hoy mismo, para cuando llegara a un punto idóneo de observación objeto ya se habría ido. Lo cual no significa que algo así no pueda hacerse en el futuro. La Agencia Espacial Europea (ESA), por ejemplo, tiene entre sus planes lanzar la misión Comet Interceptor en 2029. Como si de un cazador se tratara, esta nave quedará al acecho en el espacio, lista para abalanzarse sobre cometas recién descubiertos o, con un poco de suerte, sobre un nuevo visitante interestelar.
Un nuevo forastero ha llegado a la ciudad. Un objeto que viene de lejos, del espacio profundo, de los dominios de otra estrella y que acaba de entrar en nuestro Sistema Solar a toda velocidad. Los astrónomos, provisionalmente, lo han bautizado como A11pl3Z, y su … aparición ha puesto en alerta a numerosos telescopios de todo el mundo, desde profesionales a simples aficionados.
El interés, desde luego, está más que justificado, porque si se confirma, A11pl3Z se convertiría en el tercer objeto interestelar observado por el hombre. Los primeros fueron el célebre Oumuamua y el cometa Borisov.
El nuevo visitante, sin embargo, no se parece en nada a los dos anteriores. Para empezar es mucho más grande, de unos 20 km de ancho frente a los 400 metros de Oumuamua y los 975 metros de Borisov. Y se mueve, además, a la asombrosa velocidad de 66 km por segundo, cerca del doble que sus dos predecesores. Una velocidad, por cierto, que va en aumento a medida que se acerca al Sol, del que llegará a pasar a ‘solo’ unos 300 millones de km (dos Unidades Astronómicas) el próximo mes de octubre. Después de lo cual girará y abandonará definitivamente nuestro sistema.
En la órbita de Júpiter
En este momento, el objeto está rozando la órbita de Júpiter, aunque casi exactamente en el lado opuesto del Sol, por lo que no se ha visto afectado por la gravedad del planeta gigante.
Pero la particularidad que realmente distingue a A11pl3Z de Oumuamua y Borisov es su órbita. Los astrónomos miden las órbitas por su excentricidad (e). Un objeto atado a la gravedad de otro mayor tiene valores de ‘e’ que pueden oscilar entre cero (órbita perfectamente circular) y algo menos de uno (muy alargada, como la de los cometas de largo período). Pero un valor de ‘e’ mayor que uno significa que el objeto en cuestión no está en órbita del Sol, por lo que se trata de un visitante ‘de paso’ y que nunca regresará.
Oumuamua, el primero de estos visitantes interestelares que conseguimos observar, fue detectado en 2017 y tenía una excentricidad de 1,20. Su descubrimiento generó un intenso debate debido a su inusual aceleración, que llevó a algunos a especular, de forma ya casi totalmente descartada, que podría tratarse de una nave espacial alienígena. Pero A11pl3Z no deja lugar a dudas. Su excentricidad orbital, que se estimó inicialmente en más de 10, sigue siendo hoy superior a 6. Un valor que duplica la excentricidad de Borisov (el segundo objeto interestelar detectado), y que nos indica que estamos ante algo realmente distinto a cualquier visitante anterior. Borisov, descubierto en 2019, resultó ser mucho más parecido a los cometas de nuestro propio Sistema Solar, aunque su órbita lo identificaba claramente como interestelar.
Carrera contrarreloj
A11pl3Z fue descubierto hace apenas unas semanas por el sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) de la NASA. Las primeras imágenes, captadas el 14 de junio, pasaron inadvertidas, pero fueron ‘desenterradas’ una vez que el objeto fue identificado oficialmente, el 1 de julio, por ATLAS. A esta detección se sumaron observaciones de aficionados en el Deep Random Survey en Chile y datos recopilados por la Zwicky Transient Facility entre el 14 y el 21 de junio, incluso antes de su ‘descubrimiento’ oficial.
La pronta detección de A11pl3Z en su camino de entrada al Sistema Solar dará a los astrónomos una ventaja crucial: más tiempo para estudiarlo. Algo que, por ejemplo, no tuvimos con Oumuamua, lo que dejó el espacio suficiente para todo tipo de especulaciones. Y es que estos objetos se ‘disparan’ a través del Sistema Solar a velocidades enormes. De hecho, son tan fugaces que las oportunidades para estudiarlos han sido, hasta ahora, muy limitadas.
Pero eso cambiará con A11pl3Z, que será observable hasta finales de año, de modo que los astrónomos tendrán la posibilidad de refinar su trayectoria y apuntar hacia él espectrómetros para analizar su composición con relativa tranquilidad. Algo para lo que la comunidad astronómica internacional ya se está preparando a marchas forzadas. Hasta ahora, se han registrado ya más de 100 observaciones de A11pl3Z, y se espera que el Minor Planet Center, el organismo oficial encargado de estos objetos, confirme su naturaleza interestelar en los próximos días.
Ningún peligro para la Tierra
El objeto, por fortuna, no supone una amenaza para nuestro planeta. Su trayectoria, de hecho, nunca lo acercará a menos de 50 millones de kilómetros de la órbita terrestre. La única incertidumbre radica en si pasará por dentro o justo por fuera de la órbita de Marte en su punto de mayor aproximación a nosotros, que será en octubre.
A pesar de que A11pl3Z aún es demasiado tenue para ser detectado por telescopios caseros (su magnitud es de 17.2), esto cambiará a medida que se acerque al Sol, especialmente si resulta ser un cometa, en cuyo caso es probable que desarrolle una brillante cola. La mala noticia es que su punto de máxima aproximación a nuestra estrella coincidirá con la peor posición posible de la Tierra para observarlo, ya que nos encontraremos en el lado opuesto del Sol.
Lamentablemente, la idea de enviar una misión para interceptar a A11pl3Z y estudiarlo de cerca es, por ahora, una quimera. De hecho, incluso si lanzáramos esa misión hoy mismo, para cuando llegara a un punto idóneo de observación objeto ya se habría ido. Lo cual no significa que algo así no pueda hacerse en el futuro. La Agencia Espacial Europea (ESA), por ejemplo, tiene entre sus planes lanzar la misión Comet Interceptor en 2029. Como si de un cazador se tratara, esta nave quedará al acecho en el espacio, lista para abalanzarse sobre cometas recién descubiertos o, con un poco de suerte, sobre un nuevo visitante interestelar.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Volver a intentar
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Sigue navegando
Artículo solo para suscriptores
RSS de noticias de ciencia