Una de las ya condenadas por la muerte de Samuel Paty, decapitado por un yihadista en 2020, se excusa en el juicio contra una parte de los implicados. Leer Una de las ya condenadas por la muerte de Samuel Paty, decapitado por un yihadista en 2020, se excusa en el juicio contra una parte de los implicados. Leer
Tiene 17 años y declara ante el tribunal mientras su padre la observa desde una sala blindada, la de los acusados. «Me gustaría pedir perdón a su familia: he destruido sus vidas, lo siento». La que se excusa es Laure (nombre modificado), que comparece ante el tribunal penal de París por el asesinato de Samuel Paty, el profesor que fue decapitado en 2020 por un yihadista por haber mostrado una caricatura de Mahoma en una de sus clases, en la que hablaba de libertad de expresión.
El tribunal penal de París juzga desde tres semanas a ocho acusados de complicidad en su asesinato. Este lo cometió un refugiado ruso de 18 años, de origen checheno, que fue abatido por la policía cuando intentaban detenerlo. Hace poco más de un mes se cumplieron cuatro años de su muerte. Tras mostrar las viñetas (publicadas en el semanario Charlie Hebdo), comenzó una cadena de bulos contra él. Para los musulmanes, cualquier representación de Mahoma es blasfema.
El padre de la adolescente, de 52 años, está acusado de haber difundido mensajes y vídeos sobre Samuel Paty en redes sociales, incitando al odio. Su hija ha contado al tribunal cómo llegó a casa y mintió a sus padres para justificar sus ausencias a clase: «Como estaba asustada, les dije que había ido a clase pero que como no estaba de acuerdo, el profesor me excluyó, que vimos las caricaturas», dijo.
En respuesta, su padre publicó vídeos en las redes sociales, animando a otros padres a protestar y denunciar. Contactó con el islamista Abdelhakim Sefrioui, también acusado en este proceso. Padre e hija denunciaron a Samuel Paty. «Este juicio muestra el engranaje del islamismo radical que ha llevado a apuntar como objetivo a Samuel Paty», dijo el abogado de su hermana, Thibault de Montbrial.
Uno de los implicados es Azim Epsirkhanov, de 23 años, acusado de haber acompañado, junto con otro implicado, al yihadista que decapitó a Paty, Abdoullakh Anzorov, a comprar un cuchillo la noche antes del asesinato. Eran amigos desde la infancia. «Sé que Azim es inocente», declaró la novia del primero ante el tribunal. Aseguró que no se percató de que ambos contactaran con frecuencia.
La fiscalía, sin embargo, ha dado cuenta de casi 400 mensajes entre ambos entre el 20 de octubre de 2019 y el 16 de octubre de 2020, el día de la muerte de Paty. La justicia ya condenó en otro proceso a los seis adolescentes implicados en el asesinato, entre ellos la citada testigo. Eran menores de edad y les juzgó un tribunal especial, en un juicio aparte. Se les condenó a 14 meses de cárcel, aunque exentas de cumplimientos.
Samuel Paty tenía 47 años. Era profesor, estaba casado y tenía un hijo. Se ha convertido en un símbolo de la laicidad en las escuelas. Su asesinato creó debates en la Asamblea francesa. Según datos del Ministerio de Educación, el número de peticiones de protección por parte de profesores ha pasado de 1930 a casi 4000 solicitudes entre 2020 y 2022. Ese año, 1.338 docentes de primaria y 1401 de secundaria solicitaron esta protección al Ministerio.
El 44% de agresiones a docentes viene de los padres de los estudiantes y un 25%, los propios alumnos. El ex primer ministro Gabriel Attal, que fue antes ministro de Educación, prohibió hace un año llevar en las clases la abaya, la túnica típica de países musulmanes, precisamente para preservar el principio de laicidad: que no haya símbolos religiosos en las escuelas.
La adolescente que estuvo en el origen de la cadena de mensajes incitando al odio contra Samuel Paty ha declarado: «Quiero pedir disculpas a mi familia, a mis padres. Por mi mentira todos estamos hoy aquí«.
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