Monchi compara sus etapas en el Sevilla y el Aston Villa: «Para lo bueno y para lo malo, estaba muy expuesto»

Ramón Rodríguez Verdejo , comúnmente conocido como Monchi , ha sido una de las personas más relevantes en la historia del Sevilla FC . Como director deportivo ha estado presente en todos los títulos conquistados por el cuadro nervionense en el siglo XXI. El de San Fernando, tras pasar por la Roma, regresó a Sevilla y en el verano de 2023 volvió a hacer las maletas para marcharse a Inglaterra y formar parte del organigrama del Aston Villa , club en el que permanece trabajando junto a Unai Emery , otra de las personas más relevantes en la última década en Nervión. En una entrevista concedida a DAZN , Monchi valora cómo de diferente es su vida y su trabajo en Birmingham comparado a lo que era ser considerada una estrella más del Sevilla. «Evidentemente, aquí se dan una serie de factores que me han separado un poco de la primera fila … incluso me han quitado de la foto», comenta un Monchi que reconoce que «posiblemente yo lo necesitaba» . «En todos los niveles en el Sevilla, iba más de la figura de un director deportivo, por muchas circunstancias. 35 años en el club. Sevillista acérrimo, y muy vinculado a circunstancias que no son solamente deportivas, hacían que mi exposición fuera excesiva en muchos momentos , y lo reconozco», agregó después antes de reconocer que «cuando te montas en un tren en marcha ya es muy difícil bajarte». «Esa figura se fue creando poco a poco y ya era difícil de destruir» , añadía en la entrevista.«Para lo bueno y para lo malo, estaba muy expuesto. Afortunadamente, como las cosas, en líneas generales, salían siempre bien, la gente reconocía ese trabajo, que al final, tenía el nombre de Monchi, pero tenía mucha gente detrás. Lo vivido en Sevilla va más allá de una relación profesional . Totalmente humana, sentimental, con muchos vericuetos difíciles de explicar porque van más allá de lo normal, mucho más en la parte del corazón. Eso, para lo bueno era muy bueno, pero cuando sobrepasaba esa función mera del director deportivo y me convertía mucho más en alguien que intentaba defender a ultranza todo lo que rodeaba al club, tenía sus pros y sus contras », continuó en su reflexión. «Aquí, evidentemente las circunstancias son distintas, porque no tengo esa posición. Hay un parapeto delante de mí, que es Unai, ‘the boss’ , y eso me permite centrarme mucho más en lo que es mi día a día de trabajo, concretizar mucho más mi función, con la misma exigencia, mismos nervios, con la misma responsabilidad, porque evidentemente mi exigencia es la mayor que hay, eso no ha cambiado en nada », comenta el de San Fernando. «Yo disfruto las victorias y sufro las derrotas igual, porque yo soy muy exigente conmigo mismo, y como reto que ha sido el venir a Inglaterra, una vez que te metes en la vorágine, intentas conseguir lo máximo, pero dentro de lo deportivo, es decir, lo que es otra serie de circunstancias que yo manejaba en Sevilla, aquí, evidentemente, no tengo que hacerlo, y eso me permite una ‘mayor tranquilidad’», señala también un Monchi que insiste en que «aquí puedo salir a la calle sin que nadie me diga que tengo que firmar a un delantero, aunque ya va cambiando» . «Eso lo contaba yo hace un año, pero ahora ya me van conociendo más… pero nada que ver con lo vivido en Sevilla, ni en Roma, donde también el nivel de exigencia en el día a día era muy grande», concluía. Ramón Rodríguez Verdejo , comúnmente conocido como Monchi , ha sido una de las personas más relevantes en la historia del Sevilla FC . Como director deportivo ha estado presente en todos los títulos conquistados por el cuadro nervionense en el siglo XXI. El de San Fernando, tras pasar por la Roma, regresó a Sevilla y en el verano de 2023 volvió a hacer las maletas para marcharse a Inglaterra y formar parte del organigrama del Aston Villa , club en el que permanece trabajando junto a Unai Emery , otra de las personas más relevantes en la última década en Nervión. En una entrevista concedida a DAZN , Monchi valora cómo de diferente es su vida y su trabajo en Birmingham comparado a lo que era ser considerada una estrella más del Sevilla. «Evidentemente, aquí se dan una serie de factores que me han separado un poco de la primera fila … incluso me han quitado de la foto», comenta un Monchi que reconoce que «posiblemente yo lo necesitaba» . «En todos los niveles en el Sevilla, iba más de la figura de un director deportivo, por muchas circunstancias. 35 años en el club. Sevillista acérrimo, y muy vinculado a circunstancias que no son solamente deportivas, hacían que mi exposición fuera excesiva en muchos momentos , y lo reconozco», agregó después antes de reconocer que «cuando te montas en un tren en marcha ya es muy difícil bajarte». «Esa figura se fue creando poco a poco y ya era difícil de destruir» , añadía en la entrevista.«Para lo bueno y para lo malo, estaba muy expuesto. Afortunadamente, como las cosas, en líneas generales, salían siempre bien, la gente reconocía ese trabajo, que al final, tenía el nombre de Monchi, pero tenía mucha gente detrás. Lo vivido en Sevilla va más allá de una relación profesional . Totalmente humana, sentimental, con muchos vericuetos difíciles de explicar porque van más allá de lo normal, mucho más en la parte del corazón. Eso, para lo bueno era muy bueno, pero cuando sobrepasaba esa función mera del director deportivo y me convertía mucho más en alguien que intentaba defender a ultranza todo lo que rodeaba al club, tenía sus pros y sus contras », continuó en su reflexión. «Aquí, evidentemente las circunstancias son distintas, porque no tengo esa posición. Hay un parapeto delante de mí, que es Unai, ‘the boss’ , y eso me permite centrarme mucho más en lo que es mi día a día de trabajo, concretizar mucho más mi función, con la misma exigencia, mismos nervios, con la misma responsabilidad, porque evidentemente mi exigencia es la mayor que hay, eso no ha cambiado en nada », comenta el de San Fernando. «Yo disfruto las victorias y sufro las derrotas igual, porque yo soy muy exigente conmigo mismo, y como reto que ha sido el venir a Inglaterra, una vez que te metes en la vorágine, intentas conseguir lo máximo, pero dentro de lo deportivo, es decir, lo que es otra serie de circunstancias que yo manejaba en Sevilla, aquí, evidentemente, no tengo que hacerlo, y eso me permite una ‘mayor tranquilidad’», señala también un Monchi que insiste en que «aquí puedo salir a la calle sin que nadie me diga que tengo que firmar a un delantero, aunque ya va cambiando» . «Eso lo contaba yo hace un año, pero ahora ya me van conociendo más… pero nada que ver con lo vivido en Sevilla, ni en Roma, donde también el nivel de exigencia en el día a día era muy grande», concluía.  

