Una noche atrapados en el tren: “Nos quedamos sin aire acondicionado, con niños y gente mayor”

Jesús Hijosa, alcalde de Villaseca de la Sagra (Toledo), estaba reunido este lunes por la noche para elegir el cartel de la feria taurina de su municipio. A las 21.38 le interrumpieron. “Justo entonces me llamó Emergencias para preguntarme si podíamos llevar agua a un tren que se había quedado parado. Llevamos dos palés en una furgoneta del ayuntamiento”, explica este martes por la mañana, poco después de que el transporte reanudase la marcha. “Esta mañana la cosa estaba caldeada, la gente estaba cabreada”, añade el alcalde, testigo de una noche de comunicaciones paradas y angustia de los pasajeros en el eje Sur de alta velocidad entre Madrid y Andalucía. La incidencia, en pleno inicio de las vacaciones veraniegas para muchos, ha generado importantes retrasos en la red.

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 Cientos de usuarios pasan más de 12 horas bloqueados por una avería en la catenaria, cerca de Toledo, en el eje de alta velocidad entre Madrid y Andalucía  

Jesús Hijosa, alcalde de Villaseca de la Sagra (Toledo), estaba reunido este lunes por la noche para elegir el cartel de la feria taurina de su municipio. A las 21.38 le interrumpieron. “Justo entonces me llamó Emergencias para preguntarme si podíamos llevar agua a un tren que se había quedado parado. Llevamos dos palés en una furgoneta del ayuntamiento”, explica este martes por la mañana, poco después de que el transporte reanudase la marcha. “Esta mañana la cosa estaba caldeada, la gente estaba cabreada”, añade el alcalde, testigo de una noche de comunicaciones paradas y angustia de los pasajeros en el eje Sur de alta velocidad entreMadrid y Andalucía. La incidencia, en pleno inicio de las vacaciones veraniegas para muchos, ha generado importantes retrasos en la red.

La interrupción en la circulación ferroviaria se produjo la noche de ayer, lunes, sobre las 20.30 por una avería en la catenaria entre las localidades de Los Yeles (Toledo) y La Sagra (Madrid) que causó una falta de tensión y afectó a 23 trenes. La incidencia obligó a detener el tráfico en ambos sentidos y a la retirada de convoyes, permaneciendo uno de ellos con el pasaje a bordo hasta su llegada a Madrid a las 10.15 de esta mañana. Adif no pudo finalizar los trabajos para reanudar el tráfico ferroviario en la línea, que ha vuelto a arrancar con previsión de retrasos, hasta pasadas las 11.00 de esta mañana.

El alcalde de Villaseca de la Sagra, Jesús Hijosa Lucas, este martes.

En ese tren iba la cordobesa Elena Lázaro. “Hay personas que están enfermas, que viajan con niños, con circunstancias personales muy variadas (…). Estamos 300 personas atrapadas durante más de 12 horas en plena ola de calor”, ha dicho esta mañana en conversación con la Cadena SER. “Lo que parecía un simple viaje se ha convertido en una pesadilla: llevamos más de 13 horas atrapados en mitad de un llano en Toledo, sin electricidad, sin baños, con un calor insoportable y rodeados de insectos”, relataba anoche sobre su experiencia en el mismo tren un usuario en la red social X, quien se identificaba como Antonio Regalado y denunciaba el “abandono absoluto” por parte de la operadora.

El tren parado toda la noche, con 318 pasajeros, colapsó al noreste de Villaseca de la Sagra, a unos cinco kilómetros del municipio. Otra localidad cercana era Cobeja, a 3,5 kilómetros, cuyo alcalde también asistió a los pasajeros. “Había gente que estaba un poco al límite. Tuvieron que evacuar a una mujer a la que le ha dado un ataque”, explica en su despacho el regidor, José Luis Aguirre. Habla de una mujer de 84 años que sufrió una crisis respiratoria, fue evacuada en UVI móvil y después hospitalizada.

Elena y Yoli, empleadas del supermercado que abasteció con agua y comida a los pasajeros del tren parado.

El alcalde de Cobeja se enteró de la situación a última hora de la noche por un agricultor del pueblo que vio la escena. Tras hablar con Emergencias, poco antes de la medianoche, llamó a las trabajadoras de uno de los supermercados del pueblo para que le abrieran la puerta. “Creía que era broma. Te pilla durmiendo y no te lo crees. Vine para abrirles la puerta Cogieron pañales, galletas, zumos, pan de molde y embutido y se fueron para allá”, relata. “En estas situaciones hay que ayudar”.

