Pasamos hasta un 20% del día sin pensar en nada, revela un estudio reciente Pasamos hasta un 20% del día sin pensar en nada, revela un estudio reciente
A todos nos ha ocurrido: entramos en la cocina y de repente nos preguntamos para qué lo habíamos hecho; comenzamos un examen para el que … nos habíamos preparado al dedillo y a la segunda pregunta creemos haberlo olvidado todo… Por unos instantes, nuestra mente se queda en blanco, desprovista de pensamientos, sin que sepamos cómo revertir la situación. Sobre este fenómeno, denominado ‘mind blanking’, acaba de publicarse un exhaustivo estudio a cargo de filósofos y neurocientíficos.
Según recogen los investigadores en Trends in Cognitive Sciences, su iniciativa difiere de todas las anteriores: «Los bloqueos mentales tan solo habían sido estudiados recurriendo a herramientas y experimentos empleados para analizar el fenómeno conocido como ‘mind wandering’ -cuando nuestra mente piensa de forma repentina en algo distinto a aquello que nos ocupa, a menudo saltando continuamente de un pensamiento a otro-«. Este deambular mental, explica Athena Demertzi (Universidad de Lieja), «ha de interpretarse como una experiencia distinta a un mind blanking que nos hace sentir lentos y erráticos».
Para entender de una vez por todas los mecanismos tras una mente en blanco, Demertzi y sus colegas registraron la actividad cerebral de sujetos seleccionados justo cuando afirmaban ‘no estar pensando en nada’, lo que les permitió extraer interesantes conclusiones. Una de las principales es que, al contrario de lo que popularmente se cree, nuestra mente no se encuentra pensando constantemente en algo; existen ocasiones en las que simplemente carece de contenido.
Lo anterior llevó a considerar diferentes tipos de mind blanking: pueden ser genuinos (como los descritos), producto de un fallo en nuestra memoria e incluso consecuencia de una distracción. Todos ellos ocurren de forma espontánea, sin que lo decidamos, pero también se ha demostrado la existencia de vacíos mentales deliberados, como aquellos que ocurren al practicar meditación o en plena sesión de terapia, cuando se nos pide ‘dejar la mente en blanco’.
Lo que ocurre en nuestro cerebro
Empleando técnicas como la resonancia magnética funcional (fMRI) y la electroencefalografía (EEG), el estudio en cuestión pudo determinar además los cambios que se producen en el cerebro durante un episodio de mind blanking. Se observó que las señales eléctricas apenas varían, tal y como ocurre cuando nos encontramos somnolientos o en los instantes previos a quedarnos dormidos. De hecho, los investigadores detectaron ‘ondas lentas’ en los EGG (habituales de la llamada fase de ‘sueño ligero’) pese a que los participantes se encontraban plenamente conscientes y respondiendo a estímulos.
Otro hallazgo relevante fue el de que las diferentes áreas del cerebro se comunican de forma mucho más homogénea al quedar la mente en blanco, lo que dificulta la generación de pensamientos específicos. Algo que según Thomas Andrillon, otro de los autores al cargo, evidencia una correlación directa entre el mind blanking y nuestro nivel de alerta (arousal o de activación fisiológica): la posibilidad de experimentar vacíos mentales se incrementa cuando este último desciende o aumenta de forma pronunciada. Por ejemplo, si hemos pasado muchas horas sin dormir en el primer caso y después de un examen de varias horas en el segundo, durante las que hemos estado concentrados al máximo.
Las averiguaciones, financiadas por la propia Universidad de Lieja, el Consejo Europeo de Investigación, la Agencia Francesa de Investigación y el Fondo de Investigación Científica de Bélgica, concluyeron además que el mind blanking es más frecuente en el marco de condiciones clínicas como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno de ansiedad generalizada, ciertos tipos de epilepsia o el síndrome de Kleine-Levin, por el que una persona puede llegar a dormir hasta 20 horas diarias.
Sea como fuere, debemos entender que quedarnos en blanco es algo perfectamente normal y habitual: se estima que ‘no pensamos en nada’ entre un 5 y un 20% del tiempo que pasamos despiertos, porcentaje que varía enormemente de una persona a otra. Esto, a su vez, hace tambalearse el concepto que hasta ahora teníamos de la consciencia: ¿cómo podemos estar despiertos y ‘conscientes’… sin estar pensando?
RSS de noticias de Vivir/Salud