El de San Fernando asegura que tiene un papel más secundario en Birmingham: «Aquí puedo salir a la calle sin que nadie me diga que tengo que firmar a un delantero»

Monchi, durante un partido del Aston Villa AVFC

Ramón Rodríguez Verdejo, comúnmente conocido como Monchi, ha sido una de las personas más relevantes en la historia del Sevilla FC. Como director deportivo ha estado presente en todos los títulos conquistados por el cuadro nervionense en el siglo XXI. El de San Fernando, tras pasar por la Roma, regresó a Sevilla y en el verano de 2023 volvió a hacer las maletas para marcharse a Inglaterra y formar parte del organigrama del Aston Villa, club en el que permanece trabajando junto a Unai Emery, otra de las personas más relevantes en la última década en Nervión. En una entrevista concedida a DAZN, Monchi valora cómo de diferente es su vida y su trabajo en Birmingham comparado a lo que era ser considerada una estrella más del Sevilla.

«Evidentemente, aquí se dan una serie de factores que me han separado un poco de la primera fila… incluso me han quitado de la foto», comenta un Monchi que reconoce que «posiblemente yo lo necesitaba». «En todos los niveles en el Sevilla, iba más de la figura de un director deportivo, por muchas circunstancias. 35 años en el club. Sevillista acérrimo, y muy vinculado a circunstancias que no son solamente deportivas, hacían que mi exposición fuera excesiva en muchos momentos, y lo reconozco», agregó después antes de reconocer que «cuando te montas en un tren en marcha ya es muy difícil bajarte». «Esa figura se fue creando poco a poco y ya era difícil de destruir», añadía en la entrevista.

«Para lo bueno y para lo malo, estaba muy expuesto. Afortunadamente, como las cosas, en líneas generales, salían siempre bien, la gente reconocía ese trabajo, que al final, tenía el nombre de Monchi, pero tenía mucha gente detrás. Lo vivido en Sevilla va más allá de una relación profesional. Totalmente humana, sentimental, con muchos vericuetos difíciles de explicar porque van más allá de lo normal, mucho más en la parte del corazón. Eso, para lo bueno era muy bueno, pero cuando sobrepasaba esa función mera del director deportivo y me convertía mucho más en alguien que intentaba defender a ultranza todo lo que rodeaba al club, tenía sus pros y sus contras», continuó en su reflexión.

«Aquí, evidentemente las circunstancias son distintas, porque no tengo esa posición. Hay un parapeto delante de mí, que es Unai, ‘the boss’, y eso me permite centrarme mucho más en lo que es mi día a día de trabajo, concretizar mucho más mi función, con la misma exigencia, mismos nervios, con la misma responsabilidad, porque evidentemente mi exigencia es la mayor que hay, eso no ha cambiado en nada», comenta el de San Fernando. «Yo disfruto las victorias y sufro las derrotas igual, porque yo soy muy exigente conmigo mismo, y como reto que ha sido el venir a Inglaterra, una vez que te metes en la vorágine, intentas conseguir lo máximo, pero dentro de lo deportivo, es decir, lo que es otra serie de circunstancias que yo manejaba en Sevilla, aquí, evidentemente, no tengo que hacerlo, y eso me permite una ‘mayor tranquilidad’», señala también un Monchi que insiste en que «aquí puedo salir a la calle sin que nadie me diga que tengo que firmar a un delantero, aunque ya va cambiando». «Eso lo contaba yo hace un año, pero ahora ya me van conociendo más… pero nada que ver con lo vivido en Sevilla, ni en Roma, donde también el nivel de exigencia en el día a día era muy grande», concluía.

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