Es detenido por la policía y reconoce el crimen Leer Es detenido por la policía y reconoce el crimen Leer
Todo ocurrió el viernes pasado en una playa al sur de Pattaya, en Tailandia. Fu Tongyung, un turista chino, conoció a Woranan Pannacha, una trabajadora sexual transgénero tailandesa. Se intercambiaron los teléfonos y, horas después, el hombre la citó en una habitación que tenía alquilada. Aquel fue el escenario de un atroz crimen que durante toda esta semana ha sido la historia más comentada tanto en Tailandia como en China.
Fu, un soldador de 42 años de la provincia china de Hubei, acordó en un principio con Woranan (25 años) mantener relaciones sexuales a cambio de un pago de 8.000 bath, que son alrededor de 200 euros. Pero según han reportado los medios locales citando fuentes policiales, la joven se negó a realizar a algunas prácticas sadomasoquistas que le exigía el cliente, y fue entonces cuando comenzó una violenta discusión.
Fu le exigió que le devolviera la mitad del pago que le había hecho. Ante la negativa de Woranan, el hombre comenzó a golpearla. La chica trató de defenderse y arañó la cara de su agresor, provocándole varios cortes en el rostro.
Al día siguiente, una trabajadora de la limpieza del bloque de apartamentos turísticos encontró el cuerpo de Woranan en la bañera. Estaba desnuda, con múltiples puñaladas desde el cuello hasta el abdomen. Cuando llegó la policía, se dieron cuenta de que el asesino de la joven le había extirpado el corazón y los pulmones, que estaban separados del cuerpo, aunque no había rastro del pulmón derecho. También había mutilado los senos de la mujer, arrancándole los implantes de silicona.
Cuando los investigadores revisaron las cámaras de seguridad, vieron las imágenes de Fu saliendo del apartamento con una maleta. Dentro de la habitación encontraron una bolsa con cuchillos y una tijera. El turista chino fue arrestado el día 26 por la noche en el Aeropuerto Internacional de Suvarnabhumi, en Bangkok, cuando iba a abordar un vuelo hacia la ciudad se Kunming, en el sur de China.
Durante el interrogatorio policial, Fu reconoció el asesinato, haber extraído los órganos del cuerpo de Woranan y haberse comido el pulmón derecho. El detenido acompañó a los agentes hasta el apartamento de Pattaya para la recreación de un crimen que ya había salido en los medios y que atrajo a grandes multitudes furiosas al lugar.
Las imágenes de la policía protegiendo al asesino confeso de un linchamiento público se hicieron rápido virales en redes. Lo mismo que una foto que se difundió del chino nada más ser arrestado en el aeropuerto. El rostro de Fu estaba lleno de arañazos. «El asesino lo confesó todo. Explicó que había visto una serie de televisión sobre un crimen real y que quería jugar con el cadáver, mutilar a la víctima y extraerle los órganos», declaró a la prensa el general Tawatkiat Jindakuansanong, jefe de la investigación.
El brutal asesinato de la mujer transgénero en Pattaya, un popular destino de turismo sexual, ha vuelto a levantar una vieja demanda de las prostitutas tailandesas, que reclaman desde hace mucho tiempo mayor protección. El colectivo transgénero lleva años pidiendo a las autoridades la despenalización del trabajo sexual para que las mujeres salgan de una situación de extrema vulnerabilidad y puedan recibir una protección adecuada porque, además de los derechos laborales, accederían a todos los mecanismos legales existentes para denunciar las agresiones.
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