Los dos regidores subrayan que la noche y la meteorología ayudaron a aliviar la situación. “Tuvimos suerte de que hubiera nubes y refrescase un poco. Eso alivió la temperatura, levantó una brisa”, dice Hijosa. “Esto te coge a otra hora, en el secarral que es eso, y es inaguantable, inviable”. “Mucha gente estaba al borde de no poder más, tras tantas horas parados sin explicaciones. Eso se debería haber solucionado mucho antes”, agrega Aguirre.

José Luís Aguirre Hernández, alcalde de Cobeja, y Aitor Bravo, concejal.

“La falta de información ha sido bestial”

Entre esos pasajeros enfadados está Jorge Jordana de Pozas, abogado de 32 años que se quedó atrapado en un tren con destino a Ciudad Real. Su tren reanudó la marcha a la una de la madrugada, cuando la Guardia Civil permitió a los viajeros bajar y los reubicó en otro convoy para que siguieran su viaje. “La falta de información por parte de Renfe y Adif ha sido bestial. Nos quedamos sin aire acondicionado, con niños y gente mayor”, relata por teléfono.

Jordana viaja todas las semanas desde Ciudad Real, donde vive, a Madrid, donde trabaja. “Son habituales las incidencias en este recorrido, aunque no de esta envergadura. Es nuestra rutina. A la ida casi nunca hay problemas. La vuelta es una odisea”, asegura. “Al trabajador de Renfe que estaba ahí no le puedo poner ninguna pega, tampoco tenía información. Las responsabilidades como siempre están más arriba. Anoche, pasadas las 23.00, Óscar Puente [el ministro de Transportes] estaba tuiteando sobre chorradas mientras la gente estaba atrapada. Reclamamos todos que se hagan las inversiones que se tienen que hacer”.

Alicia Rodríguez también se quedó varada. Recorría el trayecto contrario, de Sevilla a Madrid. “Es tremendo”, sentencia. Su tren iba a salir sobre las nueve, pero se retrasó una hora y media. Acto seguido, los trabajadores ferroviarios avisaron a los pasajeros de que podían producirse parones por la avería registrada en La Sagra. A la altura de Villanueva de Córdoba, el convoy se detuvo durante más de dos horas. Volvió a pararse en Ciudad Real y en el resto del recorrido que quedaba para llegar a la capital. “Por megafonía nos decían de vez en cuando alguna cosa, pero no nos ofrecían nada. No nos daban explicaciones, no nos ofrecían ni agua, ni comida, ni soluciones”. Llegó sobre las 5.30 de la mañana a la estación de Atocha, donde no había ningún medio de transporte público que esperase a los viajeros de los trenes afectados por la incidencia. “Había una cola inhumana para los taxis, de cientos de personas”.

Viajeros aguardan la salida de su tren en la Estación de Atocha, en Madrid, este martes.

“En ningún momento se ha priorizado a las personas que estaban tiradas en las vías”, insistía esta mañana Lázaro. Otra viajera, Laura Fernández, mandó un mensaje a este periódico en el que denunciaba a primera hora de la mañana la situación totalmente anómala: “Nos salva un vasito de agua que nos dieron, son las 4.34 y a las 7.00 esperamos ir a trabajar”.

Fernández se encontraba en un tren de la compañía Iryo, que llegó a Madrid a las 5.15 horas. “Afortunadamente, teníamos aire acondicionado en el tren, pero al llegar a Madrid no había nadie de Iryo para atender las reclamaciones y decenas de personas pedían hoteles y taxis en las ventanillas de Renfe”, relata esta viajera del servicio Málaga-Madrid. “Salimos a las 20:40 de Málaga y antes de las 21:30 estábamos parados sin haber llegado a Córdoba”. Su última experiencia, ya en Atocha, ha sido la de pagar “hasta cuatro veces más de lo normal por coger un Uber que me llevara a casa”.

En la estación de Atocha de Madrid había esta mañana cientos de viajeros esperando su turno para pasar el control de seguridad. Los ánimos empezaron a relajarse algo —así como a reducirse la extensión de las colas— después de que Adif anunciase el restablecimiento del servicio. Los pasajeros llevaban toda la mañana intentando sacar algo más de información de los trabajadores de Renfe y Adif sobre la situación del tráfico ferroviario.

Clara Gamarra, de 19 años, iba a salir esta mañana a Málaga junto a su grupo de cuatro amigas, pero su tren se ha retrasado y no le dicen cuánto va a tener que esperar. “Está todo el mundo igual. Nadie puede decirnos nada. Solo nos han dicho que hagamos cola y esperemos”, explica la joven. Habían comprado ya billetes de autobús para ir desde donde les deja el tren hasta Marbella, su destino final. “Esperemos que nos devuelvan el dinero”, protesta en una calurosa estación de Atocha, donde tampoco el aire acondicionado parece funcionar con normalidad.

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