Las imágenes propagandísticas se han registrado en un gran homenaje a los soldados norcoreanos fallecidos en la guerra en Ucrania Leer Las imágenes propagandísticas se han registrado en un gran homenaje a los soldados norcoreanos fallecidos en la guerra en Ucrania Leer
La última vez que se había visto a Kim Jong-un con lágrimas en los ojos fue en 2020, durante los primeros meses de pandemia. En un discurso por el 75º aniversario del gobernante Partido de los Trabajadores, el líder supremo de Corea del Norte apareció visiblemente emocionado mientras agradecía a su pueblo su sacrificio. Cinco años después, la calculada propaganda de Pyongyang ha vuelto a sacar a Kim con los ojos llorosos en un gran homenaje a los soltados norcoreanos que murieron luchando por Vladimir Putin en su guerra en Ucrania.
El domingo, en una pomposa ceremonia para conmemorar el primer aniversario de un tratado militar firmado entre Pyongyang y Moscú (el acuerdo de defensa mutua bajo el cual Kim envió sus tropas a Rusia), el dictador norcoreano fue colocando banderas de su país sobre una docena de ataúdes de soldados caídos. Hubo un momento en el que Kim se arrodilló y puso sus manos sobre uno de los féretros.
En más imágenes y vídeos difundidos en las últimas horas por los medios estatales norcoreanos, también aparecía Kim observando muy emocionado una pantalla gigante en la que se proyectaban fotografías del campo de batalla mientras un grupo de mujeres con vestidos largos, delante de una numerosa orquesta, cantaban sobre un escenario. Presenciando la actuación se encontraba la ministra de Cultura rusa, Olga Lyubimova, que aparece en varias fotos junto al líder norcoreano y su hija, Kim Ju-ae, quien apunta a ser la sucesora.
Fue en junio de 2024 cuando Putin visitó Pyongyang por primera vez en 24 años. En aquel viaje, el ruso selló con Kim el acuerdo de defensa. Este incluía una cláusula que exigía que ambos países se ayudaran si alguno de ellos era atacado. Los norcoreanos lo vendieron como un «pacto de defensa pacífico y defensivo», pero apenas tres meses después comenzaron a trasladar a más de 10.000 soldados para luchar en el frente de la región rusa de Kursk.
El pasado mes de abril, la agencia de Corea del Sur, el Servicio de Inteligencia Nacional (NIS), aseguró que el régimen norcoreano había sufrido alrededor de 4.700 bajas, incluidas 600 muertes. Hace unos días, el legislador surcoreano Lee Seong-kweun contó que había estado presente en una reunión informativa con el NIS en la que se había explicado el plan del régimen norcoreano de enviar más tropas a Rusia a partir de julio.
«Corea del Norte continúa enviando tropas y suministrando armas a Rusia, y vemos que su apoyo ha jugado un papel importante en los esfuerzos de Moscú para recuperar Kursk», dijo Lee, quien añadió que la inteligencia surcoreana está convencida de que Pyongyang ha seguido proporcionando a Rusia varios millones de proyectiles de artillería, junto con misiles y sistemas de cohetes de largo alcance enviados por barcos y aviones militares.
Este anuncio llegaba una semana después de que el jefe del Consejo de Seguridad ruso, Sergei Shoigu, visitara Pyongyang y desvelara que Corea del Norte enviaría a más de 5.000 obreros y 1.000 desminadores para ayudar a reconstruir Kursk. A cambio, Moscú brindaría su ayuda en el desarrollo del programa nuclear norcoreano.
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