Cuerpo limita el impacto de la guerra arancelaria a una décima de PIB, pero se compensará por el tirón del consumo

La economía española resistirá con solidez la incertidumbre desencadenada por la guerra comercial iniciada en las últimas semanas por la Administración estadounidense de Donald Trump. Al menos esa es la lectura que hace el Gobierno de España, que este miércoles ha actualizado su cuadro macroeconómico sin modificar ni un ápice las previsiones de crecimiento para este año y el próximo. El Ministerio de Economía calcula que el producto interior bruto (PIB) crecerá un 2,6% en 2025 y un 2,2% en 2026, exactamente los mismos niveles proyectados el pasado febrero, antes del estallido de la ofensiva arancelaria a la que España parece ser casi inmune.

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 El ministro de Economía mantiene las proyecciones y prevé que el PIB avance un 2,6% este año y un 2,2% en 2026 por el tirón de la inversión  

La economía española resistirá con solidez la incertidumbre desencadenada por la guerra comercial iniciada en las últimas semanas por la Administración estadounidense de Donald Trump. Al menos esa es la lectura que hace el Gobierno de España, que este miércoles ha actualizado su cuadro macroeconómico sin modificar las previsiones de crecimiento para este año y el próximo. El Ministerio de Economía calcula que el producto interior bruto (PIB) crecerá un 2,6% en 2025 y un 2,2% en 2026, los mismos niveles proyectados el pasado febrero, antes del estallido de la ofensiva arancelaria a la que España parece ser casi inmune.

El cuadro macroeconómico acompaña al informe de seguimiento del plan fiscal estructural que España tiene que remitir a la Comisión Europea antes de que termine el día. Durante su presentación este miércoles, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el titular de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, reconoció que la guerra comercial restará una décima a la contribución del sector exterior al crecimiento de la riqueza nacional. Sin embargo, ese impacto se verá compensado por una mayor aportación del consumo privado, lo que evita la necesidad de revisar a la baja las cifras totales.

“Este informe recoge todos los datos disponibles hasta la fecha, incluidas las primeras estimaciones del impacto de los aranceles”, explicó Cuerpo. “La economía española mantiene su dinamismo y seguirá liderando el crecimiento entre las principales economías de la zona euro”, añadió.

Ese dinamismo, sostuvo Cuerpo, permite conservar la previsión de crecimiento en el 2,6% para este año. Los datos del último trimestre de 2024, cuando la actividad económica avanzó un 0,7%, y el tirón registrado entre enero y marzo de este ejercicio, del 0,6%, confirman la robustez de la tendencia: “Se constata la fortaleza de nuestro modelo, incluso en un contexto internacional marcado por crecientes tensiones”.

Según el ministro, hay dos factores clave que explican la estabilidad de las previsiones para 2025 y 2026: la demanda interna —impulsada especialmente por el consumo privado— y la inversión. De hecho, se espera que la formación bruta de capital fijo, que recoge las rúbricas de la inversión, crezca un 5,1% este año, según los cálculos del Ejecutivo.

En el ámbito de las finanzas públicas, el Gobierno también mantiene sus proyecciones. El déficit cerró 2024 en el 2,8% del PIB (3,2% si se incluyen los efectos de la dana que afectó a Valencia) y bajará hasta el 2,5% en 2025 (2,8% con la dana). En cuanto a la deuda pública, se estima que alcanzó el 101,8% del PIB en 2024 y descenderá una décima en 2025, hasta el 101,7%.

En la parte laboral, las previsiones del Gobierno apuntan a la creación de unos 480.000 empleos anuales de aquí a 2028, es decir, unos dos millones de empleos más en todo el periodo. Ello permitiría rebajar la tasa de paro desde el 11,3% de 2024 al 10,3% de 2025. En 2026, caería por debajo del 10%, hasta el 9,6%, lo que sería un paso hacia el pleno empleo, en opinión de Economía.

Liderazgo económico en Europa

Estas previsiones, afirma el Gobierno, consolidan a España como uno de los motores económicos de la eurozona, desmarcándose una vez más de la atonía generalizada en el bloque comunitario. En un contexto de crecimiento débil, lastrado especialmente por el estancamiento de Alemania, la economía española volverá a destacar. El avance previsto del 2,6% para 2025, que se mantiene respecto a la última actualización, supone una revisión al alza de dos décimas frente a los pronósticos del pasado septiembre, y confirma un cambio estructural en el patrón de crecimiento, con un mayor protagonismo de la inversión y una sólida posición exterior. A ello se suma la resiliencia del mercado laboral, que continuará mostrando signos de fortaleza en los próximos años.

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